Centuria 3


I

Un nuevo combate naval de los incontables que pueblan las páginas de Las Centurias y, en este caso, sin que nada se añada a las líneas escritas para facilitar su localización y dar los necesarios visos de realidad aceptable.

II

Una admonición del triunfo divino, también en las islas británicas, si queremos aceptar esa similitud entre celtas y británicos que en tantos otros lugares del texto se da. Sin comentarios.

III

Corinto y Efeso continúan siendo territorio propicio para temblores de tierra, como ya se escribiera en la cuarteta LII de la segunda centuria, cuando se hablaba de la guerra desencadenada por dos valientes. Aun así, la repetición geográfica no parece venir a ayudar a clarificar el posible significado concreto.

IV y V

Una profecía bonita de construcción, la V, que se parece complementar con la anterior, la IV, en la que las masas celestes son protagonistas de la corta historia catastrofista que se desliza en sus líneas.

VI

Otra vez más, los presagios se tornan sombríos y las grandes palabras del temor vienen a hacer que el vacío en ellas contenido no lo parezca. Se habla del templo, de cualquier templo, en el que los ciudadanos, cualesquiera que sean, resistirán los desconocidos embates de quien no se sabe nada. Esta cuarteta pertenece al grupo mayoritario de las que han permanecido sin atribuirse a nada real, a la espera de que, a través de alguna conexión imprecisa, se pueda hacer su analogía con un hecho apropiado.

VII

Más conflictos en el firmamento enrojecido de sangre de las catástrofes de Nostradamus. Todos los elementos casi mágicos de los presagios están en estas cuatro líneas, hay fugitivos, fuego del cielo, cuervos, gritos, muros y combatientes. En otras palabras: nada junto a nada. A la vista de cuartetas de esta envergadura negativa, difícilmente se puede comprender la importancia que ha llegado a tener Nostradamus, a no ser que se comprenda que pocos han tenido la paciencia de leer entera su obra y han fiado más al "se dice" que a su propio y particular discernimiento.

VIII

Vuelven los peligros a España y ahora son los ¿Cimbrios? los que atacan la península. El inefable Fontbrune se atreve a tomar la profecía en el sentido de que los cimbrios (germanos) son los alemanes que ayudan a las tropas de Franco en la Guerra Civil y los de Guyena y Lemosinos son los maquis que luchan contra ellos. La única pega es que la ayuda alemana fue de 1936 a 1939 y el maquis empezó a tomar cuerpo en la década de los cuarenta, cuando la guerra ya estaba finalizada y los alemanes tampoco habían conseguido ganar la suya.

IX

Tal vez esta estrofa se venga a dar junto a la anterior y se pueda, entonces, unir la profecía a la Segunda Guerra Mundial, si es que se quiere conseguir un significado histórico al escrito de Nostradamus y no se tiene paciencia para esperar a una nueva ocasión.

X

Plagas, calamidades, con el número siete multiplicando, para dar redoble bíblico a la pretenciosa profecía que también quiere meter a Mónaco en el torbellino de la historia negra. Afortunadamente, Mónaco se ha quedado a salvo de las "marinas plagas" y su salud ciudadana es bastante mejor de lo que la cuarteta haría suponer. Desde luego, no parece que el hambre vaya a ser problema en el principado-refugio de las empresas que prefieren la tranquilidad fiscal.

XI

Una advertencia al monarca de Hadria, a algún rey inconcreto de Africa, según otras profecías esparcidas por la obra de Nostradamus, que va a tener que sufrir la fuerza de la naturaleza y el ataque de la espada. Ya no quedan reyes en la costa norte de Africa, salvo el de Marruecos, y a él se debería circunscribir la amenaza, si es que se quiere creer en ella.

XII

Aquí hemos tenido la prudencia de no traducir Tag por Tajo, que era lo propio, y lo hemos dejado en la misma forma en la que viene escrito en el texto original. La razón de tal respeto por la forma estriba en que no cuadra en absoluto el Tajo junto al Po o al Tíber, ríos italianos por excelencia y aunque el Garona, por un lado y el lago Leman, por el otro, aparecen en escena, lo de Tajo queda un poco más apartado en esta apocalíptica y criptográfica cuarteta de sombríos tintes.

XIII

Lo que merece destacarse en esta cuarteta es esa posibilidad de haber presentido la posibilidad de una "sumergida flota" que podría traducirse por submarina. Fuera de tal novedad en un texto tan poco proclive a adelantar invenciones e innovaciones, la cuarteta no añade ni resta nada al conjunto.

XIV

Algo se anuncia para Francia. Pero lo que se anuncia no parece haber interesado ni a los propios franceses apasionados de Nostradamus y poco o muy poco se puede encontrar sobre este texto en particular entre los intérpretes de las diversas cuartetas.

XV

Se dice que se quiere presagiar el desgraciado advenimiento del Duque de Orleáns a la regencia, antes de la Revolución Francesa, pero no sería justo decir que cuando se lee "un gran regente" lo que se quiera decir sea, exactamente, lo contrario. Con ello más vale abandonar esta interpretación y buscar otra más adecuada para resaltar el valor profético pretendido de Nostradamus.

XVI

Un príncipe inglés con Marte, dios de la guerra en su sombra. Triste se anuncia la suerte de la madre, que va a perder al citado príncipe, se supone, atravesado por un golpe en el hígado o sus cercanías, a juzgar lo que se dice de la bilis o hiel, seguramente en el segundo duelo. Los duelos ya no se "llevan" y los príncipes anteriores de Inglaterra no se batieron con tan mala fortuna. No parece posible que la cuarteta tenga futuro y parece lógico considerar que no ha tenido pasado.

XVII

Hablar de Roma, del monte Aventino, es para Nostradamus el no va más de las profecías. Como católico, el mundo tiene su eje y centro que pasa por la cúpula de San Pedro y todo lo que se relacione con la humanidad tiene que estar allí anticipado o reflejado. La cuarteta se complementa con una predicción portentosa en Flandes, una especie de eclipse que se anunca coetáneo de la llama sobre Roma. Después se habla de un monarca y de la curia, que no se comporta conforme a los valores tradicionales. A veces, sobre todo en "grandes" frases de este tipo, se antoja que Nostradamus fuera el rey de los hueros y el más débil entre los menos esclarecidos.

XVIII y XIX

¿Qué se quiere decir con lo de la lluvia de leche que tantas veces aparece salpicando las frases enigmáticas y pueriles de Nostradamus? Sin lugar a dudas, los fenómenos atmosféricos eran gran portento para los recién salidos del medievo, pero hoy en día preocupan bastante más los hechos humanos que las variaciones climáticas o el golpe telúrico, al que se quiere prevenir con técnicas adecuadas, sin molestarse en considerarlo como señal de un cielo en el que poco a poco se deja de temer. Las fantasías de este tipo refuerzan la profunda convicción de que todas las misteriosas profecías son un bien intencionado deseo y nada más que eso. Para los que no han leído estos trabajos o, para los que sí los han leído, pero sin la menor ayuda de la crítica o la inteligencia, las profecías son maravillosas. Para los que sí han tenido que leerlas en orden, sigue asombrando que alguna, tal vez entre cincuenta o entre cien, pueda ser de cierto interés.

XX

Cuando Nostradamus escribió su obra noctívaga, ya los musulmanes habían tenido que abandonar su sueño español. No se comprende entonces cómo este hombre abunda en el tema de los viejos califatos y reinos de taifas cuando ya era imposible recuperar sus días desaparecidos.

XXI

Un monstruo o ¡un monstruo! De nuevo, los prodigios del cielo y sus señales sobre la faz de la tierra y/o del mar. Ni los niños se preocuparían en mirar al ver a ver si salta de sus aguas algo que no sea comestible. En todo caso, sólo los adultos se pueden preocupar por extraterrestres u otras novedades del género angelical-milagroso.

XXII

Tenemos un asedio que va a durar seis días. Bueno, de estos han debido haber docenas y habrá docenas de docenas más. Nada entre nada. Vaciedad absoluta con pretensiones de recibir en exclusiva las revelaciones del Altísimo. Lo que resulta más sorprendente es que tiranos como Hitler creyesen en esta gente y en otros augures y se dejasen vencer por la realidad y por los temores rituales, mientras torcían complicadamente el destino de decenas de millones de seres humanos para satisfacer sus deseos de superioridad sobre las razas que se consideraban inferiores al patrón al que el hombre menudo y débil que era tampoco pertenecía.

XXVIII

Francia se pasa de un límite y algo pasa con los mahometanos. Francia, en efecto, pasó por encima de los lindes territoriales de las naciones musulmanas y no tuvo problemas de hambre ni tuvo que roer huesos de asno. Lo que hizo fue tener un poderoso imperio tardío, que aguantó bien en pie hasta llegada la mitad del siglo veinte y que todavía, tras la independencia oportuna de los territorios, sigue siendo tributario de la economía francesa.

XXIV

Tal vez pretende estar ligada esta cuarteta a la advertencia contra los musulmanes. Poco se puede decir de semejante falta de concreción y de interés.

XXV

España fue soberana en las dos Sicilias, en Nápoles y Sicilia, y muchos reyes españoles gozaron de su posesión. En parte, la administración española, junto al paso de los musulmanes y de otros sucesivos reyes extranjeros, no contribuyó en nada a la historia de estas dos regiones meridionales italianas, cunas de camorras y mafias, de las que la falta de continuidad en la gobernación y las intrigas de los extranjeros y sus acólitos sólo sirvieron para fomentar estas organizaciones de imposible justificación. Efectivamente, Nostradamus acierta con la futura puesta en los tronos de península e isla a un rey que también lo es de Navarra y el allegado de España, por el mero hecho de que es español. Lo curioso es que los reyes de Francia fueron también reyes de Navarra y aquella zona pasaba de una a otra mano con facilidad. Al decir allegado de España, el intérprete se teme que Nostradamus no quisiera ni suponer que hablaba de un español, sino de alguien ligado a ella por lazos de matrimonio o razones parecidas. En este caso, la profecía no es tan cierta ni tan certera.

XXVI

Nada más que príncipes y presagio, augurios y metales nobles. Un rellano de calidad literaria y de falta total de substancia profética y con la más vaga de las definiciones, para ver si cubre todo el terreno que la inspiración no permite.

XXVII

Esta es una de las muchas (muchísimas) cuartetas en las que los exegetas actuales y "modernos" pretenden colocar el nombre de Gaddafi como un hallazgo, como la definitiva conformidad de la realidad a la fantasía predicha. Gaddafi pasará y la historia volverá a olvidarse de Libia por otros muchos años.

XXVIII

Aquí está la joya, analicen, lectores, el contenido de esta cuarteta y se encontrarán con la posibilidad de que el autor del XVI esté anticipando la llegada de Napoleón Bonaparte a la Francia posrevolucionaria y la aparición de su voluble mujer Josefina, traída de Martinica para desgracia del Emperador y mujer a la que, finalmente, el gran hombre tenga que repudiar para librarse de su actuación y, también muy importante, para unirse a realeza de verdad, casándose con la representación de la monarquía austríaca. De tantas y tantas cuartetas vanas, una como ésta vale muy bien la pena.

XXIX

Dos sobrinos que luchan; realmente, debe haber habido tantos sobrinos en pugna que ni merece la pena leer cosa parecida.

XXX

Busque el lector a alguien asesinado en el lecho y ya está la profecía cumplida. Esta es una de las muchas ocasiones en las que se ve que la trama es más tramposa de lo que se quiere creer, porque las pretendidas admoniciones no son más que banalidades que sólo pueden servir si ocurre un hecho y de nada sirven para ayudar a los encartados.

XXXI

¡Ay Suleimán! El viejo nombre puesto en pie para dar un aire misterioso al escrito y cosas de árabes y persas en línea, para intentar dar profundidad.

XXXII

Ni Fontbrune trata de sacarle partido a esta cuarteta...

XXXIII

Dice Fontbrune que esta cuarteta avisa de la entrada de las tropas soviéticas en París. Bien, cuando él lo dice...

XXXIV

Ya tenemos a un monstruo y a un sol que se apaga. Si quieren ustedes digamos que es el diablo; si lo encuentran anticuado, digamos que es una guerra biológica o una nueva forma de muerte nuclear. Los listillos dicen que se trata del Rey-Sol, pues bueno, vale con la interpretación y con la historia monótona de monstruos.

XXXV

Lo mas profundo del Occidente de Europa es, tal vez, el antiguo ámbito de los Imperios Centrales y, Austria en su centro, el niño maléfico que con su lengua va a seducir a las masas podría ser Adolf Hitler. Su fama al reino de Oriente no es nada que tenga sentido, pero la acepción de que esta cuarteta narra proféticamente el nacimiento del "Fuehrer" de los alemanes y austríacos. Se puede objetar que la estrofa no termina con precisión, porque la alusión no es tan correcta, ya que hacia el Oriente lo único que llevó el corto y cruel gobierno de Hitler fue una sangrienta guerra, con millones de muertes, pero eso no es precisamente fama, sino desolación u horror.

XXXVI

Un muerto que no lo era, un personaje enterrado vivo por una "apoplejía" que más bien parece una catalepsia. Hay determinados relatos de personas encontradas así, incluso de beatificables que no lo fueron por haberse encontrado su cuerpo retorcido por la desesperación de entrar en la muerte tras la ceremonia lúgubre de la sepultura y, como bien se sabe, sólo pueden ser santificados los que acojan la muerte con el convencimiento sereno de que es un tránsito obligado hacia la suprema alegría de la "otra vida".

XXXVII

Se encuentra una alusión concreta (Milán) junto a la emblemática del águila y tal aventura bélica que aquí se narra se queda sin adjudicar a nadie, porque no resulta sencillo dar con el momento y la personalidad que derribase las murallas de Milán. Una versión particular dice que se trata de Napoleón III al asedio de Milán y derribando las murallas de Roma, pero Napoleón III estaba con Víctor Manuel y luchaban contra los Estados Pontificios, siendo calurosamente recibidos por los milaneses, hartos del poder temporal de la Iglesia y de sus abusos de poder, que eran el último obstáculo para la consecución de la unidad italiana. Se descarta, pues, la posible interpretación y se deja para un futuro en el que, no obstante, es más difícil que se construyan murallas defensivas.

XXXVIII

Nada sobre los galos y esa inconcreta alusión ultramontana. Es un esfuerzo baldío por parte de Nostradamus, que nos dejó ésta y otras muchas cuartetas imprecisas con su mejor voluntad profética, pero sin esperanza de encontrarle sentido alguno.

XXXIX

Se ha dicho que esta cuarteta quiere señalar la entrega de Italia en manos de Bonaparte, pero no es tan sencillo encontrar sentido a esos "siete", que no es el número de ejércitos o generales que se puedan encontrar en los manuales de historia, pero sí es cierto que la campaña duró tres meses y en ese tiempo a resistencia de Italianos y austríacos cedió y Bonaparte se hizo con los "Alpes Apeninos".

XL

Nada más que lo que se puede leer, un gran teatro metafórico que renace y unas frases no comprensibles sobre ese acto futuro en el que la suerte se echa a los dados y las redes intraducibles también se tienden.

XLI

El nacimiento de un monstruo malvado y traidor. El jorobado sigue siendo un misterio, pero también volveremos a encontrarnos con la historia del ser extraño que, por serlo, es peligro para la humanidad. Este tipo de cuartetas se encuentra con relativa frecuencia entre las estrofas catastrofistas de Nostradamus y en raras ocasiones tiene algo que ver con la realidad vivida por los hombres.

XLII

Aquí tenemos al niño monstruoso de los dos dientes en la garganta, algo que ya había aparecido en las líneas proféticas de Nostradamus. Naturalmente, ésta es una de las cuartetas que los más crédulos exegetas atribuyen sin variación al nacimiento del anticristo, dando por buena la famosa frase de Juan el Apocalíptico en su revelación del fin del mundo, como si ese dudoso texto fuera la verdad absoluta a pesar de sus múltiples incongruencias.

XLIII

Una advertencia para que los franceses no traspasen los Apeninos. Si Napoleón hubiera tenido en cuenta esta prevención, se habría abstenido de su campaña italiana, que parece haber sido triunfalmente vista por Nostradamus en la cuarteta XXXIX que acabamos de ver.

XLIV

Otra de las advertencias de lenguaje absurdo en las que se advierte al hombre de la subversión de los términos y de la vuelta al revés de nuestra lógica. No hay nada que añadir o quitar a las palabras misteriosas del nigromante, que suele intercalar este tipo de sinsentidos entre sus aciertos menos frecuentes.

XLV

Parece ser que Nostradamus creía que cinco extranjeros iban a tomar posesión del "templo" de Toulouse y que esos extranjeros blasfemos iban además, a dictar una ley que terminase con sus derechos consuetudinarios; no se guarda relación de tal suceso en los anales de Toulouse y cada día preocupa menos el hecho de que los extranjeros se muevan por nuestros territorios.

XLVI

Nada entre líneas y nada explícito. Hay quien dice que esto es el presagio de un descubrimiento "por satélite" de la invasión de una ciudad francesa. Pues bien, podría ser que gracias a un satélite artificial nos diéramos cuenta de que el enemigo potencial invade una ciudad, pero es una complicación innecesaria, los invasores suelen ser menos sutiles.

XLVII

No hay constancia de que ningún viejo monarca expulsado de su reino se haya ido a buscar auxilio a través de Mitilene, en su huida hacia el Oriente y es una lástima, porque se podría haber producido una concordancia notable, de haberse dado el caso, ya que aquí sí que se concreta un lugar geográfico.

XLVIII

Cautivos, muertos, fuerte rendido, una más de las cuartetas de derrota y cautiverio que con tanta frecuencia saltan entre las líneas de las centurias.

XLIX

Una corriente francesa ocasional señala que esto tiene que ver con el Gobierno de Vichy tras la ocupación alemana, pero las menciones a Ruen y Chartres no vienen, ni mucho menos, a reforzar tal afirmación. En todo caso, se debería haber mencionado a Normandía, como principio del fin de este Estado marioneta con veleidades fascistas.

L

Nada tampoco que señalar en esta cuarteta, en la que se dan tan pocas pistas y tantas inconsistencias. El muro de la ciudad, ya lo comentamos antes en el caso de Milán, viene a decirnos también que la frase carece de validez en el pasado y deja de tenerla para el posible futuro.

LI

La gran conjura que tan bien queda escrita no se produce, a pesar de que se podría uno dejar llevar por las corrientes más numerosas y decir que el asesinato del duque de Guisa es lo que se esconde en la cuarteta, pero parece querer forzar demasiado la realidad para templarla al gusto de la interpretación.

LII

Finalmente, pluviosidad desenfrenada y sequía insoportable. Un prodigio de la naturaleza con ribetes tremendistas de castigo divino. Nada entre nada.

LIII

Al ver impreso, en el siglo XVI, la palabra Nuremberg, uno siente tentaciones de adjudicar a Nostradamus la predicción sobre los juicios a los criminales de guerra (de un solo bando, es cierto) que se hicieron para condenar a un movimiento político tan cruento como inútil. Pero junto a Nuremberg y ese prisionero que podría ser el sistema nacional-socialista llevado por "el más grande", por el vencedor, está Augsburgo y Basilea, dos ciudades que no cuentan con contactos visibles con la realidad de la II Guerra Mundial. La mención a Agripina y al jefe de Franckfurt torna más difícil la comparación y Flandes atravesado, para llegar a Galia, podría estar justificado al principio del conflicto en Europa, no en sus postrimerías.

LIV

Tenemos a un fugitivo, a uno de los representantes huyendo hacia España y pasando ejércitos por las montañas, devastándolo todo y después haciendo que la paz reine. Suena a invasión de los bárbaros o a algo parecido. La realidad es que, aquí en España, no hemos tenido tal acción militar en los últimos siglos, pero nunca se sabe lo que prepara y depara el futuro...

LV

Un tuerto gobernando en Francia y no serán buenos tiempos. Enrique II murió por una herida que le atravesó la cabeza, entrando por un ojo y no vuelve a darse tamaña desgracia ocular en los gobernantes monárquicos o republicanos. Una de las interpretaciones dadas como válidas dice que lo de tuerto quiere decir poder repartido, pero también podría querer decir lo que se quiera creer y no es cuestión de tratar de llevar la realidad a la cercanía de la cuarteta, sino precisamente lo contrario. Que sea la cuarteta la que se ajuste, exactamente, a la pura realidad.

LVI

Peste y fenómenos meteorológicos en muchas ciudades francesas. Es una más entre el surtido apilado de desgracias "de relleno" de las que no cabe otra cosa que dar noticia de su existencia y dejarlas en el inventario, a la espera de que algo aplicable se dé en cualquier momento.

LVII

Una advertencia a los británicos que se van a ver libres "por apoyo germánico" tras cambiar siete veces. No sabemos cómo conjugar esta profecía con nada existente, aunque los fanáticos de Nostradamus lo explican todo, hablando de un período de trescientos años que se mueve entre el siglo XVII y el XX, siendo Alemania amiga o enemiga, que eso ya no les importa nada.

LVIII

Dicen los exegetas más optimistas que esto que leemos se refiere a Hitler, y no explican cómo "defiende Sarmacia y Panonia" tal señor, pero la fe es mayor que la razón y ahí se queda Hitler como defensor de algún punto del mundo eslavo y de Hungría en su conjunto. Ustedes tienen la palabra sobre si se acepta la versión o se rechaza de plano.

LIX

Unos dicen que "la III República conquista Africa"; otros podríamos decir que el III Reich conquista efímeramente Europa y lo de bárbaro imperio cuadra a la perfección, mientras que lo de sangre (del bárbaro imperio) llenando la faz de la tierra de muerte sí que encaja. Ya lo de la muerte senil y el cuarto golpeado es más nebuloso y el cierre de sangre por sangre queda más cerca de la poética cabalística que de otra realidad tangible.

LX

Por toda Asia.. pues bien, por toda Asia no es nada conocido y puede serlo todo, indistintamente Fontbrune dice que se quiere anunciar persecuciones en toda Africa, especialmente en Turquía. Pero a nosotros, escolares de hace años, se nos dijo que Turquía era Europa...

LXI

Lo mismo que la anterior, porque lo de sectas en Mesopotamia, etc., no tiene muchos datos concretos que permitan clasificar la amenaza posible contra quien no sabemos ni se nos indica, aunque sea brevemente.

LXII

A Francia de Italia le llega por el Duero un peligro del mar Cireneo, y se elige el paso de los Pirineos, en un amplio desvío que a ningún jefe militar se le ha ocurrido hasta la fecha. La cuarteta parece impracticable y un exceso de la imaginación nocturna de Nostradamus, tan disparatado en lo geográfico como monótono en los temas elegidos.

LXIII

Realmente nadie se ha sentido atraído por estos versos y es que no resulta atractivo sumergirse en especulaciones sobre mano corta y herida cicatrizada, aunque los bufones retrasen sus locuras.

LXIV

Los persas contra los mahometanos, cosa que no es rara en la historia. Ahora tenemos a los persas (iranís) luchando durante años contra los árabes (iraquís). Lo malo es que, en puridad, iranís e iraquís son mahometanos, aunque unos sean predominantemente chiís y los otros sunís, dos maneras de enfocar la religión según la rama de descendiente del profeta que se haya elegido. Así que el navío persa contra gente mahometana puede ser hasta una guerra civil, por no ser nada.

LXV

Parece ser que se va a encontrar la tumba de Pedro, que debe ser el gran romano del que habla un converso tan fervoroso como Nostradamus. Pero el pontífice elegido en tal ocasión será envenenado y no llegará a estar sancionado su nombramiento por el Senado (sic). Para los cristianos nuevos y los viejos, el romocentrismo, por llamarlo de alguna manera, era tan poderoso y obnubilante como el geocentrismo para la Iglesia romana de su tiempo. Roma ya no es más que una ciudad turística y cultural con un Vaticano enquistado en su centro, pero dejando paso libre a otras cosas distintas de la fe y del Papado.

LXVI

Lo siento, no encuentro nada que se parezca a lo aquí escrito. Al menos esto es lo que debían decir los exegetas, pero ya se sabe, esto corresponde a ese personaje que...

LXVII

Hay quien dice que se trata de los nazis, como si por estar en los "montes germánicos" se pudiera considerar a los fanáticos "filósofos", más aún cuando se dice que estos nazis encajan en lo de despreciar "honor y riquezas". Esperamos que surja algún día una secta de filósofos en donde sea, aunque lo de secta y filosofía sólo encuentra lugar en las líneas de un pésimo escritor.

LXVIII

Bien, en España y en Italia no se ha llorado por estar sin jefes, tal vez el exceso de jefes, de caudillos, sea la razón de sus problemas y atrasos.

LXIX

Un ejército juvenil se entrega al enemigo. Pues que bien.

LXX

Gran Bretaña inundada por aguas muy altas. Italia (es tal esa Ausonia) les hará la guerra. Una vez se intentó, en el periodo 1940-41, aprovechando la presencia y potencia alemana y se da la circunstancia de que los pilotos italianos que sobrevolaban Gran Bretaña "para humillar a la pérfida Albión" tenían que ponerse periódicos bajo el mono de vuelo para soportar el frío, porque ni para eso tenían medios. Mussolini murió y ya no creo que Italia haga campaña contra los británicos; podemos descartar la profecía.

LXXI

Los de las islas asediados durante mucho tiempo, los sitiadores muertos de hambre. Esta profecía puede aplicarse más que correctamente a la situación provocada por Napoleón frente a una Gran Bretaña que establece el bloqueo de los puertos continentales y termina por vencer al supuesto sitiador francés. No sólo el hambre se produce como consecuencia de este bloqueo, sino que el tráfico marítimo perdido hace que la base económica de la burguesía francesa, los triunfadores de la Revolución, se resienta. Pero también conviene decir que ni uno ni otro son consecuencias de una sola causa; las campañas continentales, en especial la campaña de Rusia, suponen un excesivo gasto de dinero y recursos y la leva de hombres para el frente de batalla incide sobre la producción agrícola y la industrial.

LXXII

Lo del viejo bueno sepultado vivo y el otro ennoblecido y rico se debe quedar en la reserva perenne de profecías sin aplicación. Es una buena idea para un cuento breve, pero no un hecho comprobado.

LXXIII

El cojo (y malo) que llega y deshace todo lo bueno de un reino. De nuevo, nuestro Nostradamus es presa de esa curiosa manera de ligar defectos físicos a claros signos de la más despreciable maldad, como si Dios, además de no respetar a sus criaturas, tuviera la delicadeza de avisarnos a los demás mortales con las señas inequívocas de una joroba, un brazo más corto que otro, dientes en la garganta, un ojo perdido o cualesquiera otra combinación de excesos y defectos en la anatomía del maldito. Pero la teoría mucho más moderna de Lombroso, que tanto éxito tuvo, no difería en mucho de la simpleza de Nostradamus.

LXXIV

Ciudades enojadas en Italia porque se han burlado de su jefe. Menos mal que la cosa no pasó a mayores y el enojo cesó con las excusas. Esta vez, el nigromante tampoco acertó, a pesar de su buena voluntad al señalar tan precisamente las ciudades implicadas en el acto descortés y peligroso de una falta de respeto al político de marras.

LXXV

Dice el exegeta por antonomasia que esta profecía viene a dar exacta cuenta del sitio de Zaragoza por parte de las tropas napoleónicas. Blen dará cuenta de tal hecho de armas, pero no es fácil ver la situación de Pau, Verona y Vicenza dentro de ese "acierto" del maestro. Que se sepa, el general Palafox no tuvo aliados en las ciudades de Francia e Italia que se nombran, ni se puede hacer otra cosa con la cuarteta que dejarla para un futuro incierto.

LXXVI

Adivinar que los exegetas dicen que Nostradamus predijo con esta cuarteta el nacimiento del nacionalsocialismo es sencillo. Es una de las típicas incoherencias de sus más fanáticos seguidores. Pero, desde luego, decir que el nazismo tiene algo que ver, aunque sea remotamentes con "el feliz paganismo" es como tratar de encajar un camello bíblico en ese espacio del ojo de la aguja.

LXXVII

Bueno, en octubre de 1727 los "de Egipto" no capturaron al rey de Persia y la maravillosa y arriesgada exactitud cronológica de la profecía se desvaneció entre la multitud de fallos del (no se sabe bien por qué) genial Nostradamus; pero no importa en absoluto, seguirá siendo mágico para legiones de presentes y futuros eruditos sin cultura.

LXXVIII

El jefe de Escocia va a caer en la trampa y con él nada menos que seis "de Alemania". Pasarán por la roca de Calpe, por Gibraltar y se llevarán hasta Persia al cautivo los marinos orientales. ¡Vaya historia de aventuras!

LXXIX

Lo que va a pasar en ese puerto foceo, en Marsella, va a ser terrible, nada menos que el trastoque del orden eterno. Una calamidad de las más terroríficas, si se pudiera saber qué demonios es lo que se quiere contar con estas palabras tan apocalípticas y vacías.

LXXX

Una desgracia para algún inglés en particular y un bastardo al fondo, para que se vea que quien tan mal se porta viene marcado desde su cuna con el sello de la infamia, porque bien se sabe que, para la gente de la calaña de este profeta, el hijo ilegítimo no debe ser más que una creación del averno. Ya lo saben los lectores: hay que mantenerse lejos de tullidos y de los que no tengan su certificado de nacimiento en orden o, por el contrario, sonreír ante tales maldiciones y sus autores.

LXXXI

Bien, esta cuarteta todavía es más grotesca que la anterior y es de las que los más fervientes partidarios olvidan, sin saber qué hacer con ellas. Hagamos nosotros lo mismo.

LXXXII

No bastaba el golpe de mar para destruir esas ciudades y el mago de la profecía manda una plaga de langosta que aprovecha bien la dirección del viento para comerse a los vivos y a los muertos. Indudablemente, la tentación apocalíptica debe ser grande para un hombre que se ve llamado a rellenar cientos de páginas con tremendas advertencias a los herederos espirituales de sus textos.

LXXXIII

Honradamente, no se puede decir nada sensato sobre esta sorprendente versificación.

LXXXIV

Una capital lo va a pasar muy mal, a juzgar por las tropelías que se anuncian, incluido ese tremendo aviso a los templos y a la virgen en singular, a la que violarán los invasores.

LXXXV

Con un engaño se tomará esa capital importante. Tal vez sea la misma en la que se va a violar a la virgen de antes. Curiosamente, para Nostradamus, las ciudades se toman de una en una, por separado, en unas guerras tan locales como su mundo.

LXXXVI

Si por Ausonia tomamos a toda Italia, esta cuarteta nos viene a decir que un importante personaje que venía de Italia hacia España se detiene (o es detenido) en Marsella y allí languidece. Pero, tras su muerte, el cielo nos va a conceder el gracioso don de unos prodigios que -tal vez- se signifiquen en favor del fallecido. Así que el jefe de Italia debía ser un santo varón y su injusto final va a ser un motivo de bochorno para sus captores o detractores. Que se recuerde, el único jefe de Italia que se vino a las Españas de Nostradamus fue allá por el XIX, cuando se acordó traer al trono de España al buen rey Amadeo. Pero su reinado fue corto y agitado. No sufrió cautiverio en Marsella, ni el firmamento celebró su bondad con fenómeos dignos de mención. A lo mejor, en los años venideros, si todavía se viaja en barco con escala en Marsella, tendremos la suerte de verse cumplida la profecía...

LXXXVII

Un aviso a los navegantes para que no se acerquen por Córcega o Cerdeña, porque les espera una pavorosa desgracia. Ahora, Córcega es provincia gala y la flota o parte de ella suele recalar en sus puertos con tranquilidad, desoyendo los consejos del mago de la profecía y, que se sepa, no ha habido tal catástrofe naval en sus proximidades.

LXXXVIII

Barcelona va a ser algún día el puerto desde el que un gran ejército navegue hasta Marsella para tomarla a sangre y fuego. Como siempre, vamos a tener que volver a comentar la cortedad de miras de Nostradamus, tanto en el plano geográfico, ya que el Mediterráneo, prácticamente, es su único escenario y no considera otra forma de movimiento de grandes masas más que por la superficie del mar. Como siempre, también, asombra ver su incapacidad para asignar al nuevo mundo un hito de su tiempo, un papel mínimo en el futuro.

LXXXIX

Una oscura invasión amenazó en tiempos pasados el reino y rey de Chipre, pero la profecía no es de las que llegaran a cumplirse, a pesar del duro historial de la isla, hoy en día cercenada por dos comunidades contrapuestas, griega y turca, con dos gobiernos que tratan de parcelarse lo poco que queda.

XC

Parece que la intención del maestro de la cuarteta era la de avisar a los lectores galos que una flota procedente de Afganistán, aunque quede lejos del mar, va a plantarse frente a Marsella para quedarse en ella. La promesa no es sencilla de verse cumplida.

XCI

Un aviso de que un árbol seco volverá a la vida. Como se habla de un rey enfermo y de un príncipe de pie renqueante, bien podría ser que se quisiera avisar de que una dinastía en declive iba a estar dispuesta a dar nuevos frutos, pero el aviso queda difuminado en esa incierta posibilidad sin concretar que de tan poco vale para establecer algo firme y contrastable.

XCII

Bueno, este sí que es un ejemplo de literatura apocalíptica, ya que se nos hace una presentación de los tiempos que preceden al fin del mundo. Con tal arranque, de poco vale el resto, ya que lo importante sería la catástrofe y los detalles históricos cercanos no serían más que meros accidentes para enriquecer la anécdota principal con un toque de detalle.

XCIII

Una horrible desgracia se ha abatido sobre Francia y París pasa al recuerdo, mientras Aviñón parece ser la nueva capital y los que han venido de Africa, se supone que los moros, van a sembrar la ruina en el suelo francés. Afortunadamente, Francia ha visto pasar tropas musulmanas por su territorio, pero a las órdenes de oficialidad francesa y para servir a los intereses de la nación, no en su contra. Así que tampoco se puede pensar que el peligro musulmán, tan citado por Nostradamus, pueda tener visos de ser realidad en los siglos por venir, si es que se puede predecir con certeza el turbio futuro de la humanidad. Lo que sorprende especialmente es que en tiempos de Nostradamus los musulmanes ya llevaban muchos años fuera de suelo europeo y bastante a la baja, mientras que Occidente se expandía en todas las direcciones victorioso.

XClV

En quinientos años, el desaparecido ignorado será más famoso todavía y más honrado de lo que hubiera sido en su tiempo. Pero no se puede decir nada más que lo que en la cuarteta está escrito, aunque se trate de buena noticia, tan poco corriente en los textos del nigromante y se prime la felicidad sobre la desgracia.

XCV

El Islam va a estar a la baja, según se desprende de esta cuarteta. El cuando no se indica y la zona se refiere a la tierra de cosacos, más en la Rusia que en la Turquía. Podría interpretarse como hecho ya ocurrido, con la victoria de la revolución y la implantación del Estado Soviético. Pero, a decir verdad, la enseñanza del Corán y su observación no han decaído en la zona y ese páramo sigue siendo un reducto religioso, a pesar de los años de ateísmo oficial en todo el territorio de la URSS. Incluso se trata de una zona que puede ser considerada como de potente entrada de corrientes integristas. Si la referencia hubiera sido más explícita, también se hubiera podido pensar que se trataba de otra época, como la de la caída del imperio otomano, pero no es muy aplicable el concepto.

XCVI

Astrología y tragedia en una mezcla muy al caso. Un degüello con resonancia del que no ha habido mención hasta la fecha, aunque se ha dicho que sucederá en trece de febrero, una fecha mala para supersticiosos y peor aún para el de la garganta en peligro de Fossan, que debiera tener cuidado con el jefe de la jauría, por las malas intenciones que se le atribuyen a tan malvado personaje.

XCVII

Bueno, va a haber lío en Palestina y eso sí que es cierto, ya que se trata de la zona de mayor densidad de hechos de sangre por kilómetro cuadrado y no sólo ahora, sino a lo largo de toda la historia, desde los tiempos de esplendor de Asiria y Caldea, las venganzas romanas, las cruzadas y las recientes series de matanzas entre árabes fraccionados y hebreos unidos.

XCVIII

La guerra fratricida y cruel, lo cual es un hecho repetido en la historia, queda señalada de un modo típico. Tal vez no haya equivocación al no aumentar el detalle, ya que resulta especialmente cómodo dejar en el aire la precisión y esperar a que se repita un acto rutinario, para después poder aplicar la cuarteta con éxito.

XCIX

Parece que esta guerra terrible para Francia tiene su origen en las querellas entre hermanos aspirantes al trono de la cuarteta anterior. Pero la referencia a Mesopotamia podría ser una acotación que indicara que los musulmanes, provenientes de esa zona, van a perder su guerra en territorio francés.

C

Termina la centuria tercera con una llamada de atención al último galo digno de recibir honores (esa es la traducción del "honrado" que se ha utilizado en la cuarteta) y el honor lo recibirá por vencer en una batalla más.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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