Centuria 5

 

I

Entramos en la quinta centuria con una profecía singular y gótica, con acuerdos entre ruinas y un asesinato siniestro. Pero no es mucho más que una estampa colorista, porque resulta de poco peso y menor envergadura tal presagio.

II

Nueva conjura, ahora con siete conjurados entre comida y bebida abundantes. A los postres viene la tragedia y no queda muy claro quién es pasado por las armas o muerto a mazazos. Hasta los incondicionales se quitan del medio tan espantosa sucesión de truculencias.

III

Se quiere ver en esta cuarteta la unificación italiana, pero la mención de que se trata de una rama gala de las monarquías europeas no facilita, ni mucho menos, las coincidencias necesarias para tomarla como buena. Podía haber sido una profecía válida, pero la diferencia es lo suficientemente amplia como para invalidarla totalmente.

IV

Una alegoría de animales emblemáticos que no puede ser -al menos todavía- atribuida a un hecho concreto y, sobre todo, real. Mastines fuera de su lugar, que podrían ser hasta personas conocidas por títulos o apodos (recordemos John Bull, el dogo británico), pero el ciervo no tiene aplicación ni explicación. El oso podría ser Rusia, pero el lobo se queda fuera de cuadro. Al final, desgraciadamente, la historia no encaja con la Historia.

V

Uno de los exegetas más trabajadores de la obra de Nostradamus dice que esta cuarteta es un "claro aviso" del advenimiento de Hitler al poder y utiliza, con total alegría, la imagen de la "joven puta" para describir a la república de Weimar. Si se quiere justificar lo injustificable, esta execrable interpretación puede servir como ejemplo de lo que es normal entre los "estudiosos" de las Centurias.

VI

Del mismo autor se puede leer que esta cuarteta es la profecía que indica que el "Rey" de Italia va a ser consagrado por el Papa en su lucha contra la izquierda en Italia. Creemos, modestamente, que tal narración del futuro próximo puede venir a redondear lo que acabábamos de comentar en la cuarteta anterior, cuando se trata de encontrar significado incluso a lo que apenas se mantiene en pie en la más ingenua de las lecturas.

VII

Un hallazgo arqueológico de una tumba, precisamente la de un triunviro no especificado. Sus huesos parece ser que van a conocer un reposo ansiado, pero a los restos enterrados en las cercanías no les va a caber tamaña fortuna y seguirán entre féretros de plomo y tumbas de mármol esperando una liberación que más se acerca a la tradicional superstición que a la más razonable suposición de que unos huesos no suelen sufrir mucho en la muerte, aunque el suelo en el que están sepultados no goce de las oportunas bendiciones.

VIII

Una terrible profecía, de las que se suelen aplicar a un ataque aéreo del futuro terrible que nos espera. Como no se ha tenido la delicadeza de apuntar la exacta localización de la ciudad amenazada, el presagio no va a ser de utilidad para los habitantes amenazados de hoy, mañana o pasado mañana. Realmente, es una cuarteta impresentable, porque se trata de un mero relleno que puede servir para lo que se quiera.

IX

Alguien va a tener un hijo con frente de mujer y barba de hombre fornido. Esta es una de esas muchas advertencias mágicas de grandes portentos (demoniacos, seguramente) que se darán en partos representativos de lo que espera a la Humanidad por su maldad. Es, cuando menos, una profecía de las más obsoletas y graciosa tan sólo por su ingenuidad tremendista, típica del pensamiento milenario del alquimista profético.

X

El jefe celta lo pasa mal viendo a los suyos en apuros y él sin poder hacer nada en su favor No merece ser considerada siquiera.

XI

De nuevo vamos a ver la obsesión del autor por las invasiones musulmanas. Esta es la primera de una corta serie.

XII

Este lago Lemán, que tanto aparece, a la hora de la realidad ha sido pacífico enclave, desmintiendo la predilección bélica que Nostradamus demuestra por él.

XIII

Los "líbicos" son finalmente expulsados. Sin comentarios.

XIV

Pero la amenaza líbica, traída hasta la saciedad por Nostradamus en sus cuentos del futuro guerrero, se va a quedar en España y va a llegar hasta Malta, en el centro del Mediterráneo, mientras que a los reyes de Roma les van a dar golpes metafóricos los franceses, sin que se explique por qué esta actitud tan poco amistosa, aunque en la XIII se cuenta que el rey romano ha vejado Bélgica y se ha visto involucrada Europa entera, desde Hungría hasta Gibraltar. Lo que no se explica es cómo el rey de Roma ha llegado a los Países Bajos, si pasando por Francia o en una de esas flotas líbicas tan numerosas de las Centurias.

XV

Una serie de advertencias a los papas se inicia en esta cuarteta y con ella el antiguo concepto de un pontificado político y lleno de riesgos, en el que no eran raras las muertes violentas ni escasas las intrigas más arteras. El Estado papal fue, durante siglos, otro de los principados en los que la fuerza y la astucia eran las armas más seguras para ejercer el poder carismático de los vicarios de Cristo.

XVI

Una extraña historia, espectral y arcaica, porque ya no volvería a haber cruzados en toda la historia y el viejo combate por Tierra Santa también era un recuerdo del pasado incluso en vida de Nostradamus, tan enamorado de los relatos de caballería y tan sumergido en las fantasías como el buen Alonso de Quijano, pero más prosaico que el Quijote.

XVII

Una compleja conjura que mezcla a Chipre con el Ródano, en una paradójica convergencia geográfica que sólo puede ser posible en una mente ofuscada por la alucinación mística.

XVIII

Cuarteta sin atribución, con una estampa imaginaria de graciosa factura y pocas posibilidades de utilización.

XIX

Tampoco tuvo suerte esta cuarteta entre los exegetas del escritor. Su dramático contenido no carece de un buen sentido poético.

XX

Una de las cuartetas que se intentan poner en la historia napoleónica, como tantas otras, por el cruce de los Alpes. Sin embargo, el monstruo de Gap o de la antigua Vapincuum echa por tierra las mejores intenciones.

XXI

Un versículo que sí podría haberse dado en la realidad, ya que no habla más que del reparto de un reino a la muerte de un monarca latino y eso se podría utilizar, por ejemplo, dentro del marco de la Guerra de Sucesión española, con la intervención de Borbones y casa de Austria en nuestro territorio, a la muerte de Carlos II. Pero no es una cuarteta lo suficientemente específica como para que pueda tampoco dársele el visado de profética y queda en mera posibilidad desaprovechada de éxito.

XXII

Nueva guerra y catástrofe con intervención de tropas extranjeras en la península itálica. Nada de cierto ni, aunque lo hubiera, nada que sirva de aviso para ninguna persona concreta.

XXIII

Una confusa construcción que mezcla a Marte -tal vez sólo como símbolo de la guerra- con Africa y duunvirato ajeno a la historia. Entre las cuartetas posteriores a ésta, vamos a ver aparecer Africa en unas cuantas ocasiones, tras haber permanecido el continente olvidado entre las últimas comentadas.

XXIV

Nuevas implicaciones de los astros en las vidas de los hombres y en el desarrollo de los asuntos terrenales. Curiosamente, y a pesar del paso del tiempo, la solución astrológica no ha perdido mucho del encanto que ofrecía a los más crédulos aficionados del pasado y sigue siendo un comodín útil a la hora de explicar actos y causas con menor esfuerzo y mayor desparpajo.

XXV

Astrología y árabes unidos en un ataque al papado. Persia, Bizancio y Egipto se ven mezcladas, cuando Bizancio no existía y los turcos habían tomado el relevo en la zona extrema oriental del Mediterráneo, incluso en el tiempo del confuso Nostradamus, tan poco advertido de la realidad de su propia época.

XXVI

Si se tiene la curiosidad de leer al sinpar Fontbrune, se verá que esta cuarteta "predice" el advenimiento de Stalin. Lo de la flota, en los montes reclutada, no termina de quedar bien expuesta en la explicación larga y "documentada" del fanático transcriptor de Nostradamus, pero casi no importa perderse en esas consideraciones; lo más saliente ya está reseñado. Desde luego, con partidarios tan fervientes jamás pudo soñar ni el mismo autor de las centurias.

XXVII

Nunca sucedió, pero Persia estuvo a punto de ocupar Trebisonda, según se desprende de esta febril profecía desaprovechada hasta ahora por los persas en sus campañas tan anunciadas por los versos de Nostradamus y, sin embargo, tan ausentes en la realidad de la más prosaica historia.

XXVIII

Otra soberbia construcción dramática que debe abandonarse sin atribución a pesar del gran encanto de sus palabras, que narran un hecho fantástico digno de las páginas de Walter Scott; por ejemplo, con un héroe en las peores condiciones para la lucha que se le avecina. El grande de Génova no se sabe quién podría ser ni tampoco si el personaje del brazo atado es ese mismo grande de Génova o su enemigo. Como no hay más pistas, se debe dejar a la imaginación su colocación final en la trama novelesca.

XXIX

Siendo el Híster en antigua nomenclatura el Danubio, no cabe duda de que la Venecia enojada puede ser una de las Venecias que se vio invadida por los austríacos en alguno de los momentos de su movida crónica. Pero el resto ya se queda ligeramente desenfocado. Casi siempre, los invasores son terriblemente molestos, pero no se puede señalar específicamente a los austríacos en tan mal papel.

XXX

París y Roma con soldados y pillaje. Pues no, no es una profecía cumplida, a pesar de que París sí ha tenido malos momentos, pero Roma se ha librado mejor de esas situaciones. Sobre todo, no han coincidido sus cuitas tan señaladamente ni, que se sepa, París ha incitado al asalto de Roma o viceversa.

XXXI

La sentida muerte de alguien grande y sabio en las aguas marinas Nada más que eso.

XXXII

Un acertijo casi rural con el Sol y la Luna y una séptima roca que se escapa para su interpretación La ruina para algún momento y espacio lleno de felicidad. Al carecer de más datos, la cuarteta se puede adscribir a una ciega aproximación al hecho posible y, por tanto, carece del más mínimo interés o sentido realista.

XXXIII

La ciudad rebelde, el medieval concepto de la ciudad levantada o sitiada vuelve a salir en las cuartetas, como un recuerdo del pasado sin futuro. Sin atribuir, este verso podía haber sido utilizado para describir el mayo del 68 en París, con el apéndice de Nantes como reducto universitario también unido a la explosión de una generación que se sintió fuera de época y lugar. Pero, sin embargo, a nadie le debió gustar tal asociación.

XXXIV

Algo raro que iba a suceder en la isla Británica (en singular) y que no sucedió, a pesar del jugoso contenido de las barricas de vino y sal, tan atractivas para la construcción de una historia de conjuras y misterios.

XXXV

Ahora los ingleses pelean contra los musulmanes. Tampoco resulta válida la profecía de Nostradamus en este esfuerzo por adelantarse a sus días y mirar en la lejanía, que debió igualmente quedar tapada por la misma bruma de los versos.

XXXVI

Una historia de simulación y fingimiento a la que no se le puede sacar más partido que el comentario de su misteriosa lectura, tan enrevesada como de poco provecho para el lector exigente.

XXXVII

Una asamblea de trescientos delegados que acuerdan con su rey, pero -al parecer- tras no menos de veinte meses, la esperanza se desvanece y se traiciona al monarca. Complicada forma de querer decir algo concreto. Como es natural, puede aplicarse a la Asamblea y su victoria sobre los Capetos, con el fin de la monarquía y el inicio de la Revolución. Pero sería bastante poco estricto tal criterio de aplicación.

XXXVIII

Nos quedamos sin saber quién podría haber sido el monarca que hizo necesaria la ley sálica por indolencia y malas costumbres. Lo que no se comprende es por qué Nostradamus le llama gran monarca si después procede a endosarle epítetos que sólo pueden contribuir a empañar su imagen moral.

XXXIX

Dicen los intérpretes que esta cuarteta pronostica a Vittorio Emmanuelle II como rey de Italia. En efecto, se habla de Italia, de eso no hay la más mínima duda, pero no se puede encontrar mucha utilidad a "del verdadero ramo de flores de lis salido", aunque su más cercana antepasada francesa es del siglo XVII y eso no se puede arreglar de ninguna manera, por mucho que sea el fervor hacia las centurias.

XL

La cuarteta de los galos de Hesperia, sea Italia o España, tampoco puede aplicarse a ninguna situación concreta, aunque los Borbones reinasen en España y en parte de Italia, sobre todo en el antiguo reino de las dos Sicilias. Del resto no se desprende ni amenaza ni provecho y toda ella es confusa por indefinida.

XLI

Un nacimiento importante, a juzgar por lo escrito, pero nada que sirva de mucho a la hora de centrarse en la realidad. No obstante la imprecisión y la fácil adecuación de las líneas a casi cualquier estadista de peso, este verso es de los que nadie suele utilizar en su repertorio de "aciertos".

XLII

Una alusión astrológica que por sí sola ya sirve para descartar la posible validez del presagio. Hay quienes dicen que es vaticinio de la incorporación de Saboya a Francia.

XLIII

Aunque se mencionan muchos términos geográficos, la cuarteta se queda sin incorporarse a la realidad de los hechos históricos. Además, resulta en un verdadero mar de zonas distantes, con difícil conexión entre sí.

XLIV

Un dislate de los que gustaba el mágico Nostradamus, con el Papa capturado, nada más y nada menos que por piratas en el mar Rojo o algo parecido. A la distancia de siglos resulta curioso ver la obsesión de Nostradamus por situar el destino de la historia junto al personal de los papas.

XLV

Aenobarbus o barba de bronce no llegó a reinar en Francia y no parece sólido el razonamiento de una reinstauración de la monarquía en este país, así que parece sensato abandonar para siempre esta cuarteta.

XLVI

De nuevo los albaneses al ataque y Roma sucumbiendo ante su avance, mientras los sombreros o capelos rojos, los altos estamentos eclesiales se pelean. Los albaneses, ya hemos tenido ocasión de comentarlo antes, no han tenido peso en la historia ni parece que puedan tenerlo en ningún futuro.

XLVII

Un lío entre bizantinos (inexistentes) y árabes, con Rodas y Hungría de por medio. Un lío de difícil resolución real, incluso en los días de Nostradamus, cuando Bizancio no era más que recuerdo.

XLVIII

De nuevo los húngaros se ven atacados por los musulmanes. Según reza la estrofa, los africanos se acercarán a Hungría (Panonia) con sus barcos, aunque los húngaros estén situados en medio del corazón de Europa, sin costas ni puertos, y les harán terribles cosas por mar y por tierra.

XLIX

Un descendiente de la casa real francesa en España y habrá un doble mal el de fiarse del enemigo y sufrir una peste cruel. Felipe V llegó a España tras los pésimos resultados de la guerra de Sucesión, pero no hubo peste alguna, ni benigna ni cruel. Los Borbones trajeron de todo a nuestro país, desde el centralismo a otra forma de entender la vida, pero no se les puede asignar esa catástrofe. Otra posibilidad, por intentar la adecuación de la profecía, sería la de José Bonaparte, pero él no era representante de "la antigua Francia", sino de una nueva y efímera dinastía, la de los desafortunados Bonaparte.

L

Los hermanos del lis, los reyes de Francia, se van a ver involucrados en Rumania, van a abrir un pasaje hacia territorio latino y lucharán contra fuerte de Armenia. Armenia desapareció en la historia y en este siglo, tragada por la represión turca y la diáspora. Los franceses no se fueron a Rumania y el pasaje latino queda al margen de la historia. De nuevo hay más que suficientes razones para creer con firmeza en que el material profético de Nostradamus no es más que una serie de despropósitos sin sentido.

LI

Una profecía fallida hasta la fecha y con posibilidades nulas, por lo absurdas, para el futuro. No parece que polacos y británicos, por ejemplo, quieran pasar al otro lado de Gibraltar, sobre todo cuando ni siquiera se puede meter a los "barcinos" y a los "tirrenos" en el otro lado de la pugna.

LII

Reyes y sangre por el suelo y a raudales. Una trágica advertencia lanzada al vacío de la nigromancia, dentro de la tradición catastrofista, y con escasa utilidad como aviso a las generaciones posteriores al autor.

LIII

Bien, ya tenemos el complemento astrológico a la nada, como un posible lanzamiento al azar, para tratar de abarcar los sucesos desconocidos.

LIV

Una expedición desde Oriente Medio hasta Francia. Podría haber sido interesante, de haberse dado, pero no se realizó y ya tiene pocos visos de realidad, dada la complicación de bloques internacionales y alianzas estratégicas.

LV

La reconquista de Granada por los mahometanos. Sin comentarios, no es fácil la vuelta del pasado lejano ya en tiempos de Nostradamus.

LVI

Otra cuarteta de las murallas dedicadas al Papa como eje del mundo occidental, ligando su suerte a la de Europa, e incluso al mundo entero.

Este modo de pensar en Roma como centro de la Tierra no es más que la traslación del arcaico modelo geocéntrico.

Nostradamus estaba anclado en la antigüedad y sus principios eran inamovibles porque al fin y al cabo era un descendiente de cristianos "nuevos" de origen judío y tenía que demostrar su adscripción a la fe católica más ortodoxa, con mas energía que un cristiano viejo.

LVII

Dicen los exegetas que estas líneas predicen la salida del Papa de Roma. Bien, que lo digan, pero que conste que las líneas en cuestión son intraducibles a algo mínimamente coherente.

LVIII

Otra cuarteta sin sentido, pero completamente velada por el misterio y la imprecisión, para ver su suerte al azar, como decíamos en la LIII.

LIX

El jefe inglés de Nimes, que está en Francia, va a venir a España en auxilio de ese "barba de bronce" del que ya hemos oído comentarios (centuria V, cuarteta XLV) y algo va a pasar en Artois, que ya resulta imposible de casar.

LX

Dicen los "fans" de Nostradamus que esta es la señal del reinado de Napoleón, por lo de la cabeza pelona. Lo de Cortar todo sexo no es tan fácil de explicar.

LXI

A algún "rey" de Italia se debía referir el autor al hacer esta asombrosa predicción de hijo bastardo con futuro esplendoroso.

LXII

Otra trágica profecía de la sangre y lágrimas con el correspondiente acento astrológico, para que no falte maravilla alguna en su aviso a los de Orgon.

LXIII

Plagas, con hambre, frío, olas y mucha calamidad por las orillas del Tíber. Tal vez sea una de las profecías dedicadas a asustar a Roma y a sus pontífices y a avisar al resto de la Cristiandad de los malos tiempos que se acercan.

LXIV

Génova y Niza ya quedan advertidas y, mientras tanto, el jefe se dedica al contrabando. A veces resulta asombroso el interés que esta obra ha despertado a lo largo de los siglos entre la buena gente que leía sus líneas y sus entrelíneas con fe absoluta.

LXV

Ya ven, el terror o el temor va a aparecer de súbito y van a pasar grandes cosas. Cuándo y dónde no se expresan, por ver suerte posible para tan amplia profecía. Resulta curioso el empleo de la palabra dama en las cuartetas de Nostradamus. Cuando se habla de hombres, se puede hablar de hombres fuertes y débiles, monstruosos o famosos, valientes o jorobados; pero cuando se trata de las mujeres (inexistentes, al parecer, para este hombre) siempre se las menciona de un modo misterioso y mágico sin especificar absolutamente nada, esperando que la sola mención de la palabra dama sea ya una revelación gigantesca por sí misma.

LXVI

Otra cuarteta francamente huera, con vestigios de misterio y ruinas antiguas al fondo, como un anticipo de la narrativa "gótica" del XIX, descriptiva e insinuante, pero nada precisa.

LXVII

Padre e hijo muertos por una herida en la garganta y otras cosas que ocurren en Italia, Perusa. Sería interesante comparar el trabajo del autor con el de los profetas bíblicos, que siempre señalaban con exactitud el peligro próximo.

LXVIII

El gran camello no se arrepentirá de beber en el Danubio y en el Rin. No debe ser una profecía para nuestros tiempos, porque ni un camello sobreviviría al beber aguas tan contaminadas.

LXIX

Por fin el grande podrá dormir tranquilamente, sin pesadillas, pero lástima que la terapia implique la destrucción de Africa. No se puede asimilar a las conquistas coloniales del siglo pasado, más progresivas en el tiempo que esta profecía de desolación inmediata.

LXX

No es la primera cuarteta dedicada a las regiones de la balanza, ni tampoco la primera que avisa de una guerra ni que habla de ese desaparecido Bizancio, hundido para siempre en el recuerdo y disgregado en estados balcánicos.

LXXI

Diecisiete barcos por el Ródano cargados de nobles. Otro ejemplo de buena voluntad y de escasísimo sentido, que se pierde frente a la Historia.

LXXII

Estamos ante una serie de cuartetas con toque papal y esta es la primera de ellas. Se nos anuncia que un edicto poco afecto a la religión va a torcer la voluntad divina y las consecuencias siguen en la cuarteta; lo más curioso es que se califique de placer y de voluptuoso a un edicto, mientras que todo lo que vaya en contra de una creencia debe ser considerado como veneno y oscuridad.

LXXIII

En la que nos cuenta los pesares de la Iglesia, ahora sufriendo la ira de su señor y los templos expoliados como parte del mismo castigo divino. Por si fuera poco, polacos y árabes se van a unir, seguramente para continuar con la irreverencia, en una mixtura imposible de creer. Realmente Nostradamus talló en su planteamiento histórico y ni siquiera llegó a atisbar los sucesos más predecibles.

LXXIV

Pero, afortunadamente, un alemán de sangre troyana va a poner a los árabes en su sitio y a la Iglesia en el lugar preeminente que le corresponde por ley de Dios, es una extraña serie de dislates que hacen dudar de la cordura de Nostradamus, tan poco realista como siempre.

LXXV

El éxito de este híbrido de germanos y troyanos alcanzará la sabiduría eterna y se sentará sobre Jesús, que está a la diestra de su padre, como todos sabemos. Es un santo y ha sido un hombre prudente y recto. Nada más se puede pensar de estas trascendentales cuartetas tan nostradamusianas y tan infantiles.

LXXVI

Este santo varón no querrá recibir honor ni prebenda y no dejará huella del pasado.

LXXVII

Ahora vienen los honores eclesiásticos, transmutados tras la revolución producida por el de la sangre troyana y un día cualquiera "lo hará vulcanal", así, sin más, tras un Quirinal de Roma, calificado de "marcial" y "Hamigero", sea lo que sea ese par de epítetos.

LXXVIII

El bárbaro sátrapa se dejará caer por allí tras trece años de tranquilidad y las muertes van a ser tantas, que se volverán de nuevo hacia Roma y su Papa, volviendo a dejar las cosas en su sitio.

LXXIX

La vuelta de la bondad y la cordura y la victoria de la causa justa, dentro de la línea evangélica que habla de ensalzar al humillado y humillar al ensalzado, además de recordar la opuesta enseñanza judaica de "vejar a los rebeldes", para compensar bondad con venganza.

LXXX

La ley pagana pliega sus velas y se retira ante el triunfo del francés totalmente vencedor de la "bárbara liga", la de los sátrapas de Persia, debe ser. Logmion no sabemos -a ciencia cierta- qué es lo que significa.

LXXXI

Un pájaro real, tal vez un águila, va a tender sus alas sobre la ciudad y van a trazarse oscuros presagios, mientras cae un misterioso muro de oriente que el fiel Fontbrunne no duda en colocar en Berlín.

LXXXII

Tras los siete días de asedio, pequeño asedio, hay una paz y tras ella la emboscada.

LXXXIII

El mayor, que estaba leyendo la Biblia, va a sufrir el ataque, un cobarde ataque, digno de la subversión y del fraude, aunque parece ser que el atacado debía saberlo antes.

LXXXIV

Un siniestro personaje, nacido de lo más oscuro de la tierra, va a poner en peligro Rouen y Evreux, pero no se sabe por qué ha elegido a estas dos tranquilas ciudades.

LXXXV

Como complemento habitual, Nostradamus suelta una nube variada de insectos, por los "suevos y lugares circundantes", una zona amplia y sin definir que debe referirse a algún lugar sólo conocido por el autor, tan peculiar en su geografía.

LXXXVI

Una inundación de la ciudad grande de los persas dando quebraderos de cabeza a los inexistentes bizantinos, en los que tanto insistía el nigromante.

LXXXVII

Advertencia astrológica de nueva inundación y una boda con "sangre troyana", para ser rodeada de españoles, curiosamente, Nostradamus señala que Saturno estaba fuera de servicio, como si fuera un mecanismo averiado.

LXXXVIII

Utilizada ya la amenaza de la guerra, de la plaga y de la inundación, sólo le queda al fantástico autor atemorizar a sus lectores con un monstruo marino varado en alguna costa, mientras Turín tiraniza a Savona.

LXXXIX

Hungría y Bohemia con Navarra y banderas santas. Un presagio de los que hacen innecesarios todos los demás, si es que se quisiera ver la realidad y dejar la fantasía en donde corresponde.

XC

Una matanza en Grecia, con nueve meses de duración determinada. En realidad, allí ha habido muchas más masacres de todos los tipos, hasta hace bien pocas décadas, y turcos, alemanes, guerras civiles y muchas más causas, han hecho de la zona un territorio ideal para las venganzas, el odio y la muerte.

XCI

Los albaneses vuelven a la carga como guerreros ante los que haya que espantarse constantemente. En realidad, los albaneses han sido gente fiera y encerrada en sus montañas, pero no han tenido más remedio que soportar el dominio largo de los turcos, el paso de tropas de todos los vecinos y hasta la subordinación a una Italia no demasiado poderosa, para terminar siendo un híbrido entre oriente y occidente y el último refugio del despotismo de una nueva ilustración de signo distinto a la del XVIII.

XCII

Diecisiete años de asedio a Roma, seguramente, que terminan con la elección de un Papa que no va a complacer a los romanos. Demasiado asedio para Roma, que ha vivido generalmente más tranquila de lo previsto por el autor.

XCIII

Nostradamus convierte a Escocia en isla y no llega a sonrojarse siquiera, ni sus "interpretes" tampoco lo hacen, simplemente pasan por alto el desatino, sin explicarnos por qué razón esta luminaria escocesa tenía que llevar el desasosiego a los ingleses.

XCIV

Bologne de Francia y ciudades de Flandes van a unirse a la gran Alemania para estar con o contra, no se especifica, el misterioso duque de Armenia, quien parece decidido a lanzarse contra Viena y Colonia, quizá sin darse cuenta de lo lejanas que son ambas ciudades. Sin duda, la geografía era una gran desconocida para Nostradamus y no sólo en el detalle, sino, principalmente, en la extensión. Su mapamundi, siendo tan reducido, no situaba correctamente los lugares de más importancia.

XCV

El mar Egeo no va a dejar que los del mar Tirreno desembarquen, eso es lo que se llama un aliado marino. No hay datos históricos que puedan servir para sacar del olvido a esta cuarteta de tan poca utilidad.

XCVI

La rosa en el medio del gran mundo, lo que podría ser una de las "dos rosas" británicas, York o Lancaster. Para Fontbrunne, un indudable conservador, quiere decir que los socialistas van a bañar en sangre a la pobre Francia, por lo menos hasta el advenimiento de un caudillo que saque al vecino país del terror de la izquierda tan moderada que esgrime la flor para no herir viejas susceptibilidades.

XCVII

Si Nostradamus hubiera atendido a las parturientas, no cabe la menor duda de que hubiese dado muerte a todos los nacidos deformes, pues está claro que para él esto era un signo clarísimo de que el infierno los enviaba; léase, si no, esta terrible advertencia ante el nacimiento.

XCVIII

Un calor sofocante en Bearn y Bigorre, justo a finales de cáncer, ni más ni menos. Cuarenta y ocho grados a la sombra y sequía asegurada, mientras los lagos cuecen, hécticos, es decir, como la fiebre súbita. La catástrofe está asegurada.

XCIX

Los ingleses van a vejar las ciudades italianas aquí reseñadas, justo cuando en Roma tengan un Papa viejo y británico. Esperaremos a verlo.

C

Ultima cuarteta de esta desafortunada centuria, pero que no tiene más notas distintas que la de la confusión entre ciudades francesas y los invasores de Alemania.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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