Centuria 9


I

A pesar de lo claro del mensaje, no se ha podido saber quién era ese traductor de Bourc que tenía las cartas sobre la mesa, ni a qué Condestable se refiere la cuarteta y es una pena, porque un acierto profético de un tipo claro como este versito sería la única forma de poder creer algo de lo escrito por el autor.

II

Otra de las advertencias lanzadas al futuro para relacionar grandes desgracias con los movimientos que se produzcan en Roma. En este caso, el texto se convierte en eco de las cuartetas, ya que el autor nos hace profecía de una profecía que se va a oír, misteriosamente, sobre el monte Aventino. Hoy en día, si se dijera que se va a escuchar una voz sobre la cima de un monte, creeríamos que se trata de una radio llevada por un excursionista o el grito de un bromista. En tiempos de este simpático embustero, la voz en cuestión siempre era obra de un dios duro con sus criaturas, pero que tenia la delicadeza de avisar por anticipado de sus raptos de cólera.

III

Estamos en el escenario italiano, favorito del autor por la más sensata de las razones: la Italia renacentista había conseguido batir todas las marcas no escritas de la intriga y del asesinato político. La crueldad de venecianos no era tanta como la de Roma, pero también era formidable. En Florencia se habían inventado y probado todos los trucos para eliminar al adversario o para inculpar al inocente y, desde Lombardia y Piamonte hasta Siracusa, todos los ardides eran cosa vieja. De todas formas, la pesada insistencia de los monstruos nacidos, como reza la cuarteta, es otra de las grandes limitaciones de un mago tan corto de vista. Podría tratarse de una alegoría de mayor o menor transparencia, pero da lo mismo, la denuncia que nos dan los profetas bíblicos (aunque haya sido amañada por sus transcriptores) siempre es clara y contundente; los mensajes misteriosos -por el contrario- sólo tapan el vacío.

IV

El mismo tema de antes; el diluvio que viene después de los monstruos se toma de referencia y nos califica el valor de la cuarteta automáticamente: sin sentido.

V

De nuevo Italia y una de esas metáforas de poder alternante, en las que tan pocas veces pudo atinar el autor, a pesar de haber trabado con cuidado las posibles combinaciones, mezclando los toponímicos con orden, para tener más posibilidades de acierto.

VI

Una mezcla graciosa de anglos y francos en el relato de una batalla que nunca existió y que no parece tener muchas razones de producirse. Los exegetas, tratando de aprovechar hasta la última estrofa, dicen que ésta es una de las profecías que nos avisan de los avatares de la III Guerra Mundial, entre Rusia y Occidente, una versión actualizada del viejo tema Cristo-Anticristo. Da la sensación de que los creyentes en magias y astrologías, por no haber tenido paciencia para estudiar y aprender, se impacientan por encontrar significado al humo de esta pobre hoguera.

VII

Será una coletilla a la cuarteta anterior o no, pero tiene la misma falta de sentido y no puede interesar más que a simples, con esa musiquilla de misterio bobo que rodea a encontrar misterios misteriosos.

VIII

Un lío inmenso de padre rey-hijo pequeño desagradecido. Aunque sea poco sería la advertencia, la costumbre de matarse entre hijos y padres, hermanos y demás relaciones de consanguinidad, es una de las constantes del poder, más vulgar antes que en la actualidad, aunque las dictaduras caudillistas ("revolucionarias" o clásicas) conserven también la vieja tara. Aun así y todo, la cuarteta no sirve de nada si se coteja con los hechos sucedidos y sólo cabe esperar que no se pueda aplicar en el futuro.

IX

Lo mismo que ya hemos dicho para la VII: mucho misterio para tan poca sustancia.

X

Monje y monja con aborto, o lo que sea. Una truculencia inaguantable. La osa y el porquero no mejoran el sórdido aspecto de esta suprema tontería. Hubiera sido más sencillo para el pobre Nostradamus decir, por ejemplo: los barcos grandes costas hallarán al Poniente, pero nada, ni se llegó a dar cuenta del campo abonado que podía haber encontrado en el Nuevo Continente ¡y eso que llevaba tres cuartos de siglo hallado y explorado!

XI

La peste, otra recurrencia que ya aparece portadora de un significado oculto.

XII

Otro hallazgo, Nostradamus no estaba inspirado al escribir tamaña niñería.

XIII

Ni Fontbrune llega a aprovechar este mensaje siniestro, a pesar de su promisorio contenido de nombres y lugares.

XIV

Otra truculencia, de aspecto teatral y de contenido escaso, nulo, por decir concretamente la verdad.

XV

Esta es otra de esas cuartetas en las que lo de "rojos" sirve para trasladar a la tercera guerra mundial, etc.

XVI

Un cisma en el corazón de un presagio, tornando su utilidad en mínima. Una de las interpretaciones más curiosas (para los españoles) es que se dé a Franco el valor de apellido y a los de Ribiere, el valor de partidarios de Primo de Rivera o falangistas, con lo cual se quiere decir que Franco y la Falange van a provocar un cisma. Del embajador y el gran abismo que niega la entrada ya queda sin traducir.

XVII

Un juego de palabras con más voluntad que sensatez, que se puede olvidar sin problema.

XVIII

Ni los intérpretes más fieles de Francia le han sacado partido a esta definición de un gran Montmorency que, a la larga, no ha servido de verificación al mago.

XIX

La existencia de los signos astrológicos vacía de interés cualquier frase, máxime en este caso de pretensiones proféticas.

XX

A esta cuarteta se le ha querido siempre dar la importancia de ser presagio de la fuga fallida de Luis XVI, ya que menciona Varennes. Pues bien, basta con ver con detalle la explicación más pretendidamente seria, como para comprobar, definitivamente, que no se puede atribuir algo tan vago y escasamente aprovechable, sólo porque se hable de Varennes.

XXI

Una sarta de confusas invitaciones a desconfiar de lo que se escribe nos hace olvidar pronto este pretendido mensaje adivinatorio. Sin embargo, resulta curioso ver cómo muchos traductores de la magia a lo cotidiano llegan a sacar hasta cuatro mensajes, uno por línea, separados entre sí en el tiempo y en el espacio, en un prodigio de credulidad y en un insuperable afán de tratar de convencer con su propia e iluminada fe en Nostradamus.

XXII

Trabalenguas que en su versión castellana se hace más repetitiva, al tener que poner el nombre de palacio a otra distinta en el original. A pesar de hablarse del duque de Alba, a esta profecía se le ha sacado poca utilidad, porque, a fuer de sinceros, poco se podría tratar de conseguir de un juego de palabras y sutiles amenazas como el que nos ocupa. El otro título, el de duque de Mantor, en algunos sitios cambiado por Mantua, para que suene mejor, tampoco viene a mejorar el conjunto de la cuarteta.

XXIII

Otro último nacido que juega bajo una cuba o tonel; algo en el techo, simbólico o real; el padre (que además es rey) en el espléndido templo de Salonne, que aparece en otras ocasiones entre las cuartetas del nigromante; y, finalmente, una consagración con humo de fiesta, lo que no se sabe si es alusión a festín o a ritos paganos (no muy correctos) o demoniacos (menos correctos aún). Sea lo que sea, a casi nadie le ha interesado fijarse en las posibilidades de la cuarteta y ésta ha quedado abandonada a su suerte, a pesar del atractivo potencial de tantas cosas tópicas como lleva en sí, como eso de hijo último (puisnay) y de un rey rondando por el versículo, amén de un templo y un rito no muy claro. Decididamente, todo lo que el autor tenía de complicado lo tenía de simple en su concepción del mundo y, más que nada, en su estrecha concepción de la geografía, mucho más prometedora de lo que él debía considerar en su vejez.

XXIV

Los infantes reales amenazados por el secuestro y un hálito de París, de los claustros de Saint Denis, tiene algo que ver con el rapto. Más complicada es la aparición de la hermana con las nueces verdes y malas, que no se señala si son venenosas o no.

XXV

Una historia sin aprovechar, por falta de ocasión histórica a la que acogerse por mera similitud.

XXVI

Niza metida en andanzas misteriosas y otras muchas cosas de esas que suenan a casi todo y nada vienen a decir. Aunque no está aprovechada por los seguidores más fervientes del mago, eso de "gran capa" es frase típica de las que se aplican a Luis XVI, por ser Capeto. En esta ocasión, ni eso se hace.

XXVII

Un verso gracioso y airoso, pero sin atribución conocida. Realmente, a pesar de su construcción, no encierra mucho entre sus cuatro líneas.

XXVIII

Una guerra en la que intervienen aliados que parten de Marsella y Venecia, para ir hacia Hungría, aunque no sea posible llegar a ese país situado en el corazón de Centroeuropa, sin costas. Pero parece que los húngaros deben estar en Sicilia y la Liguria, cosa que no ha llegado a suceder antes y que difícilmente puede darse en el futuro, dado que el lugar de Hungría entre las potencias no es de los primeros.

XXIX

Una historia más de guerra, de las que se usan con cierta flexibilidad para acoplarlas a hechos que pueden emparejarse si no se actúa con demasiado rigor.

XXX

Una nueva guerra naval, esta vez con bases en Pola, Normandía, Bizancio, el Egeo y no se sabe bien quién más. La atrocidad de estos versos atrae a los exegetas como la miel a las moscas, y parece que les agrada especialmente poder dedicarse a prever una guerra futura en la que tanto sin sentido pueda llegar a tenerlo.

XXXI

Catástrofe telúrica y guerra entre nacionales de países no especificados. Un tópico en medio de la habitual maraña de frases de sonido grave y contenido escaso, tan gratas a los iletrados con pretensiones de adivinadores infalibles.

XXXII

A los que hayan tenido la gran paciencia de ir leyendo las cuartetas, las muchas cuartetas anteriores, esta misteriosa descripción de un secreto de grandes significados les parecerá ya leída; pero no, se trata de una recurrencia, eso sí, pero es otro verso más construido sobre uno de los patrones habituales de Nostradamus, hombre de colosales pretensiones, pero de corta imaginación a la hora de cambiar de argumentos.

XXXIII

Bueno, a los lectores se les invita a que traten de encontrar algo de valor en este verso. Habla de un rey de Roma y de Dinamarca, lo cual es exótico cuando menos; de la Galia, de Italia y Venecia amenazadas (¿por la Galia?) y de un monarca que ha triunfado sobre el resto, lo cual debe ser referencia al de Roma y Dinamarca. Aquí están los datos, traten de sacar algún provecho de esta cuarteta.

XXXIV

Hay quien dice, con la seriedad de los catecúmenos, que esto sí que es un presagio de la caída de Luis XVI ante la Revolución. Vean con detalle la cuarteta y traten de averiguar si el pobre Capeto pudo comprender el fin que le esperaba leyendo esta monstruosidad gramatical.

XXXV

Mirmidón es un enano, y sólo eso puede comprenderse. Del resto no se puede responder con seriedad, así que mejor será que quede la cuarteta en piadoso olvido.

XXXVI

Han capturado a un rey, precisamente las manos de un jonio, y las cosas se ponen mal para los herederos (se supone), que ahora quieren hacerse con el poder a cuchilladas y van cayendo por turno. Ni los más fieles interpretadores del autor pierden el tiempo con tal historia.

XXXVII

En un diciembre cualquiera va a darse una crecida del Garona que no dejará casa en pie. Todo lo que se puede leer es esto y no parece tampoco que hasta la fecha se haya aprovechado la vulgar profecía del río desbordado en ese mes, indudablemente favorable a las lluvias copiosas. La calidad de estos versos -como puede verse- no es mucha y su lectura atenta hace más que dudar de la pretendida capacidad del converso Nostradamus para ver ni siquiera el futuro más cercano a sus días.

XXXVIII

Un lío de esos de muchos aliados y enemigos de distintas procedencias, en un paisaje feudal, de muchos señores de guerra y con bastantes localizaciones geográficas. Como siempre, el mapa de las profecías se limita a un entorno cercano y su alcance histórico a poco menos de nada.

XXXIX

Una trama de traiciones y complots, de los que tanto abundan en las centurias ya vistas anteriormente. Naturalmente, esta cuarteta se queda apartada, porque si malas son cuando no dan datos, peores cuando están llenas de ellos, porque entonces su atribución resulta imposible, a no ser que se manipule el pretendido significado y se quiere obtener -a la fuerza- lo que en lugar de hipótesis ya es tesis desde el principio: que significan algo.

XL

Lo mismo que se acaba de decir: una posibilidad lanzada al azar por el autor, con la esperanza de acertar algún día. A veces, el transcriptor de estas cuartetas duda si Nostradamus tuvo el sincero convencimiento de que decía algo real; si era sólo un afán de notoriedad el que le movía a escribir profecías; o si se trataba de una alucinada imaginación desbordada por el vigor de sus propias ensoñaciones. Esta cuarteta, en particular, podía haber sido el guión básico para una novela de sir Walter Scott, pero quedó en profecía sin utilidad posible.

XLI

Otra amenaza de invasión del Quirén, que decíamos en castellano y que se puede suponer que es transcripción de Henry (Chiren en francés original) para dar más misterio al rey de entonces de Francia o a alguno de sus muchos sucesores en el trono que llevaron el mismo nombre. Del resto no hay mucho más que decir.

XLII

Ahora se lucha contra el bárbaro a partir de Barcelona, de Génova y de Venecia. En Sicilia se agrega la peste y del conjunto se deduce que los mencionados bárbaros son arrojados a Túnez. No hay aplicación histórica posible para esta fallida profecía.

XLIII

El ejército de la cruz es avistado por los ismailitas antes de tiempo y se pierde la batalla naval. El pobre Nostradamus pretendía prolongar las cruzadas en un futuro que se acercaba más y más al medievo ya olvidado y sólo recordado por su nostalgia de los viejos tiempos que él no conoció, pero que, sin duda, añoró en sus inocuas alquimias y astrologías de rancio sabor. Impresiona ver cómo su mundo imaginado se componía de tantos retales del pasado, ya inservibles, y cómo se aferraba a ellos para tratar de despuntar entre sus contemporáneos.

XLIV

Hay un "enterado" de las cuartetas nostradamianas que dice que ésta se refiere, sin ningún género de dudas, a la destrucción anunciada de Suiza y de Irán. Y lo dice y sostiene con multitud de "datos" que entresaca de las cuatro líneas, sin inmutarse, convencido de su espléndida capacidad para saber destilar el sagrado significado de las ordenadas canciones del nigromante.

XLV

Mendosus puede significar mentiroso o ser corrupción de Mendoza, nombre de cardenal y de noble (y poderosa) familia castellana, pero ni el que miente ni el castellano se ha convertido en amo de París, Picardía y Piamonte, porque esos lotes ya no se expenden por separado y tampoco se negociaron así en el pasado.

XLVI

Toulouse ve a los rojos salir de allí. No se sabe a ciencia cierta quiénes son los rojos, pero los más ultramontanos de los que creen en estas cosas, que ya lo son bastante, ven en la palabra a todos los que no crean en familia, ley, orden, espíritu marcial, jerarquía civil y religiosa, disciplina y demás valores que parecen poner coto a su miedo a lo nuevo. Con tal versión del verso, actualizan los textos nacidos viejos y creen acertar.

XLVII

Vale para cualquier complot contra un rey cualquiera.

XLVIII

Viento en la costa. Nada más que aire.

XLIX

Guerra civil en Flandes, justo cuando el Senado inglés (cosa que nunca ha existido, salvo que se considere como senadores a los pares del reino) condena a muerte a su rey, cosa que sí hizo el Parlamento con Charles I, pero la guerra Civil en Flandes nunca se dio.

L

De nuevo el mendaz o mendoza de la cuarteta XLV, que ahora se eleva a la mayor dignidad, es presagio de calamidades. Dicen algunos exegetas que esto es alusión al Anticristo, otra cuestión de fe, de bastante fe.

LI

Sectas, rojos y mucha maquinación.

LII

Paz y guerra acercándose en Francia, vale para todo.

LIII

Hay que pedir perdón al lector por esta larga digresión que sigue, pero no está de más detenerse especialmente aquí. Dentro de la tradición moderna, los Fontbrune, padre e hijo, se han convertido en profesionales de la interpretación de "Las Centurias", con bastante éxito económico; como muestra de lo bien que han sabido sacar partido de las alucinaciones colectivas, esta cuarteta -tan disparatada como la mayoría de las observaciones mágicas de Nostradamus- se presenta como una indudable profecía sobre Hitler. Naturalmente, el joven Nerón es Hitler, aun que la calificación de juventud no puede ser explicada en absoluto. Las tres chimeneas son los campos de concentración y exterminio de Auschwitz, Dachau y Birkenau, aunque ni siquiera se molestan en mencionar a Mathausen o Treblinka, por ejemplo, y así les cuadra la línea. Dice que arrojará a los jóvenes vivos y, bien sabido que por comodidad para los verdugos, a todos los exterminados se les introducía en los hornos crematorios muertos, porque lo que se quemaban eran los montones de cadáveres que se multiplicaban cada día. El que haya alguien feliz de estar lejos de estas intrigas resulta más que natural y plausible, pero ya decir, como se dice, que los "tres de su sangre le harán avistar la sangre" es la descripción del complot militar de julio del 44, cuando los militares se querían quitar del medio al líder político que les había hecho perder la guerra (esa era la única razón de tal plan, no la "liberalidad" del ejército profesional), como si sólo hubiera habido tres personas en él, es falta de conocimiento o, más claramente, una vergonzosa manipulación de los contenidos para multiplicar ingresos: un fraude con la complicidad de la ignorancia y la superstición.

LIV

A un puerto llega alguien. Si hubiese hablado de aeropuerto, los que creen en estas cosas podían ser felices, pero es una llegada sin más.

LV

Aviso de guerra en Occidente. Decir que va a ser horrible es redundancia. Ninguna guerra es hermosa. Después la pestilencia, otro tópico del monótono autor.

LVI

Capturas y prisiones. Más catástrofes para rellenar cuartillas.

LVII

Aviso a rey que va a perder corona. No debió servir de mucho.

LVIII

Mueren rojos, se salvan negros, ¿qué más?

LIX

Nicole pare a Loyle. Borgoña para los bretones. Ni Fontbrune osa comentar este despropósito.

LX

Los portugueses luchan contra los ismailitas. Imaginación poderosa.

LXI

Hay quien sostiene que es una profecía que vale para cubrir tres hechos diferentes en un periodo de casi quince años. Así sí que puede justificar cualquier aseveración.

LXII

Borrascosa cuarteta que los fieles abandonan sin vacilar.

LXIII

Más desastres en ciudades francesas. Tenemos al enemigo germano cruzando los Pirineos, atentos pues.

LXIV

Atención: el Emaciano pasa los montes Pirineos. Si sirve de algo esto, léase; para nosotros tampoco tiene sentido.

LXV

Gran vituperio y gran alabanza. Como suena.

LXVI

Una buena noticia: va a haber paz. Otra no tan buena: no se sabe ni dónde ni cuándo, ni tan sólo se atreve el escritor a intentar dar un cierto aire de verosimilitud a lo expuesto, acompañando un año al azar, o un siglo. No, deja caer la buena nueva y espera (seguramente con su mejor voluntad) que la profecía sea favorablemente acogida.

LXVII

Por contra, en esta cuarteta el autor abunda en toponimias y en circunstancias más concretas, pero -como suele suceder en estos casos en los que se precisa tanto el detalle nimio- la profecía se ha quedado fuera del circuito habitual de las interpretaciones, y se abandona para evitar tener que casar tanto detalle con las semirrealidades utilizadas por los exegetas, en su oficio de rellenar los vacíos del original.

LXVIII

También tiene cierto prestigio esta cuarteta, ya que complementa la de la muerte del Papa en Lyon, añadiendo que se va a atentar justamente en la confluencia del Saona y del Garona y en la fecha del 13 de diciembre. En su viaje demostrativo a Lyon, Juan Pablo II quiso poner de relieve que su magia era más poderosa que la del jefe Nostradamus, como se nos cuenta en los relatos del Far-West que hacía el hombre blanco ante los hechiceros indios. Pero se ha olvidado el detalle de pasar por el lugar en cuestión en un día de Santa Lucía, para que quede más claro su triunfo, lo que puede achacarse a un fallo en el protocolo o a una agenda muy llena para esas fechas.

LXIX

Una tragedia climática en los montes; tal vez se haya pretendido darle más carga que esa del granizo con sabor a castigo divino, pero desde aquí, en el presente cambiante, no se puede pretender leerla con mayor entusiasmo.

LXX

Puede ser que vayan ahora con antorchas a Lyon, a matar al célebre Papa, o que escondan esas armas para matar a unos vieneses que poco tienen que ver con Lyon y el Papa. En cuanto a lo de los cantones latinos, tal vez se quiera hacer referencia a los cantones romances de Suiza, pero la confusión no permite sacar mucho en limpio, aun con fe en los textos, lo que también es ya mucho pedir.

LXXI

Si en Carcasona se ve entrar animales de pelo en los lugares sagrados, la población debe estar sobre aviso. Nostradamu nos anuncia una "desgracia propicia", como si se refiriese a la muerte de un ser querido, pero no tanto como para no alegrarse con la herencia. El inefable Fontbrune expone, con ese tono tan característico suyo, que esta cuarteta es la profecía que señala la invasión de Carcasona por los rusos. Como habrán comprendido, lo de animal peludo se asimila a oso y oso es el animal emblemático de los rusos. Sencillo, ¿no?

LXXII

Bueno, además de animales en los templos de Carcasona, se mancillan por mor del célebre "senado" de Toulouse. Sin comentarios.

LXXIII

Historia de turbantes de colores entrando en Foix y prohibidos en Bizancio, un poema de cuarteta.

LXXIV

Homicidio en Fertsod; Artemisa y Vulcano en alza. Sí, eso es lo que dice el versito.

LXXV

Hemos visto, en algún texto interpretativo, referirse a esta cuarteta con sabor helénico como un presagio de la batalla de Navarín. Con tal criterio se debería dar valor a cualesquiera otra afortunada o desafortunada traducción del lenguaje mágico al corriente; pero eso es lo que hacen, precisamente, todos los muchos y laboriosos intérpretes que han conseguido una rentabilidad razonable, gracias a su oficio de portavoces de Nostradamus y a la facilidad con la que el público acepta cualquier prodigio que se le libere de responsabilidad y sustituya decisión tomada por destino aceptado.

LXXVI

Si se quiere que Nerón signifique Hitler, ¿a quién cabe atribuir en esta ocasión el personaje? No cabe duda que la estrofa se refiere a un malvado de esos de antología, "el negro rapaz", con sonido de novela por entregas. El territorio de entrerríos que se describe no es nada preciso y lo del jonio, o joven, tampoco viene a decir más.

LXXVII

A estas alturas, ¿cuántas veces no habremos leído la misma historia de aviso a monarcas? Como de costumbre, se matan padres, madres e hijos y la vaciedad de la cuarteta radica en que no se atreve el charlatán a situarse en el tiempo y en la geografía con un mínimo de precisión. A la vista de todos los reales asesinatos de la historia, es fácil predecir otro más.

LXXVIII

La dama griega de fea belleza y trasladada al reino hispánico, como dice esta coplilla, es una tentación para los que quisieran situar la metáfora en nuestro tiempo.

LXXIX

Aquí se comenta una trampa tendida por el jefe de la flota y que el criminal a veces gana.

LXXX

El duque trata de matar a los suyos y los berberiscos, o similares, se aprovechan de su maldad vil y cruel.

LXXXI

Este rey también es astuto y artero.

LXXXII

Las conocidas menciones a la peste y a una ciudad sitiada.

LXXXIII

El terremoto del cielo y la victoria de Dios. Cosas de este jaez se han pregonado también desde los púlpitos con gran éxito entre la parroquia y han causado innumerables arrepentimientos a tiempo y buenas colectas entre los pecadores que han visto -por fin- la luz.

LXXXIV

Hecatombe y tumba misteriosa (¿no recuerdan cuartetas y tumbas similares?).

LXXXV

De viaje por Francia con Foceo en el trono y conflictos en un buen número de lugares pintorescos.

LXXXVI

Otro viaje, acompañado de la tropa y entrando en París; se quiere que sea profecía válida para Enrique IV, aunque no se hable de rey victorioso.

LXXXVII

Una construcción pía, la transformación de ermita en basílica y un prelado que va a ser ejemplar para el resto de la cristiandad, o de la cristiandad francesa al menos. Sin atribuir.

LXXXVIII

Guerras en territorio de Francia con amigos y enemigos sucediéndose en la liza; una más de las historias bélicas usuales y sin mayor interés.

LXXXIX

Felipe sería el Felipe II hegemónico en Europa occidental y la América descubierta; en tal caso, no hay nada que se pueda decir corresponda con la historia. Otros comentarios, siempre de origen francés, dicen que se trata de un exacto retrato de Luis-Felipe, en el XIX y le añaden detalles típicos para que todo case, como suele hacerse habitualmente.

XC

No se encuentran muchas interpretaciones a esta cuarteta tan hermosa de fingida rendición del capitán germánico, y es una lástima, porque es una bonita idea para un relato breve y fabuloso, con un rey de reyes andando por Hungría y un baño de sangre por colofón. A pesar de lo atractivo del tema esbozado, los exegetas no suelen irse tan lejos a buscar complicidades históricas, bastante tienen ya con tratar de hacer pasar el resto del matute.

XCI

La horrible peste. Eso, pero nada se puede hacer con la monomanía de la peste en Nostradamus. Aparte de sus centurias febriles y la fama que le dieron a sus últimos años, la epidemia de peste fue lo único grande que vivió realmente en su vida.

XCII

Al rey en cuestión se le antoja entrar en una nueva ciudad, pero las cosas se le complican después. Realmente sin interés.

XCIII

Una derrota anticipada de los germánicos y un fuerte que ha aguantado el envite. Tampoco es mucho para tratarse de un intento de profecía.

XCIV

Dice Fontbrune que aquí se narra un hecho del 39 y otro del 41, con los soldados alemanes de protagonistas. Podría decirse que se trata de otra cosa y nadie se podría oponer con mayor motivo.

XCV

Más historias bélicas, en unos párrafos que están recargados hasta la saciedad de estúpidos hechos de armas alrededor de fortalezas. Decididamente, Nostradamus se quedó anclado en el medievo y esa vida suya no fue más que una muerte voluntaria, mientras que su visión de futuro no era más que la triste mirada a un pasado al que ni siquiera podía pertenecer ya. El inefable Fontbrune, por su parte, dice que esta profecía se aplica al triste fin de Mussolini.

XCVI

El duque abre las puertas del castillo y hace de las suyas...; el resto ya está más que comentado anteriormente.

XCVII

La guerra pasa a ser naval y penosa; la imaginación del autor también hace agua y toca fondo.

XCVIII

Por fin alguien se da cuenta de que no merece la pena luchar, aunque sea en la ficción, y se rinde al "gran jefe de Molite", del que no sabemos nada más. Ante tal afirmación tan peregrina, ni los más fieles y crédulos de sus exegetas se toman esta cuarteta en serio.

XCIX

Viento, ceniza, cal y polvo; más tarde la lluvia y no se sabe si eso es malo o bueno para los sufridos sitiados. Hay quien dice que es una narración del próximo futuro, con Juan Pablo II huyendo ante el avance ruso, y lo dice e imprime en esta misma década, sin ruborizarse lo más mínimo.

C

Termina la nefasta serie con una batalla naval en la que parece que el vencido se lleva la mejor parte y el vencedor se pierde entre las brumas. No se sabe a ciencia cierta si es una reflexión filosófica sobre las victorias pírricas o si se trata de tomarse en serio el oficio de adivino e intenta describir su alucinada visión de la guerra en el mar.

 


 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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