Centuria 6

I

Un jefe romano, tal vez ese Papa tan geocéntrico de Nostradamus, temerá a gente extraña que viene a socorrer al rey nuevo. Dicen los más crédulos que esta es una predicción de cara al futuro, a un futuro con el Papa luchando o escondiéndose de unos leales a la monarquía nueva (¡y tan nueva!) de Francia.

II

Ya lo saben, sucesos extraños en el año (mil) quinientos ochenta y en el año (mil) setecientos, con tres cielos por testigos, uno de cada cinco reinos tendrá cambios, lo que es decir absolutamente nada y sin equivocarse.

III

Otra profecía de amplio espectro, eficaz para muchos casos y útil para ninguno, de la serie de cuartetas abandonadas hasta por los más fieles.

IV

La apología de la astrología, con desastre para la ciudad de Agripina y la permanencia de la vieja lengua, lo que no es decir mucho.

V

Hambre y peste, lluvia en el polo Artico y un desastre en cuanto a la falta de normas y reglas, en un radio de cien leguas alrededor de Samatobryn. Tampoco es esta una cuarteta escogida por los intérpretes.

VI

Un cometa se acerca y, naturalmente, se anuncian con él las grandes desgracias que se solían asociar a las invasiones de la bóveda celeste por cuerpos insólitos. Hasta principios de siglo, la llegada de los cometas tenía un cierto encanto misterioso. Ahora ya no se respetan ni los cometas y se les envían aparatos de medida de toda índole para tomarles las medidas y conocer sus secretos físicos, pero a nadie le asustan los bólidos ni los meteoritos.

VII

Noruega, Dinamarca y Gran Bretaña "vejadas" por los unidos hermanos. Hace poco más de cuarenta años, por ejemplo, los nazis "vejaron" Holanda y Dinamarca, Francia y Rusia, Bélgica y Noruega, pero Gran Bretaña quedó fuera de su alcance. Desde entonces parece que las islas Británicas se han quedado fuera de los planes de tales fraternidades belicosas. El jefe Romano, salido de sangre Gala, puede ser un Papa, si nos atenemos a la doctrina del autor, y eso sí que no casa con la realidad en absoluto.

VIII

Puede ser el anuncio de una revolución que arrase los viejos estamentos privilegiados. Pero se hace hincapié en la persecución de los que tienen estudios, no de los poderosos, lo que hace errar la profecía, que podía haber sido válida en otra forma.

IX

Ligada a la anterior, ésta traslada los desmanes de los rebeldes a los templos, cosa más común, pero nada precisa.

X

Catástrofe obviamente cromática y de difícil adscripción a un hecho real.

XI

La muerte de los descendientes. Hay quien dice que se refiere a los hijos de Enrique II.

XII

Una vez más, el Vaticano entra en acción, con toda Europa a favor o en contra.

XIII

Dice Fontbrunne que esta cuarteta avisa al mundo de la llegada de Pío IX. Igual podría haber anunciado la llegada de cualquier otro personaje político o religioso, porque la única relación con Italia es la mención, en minúsculas, al capitolio, sin precisar si es el Capitolio de Washington, por ejemplo, en el que han entrado multitudes de "dudosos". Como casi siempre, la falta de precisión hacen que la profecía potencial quede reducida a una nebulosa que nada anuncia.

XIV

Una profecía que se podía haber ajustado a Ricardo Corazón de León, pero que no puede hacerse, por ser hecho pasado en la historia. También al derrotado rey Francisco de Francia, en la batalla de Pavía se le capturó en la persecución de los fugitivos. En resumen, el texto no es nada extraño, es un hecho repetido asiduamente.

XV

Utilizar las notaciones astrológicas no dice mucho en favor del autor y ese desconocido rey de España que se relaciona con Nuremberg está todavía por verse en la realidad.

XVI

Pura retórica que quiere meter a los "normandos de Francia y Picardía", una especie extinta, entre la Selva Negra y la Lombardía, en una horrible mezcla de lugares demasiado amplia como para ser digna de contemplarse con detalle.

XVII

Más astrología y más confusión aún, si cabe. Los acemileros o arrieros van a cambiar de ropaje y los molineros tomándose la venganza contra los saturninos de la fábula y un resto amplio de gente que se va a quedar fuera de la acción, afortunadamente.

XVIII

Los médicos (físicos) no supieron atender la salud del rey y tuvo que ser el "Ebrio" quien lo sanara. Ahora su yerno va a ser elevado al mayor honor, seguramente al trono, aunque no se sabe que tiene que ver Cristo con este suceso tan laudable de la recuperación de la salud real, a pesar de la poca atención de la clase médica y de su dejación de responsabilidades. Es un ejemplo más de esos disparos al azar del nigromante, tan difíciles de justificar como profecías.

XIX

Otra vez la mención a la "dama", que esta vez va a ser una malvada mujer. El trato que Nostradamus da a la mujer, como figura de fondo y de dudoso valor, es otra muestra más de su enfermiza concepción del mundo. La dama (que los conservadores tratan siempre de república, por contraposición a la monarquía, tan perfecta para ellos) va a intentar quemar a los inocentes y, por designio celestial, en Sevilla aparece un monstruo con forma de buey. Bastaría leer una de estas cuartetas para no tomar en serio el resto de la obra de Nostradamus.

XX

Una confusa prevención sobre falsos unidos y cambios, con Roma y el papa sempiterno al fondo de la cuestión.

XXI

Ahora vienen "los del Polo Norte" a asustar al mundo, incluidos "los de Rodas y Bizancio", un prodigio de insensatez, sin duda de ninguna clase.

XXII

Cisma en Roma por causa de un sobrino de Landres y libertad falsa. Confusión y monotonía en la obsesión por Roma y sus papas demostrada por el autor.

XXIII

Los exegetas quieren ver un aviso a París en esta cuarteta y desean que Rapis sea anagrama de la capital. Que sea así, como ellos quieren, pero tampoco se mejora la calidad de la cuarteta, tan genérica como el resto.

XXIV

Marte y Cáncer con guerra calamitosa. Nada, absolutamente nada que comentar a esta huera descripción catastrofista que no aporta ningún elemento digno de ser tomado en consideración.

XXV

Marte, la monarquía y el papado. Un anarquista al poder, si Nostradamus hubiera sido capaz de ver verdaderamente algún tipo de futuro y brumas para los traidores, que van a marchar con tiempo inclemente.

XXVI

Rávena y Pisa con cuatro años de asedio y la cruz del Papa por allí, para darle mayor encanto a la cuarteta, tan poco atractiva como el resto de la serie sobre el papado.

XXVII

Aquí amenazan de nuevo los musulmanes a una isla de cinco ríos a uno, menos mal que media docena de afortunados se pueden escapar de su trágico fin, escondidos en fardos de lino.

XXVIII

Ahora le toca el turno a un anglosajón que va a entrar en Roma con un séquito de mala gente. El pastor máximo, que debe ser el tan traído y llevado Papa, va a condenarlos a todos a muerte, por haberse unido (contra él) en los Alpes. Es una lástima que la historia del Vaticano, aun estando plena de sucesos sangrientos y de difíciles explicaciones, no haya sido tan folletinesca como predecía el autor, porque sería la más fantástica novela de aventuras, traiciones y epopeyas que se pudiera leer.

XXIX

La viuda, que no es mala, sino santa, va a oír algo que la dejará perpleja y tendrá que tomar alguna decisión complicada, que servirá, no obstante, para aplacar querellas y templar disputas.

XXX

En Brabante se presentarán los de Lieja y la Santa Santidad va a ser traicionada. Esto es todo lo que se lee, tal cual, y no se le puede encontrar sentido alguno, a pesar de la credulidad de los intérpretes tradicionales, que dicen que es aviso de la invasión de los territorios belgas por los alemanes, como si "los de Lieja" fueran nazis, y no belgas.

XXXI

El rey va a disfrutar viendo como capturan al prelado y en Milán las cosas van a ponerse difíciles por una respuesta al duque. Vacío absoluto.

XXXII

Mal fin el del cautivo que sea muerto a golpes de verga; lástima que no se haya podido utilizar como advertencia válida por algún implicado en un "consejo frívolo".

XXXIII

Una más de las cuartetas que se escribieron en tonos mágicos y magníficos sin citar más que imprecisiones para ver de encontrar, por la ayuda de la fortuna, alguna que otra utilidad en el futuro. Ni aun con la mejor voluntad, se puede decir que estas cuatro líneas tan poéticas puedan tomarse mínimamente en serio.

XXXIV

No es una cuarteta de las que se aprovechan para decir que Nostradamus supo ver los ataques aéreos como arma del futuro, y es una pena, porque tiene elementos atractivos para esta interpretación. De todas formas, su contenido responde al típico esquema del autor que se compone de: jefe, asedio, turbación y vencidos. Aplíquese a cualquier sitio de una plaza fuerte, en la que los asediados pierdan y los sitiadores venzan y verán como sirve a la perfección en su papel de sabiduría mística y augurio exacto.

XXXV

Una sarta de astrológicos signos que invalida hasta la buena voluntad del autor. Se supone que hay una advertencia mágica escondida tras la maleza de las banalidades y que cerca de Rion (y de blanca lana, sea eso lo que sea) va a verse un prodigio celeste y milagroso. Es de las cuartetas que se dejan olvidadas para no tener que comprometerse con tan peligroso juego.

XXXVI

La mula con gualdrapa negra y el rey herido cabalgándola, es una estampa sugerente, ya que se trata de un monarca herido que por alguna parte de Italia va a la desesperada. No queda nada claro si se trata de Pisa, de Florencia o de Perusa, pero no hay ningún rey de cualesquiera ciudad de las nombradas, que coincida con tan emocionante descripción y la monarquía ya terminó para siempre en Italia.

XXXVII

Al acabar la obra antigua algo va a caer de un techo. ¿Cuál techo? ¿Qué inocente muerto y acusado? Y así muchas más interrogantes sin ninguna respuesta. Como pueden comprobar, difícil de cimentar es la fama del autor a la vista de sus desatinos o de sus juegos de probabilidades, o de la complicidad ajena.

XXXVIII

Algunos intérpretes franceses dicen ¡cómo no! que esto es presagio certero de las guerras de Napoleón en Italia. Ya ven ustedes lo que comentábamos de la complicidad necesaria para hacer pasar por bueno lo que -simplemente- no es.

XXXIX

No sabremos nunca a qué hijo de qué rey se refería en sus lucubraciones el nigromante alucinado, ni siquiera con la ayuda de la localización geográfica del lago Trasimeno.

XL

Ahora la pretendida acción pasa al escenario alemán y podemos llegar a la misma conclusión negativa de la cuarteta XXXVI, que es una buena idea para un argumento, pero que nunca sucedió tal historia rocambolesca. Ni Maguncia, ni Colonia recuerdan hecho semejante y ahora no son ciudades enfrentadas, sino parte de un mismo Estado federal.

XLI

Aviso al segundo jefe del reino de Dinamarca: van a venir de Frisia (Norte de Holanda) y de la Isla (siempre en singular) Británica a conseguir de él cien mil marcos, sin que le sea provechoso su viaje a Italia o a Itálica (ya en ruinas desde los primeros siglos de la cristiandad).

XLII

Dice Fontbrunne (buen conocido de los lectores, a estas alturas) que Ogmyon o el Logmion que nosotros leemos, es el Dios galo de la elocuencia y que significa, en Nostradamus la República, como también lo significa "la dama", como si el pobre alquimista estuviera también viendo en sus sueños a "Mariana", símbolo y signo republicano con doscientos años y pico de antelación. Aquí, tras esta obertura, los musulmanes paracen ser los más favorecidos, mientras que los italianos se contagiarán de república y un contrahecho va a ser el presidente elegido. Una joya de la lírica fantástica.

XLIII

Profecía fluvial. Vale más que sigan corriendo los ríos y pasemos a la siguiente.

XLIV

La misma historia de monstruos nacidos a la luz (o la sombra) de algún hecho portentoso, que ahora es el hundimiento de una flota en sima árabe, sea lo que sea eso.

Ataque a Melilla abortado por el viento contrario, con resultados adversos para el "más desleal". Esperemos a ver si algo así sucede algún día en Melilla.

XLVI

Un hombre justo va a ser -injustamente, por supuesto- enviado al exilio. En realidad, han sido millones los justos que han tenido que sufrirlo y muchos más los que todavía lo sufrirán. Pero no sirve para más la cuarteta.

XLVII

Sin interés, es otra de las lucubraciones geográficas tan poco interesantes con las que nos abruma el autor.

XLVIII

Algo relacionado con Roma, lo que viene a traducirse en otro sin sentido.

XLIX

Más historias con el Papa de fondo y toda su tramoya de fanatismo y de catastrofismo romanocéntrico tan poco afortunado.

L

Una tragedia íntima, de un incesto cometido por una madrastra. Como se puede comprobar, la aparición de la figura femenina sólo sirve para presentar una monstruosidad o el peligro más inminente. Decididamente, Nostradamus tenía un problema personal con las mujeres. Y no debió librarse de él en toda su vida.

LI

Menos mal que se salvó el rey (y treinta de los presentes) de un techo que se vino abajo durante el espectáculo indeterminado que se canta en la cuarteta.

LII

Uno de los más aplicados "discípulos" del gran mago dice que esta cuarteta en particular es una exacta profecía de cuatro hechos ocurridos durante un período de cinco años y protagonizados por cuatro personajes diferentes. O sea, a cada línea le correspondería una profecía distinta y un año también diferente. Creemos que ni el mismo Nostradamus soñó con lograr tal polivalencia profética en sus ensoñaciones de cara a la posteridad.

LIII

Un gran prelado celta va a hacer que algo suceda entre Bretaña, Bizancio, Chipre, y Túnez y sin sospecharlo. Tampoco se puede decir que el lector pueda sospechar qué es lo que trataba de hacer creer Nostradamus con esta carrera sobre los mapas.

LIV

Si se trata de 1607, nada pasó que se acomode a la crono-profecía. Si es el año medido por la Hégira, entonces quedan doscientos años por delante. Francamente, para entonces no parece muy posible que se mantenga la dinastía alauí en Marruecos, dando ocasión a su captura por los árabes, aunque vengan de Túnez, Fez y Bujía.

LV

Más lugares conocidos de los mapas siempre manejados, con tan poca gracia, por Nostradamus, ahora con toques árabes y con esas catástrofes que han quedado tan coloristas como siempre, pero tan poco útiles para el interés del lector con una cualificación superior a la mínima. Realmente, Nostradamus debió vivir obsesionado por la presencia del Islam en la orilla opuesta del Mediterráneo, cuando no estaba obsesionado con la peste, la sangre y el fuego o las mujeres. Cuando menos, su noches debieron ser tormentosas y muy proclives a su insomnio.

LVI

Amenaza para Barcelona, que se va a ver atacada por el "terrible enemigo de Narbona" y con el pánico también cundiendo en Perpiñán, que se termina por quedar desoladoramente vacía, ante ese ataque a los "hespéricos". Buena imaginación la del autor y escasos aciertos (al menos en el pasado).

LVII

Si las monarquías son sagradas, el resto de la cuarteta en tojos puede tener sentido. Dudamos que un republicano pudiera leer esta estrofilla con un mínimo de respeto hacia las profecías de esta y otras parecidas guisas.

LVIII

Una más de las cuartetas dedicadas a los musulmanes como amenaza para Occidente, pero en este caso (y en ejemplos posteriores) parece que este Selín sea mejor que los naturales del viejo Continente.

LIX

Una dama enfurecida por el adulterio va a delatar a su príncipe los nombres de los conjurados y diecisiete serán martirizados. Lo que no termina de estar claro es que estos hombres, adúltero incluido, fueran culpables o inocentes, pero para el efecto misterioso buscado, debían ser suficientes los detalles de dama y adulterio.

LX

Un intérprete engaña al pobre príncipe celta (que no está en casa). Pues mire usted que bien.

LXI

Una adivinanza, se mire como se mire.

LXII

Otra de esas construcciones de aspecto poético y de contenido nada dudoso, antes bien al contrario, queda claro que no dice nada, aunque los exégetas traten de decirnos que un Enrique de Francia, una vez en la campaña de...

LXIII

Cada vez que Nostradamus menciona a una mujer en sus cuartetas, la cosa es para echarse a temblar. Siempre la mujer (como el pecado) va aparejada a catástrofes de toda índole. En esta ocasión, la dama simplemente se queda viuda y sufre durante siete años. Uno de los más conocidos y pintorescos intérpretes del mago, dice que esta es advertencia de república y se queda tan tranquilo. Así sí que se puede ser profeta, con ese apoyo incondicional.

LXIV

Nuevamente en Barcelona, con la flota entrando en su puerto, tras trabajoso asedio. Hay engaño abundante y se ha perdido la batalla ¡Qué se le va a hacer! Por cierto, en Barcelona no se recuerda hecho parecido, en su larga historia, y no cabe más que deducir que esta es otra de las rotundas equivocaciones del autor.

LXV

Una cuarteta de las que se pueden denominar abiertas, con todas las interpretaciones que se quieran hacer, pero sin contenido alguno.

LXVI

El gran Romano, debe ser San Pedro, porque si no la frase no tiene sentido. No se puede aventurar que sería eso de la "nueva secta" tan macabra, con sepulcros y huesos, pero debe responder a la superstición generalizada del antipapa.

LXVII

Ya saben: al gran imperio sucederá otro, una variedad absoluta de las que parecen encerrar algún misterio especialmente desvelado por el sabio y que no es más que la lógica concatenación de fuerzas en la historia del mundo.

LXVIII

De nuevo y hasta la saciedad, Roma aparece en los estribillos misteriosos de Nostradamus. La fijación de esta ciudad, sede de la única Iglesia verdadera, es algo que se puede interpretar muy fácilmente por un estudiante de psicología no demasiado avanzado ni avezado.

LXIX

Perfectamente estereotípica, es una advertencia de hambre, sed, tragedia y catástrofe, uno de los tipos más abundantes de llamadas a los lectores con acentos tremendistas. Sin embargo, estas -sobre todo- son las cuartetas que más han hecho por la inmerecida fama de Nostradamus y que más han significado para sus adeptos, ya que se pliegan muy bien a las catástrofes reales o temidas.

LXX

Un hombre extraordinario. Lo malo es que no se podrá saber nunca a quién se refería el autor, si es que de verdad se refería a alguien en concreto.

LXXI

La muerte de un rey, con leones y águilas, que son animales emblemáticos abundantes y que a nada comprometen. Ni siquiera los más fanáticos han intentado sacarle partido a esta cuarteta tan poco seria.

LXXII

La violación de un grande, mejor dicho, de su mujer. Como antes se señalaba, cuando aparece una mujer en las líneas del nigromante, no es para nada más que algo trágico o negativo. Misántropo o, sencillamente, de su época, el autor no podía pensar más que como le había enseñado su doble origen judío y cristiano y en la mujer veía siempre al mal, la tentación y todo lo que de negro pudiera pensarse.

LXXIII

Un monje traidor va a darle un susto a Módena y a sus habitantes. Nadie ha podido aprovechar la amenaza del artesano y clérigo y es una lástima, porque se trata de una historia atractiva.

LXXIV

La expulsada volverá al reino y su vuelta va a suponer una mala noticia para setenta y tres vecinos de la corte, que van a dar con sus huesos por tierra. Sin reclamar por nadie, la cuarteta permanece arrinconada.

LXXV

Dice Fontbrune que esta cuarteta se refiere a Juan de Austria, por lo de la batalla de Lepanto y que eso de "más alto puesto alcanzar", significa, en realidad, que lo iban a enviar al norte, a Flandes y no que se le debiera considerar ascendido. Lo del contrabando queda sin explicar, para justificar el resto. Como ven, es una forma muy hermosa de "saltarse" los inconvenientes y apañar los resultados según el criterio de partida.

LXXVI

A un tirano le va a llegar la hora y la garganta será cortada en el templo. Lo más llamativo es el hecho de que el pueblo va a animarse y va a intentar acabar con la familia y colaboradores del tirano, lo que es casi una revuelta popular.

LXXVII

No sabemos a ciencia cierta quién podría haber sido el burlado fraudulento, pero esas flotas o ejércitos, coaligados, más el resto de hechos con escenarios alemanes o italianos no casan con los hechos conocidos.

LXXVIII

De nuevo tenemos a los musulmanes ganando la partida. Por cierto, que esta forma de Selín o Selino es otra manera de hablar de Selene o la Luna (en cuarto creciente, que debería ser menguante) como santo y seña del Islam. Parece ser que la obsesión de la invasión musulmana también le tocaba en parte a Italia y hasta a Suiza.

LXXIX

Debe ser una continuación del avance supuestamente musulmán que Nostradamus vio en sus sueños de profeta, la expansión u ola invasora llega hasta Pau, en los Pirineos, pero llegando desde arriba, lo que ya debe ser rizar el rizo de la complicación estratégica.

LXXX

El origen de la invasión, claro queda, iba a ser la ciudad de Fez. Pobre ciudad de Fez, tan llena de interés artístico e histórico y tan perdida sin recursos, tras siglos de postración y virtual abandono. Lo del asiático perseguidor de la cruz, ya no queda tan bien con el resto de la fantasía.

LXXXI

Deben ser las funestas consecuencias de la invasión sarracena. Es gracioso que se mencionen lugares favoritos del autor, como Génova, Leman y esas islas con mayúscula, para darle más dramatismo a la estrofilla.

LXXXII

El destino del sobrino del papa parece preocupar también a este escritor sin pausa ni tasa y ahora nos lo hace vagar por el desierto y caer molido a palos.

LXXXIII

Nos quedamos sin saber quién es quién tanto honor tendría a la vuelta de la gala Bélgica, aunque después se convierta en rufián y sea un hombre belicoso.

LXXXIV

Increíble, se puede ver que esta cuarteta, entre otras, se ha querido utilizar para decir, desvergonzadamente, que Nostradamus quería avisar de la ascensión de Hitler al poder. Como se puede comprobar, eso sí que es credulidad y afán de justificar lo injustificable.

LXXXV

Atención a los onubenses. Parece que se quiere destruir Huelva por los franceses. Menos mal que Portugal nos defiende en el primer día del verano, día de San Urbano, por más señas. Penosa es la profecía de este casi-charlatán del futuro.

LXXXVI

El gran prelado, sea obispo, arzobispo, cardenal o papa, va a tener un sueño, y Nostradamus, tan científico él, le aconseja (quienquiera que sea el clérigo de porte) que lo interpreta al revés para hallar la solución. La solución, por si el muy memo no la consigue desvelar, es que va a venir un cura de Gascuña (en donde tienen fama los hombres de exagerados y fanfarrones) a decirle que él, el prelado en cuestión, va a ser el gran prelado (cosa que ya era) de Sens, sea eso lo que fuera.

LXXXVII

Aquí hay un desconcierto, porque la elección que se ha hecho en Francfurt no va a ser válida para los de Milán y ni siquiera se puede tratar el significado de "mareschs", porque alguna de las interpretaciones que se conocen son intentos ridículos que tratan de pasar por filología "avant la lettre".

LXXXVIII

En mayo va a haber terremoto y el reino grande desolado va a ver la reunión cercana al río Ebro, mientras que los montes Pirineos dan consuelo a los que han debido quedar desolados. Podría haber sido la ofensiva última de la República en la Guerra Civil de España, pero eso fue en un mes de julio.

LXXXIX

Bien, puede ser que haya sido cierto, pero no viene a decir nada más que una tragedia personal e indefinida.

XC

Igualmente nebulosa e incierta, válida para cualquier hecho al que se quiera aplicar.

XCI

Otra grande e impresionante construcción. No se sabe qué querría decir -si es que realmente quería concretar algo- con lo del hijo de Agripa y la huida en la cesta.

XCII

Otra historia de traiciones, de las que tanto abundan en las centurias. El hermoso príncipe debe ser la víctima del rey al que se odie por tal hecho.

XCIII

Un prelado ambicioso no es verdaderamente una noticia, y su fin parece ser un justo castigo a su avaricia desatada. Volvemos a encontrarnos con una afirmación de aspecto serio y de contenido nulo.

XCIV

Estamos, al parecer, en una serie poco afortunada, de las que se forman con generalidades que pueden tener su encaje con hechos posibles Aquí, en concreto, se nos habla de un monarca enojado con sus rebeldes, cosa lógica, seguido de una venganza o de un real castigo, lo que también cuadra con la anterior exposición. Con un poco de buena voluntad, se puede aplicar a un hecho histórico y cerrar la profecía a satisfacción de las partes interesadas.

XCV

Triste nacimiento el marcado por la calumnia, seguido por la partición del reino y por el triunfo de destino desfavorable. No se puede decorar más el vacío que con una estrofa de este tipo, que puede pasar por profética y no es más que una vaguedad bien probable, ya que son muchos los reinos descompuestos y remendados que nos cita la historia.

XCVI

La catástrofe. La soldadesca se queda con los restos de la ciudad y el tumulto, seguramente saqueo, pillaje y destrucción a cargo de las hordas triunfadoras, se produce inexorablemente. Podría ser el saco de Roma, o la entrada de los tercios en Amberes, o cualquier otra escena bélica en la que el escarmiento militar se haya producido. Para citar escenas como esta, se necesitarían docenas de páginas. Con todo, hay que reconocer, al menos, la astucia del autor.

XCVII

La temperatura sube a cuarenta y cinco grados. Bueno, en el sur de Europa es hecho corriente y en otras zonas más tórridas no pasaría de un dato meteorológico, pero Nostradamus quiere atemorizar a los habitantes de la "ciudad nueva" y mete en el mismo versículo a los normandos, lo que querrá decir que se trata de un espantoso día de calor, nada usual, en Normandía, pero los incendios espontáneos no deberían ser considerados extraordinarios, dado lo elevado de la temperatura y la natural sequía que acompaña al clima. En resumen: nada.

XCVIII

Una catastrófica premonición de Nostradamus para una ciudad de los Vosgos que no ha sido tenida en cuenta por los intérpretes más habituales.

XCIX

Una advertencia al enemigo que deja de serlo por la confusión, seguramente debida a la intervención de alguna fuerza superior y una enfermedad se abate sobre ellos, venciéndolos la fuerza amiga en las inmediaciones de los Pirineos. Cuarteta sin atribuir.

C

Termina la centuria con una hermosa construcción dedicada a una hija del Aura, tal vez una ciudad, que se va a ver cuatro veces en cautividad. Se trata también de una cuarteta sin atribución.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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