Centuria 7


I

Una mención al "arca del tesoro" que fue engañada por Aquiles. También se menciona a un cuerpo ahorcado a la vista del pueblo. A pesar de lo prometedor de su contenido, los autores habituales de la interpretación no han hecho uso de ella.

II

Guerra en Arlés y una mención misteriosa a la India, confusa mezcla que tampoco ha tenido éxito entre los exegetas.

III

Una victoria naval con gente de Barcelona, de Marsella, de Tolón y otras ciudades marineras, pero que no tiene relación alguna con hechos reales.

IV

Tampoco el duque de Langres pudo utilizar en su provecho esta cuarteta admonitaria para librarse de un asedio en Dolle. Se trata de una de las cuartetas en las que se dan muchas ciudades para aumentar la probabilidad de acertar y, por el contrario, la evidencia separa aún más de la historia a la frase profética.

V

Otro tiro al aire, para ver si se produce algo parecido a lo descrito, aunque lo que aparece en las cuatro líneas sea tan poco claro como este verso.

VI

El avance de un ejército despoblador en el sur de Italia no se llegó a producir, aunque esta zona ha conocido demasiados ejércitos y demasiados soberanos sucesivos. También las islas, Córcega y Cerdeña, aparecen mezcladas en la narración, pero no por eso puede encontrar una historia que encaje en la pretendida información profética.

VII

Catastrofismo y musulmanes. Como tantas veces se ha comentado, Nostradamus sintió una especial predilección por las nuevas conquistas musulmanas del futuro, aunque ya en su tiempo se había pasado la ocasión y el momento de fuerza del Islam. Sólo los turcos fueron languideciendo más lentamente que sus antecesores árabes, pero el creciente lunar dejó de ser enemigo poderoso para pasar a convertirse en futura tierra a colonizar por los europeos.

VIII

Tal vez una llamada al papa para que se prepare ante un ataque futuro. Un desolador ataque, por cierto, con todas las notas características del autor, al que tanto gustaba exagerar las tintas y cargar las sombras. La frase "ni sexo será perdonado", es repetida en varias de las cuartetas para indicar una crueldad total.

IX

Una veleidad femenina de las que vienen a demostrar que las mujeres no son de fiar y que se entregan en cuanto su marido está ausente, como ya se ha comentado en otras ocasiones, el pensamiento de Nostradamus no es, precisamente, un ejemplo de apertura o de transigencia hacia el sexo (nunca mejor dicho) opuesto.

X

Barcelona vuelve a estar en las páginas del nigromante. Es curiosa su fijación con determinadas ciudades, las más cercanas de su entorno, aunque después le hayan defraudado tan notablemente en la realidad.

XI

Otra de esas construcciones elásticas que podrían aplicarse con mayor facilidad a hechos banales. Viene a decir que la desobediencia de un infante a su madre va a costar la muerte de quinientos súbditos. Desafortunadamente para el autor, nada hay que coincida con lo escrito.

XII

Otra construcción simbólica y grandilocuente, de mejor intención, porque se trata de constreñir a una realidad geográfica, pero que viene a ser tan inoperante como el resto de las que la acompañan.

XIII

Aunque se ha querido hacer concordar esta cuarteta con algún pasaje de la historia napoleónica; la frase "por catorce años se mantendrá la tiranía", más o menos la duración del paso de Napoleón por el mando, es el factor que se cita como determinante para adjudicarle el párrafo.

XIV

La topografía y los monumentos con sus criptas desveladas, es una extraña combinación, que -sin embargo- cuadra muy bien con sectas y "santa filosofía". No cabe la menor duda de que estamos ante una muy literaria cuarteta. También está generalmente sin atribuir.

XV

Un sitio a la ciudad y el triunfo de un gran rey. Casi siempre Nostradamus apostilla a sus héroes de la ficción con el título de gran o grande.

XVI

Ahora es una gran reina la que triunfa de pleno ante el ejército de los tres leones, lo que podría significar el de Inglaterra en tiempos anteriores. Tampoco está reclamada por los exegetas.

XVII

Tras un gran rey y una gran reina, le toca el turno a un príncipe piadoso y clemente, pero su fin es trágico. Sin comentarios.

XVIII

Una trama de conspiración entre asediados, uno de los elementos favoritos de tan medieval táctico de sitios interminables a ciudades y fortalezas, casi siempre con traidores de por medio. El número de los siete muertos viene a darle el toque mágico preciso al relato.

XIX

Hay quien dice que Nostradamus se refiere a Niza y otros autores prefieren Nicea, por ser más tradicional en el cristianismo. Sea como sea, no hay interpretación creíble a esta cuarteta y más vale que así sea, ya que se trata de un verso de altos sonidos y de mínimo contenido.

El cruce de los Alpes, otro de los lugares comunes de visión profético -estratégica de Nostradamus, obsesionado hasta lo indecible con una muy corta relación de enclaves geográficos situada en las inmediaciones de su experiencia directa.

XXI

Otra vez los Vosgos y un tirano expulsado, para variar. Sin valor alguno entre los fieles seguidores del autor.

XXII

Nada más ni nada menos que los de Mesopotamia y los de Tarragona celebrando un encuentro amistoso con juegos y banquetes, hasta quedarse dormidos de vino y cansancio. Por si no fuera bastante el vicario (de Cristo, se supone), se tiene que trasladar al Ródano. Entre los exégetas, aunque parezca mentira, hay quien se toma la frase en serio y habla de un próximo peligro para el papa ante un próximo ataque de los mesopotámicos actuales, es decir, del Iraq. Puede parecer una broma, pero es demostrable lo afirmado.

XXIII

Una rara obligación para un rey cualquiera, aunque ya queden pocos.

XXIV

Un muerto que anda, las huevas del barbo utilizadas como tóxico y lo que se quiera añadir, porque, en este entorno esotérico, todo vale.

XXV

EI sello del Islam en la moneda de fortuna. Hay ejemplos muy interesantes de moneda acuñada durante los sitios de las ciudades (monedas obsidionales)) tienen una historia aparte en la numismática y hay ejemplares para todos los gustos, pero este afán por hacernos temblar ante el signo de la luna musulmana, se parece bastante a las consejas de viejecillos a la luz de la lumbre y dice muy poco en favor de Nostradamus.

XXVI

Una batalla naval en toda la regla con la muerte para "jefe de Madrid", alcanzado por un dardo girador. Hay quien dice que esta descripción es la de la batalla de Trafalgar, aunque esa batalla naval involucró a muchos más de los siete navíos aquí descritos.

XXVII

Una escena de caballería en Italia. Sin atribuir.

XXVIII

Capitán y montaña, todos salvados, menos treinta abrasados. Epica y sin atribuir.

XXIX

Una escena verídica acaecida en los años en los que se publicaban las cuartetas. Efectivamente, el Duque de Alba y el de Guisa se las tuvieron duras y guerrearon, pero no tiene mucho mérito, porque se trata de hechos acaecidos en 1557.

XXX

Uno de los frecuentes saqueos o sacos de la época, situado entre Francia e Italia, en los parajes más queridos de Nostradamus. Tampoco es una cuarteta reclamada por los fieles del autor.

XXXI

Achacada a las expediciones militares de Garibaldi, podría ser tal y como se quiere, pero también podría no serlo, tratándose -si se insiste en ello- de otra de las muchas peripecias militares acaecidas en la zona. De nuevo aparece la obsesión del paso de los Alpes, una aparición frecuente en los textos del autor.

XXXII

Un nacimiento prodigioso y mágico que va a traer desgracias sin límite y tiranías sin piedad. Otra de las obsesiones de Nostradamus, tan marcado por el espíritu determinista de la época, que quería creer en el destino inexorable de las criaturas, a pesar de su pretendida fe en la libertad del hombre predicada en los Evangelios.

XXXIII

Construcción misteriosa de una amistad peligrosa para los demás. Es de las cuartetas no reclamadas ni por los más fieles creyentes en Nostradamus.

XXXIV

La tristeza de los galos queda sin explicación y no se ha podido dar sentido a la amenaza de hambre que encierran las cuatro líneas de la profecía, tan llenas de humana pena por la falta de todo lo que parece necesario para la vida, aparte de la cerveza, que queda ligeramente fuera del cuadro de la angustia predicha, para convertirse en un lujo superfluo. Lo que no se explica es porque hay que lamentar la falta de veneno.

XXXV

La estampa del arrepentimiento, acompañada por el pesar de haber sido engañado "por los de su lengua", que viene a ser como si, además, se añadiera el dolor de haber sufrido el fraude de los compatriotas. Es demasiado inconcreta, como para ser una cuarteta digna de tomarse en cuenta.

XXXVI

Bizancio y Trebisonda, viejos recuerdos de un tiempo que no ha de volver pero al que, según parece, Nostradamus se aferra desesperadamente, con una intención vana de recobrar el aparente orden clásico al que gustaba decir que pertenecía. Junto con estas menciones al futuro imposible, la de Troya también es frecuente en su contexto "oriental" particular.

XXXVII

Otra escena de guerra naval sin poder encontrar un sitio en la realidad. Como se puede comprobar, todo lo que el autor espera de la historia se cifra en guerras, sitios y traiciones, olvidándose del complicado y apasionante juego de intereses y de hegemonías, bastante más importante que el de los hechos de armas.

XXXVIII

Un accidente real, que se quiere situar en muchos primogénitos reales. Tampoco tiene una atribución que pueda situarse correctamente, si se quiere ser fiel a lo descrito en el texto.

XXXIX

Nada, no se ha tomado tampoco en cuenta esta cuarteta, por la sencilla razón de que no resulta fácil encontrar a un "conductor del ejército francés" con problemas definitivos para él y su gente en Génova, otra de las ciudades favoritas del profeta desafortunado.

XL

Si recuerdan esta historia de toneles, ya aparecida en otras ocasiones, verán que la artimaña de esconderse para entrar clandestinamente es una de las repeticiones estratégicas del autor. En cambio, una forma más elaborada de penetración o una astucia política sutil no parecen cuadrar con sus posibilidades mentales.

XLI

Una cuarteta de tipo dramático-tenebrosa, uno de los subtipos más frecuentes y menos sugerentes para los intérpretes aficionados, sobre todo por nebuloso e impreciso.

XLII

Casi se puede decir lo mismo que se ha comentado de la cuarteta anterior, es una forma muy típica entre los "brujos" para tratar de dar apariencia de contenido a lo que sólo es forma sin fondo.

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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