Relato de una situación muy difícil.

 

Un día viernes por la noche a eso de las 11:30 p.m. recibo una llamada del personal de seguridad de guardia de Metrobus Lara, en la cual me informan que en la sede de la empresa se presento una unidad radio patrullera informando que uno de nuestros autobuses había atropellado a una persona y se había dado a la fuga y que la dama atropellada se encontraba en mal estado recluida en la emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda.

Inmediatamente me traslade a la sede de la empresa para verificar los hechos, al llegar allí me encuentro al conductor del transporte de personal nocturno y a uno de los auxiliares de seguridad, los cuales me informan que cuando el conductor  a eso de las 9:15 p.m., andaba en busca del auxiliar de seguridad, se le aparecieron en la vía un grupo de personas que quisieron abordar la unidad en forma violenta y ellos por temor aceleraron el autobús y sin querer atropellaron a una persona, no deteniéndose en el lugar porque la agresividad de las personas hacia correr riesgo su integridad física, adicionalmente informan que el grupo de personas atacan el autobús con piedras y que por esta razón los vidrios traseros están rotos.

Conociendo la versión de los trabajadores me traslade a la emergencia del hospital, con la finalidad de conocer el estado de salud de la persona atropellada al igual que conocer la versión de esta ciudadana. Le puedo decir que en trayecto me invadió el temor de la reacción de esta persona.

Al llegar a la emergencia inmediatamente los agentes policiales me indicaron quien era la persona; al consultar con los médicos el estado de salud me percate de varios golpes inclusive tenia fracturada la pierna en dos partes diferentes, la persona era una mujer joven y me relato que sentía con mucho dolor y que los médicos le habían indicado una operación en la pierna para poder tratar la fractura producto del accidente sufrido pero que en los actuales momentos no tenían capacidad para operarla de emergencia y debían esperar para evaluar el caso hasta el día siguiente, igualmente me indico que en la parte exterior del hospital se encontraban sus familiares.

Converse con las personas y me indicaron una versión muy diferente de los hechos, ellos contaron que se encontraban en un club social cuando llego un autobús de Metrobus Lara a buscar una persona que también estaba en el club, como ya se acercaban las diez de la noche el dueño del club les informo que el conductor del autobús los podía llevar hasta el centro de la ciudad, ellos eran 16 personas y aceptaron, cuando estaban en el autobús el señor moreno (personal  de seguridad), les indica que deben pagar 1000 Bs. Cada uno por concepto de pasajes a lo que una de las personas cancela con 50 mil bolívares, el conductor y la otra persona discuten porque no tienen sencillo con lo cual dar el vuelto y además indica el relatador que debían dividir el dinero en dos partes, ellos (los pasajeros) le indican que no tienen mas sencillo a lo cual hace molestar al personal de metrobus y les indican que deben bajar del autobús porque si no hay sencillo no hay transporte, los pasajeros se negaron a bajar y uno de los trabajadores agrediendo a las personas las obligo a bajar, la ultima persona en bajar era la joven señora, esta ultima fue bajada a la fuerza inclusive comentan que cuando se encontraba en la puerta del autobús fue empujada y la misma cayo en el suelo quedando con las piernas debajo del autobús, en ese momento el trabajador le indica al chofer que arranque el autobús, las personas indican la condición de la joven y sin hacer caso a los señalamientos se arranca el autobús pasándole la rueda trasera por una de las piernas de la joven fracturándola en dos, las personas también comentan que ante la actitud algunos intentando para el autobús toman unas piedras que están en la calle y se las lanzan al autobús sin lograr detenerlos. Al desaparecer el autobús detienen un vehiculo que pasaba por el sitio y trasladaron a la joven al hospital donde relataron los hechos y presentaron la denuncia.

Una vez conocida la segunda versión, me sentí avergonzado porque la expresión de las personas cuando relataban los hechos me convencieron que esta versión era mas creíble que la relatada por los trabajadores de Metrobus, me sentí responsable por los hechos ya que yo soy el presidente de la empresa y de alguna forma me corresponde garantizar el correcto funcionamiento de la misma.

Ante esta situación lo primero fue presentarles mis disculpas y la de la institución que representaba y garantizarles que no todos los trabajadores tenían el mismo comportamiento, igualmente les garantice que la compañía asumiría los costos que implicara la atención medica de la joven. Inmediatamente verifique con los médicos las posibilidades de la intervención de la señora y los riesgos, estos me comunicaron que no estaban dadas las condiciones para atender adecuadamente a la señora con la celeridad requerida y que si podía trasladarla la trasladara de inmediato, nos trasladamos a una clínica privada, hicimos todos los arreglos y esa misma madrugada atendimos a la joven, gracias a esta operación de emergencia la misma pudo recuperar como el 90% de la movilidad de sus pierna. También garantizamos la manutención de la señora por el tiempo de la convalecencia, era lo mínimo que por solidaridad y responsabilidad podía hacer.

Una vez resuelto el problema medico, me traslade a la sede de compañía y con mucha indignación mejor dicho rabia y decepción le hice un reclamo formal a los trabajadores y llame a transito colocándolos a su disposición para que hicieran el procedimiento respectivo, el conductor apelo a que era un padre de familia que necesitaba el trabajo y que tomara en cuenta que ya estaba mayor y era muy difícil conseguir otro empleo, sin embargo yo creo que faltas como estas en aras de dar ejemplo a todas las personas con las que trabajamos deben castigarse con todos los elementos legales que tenemos a disposición; por esta razón iniciamos un procedimiento de calificación de falta ante el Ministerio del Trabajo para despedir a los trabajadores y una denuncia ante la Fiscalia del Ministerio Público por lesiones culposas.

Pienso que en esta situación que le relate fue bastante difícil y gracias al convencimiento de vida que brindan los valores, pude tener ecuanimidad a la hora de tomar las desiciones; pienso que la solidaridad con el dolor de la persona atropellada, la responsabilidad del trabajo, al igual que la responsabilidad ante los demás trabajadores, la justicia y por sobre todo el valor de una vida humana permitió salir de esta situación con éxito y tratar de resarcir al máximo los daños causados a terceros por una conducta irresponsable de dos de nuestros empleados

Esperando que este relato responda a los requerimientos del curso, le saluda

Nelson Torcate Mendez.

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