Me fuiste presentada, cuando eras un Quars navegando en el galpón
uterino, vértebra aguda y lactosa que maquillas
la romana de la hecatombe milagrosa.
Por ti he soñado con una virgen de cal que lloraba lagrimas de miel.
A ti te he confiado mis voluntades,
A ti te dedico mis escasos goles de mi vida un poco cargada al 0 a 0.
Contigo sobrevuelo el mar de la melancolía y su aire salado es alimento que te adorna.

Has abierto mi emporio que no tiene recipientes suficientes para contener mi amor por ti.
El forado en mi represa es una amenaza seria a mi embalsamado desanimo.
Que nada nos toque
le pido al altísimo que mi razón no comprende.
Tu capullo tiene el sepia de "que bello es vivir",
Nada podría remplazarte y estoy seguro que tus ojos verán mucho más allá de
las estrellas que he visto pasar tantas veces por la ventana del tren nocturno.

Dedicado a la recién nacida 12 de abril 1994

En el muro clueco quedaron nuestras manos entrelazadas.
Un volantín que el desenfreno de la tormenta no me lo regresará.
Como esos aviones incendiados que convierten mis
sueños de vez en cuando, en desgracia.
Viejas voluntades que vuelven a dormir en la locomotora del ramal abandonado.
Auroras que me abrigan, me acurrucan, aire en el rincón de animas de mi casa pueblerina.
Al final el silencio en el espacio desde donde me tocabas.
Continuo entonces, con el viaje por el otoño del sur: dorado adentro, enjuto, pasado a leña
que nunca se seco del todo.

Se cumplirá la hipótesis cuya formulación es
" sombra eres y en sombras te convertirás".
Se vaciarán las tinajas, que retuvieron tu mosto quimérico
Te recordaré volátil,
enquistada, bruma pequeña de la acequia de mi quinta de infancia.
Te agitarás entre olivos, porque a pesar tuyo tienes
olor y brisa mediterránea, sangre aguardentosa y polenta.
Pero claro "aguita de la cordillera" es posible reconocer en tu cabello, el azul anclado del busque húmedo,
y el paso de la lluvía que tanta veces te ha estilado el alma
y el viento susurrante que para ti es el mejor acurruco
En fin "un año más que mas da, tanto se han ido ya".

Planicie,
Entre encorvados gigantes que nada expresan,
más allá de lo que sus ojos tocan.
Planicie ancha, fría y serena que me atas.
Debilucha luz, filuda hendidura
que de vez en cuando me ensordece con tus silencios

Planicie alocada,
silbido mío en este chabarrancho
planetario,
silbido mío en este choque de trenes del atardecer.

Planicie mía,
ventolera de voces
que huyes o seduces en el perfume,
Planicie.

Torrente,
El corte, la sacudida
y el reviente rasura la esfera
nada o casi nada puede distinguirse.
Pero entre tu y la luz
vagan los cielos pálidos o feroces,
aquí en el cristal instantáneo
gobiernan los cromados vaporososos.
El viento único tiempo
empaqueta el viaje de los cielos,
Empinado acojo tu resplandor,
tocó al viejo suelo que turbado solo
atina a mecerme,
mientras las nubes siempre sordas,
zurcan el barómetro de nuestros sentimientos
con sus miradas soberanas.

Porque como dicen mis amigos a la hora de beber la cerveza húngara- temuquense, "nuestros hijos son superiores a nosotros porque nos contienen y multiplican".
Jamás se asustaran del hombre del saco y desde
siempre saben que la proliferación de viejos
pascueros es parte de la estrategias de marketing
de las grandes tiendas.
Además no aceptan que nos quedemos con el cassete
rebobinado del gigante egoísta, la caperucita roja y el gato con botas.

Así pues, hija mía la consigna es renovarse, aceitar las neoronas ,
entregar intensidad o ser avasallados
por el plástico, la pantalla, el chucrut y los juegos
de video y convertirnos en un objeto solo digno de la indiferencia,
el equivalente a un envase desachable y no
reciclable en la química del querer.
y con una sensación de falta de encanto y de pasión.

PEREGRINO SEUDONIMO: CACHAPUAL GULUTREN