UNIVERSIDAD DE YACAMBU

HISTORIA SOCIOECONÓMICA DE VENEZUELA

COHORTE 033-071 GRUPO DE TRABAJO: JOAQUINA MORENO    -   NEIDA DUQUE

Ensayo sobre el Pacto de Punto Fijo  y su impacto en la historia de la democracia venezolana.

Ensayo sobre el impacto del Viernes negro en la vida socioeconómica de Venezuela.

 

El Pacto de Punto Fijo 

El Pacto de Punto Fijo, llamado así por haber sido firmado en la Quinta "Punto Fijo (residencia de Rafael Caldera), fue un acuerdo entre los partidos políticos venezolanos Acción democrática (AD), Comité Político Electoral Independiente COPEI y Unión Republicana Democrática (URD). El objetivo del pacto era, en cierto modo, amparar la recién lograda democracia, mediante la participación de todos los partidos en el gabinete ejecutivo del partido triunfador.

El Pacto de Punto Fijo permitió la estabilización del sistema político venezolano por espacio de cuarenta años. Por otra parte, dicho acuerdo obedeció a circunstancias históricas muy específicas. Luego del derrocamiento del régimen de Marcos Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1958, el peligro de una regresión, conllevó a la formación de un frente Civil para el establecimiento de la recién lograda democracia. En tal sentido, la Junta de Gobierno presidida por Wolfang Larrazábal, tuvo que enfrentar dos intentos fallidos de Golpe de Estado. El primero llevado a cabo por Jesús María Castro León (Ministro de Defensa de la Junta de Gobierno), el 23 de julio de 1958. El segundo, liderado por los oficiales José Ely Mendoza y Juan de Dios Moncada Vidal, el 7 de septiembre de 1958.

            Luego de estos dos intentos de golpe de estado, los representantes de tres partidos políticos AD, COPEI Y URD, los cuales se encontraban exiliados en Nueva York y ya habían acordado en sus conversaciones mediadas para lograr la unidad y estabilidad política de la nación venezolana.

El 31 de octubre de 1958, se firmó en la Quinta "Punto Fijo", el acuerdo entre AD, COPEI y URD, siendo excluido el. Los que firmaron el acuerdo ese día fueron Jóvito Villalba, Ignacio Luis Arcaya y Manuel López Rivas por Unión Republicana Democrática; Rómulo Betancourt, Raúl Leoni y Gonzalo Barrios por Acción Democrática; y Rafael Caldera, Pedro Del Corral y Lorenzo Fernández por COPEI, y excluyeron de este tratado al partido comunista. Fue llamado ese tratado El Pacto de Punto Fijo y logró estabilizar al naciente sistema democrático en 1958 y sentó las bases sobre las que se logró construir la democracia.

El Pacto de Punto tenía finalidades bien definidas y los firmantes se comprometían a respetar estos aspectos o acuerdos:

1) La defensa de la constitucionalidad y del derecho a gobernar conforme al resultado electoral: Cualquiera que fuese el partido que ganase las elecciones, los otros dos se opondrían al uso de la fuerza para cambiar el resultado.

2) La instalación de un gobierno de unidad nacional: Se establecería un gobierno de coalición y ninguno de los tres partidos tendría la supremacía en el gabinete ejecutivo, independientemente del ganador de las elecciones de diciembre de 1958.

3) La elaboración de un programa mínimo común: Los tres partidos se comprometían a presentar dicho programa ante el electorado; que fuera el punto de partida de una “Administración Nacional Patriótica”.

            En 1958 nacía la democracia Venezolana. En este sentido el Pacto de Punto Fijo fue positivo y hasta necesario para garantizar dicha democracia. Este acuerdo determinó la democracia durante cuarenta años:

 1958

Junta de Gobierno

Wolfgang Larrazábal Ugueto

1958-1959

Edgard Sanabria

1959-1964

Rómulo Betancourt

Rómulo Betancourth

1964-1969

Raúl Leoni

1969-1974

Rafael Caldera

1974-1979

Carlos Andrés Pérez

1979-1984

Luis Herrera Campins

1984-1989

Jaime Lusinchi

1989-1993

Carlos Andrés Pérez

1993-1994

Ramón J. Velásquez

1994-1999

Rafael Caldera

 

            El Pacto de Punto Fijo ha sido denominado por muchos autores como el "verdadero tratado de regularización de la vida política nacional".

Podemos concluir diciendo que el Pacto de Punto fijo tuvo y tiene una gran importancia en la historia política de nuestro país por cuanto:

v   Evitó la ecometida militar evitando así caer de nuevo en una dictadura, durante estos cuarenta años.

v   Mantuvo el orden democrático y a lograr el fracaso de todo intento golpista

v   Establecio la paz post-electoral que hubiera podido turbarse por las inquietudes de las organizaciones firmantes en tener una igualdad en la cuota de poder.

 


Viernes Negro

 

Caminar hacia la Nueva Venezuela requiere de cambios sustanciales en nuestra forma de pensar, de hablar y de actuar. Desde el Viernes Negro, cada uno de los pisos sobre los cuales nos hemos apoyado, como el dinero, la gasolina, la democracia, etc, se han venido desplomando sistemáticamente. Antes del Viernes Negro nuestra vida giraba alrededor del dinero fácil, sostener las apariencias y de un vivir bastante bien con muchas facilidades en todos los sentidos y en todos los niveles cada uno en el suyo, aunque muy bien sabíamos que aquella vida fácil estaba subsidiada por lo cual en definitiva era una irrealidad, pero de alguna manera tampoco nos interesaba mucho averiguar más en ese sentido ya que no estábamos preparados para soltar nuestra irrealidad del “todo está bien”.

 

La devaluación de la moneda venezolana anunciada por el presidente Luis Herrera Campíns en el año de 1983, resquebraja de manera evidente el proyecto político definido por el discurso de bienestar y desarrollo que, a lo largo del siglo XX, logra consolidarse en Venezuela, gracias a la participación del petróleo en la vida política, económica y cultural. Es decir, el Viernes Negro oscurece de manera explícita las promesas de un estado rentista, petrolero y clientelar.

En 1983 no sólo fue devaluada la moneda sino también los salarios, el ahorro, la libertad de expresión, el derecho de amparo, los poderes públicos y los mismos valores morales del país. Con la devaluación monetaria vino la devaluación de la dignidad del Estado. Los abusos del Gobierno pasaron del plano económico al social, político y hasta moral.

Cuando una moneda deja de cumplir con esas tres funciones se puede considerar que el sistema monetario ha fracasado. Ese es el trágico caso de Venezuela, donde el bolívar ha perdido sus funciones como medio de cambio, reserva de valor y hasta como unidad de cuenta.

La caída de los precios del petróleo lleva al gobierno a tomar una serie de medidas económicas de emergencia, a comienzos de 1983. Las exportaciones petroleras caen de 19,3 millardos de dólares en 1981 a 13,5 millardos en 1983. Este año el gobierno reconoce la insolvencia ante la banca internacional. Los dos años precedentes se han caracterizado por la fuga de divisas. Ante estas circunstancias el Ejecutivo resuelve, el viernes 18 de febrero, recurrir al control de cambios. Se impone una restricción a la salida de divisas y al mismo tiempo una devaluación del bolívar. Ésta no se hace de manera lineal sino que se establece un dólar para viajes debidamente comprobados y otro para insumos industriales. En tal sentido, se crea la Oficina de Régimen de Cambios Diferenciales (Recadi) encargada de autorizar la compra de dólares.

Pero la mentalidad dadivosa de los agentes de la política oficial, del liderazgo y de los empresarios estaba demasiado arraigada en el país, por lo que la nueva política monetaria sobre el control cambiario, se convirtió en el gobierno de Jaime Lusinchi, a través de Recadi, en un nuevo sistema de subvenciones, en el cual como siempre, los favoritismos estaban en proporción a la capacidad de compra de dólares libres y las vinculaciones políticas para tener acceso a los preferenciales. Este nuevo lustro de desangre del país, agotó y hasta sobregiró las reservas internacionales del país, en el marco de un juego de privilegios repartidos por la complicidad de un entorno de grandes negocios.

El segundo mandato de CAP, el estado no soportaba más el facilismo y vino la segunda sinceración de la economía. Venezuela entró por primera vez al sistema del FMI y las suspensiones de los subsidios, los estímulos compensatorios, los controles de precios, soltaron el moño a una economía represada por las artificialidades y así se disparó la inflación a niveles nunca conocidos. Las convulsiones políticas y el fracaso del programa de ajustes macro económicos, dieron al traste con el gobierno de CAP, quien enjuiciado por la CSJ, fue a parar a la cárcel. El país se vino a menos en cinco años y los niveles de pobreza y de marginalidad social crecieron de manera asombrosa.

El gobierno de Caldera bajo la asfixia por la ausencia de programas definidos y de un nuevo proyecto de país, como lo exigían los venezolanos, que le brindaron su apoyo, se vio forzado a caer de nuevo en el sistema del FMI, luego de dos años de indefiniciones y planes fracasados. Esta administración profundizó la crisis económica y moral del país, hasta el punto que los propios hijos del Presidente fueron acusados de corrupción al igual que su yerno, dentro del más decadente y desvergonzado sistema de gobernar a una nación. La economía continuó su carrera descendente y los problemas macroeconómicos se agudizaron. Caldera no pudo controlar la inflación y disparó el dólar a más de 600 bolívares, mientras la recesión económica tomó cuerpo, afectando en su totalidad el aparato productivo.

Durante los períodos de bonanza petrolera que vivía el país y hasta la llegada del viernes negro, la costumbre por parte de los gobiernos; era tener un enorme gasto público producto de un abultado número de subsidios y regalías; y una política de endeudamiento demasiado arriesgada, y como los ingresos por concepto de exportaciones petroleras eran suficientes para cubrir el gasto público, realmente no se desarrollo nunca una política económica y menos una política tributaria eficiente y adaptada a la realidad del país y modernizada. La modernización llegó muy tarde, hace apenas unos 15 o 20 años los instrumentos fiscales utilizados en las políticas económicas eran pocos, mal implantados y muy difíciles de controlar, obteniéndose una gran pérdida por los altos niveles de evasión fiscal que se presentaban. 

Luego del viernes negro, y por causa de políticas económicas que no han sido diseñadas para adaptarse a la realidad de nuestro país, la política fiscal ha sido mal planteada y mal ejecutada. Se ha intentado aplicar serias medidas en materia económica pero han perdido efecto; primero por falta de continuidad en las políticas aplicadas, es decir, muchas veces dentro de un mismo periodo gubernamental hemos visto cambios en las políticas aplicadas, y apenas toman control los nuevos gobiernos inmediatamente son cambiados los planes económicos, con esto solo se logra un sistema inestable que no es capaz de asimilar un lineamiento cuando se le impone una nueva dirección. En segundo lugar por carecer de un planteamiento que busque primero, controlar el gasto público a través del mejoramiento y simplificación del sector público.

En Venezuela, la posibilidad de un Estado como el que tuvimos en las últimas décadas ya no es viable, por la sencilla razón de que el país no se puede permitir ese lujo. La sinceración de la economía es y seguirá siendo la única salida. Los controles excesivos, los subsidios, el proteccionismo, el paternalismo estatal y el Estado empresario, conllevan altos grados de ineficiencia y terminan imponiendo un elevado costo a la sociedad. Esos costos tienen que salir de alguna parte (endeudamiento). Las políticas económicas que caracterizaron la política económica venezolana entre 1974 y 1994 arrojaron una hiperinflación alimentada por un drástico y continuado deterioro en el valor de nuestro signo monetario.  

Venezuela hasta los años '80 tuvo una gran estabilidad económica y especialmente monetaria, donde la moneda nacional, el Bolívar, tenia un valor constante y muy estable con respecto a las monedas extrajeras, tanto así que el Bolívar era considerado como una de las monedas más estables del mundo para esa época. Al transcurrir el tiempo, la economía Venezolana se fue deteriorando y el primer impacto monetario se vio el viernes 18 de febrero de 1983 (conocido como el Viernes Negro), cuando la moneda venezolana inició su proceso devaluativo e inflacionario. Hasta hoy día, 24 años más tarde, la moneda venezolana se ha devaluado mas de un 55.000%. Es por esto que, desde el año 2004, el BCV y el Ejecutivo empezaron a estudiar la aplicación del Bolívar Fuerte, El bolívar fuerte intenta recuperar la estabilidad que alguna vez tuvo el bolívar que mantuvo un tipo de cambio con variaciones mínimas respecto al dólar de Estados Unidos desde 1879 hasta 1983 año en el que el llamado "viernes negro" desplomó la moneda y la llevó a un proceso devaluatorio que supero el 50.000% desde 1983 hasta 2007.

 

INFOGRAFIA

http://www2.bvs.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-00062002000200009&lng=en&nrm=iso

http://www.fpolar.org.ve/encarte/fasciculo24/fasc2415.html

http://www.analitica.com/va/economia/opinion/4833332.asp

http://www.analitica.com/va/economia/opinion/2862385.asp

http://www.monografias.com/trabajos13/monodef/monodef.shtml

http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/ve/lcob-viernes.htm

http://www.diariolavoz.net/seccion.asp?pid=18&sid=1755&notid=178852&fecha=02/19/2006

http://www.elmundo.es/1999/08/29/internacional/29N0036.html

http://www.el-nacional.com/historia/detalle.asp?ID=292

http://www.geocities.com/athens/oracle/5870/cap03_01.htm

http://www.angelfire.com/nb/17m/prohibidoolvidar/recadicap2.html

http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2002081972

 

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