¿POR QUÉ LOS CURAS NO SE PUEDEN CASAR?

A RAÍZ DE LOS NUMEROSOS CASOS DE SACERDOTES NORTEAMERICANOS ACUSADOS DE ABUSO SEXUAL, EN LA IGLESIA SE REABRE EL DEBATE SOBRE EL CELIBATO. ¿ES CONVENIENTE QUE LOS RELIGIOSOS PERMANEZCAN CASTOS TODA SU VIDA?

La posición del Papa fue categórica. De ninguna manera, los crímenes sexuales pueden justificarse por el requisito del celibato que pesa sobre el clero. Sin embargo, la discusión sigue en pie, y para entender los argumentos que se esgrimen, conviene revisar el origen del celibato eclesial.

Desde el principio la iglesia ha tenido gran estima por el celibato como entrega radical al reino de los cielos, siguiendo el ejemplo del mismo Jesucristo y de la virgen María. Era una de las características de los primeros ermitaños y un requisito en las primeras fundaciones monásticas.

La iglesia distingue entre el celibato de laicos y el celibato eclesial. En ambos casos se escoge libremente, por razones religiosas, el no casarse.

El celibato laico se practicaba ya en la iglesia primitiva. A los hombres célibes les llamaban los continentes y a las mujeres vírgenes.

Hoy este ordenamiento católico se en encuentra en debate ¿se puede continuar con esta tradición? ¿La crisis que enfrenta la iglesia no pone evidencia que el celibato como forma de vida invita a la hipocresía y la perversión? Las claves

LOS QUE SE OPONEN

Hay sectores de la iglesia católica que consideran que la imposición del celibato parte de una interpretación errónea del evangelio.

La hipótesis que sostienen es que en ninguna parte de la Biblia consta que el celibato deba ser una ley. Para esta línea del pensamiento, la cláusula que obliga a los sacerdotes a permanecer solteros es un medio de control social y tiene un desarrollo histórico que da por tierra con la pretensión de atribuírselo a los apóstoles.

Antes del concilio de Letrán, la tradición dominante en la iglesia del primer milenio tenia el celibato como opción puramente personal. El concilio del Trento (1545-1563) fue impulsor de la figura del religioso como místico asceta. La escuela francesa de espiritualidad sacerdotal, en el siglo XVII termino de crear el concepto de casta del clero actual, individuos totalmente entregados a la iglesia y forzados a vivir segregados del mundo laico.

Este movimiento doctrinal, pretendiendo luchar contra los vicios del clero de su época, desarrollo un tipo de vida sacerdotal similar a la monacal (hábitos, horas canónicas, normas de vida estrictas, tonsura, segregación, etc.) e hizo que el celibato pasase a ser considerado como un derecho divino y por lo tanto, obligatorio. Así se impuso una vuelta de tuerca al edicto del concilio III de Letran, que lo había considerado una simple medida disciplina.

COMO, CUANDO Y POR QUE SE IMPUSO EL CELIBATO

Las primeras normativas que afectan la sexualidad de los clérigos se produjeron cuando la iglesia, de la mano del emperador Constantino empezó a organizarse como poder sociopolitico terrenal. Cuantos más siglos iban pasando y más se manipulaban los evangelios originales, mas fuerza fue cobrando la cuestión del celibato obligatorio.

Hasta el concilio de Nicea (325) no hubo decreto legal alguno en materia de celibato. En el canon 3 se estipulo que el concilio prohibe, con toda la severidad a los obispos, sacerdotes y diáconos o sea todos los miembros del clero, el tener consigo a una persona del otro sexo, a excepción de madre, hermana, tía o bien de mujeres de las que no se pueda tener ninguna sospecha: pero en este mismo concilio no se prohibe que los sacerdotes que ya estaban casados continuasen llevando una vida sexual normal.

Decretos similares se fueron sumando a los largo de los siglos- sin lograr que una buena parte del clero dejase de tener concubinas- hasta llegar a la ola represora de los concilios lateranenses del siglo XII, destinados a estructurar y fortalecer definitivamente el poder temporal de la iglesia. En el concilio 1 de Letran (1123), el Papa Calixto II condeno de nuevo la vida en pareja de los sacerdotes y avalo el primer decreto explícito obligando el celibato. Poco después, el papa Inocencio II, en los cánones 6 y7 del concilio II de Letran (1139), incidía en la misma línea –igual que su sucesor alejando III en el concilio de Letran (1179) y dejaba perfilada ya definitivamente la norma disciplinaria que daría lugar a la actual ley canónica del celibato obligatorio, que la mayoría de clérigos, en realidad siguió sin cumplir.

EL HABITO NO HACE AL MONTE

Tan habitual era que los clérigos tuviesen concubinas, que con los obispos acabaron por instaurar la llamada renta de prostitutas, que era una cantidad de dinero que los sacerdotes le tenían que pagar a su obispo cada vez que transgredían la ley del celibato. Y tan normal era tener amantes, que muchos obispos exigieron era renta a todos los sacerdotes de su diócesis sin excepciones y a quienes defendían su pureza, se les obligaba a apagar también, ya que el obispo afirmaba que era imposible el no mantener relaciones sexuales de algún tipo.

A este estado de cosas intento poner coto el tumultuoso concilio de Basilea (1431-1435), que decreto la perdida de los ingresos eclesiásticos a quienes no abandonasen sus concubinas después de haber recibido una advertencia previa y de haber sufrido una retirada momentánea de los beneficios. Con la celebración del concilio de Trento (1545-1563), el Papa Paulo III –protagonista de una vida disoluta, favorecedor del nepotismo y padre de varios hijos naturales- implanto definitivamente los edictos disciplinarios de Letran y además, prohibió explícitamente que la iglesia pudiese ordenar a varones casados. De la época de los concilios de Letran hasta hoy, nada sustancial ha cambiado acerca de una ley tan polémica como la es la que decreta el celibato obligatorio.

Los sacerdotes que proponen que el celibato opcional, dan por perdida la batalla, porque el Papa siempre mantuvo un perfil conservador en los temas clericales y, con los escandallos de los sacerdotes norteamericanos su postura parece haberse endurecido.

SAN PABLO LO RECOMIENDA

Elogio de la soltería

San Pablo era célibe y animaba a seguir esta form

a de vida:

"Yo os quisiera libres de preocupaciones. El no casado se preocupa de las cosas del señor, de cómo agradar al señor. El casado se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer, está por tanto dividido. La mujer no casada, lo mismo que la doncella, se preocupa de las cosas del señor, de ser santa en el cuerpo y en el espíritu. Mas la casada se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.

Os digo esto para vuestro provecho, no para tenderos un lazo, sino para moveros a los mas digno y al trato asiduo con el señor, sin division. Pero si alguno teme faltar a la conveniencia respecto de su novia, por estar en la flor de la edad y conviene actuar en consecuencia, haga lo que quiera: no peca cásense": I Corintios 7, 32-40

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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