Estamos cercados, asfixiados en un campo de concentraci�n de prohibiciones. Prohibido girar, prohibido pasar, prohibido seguir, prohibido parar, prohibido por aqu� y prohibido por all�. Todos estos prohibidos han afectado, estrangulado nuestro esp�ritu y han transformado nuestra mente en el materialismo de la obediencia y en una acci�n carente de respiraci�n y renovaci�n espiritual.
Vivir prohibido es vivir sin esperanza. Vivir prohibido es vivir encerrado en un mundo enfermo, enfermo de falta de fe y de optimismo; es vivir sin querer lograr, sin querer triunfar, sin querer amar, sin querer decir, sin querer vivir. Vivir prohibido es desconocer el arte de vivir; el m�s noble y �nico arte que vale la pena vivir. Vivir prohibido es estar hu�rfano de amor y deseo; es no confiar, es excitar la ansiedad, es impotencia, es tristeza, es la �nica forma de no lograr la paz ni consigo mismo, ni con Dios, ni con el diablo.
Vivimos prohibidos por carteles, afiches, por gobiernos, por la mafia, por la simbolog�a, por los cr�menes, el terrorismo, la tecnolog�a, el fanatismo.
Vivimos prohibidos del futuro, porque no confiamos ni siquiera en nuestro presente.
Las prohibiciones negativas vuelven est�pido al que proh�be e imbecil al prohibido. La Humanidad, los pa�ses deben cambiar, deben redescubrir las "prohibiciones positivas".
Hasta cuando tanta negaci�n del ser:
Prohibido pisar el pasto. Prohibido girar a la izquierda. Prohibido recostarse en el c�sped. Prohibido estacionar de frente. Prohibido cortar flores. Prohibido tomar agua. �Hasta cuando! Hasta cuando tanta prohibici�n negativa, que nos mata la ilusi�n y el pensamiento, nos humilla en nuestra capacidad y deshilacha nuestra alma y nuestra mente.
�Se�or!, a Ud. le digo, amigo m�o, a Ud. ingeniero, a Ud. m�dico, a Ud. gobernante, a Ud. artista, alcalde, obrero, profesional, escritor ....., a Ud., a todos, hoy les digo y les llamo a �rebelarse� contra las prohibiciones negativas y hacer nacer las prohibiciones positivas, las que reconocen la capacidad de comprender, las que no aplastan, las que hacen pensar.
�No ser�a m�s justo y humano ver carteles como �stos?:
Puede girar a la derecha. Puede girar a la izquierda. Puede irse por el centro.
Puede recostarse en el pasto, es suyo. Puede cortar una flor, si es para dar amor.
Puede estacionarse donde quiera, sin molestar.
Esta plaza es suya, contamos con Ud.
�Y no ser�a l�gico prohibir lo negativo?:
Prohibido no amar, prohibido no razonar.
Prohibido no tratar de comprender. Prohibido odiar.
Prohibido no pensar. Prohibido envidiar.
Hay prohibiciones de vida y hay prohibiciones que matan. Hay que vencer las prohibiciones, el pesimismo y la amargura. Hay que reconstruir nuestra vida interior con amor, con alegr�a, con generosidad, con mucha esperanza. Hay que creer en nuestra propia capacidad de vivir y de cambiar. Y es muestra decisi�n, y de nadie m�s, cambiar el odio, la calumnia, el dolor y el ego�smo por esperanza, optimismo y generosidad. Y es nuestra decisi�n, y de nadie m�s, cambiar el mundo y el pa�s; empezando a cambiar nosotros mismos. Se acabaron las acusaciones a �stos o aquellos; todo cambiar�, si cambiamos primero nosotros mismos, si cambiamos las lamentaciones por acciones, los separatismos por uniones, los rencores por reconciliaciones.
S�lo cambiando nosotros cambiaremos a los dem�s. Cambiemos la paz y el amor; palabras que son un clamor y meta sagrada de toda la Humanidad. La paz y el amor no son una invocaci�n desesperada, son ideales factibles. La paz y el amor est�n m�s all� de toda �ndole de diferencias, de prejuicios de intereses. La paz y el amor inspira cada uno de nuestros actos, en nuestra filosof�a, �tica y religi�n. La paz y el amor son respeto mutuo, son sensibilidad para vivir y comprender los puntos de vista ajenos, s�lo la paz y el amor son unidad, s�lo la paz y el amor son los ant�dotos de la ambici�n y el odio.
Donde hay paz y amor hay felicidad, donde hay felicidad hay libertad. S�lo la paz y el amor se convierten en pan.
