Desde el principio de los tiempos el
hombre ha defendido lo que considera suyo y por lo general su manera de hacerlo
ha sido a través de la guerra, fue precisamente esto lo que sucedió entre Gran
Bretaña y Argentina en 1982, cuando estos dos países se enfrentaron por la
soberanía de las Islas Malvinas.
Antecedentes
de la Guerra de las Malvinas
Existen múltiples versiones sobre el
descubrimiento y posterior conquista de las islas. La versión Argentina sobre
el descubrimiento nos dice que fue vista por primera vez en 1522 por Esteban
Gómez el cual pertenecía a la expedición de Magallanes. Pero esta versión no ha
podido ser tomada muy en consideración ya que se basa exclusivamente en el
relato de Gómez. También se dice que el navegante y explorador John Davis
habría sido el primero en avistar las islas en 1592. Luego se dice que fue
Sebal Van Weert quien llegó a las islas en 1600 y las llamo islas Sebal, nombre
con el cual aun aparece en algunos mapas holandeses.
En 1690 el capitán ingles John Strong
quien iba en una expedición navegó por el estrecho que separa las dos islas
mayores al cual le puso el nombre de “ Falkland sound ", en honor al
segundo vizconde de Falkland, Lucius Cary. En 1764, colonos franceses de Saint
Malo (de donde proviene el nombre de Malvinas) al mando de Antoine de
Bougainville llegan a la isla y se establecen en la parte oriental en el nombre
S.E. Luís XV donde fundan un pequeño pueblo llamado Port Louis. Al año
siguiente lo hicieron los ingleses en el lado occidental guiados por el
comodoro John Byron quien, sin saber de los franceses establecieron un pueblo
llamado Puerto Egmont donde se flameo la bandera inglesa.
En 1767 los españoles le compraron la
parte este de la isla a los franceses y en 1770 una flotilla española le pidió
a los británicos que se fueran de la parte oeste. Cuando esto ocurrió el
capitán británico Hunt le contesto:
“Yo he recibido su carta por el
oficial, diciéndome que estas islas le pertenecen al rey de España, su señor.
Como respuesta yo le dije que estas islas le pertenecen al rey del imperio
Británico, mi señor. Mi señor, por derecho de descubrimiento y colonización, y
no hay otro súbdito de ningún otro poder que tenga derecho para establecerse en
las dichas islas sin permiso de su majestad Británica o tomar juramento de
alianza o someterse como súbdito de la gran corona británica”.
En 1774 los británicos se retiraron de
las islas por motivos económicos. España mantenía su colonización en la parte
este de la isla la cual era llamada isla soledad hasta que 1811 España comenzó
a perder el control en sus colonias Americanas.
Pero antes de esto, en 1790, los
británicos firman con los españoles el tratado de Nootka en el cual renuncian
formalmente a “cualquier ambición de colonización “en Sudamérica y sus islas.
España continúa ocupando las islas.
En 1820 el gobierno
de Buenos Aires reclamó soberanía sobre las islas. Es por eso que en 1828 el
general Argentino Rosas manda un gobernador, llamado Vernet para que se
establezca en la isla. La importancia de esto es que son los primeros
argentinos en hacer soberanía en la isla. Ese mismo año el gobierno argentino
arresta un barco, el Harriet, que navegaba hacia Buenos Aires ilegalmente. El
cónsul ingles rechaza la autoridad Argentina sobre las islas y mando un barco
de guerra británico, Lexington. El capitán del barco destruyó el puerto
Soledad, las armas y arrestos algunos habitantes.
En 1833 asustados
los británicos por la colonización Argentina recuerdan la expedición del siglo
XVIII y re-invade la isla, expulsa a Vernet y a los Argentinos sin disparar
ningún tiro.
En 1885 ya existía
en la isla una comunidad de unas 1800 personas inglesas viviendo por sus
propios medios.
A partir de ese
momento el conflicto entre Inglaterra y Argentina se hizo mas duro hasta que en
1964 la posesión de las islas fue discutida por las Naciones Unidas. El
argumento español era que las bulas papales habían dividido el nuevo mundo entre
España y Portugal (primero en 1493 con las bulas intercaeteras y luego fueron
modificadas en 1494 con el tratado de Tordesilla). Inglaterra basó su argumento
en la “abierta, continua, efectiva posesión, ocupación, y administración” de
las islas desde 1833 y también en considerar las islas como autosuficiente como
había sido reconocida por las naciones unidas.
En 1965 la asamblea
general de las Naciones Unidas invitó a Inglaterra y a Argentina a tener
conversaciones para encontrar una solución pacifica al conflicto. Estas
negociaciones aun continuaban en febrero de 1982 poco antes de la invasión de
Argentina a las islas.
Pero, la razón
directa por la cual se invaden las islas Malvinas por los argentinos es la
siguiente:
Debemos aclarar que
el argumento que a continuación expondremos fue obtenido de una fuente
Argentina por lo que objetividad perfectamente puede ser cuestionada.
Antes de la invasión, un argentino
llamado Constantino Davidoff tenía un negocio que se basaba en lo relacionado
con la chatarra. En septiembre de 1979 él firmó en Londres, un contrato con
Chistian Salvensenen el cual compraba las instalaciones balleneras abandonadas
en las islas Georgia en un valor de US $ 200.000.
Esto se suponía que seria un excelente
negocio pues las ganancias se creían que serian de la suma de US $
10.000.000.Pero para desmantelar la ex-ballenera se necesitaba llevar gente y
equipo.
Davidoff, a través de la embajada
Inglesa en Buenos Aires, trato de que le facilitaran el buque Antártico HMS
Endurance, de la Armada Británica. Pero ellos se negaron e inmediatamente la
Armada Argentina se puso a disposición de él.
En Diciembre de 1981 Davidoff zarpo con
destino a las islas Georgia. El que con anticipación había avisado a la
Embajada británica que iba a pasar y detenerse en el archipiélago de las
Malvinas, no especifico que iría en un barco con características de
rompehielos, el “Almirante Irizar", y que se iría a las Georgias sin antes
tramitar su desembarco en las Malvinas. Este breve viaje sirvió para tomar
algunas fotos y ver las antiguas factorías.
El
Pero lo que desencadeno el conflicto y
la posterior llegada de los británicos a la isla fue el izado de la bandera
Argentina.
Al desembarcar los Argentinos se
notifico a Rex Hunt, el gobernador, que había una bandera Argentina izada. Esto
provoco que se enviara el navío”Endurance” para obligar a los operarios a sacar
la bandera y evitar el supuesto desembarco del personal militar y las armas de
fuego.
El día 21 de marzo
zarpa de regreso el “Bahía Buen Suceso” pero dejo allá a Davidoff junto con el
grupo. El gobierno británico pidió el día 24 que volvieran a buscar a los allí
apostados. Pero el día 23 de marzo, la junta militar, sabiendo esto envía el
transporte “Bahía Paraíso". Llegan el 24 de Marzo a las
Durante las dos guerras mundiales, las
islas fueron un punto estratégico muy importante.
Razones de ambos países para reclamar la soberanía de las islas.
Razones
Argentinas
La mayor parte de las razones de
Argentina para reclamar la soberanía de las Islas Malvinas descansan en el
derecho que dice tener sobre los territorios españoles en América. Estos
derechos se basan en las Bulas Alejandrinas de 1493 y el Tratado de Tordesillas
de 1494 en los que España obtuvo el dominio sobre toda América del Sur excepto
por los territorios ocupados por Portugal.
Las versiones argentinas aseguran que
muchos marineros españoles y portugueses, y particularmente Esteban Gómez
de la expedición de Hernando de Magallanes (en 1522), fueron los primeros en
ver las islas, pero estas aseveraciones no tienen mayor respaldo.
En 1764 el marinero francés Louis-Antoine
de Bougainville fundó el primer asentamiento permanente, en la Malvina del
Este, y en 1767 España compró este asentamiento a Francia.
Para esa época los
ingleses ya se habían instalado en la Malvina del Oeste. Tres años más tarde,
en 1770, una flotilla española llegó a las islas pidiéndole a los ingleses que
la abandonaran, a lo que el oficial británico a cargo, el Capitán Hunt, replicó
que no abandonarían las islas porque estas pertenecían a su Majestad Británica,
y que si se querían quedar podrían hacerlo sólo como súbditos de la Corona de
Gran Bretaña. Poco tiempo después de esto los españoles volvieron, esta vez
haciendo uso de una fuerza superior y “convencieron” a los ingleses de
abandonar la isla el
Una de las razones
más fuertes de Argentina se basa en la Convención del Estrecho de Nootka, que
España y Gran Bretaña firmaron en 1790, en el que Gran Bretaña renuncia
formalmente “a toda ambición colonialista” en América del Sur y sus islas
cercanas. Desde ese año España continúa ocupando las islas por los siguientes
cuarenta años, hasta que sus colonias en América se independizaron.
En 1810 comienzan
los movimientos independentistas en Argentina y en 1820 el gobierno de Buenos
Aires, que había declarado su independencia de España en 1816, proclama por
primera vez su soberanía sobre las Islas Malvinas (en 1811 España se había
retirado de las islas cuando comenzaron los movimientos independentistas en
América. En 1828 el General argentino Rosas manda a un gobernador, el Sr.
Vernet, junto con un grupo de hombres para que trabajen en las islas. Es el
primer asentamiento argentino en las islas. Sin embargo, en 1833 los ingleses
invadieron las islas, depusieron a Vernet y mandaron a los argentinos de vuelta
al continente sin disparar un solo tiro. Desde ese año Gran Bretaña ha
administrado las islas, con sólo la interrupción de 1982, cuando ocurrió la
Guerra de las Malvinas.
Cuando España
abandonó las islas en 1811, las dejó para siempre y nunca más reclamó derechos
sobre éstas. Que esos derechos hayan pasado a Argentina es sólo una afirmación
hecha por los argentinos más que una directa sesión de derechos por parte de
España o por una transferencia legal de título.
Razones Inglesas:
Los argumentos que
tienen los ingleses para reclamar la soberanía de las Islas Malvinas, o como
ellos las llaman, las Falklans Islands, se basan en que ellos habrían sido los
primeros en hacer soberanía sobre estas islas.
De acuerdo a la
Enciclopedia Británica el navegante inglés John Davis en el Desire (1592)
puede haber sido la primera persona en ver las Islas Malvinas.
En 1690 el capitán
inglés John Strong a cargo de una expedición británica descendió por
primera vez a las islas. Los británicos tomaron posesión de las islas a
nombre de la corona y nombraron al estrecho entre las dos islas principales con
el nombre de un oficial naval británico, el Vizconde Falkland. Tiempo
después el nombre fue aplicado a todo el conjunto de islas.
En 1765 los
británicos se establecieron en la Malvina del Oeste, pero cinco años después
los ingleses dejaron las islas “convencidos” por los españoles (en 1770).
En 1771 los
británicos restablecieron su asentamiento en la Malvina del Oeste después de
una amenaza de guerra.
En 1774 los
ingleses abandonaron las islas debido a razones económicas, pero España mantuvo
su asentamiento en la Malvina del Este (el que luego pasó a manos argentinas.
Éste gozó de cierta tranquilidad hasta el año 1831, cuando el barco de guerra
estadounidense USS Lexington lo destruyó como represalia por el arresto ilegal
de tres barcos estadounidenses que se encontraban cazando ballenas en el área.
En 1833 Gran
Bretaña recordó la expedición del siglo XVII, invadió las islas, expulsó a los
argentinos, y desde ese día ha administrado las islas.
En 1885 ya una
comunidad d unos 1800 británicos vivía en las islas y en 1892 se le dieron a
las islas el grado de Colonia.
En 1964 el problema de las Malvinas fue
debatido por el comité de descolonización de las Naciones Unidas. Gran Bretaña
basó sus argumentos en su “abierta, continua, efectiva posesión, ocupación, y
administración” de las islas desde 1833 y su determinación de asegurar a los
habitantes de las Malvinas el derecho a la autodeterminación, como fue
reconocido en la Carta de las Naciones Unidas.
Este concepto es específicamente
incluido por el gobierno británico con relación a las Islas Malvinas en la
Constitución de las Islas Malvinas, que asegura: “Todas las personas
tienen derecho a la autodeterminación y en virtud de esto tienen el derecho de
determinar libremente su estado político…” (Capítulo 1, Constitución de
las Islas Malvinas, 1985. Junto con esto, los principales partidos políticos de
Gran Bretaña han afirmado su compromiso hacia el derecho de los isleños a
determinar su propia soberanía, como dijo el Ministro de la Foreing Office Tony
Lloyd MP, al Sunday Telegraph el
Situación argentina en la época
de la guerra de las Malvinas:
Durante la década de los '70 y los
primeros años de la década de los '80, la mayoría de los países de América
Latina pasaban por un período de una gran inestabilidad política, la mayoría de
ellos estaban siendo gobernados por Juntas Militares y su situación económica
no era mucho mejor.
Argentina no fue la excepción. En 1970
las Fuerzas Armadas sustituyeron al entonces caudillo de argentino Juan Carlos
Onganía, por Levingston y luego a éste por el general Alejandro Lanusse (1971),
con el claro objetivo de restablecer el gobierno democrático.
En 1972 pudo regresar al país, tras
diecisiete años de exilio, el general Juan Domingo Perón, pero no pudo
participar en las elecciones de 1973, las que, de todos modos, ganó el
peronismo o justicialismo, cuyo candidato, Héctor Campora, una vez que tomó
posesión del poder se apresuró a dimitir para que se procediera a nuevas
elecciones, ésta vez con Perón como candidato y seguro triunfador (septiembre
de 1973). Ello significaba que el retorno a la democracia se hacía bajo el
signo del peronismo, frente a un muy debilitado radicalismo y a la
fragmentación de las restantes fuerzas políticas.
Sin embargo, este
nuevo período presidencial de Perón fue muy breve y concluyó dramáticamente. En
junio de 1974 fallecía el casi octogenario Perón, dejando el gobierno en manos
de su segunda esposa y vicepresidenta María Estela Martínez. Ésta logró en un
principio con un sólido respaldo de la mayoría de los partidos políticos y de
las Fuerzas Armadas, pero su desacertada gestión, mientras crecía la violencia,
condujo a su derrocamiento el
El gobierno de
Videla se prolongó desde 1976 hasta el
A fines de 1981 una
nueva Junta Militar obligó a dimitir al general Ricardo Viola, asumiendo el
gobierno el general Leopoldo Fortunato Galtieri. Fue él quien en 1982 dispuso
la ocupación por sorpresa de las islas Malvinas, en abril de 1982.
Situación británica
en la época de la guerra de las Malvinas.
Durante las décadas
de los años '60 y '70, los británicos se dieron cuenta que la economía de su
nación estaba en franca declinación. La pronta recuperación y el optimismo de
después de la II Guerra Mundial no pudieron ser mantenidos como en el resto de
los países europeos.
Además, por un
tiempo Charles de Gaulle, presidente francés, se las arregló para mantener a
Gran Bretaña fuera de la Comunidad Económica Europea (ahora la Unión Europea).
No fue hasta 1973 que Gran Bretaña se convirtió finalmente en un miembro de la
Comunidad.
Desde mediados de
la década de los '60 Gran Bretaña había sido protagonista de una gran baja en su
economía. Las masivas huelgas portuarias en los años 1966 y 1967 afectaron
severamente las exportaciones británicas. En un esfuerzo para evitar la salida
de dinero del país, el gobierno devaluó la moneda.
Por otro lado, las
industrias en las que Gran Bretaña había dominado durante siglos estaban
decayendo rápidamente: construcción de barcos, industria textil, carbón, y
acero. Esto llevó a que aumentaran las huelgas, la inflación, las deudas, y que
se produjera un alza en los impuestos. El Primer Ministro de esa época era
Edward Heath.
El Partido
Conservador resolvió de cierta manera la situación cuando ganó las elecciones
en 1979 con su recién elegida líder, Margaret Tatcher. Tatcher era una
obstinada conservadora, y estaba determinada a no ceder ante los sindicatos o
cambiar el esquema que había planeado para revivir la economía británica.
Tatcher basó su política económica en la teoría del monetarismo, y de esta
manera reducir la inflación, bajando los impuestos para alentar las inversiones
y minimizando la intervención del gobierno en la industria para remover las
restricciones en la expansión de los negocios. Margaret Tatcher comenzó
privatizando la industria y relajando las regulaciones del gobierno. Estas
fueron medidas muy fuertes que en un comienzo llevaron a una declinación aún
más rápida.
Hacia 1981 las
tasas de interés y el desempleo alcanzaron índices como los de la posguerra y
un creciente grupo de firmas británicas estaban en la bancarrota. Existía una
presión para que el gobierno cambiara sus políticas, e incluso miembros del
mismo partido de Tatcher amenazaban con una revuelta. Sin embargo, Margaret
Tatcher se negaba a abandonar sus políticas.
Fue precisamente en
éste momento cuando se produjo la invasión argentina a las Islas Malvinas. Esta
guerra llegó en un muy buen momento, ya que hizo que los ingleses olvidaran por
el momento el desastre que tenían en el país y se concentraran en recuperar las
Islas Malvinas, donde también jugó un papel preponderante su exacerbado
Nacionalismo.
El enfrentamiento entre
Argentina y Gran Bretaña se inicia a partir de las actividades empresarias de
un argentino, Constantino Davidoff. Su actividad principal eran los negocios relacionados con la chatarra.
En el mes de Septiembre de
1979 firmó en Londres un contrato con la empresa Christian Salvensen de Edimburgo, adquiriendo las
instalaciones balleneras abandonadas en las islas Georgias, a un valor inferior a los u$s 200.000.
Esto representaba un
brillante negocio que dejaría excelentes ganancias, pues el precio de la chatarra, permitiría en ese momento obtener
cifras cercanas a los u$s 10.000.000. Para desmantelar las instalaciones era
necesario transportar a las islas personal y equipos.
Davidoff gestionó en la
Embajada Británica en Buenos Aires el servicio del buque
antártico HMS Endurance, de la armada británica. Pero su pedido fue denegado y,
seguidamente, la Armada Argentina se pone a su disposición para llevar a cabo
la tarea.
En Diciembre de 1981,
Davidoff zarpa con destino a Puerto Leith, llegando a la Bahía Stromness unos
días después. Si bien Davidoff envió una carta comunicando a la Embajada
Británica su viaje al archipiélago de Malvinas, no especificó que lo haría en
un barco de las características del rompehielos ARA Almirante Irizar, ni que se
dirigiría directamente a las Georgias sin antes tramitar su desembarco en
Grytviken. Este breve viaje sirvió para tomar fotografías (3500) e inventariar
el material existente en las ex-factorías.
El
Al desembarcar los argentinos, las
autoridades británicas en Grytviken notificaron al gobernador de Malvinas Rex
Hunt sobre una bandera argentina izada. El Foreign Office ordenó el envío del navío HMS Endurance con el objeto
de obligar a los operarios a arrear la bandera y evitar además el supuesto
desembarco de personal militar y armas de fuego.
El 21 de Marzo, zarpa de regreso el ARA
Bahía Buen Suceso, dejando al grupo de Davidoff en tierra para proseguir con sus tareas. El
HMS Endurance debía llegar a Leith el día 24 de Marzo, pero por órdenes del
canciller de Gran Bretaña Lord Carrington, el buque debió aguardar en
Grytviken. Simultáneamente se solicitó al gobierno argentino que dispusiera el
regreso del Bahía Buen Suceso a Leith para ser éste quien desalojara a los
operarios allí apostados.
El 23 de Marzo, la Junta Militar, en
respuesta a los sucesos de Leith, envía el transporte ARA Bahía Paraíso, que se encontraba en Orcadas con
el grupo Alfa a bordo (formado por comandos de marina, denominados "Lagartos", al mando
del Teniente de Navío Alfredo Astiz). Llegan a Georgias el día 24 de Marzo a
las
El gobierno argentino quería realizar una
ocupación no violenta de las islas, estableciendo presencia firme en ellas y
provocar que las fuentes diplomáticas británicas tomaran iniciativas para
encontrar una solución de fondo sobre la Soberanía en Malvinas. La opinión
internacional favorecía el reclamo de nuestro país sobre la Soberanía en
Malvinas.
Gran Bretaña sólo podía
establecer un panorama geopolítico tal que indujera al gobierno argentino a
considerar la ocupación militar de las islas como única solución viable.
Se había llegado a un punto sin retorno,
las acciones militares eran inminentes.
La
decisión de recuperar las Malvinas
El gobierno militar consideró, a finales de
1981, que a pesar de las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas y de los esfuerzos diplomáticos y económicos
argentinos, el Reino Unido no accedería a negociar sobre la soberanía.
Por tanto, la Junta Militar
previó una alternativa militar para el caso de que fracasaran las tratativas
diplomáticas.
Aprobó la idea del Almirante Jorge Isaac
Anaya de recuperar las Malvinas mediante una acción sorpresiva e incruenta para las fuerzas inglesas, y
posteriormente negociar el traspaso de la soberanía.
Se creó una Comisión de Trabajo Conjunta para realizar el planeamiento de la recuperación. La Comisión de Trabajo
estableció como fecha más temprana para realizar la operación el 15 de mayo.
Sin embargo, durante marzo de 1982 se producen acontecimientos que alteraron
esa fecha, e incluso, lo que era sólo una alternativa se transformó en el objetivo principal.
Por lo
expuesto la Junta Militar decidió recuperar las islas Malvinas el día 1º de
abril de 1982, basando la acción en las siguientes suposiciones:
*
Que el Reino Unido no
reaccionaría con violencia.
*
Que EE.UU. se mantendría al
margen.
*
Que se podría controlar la crisis y, por lo tanto,
habrían negociaciones por la cesión de la soberanía.
Así, la Argentina buscó
recuperar un espacio territorial cuya legitimidad ha sido reconocida por los
organismos internacionales con injerencia en el caso: la ONU, al reconocer la naturaleza colonial de
diferendo en su Resolución 1514 y la validez de los reclamos argentinos sobre
las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur en su Resolución 2065,
invitando a ambos gobiernos a mantener negociaciones por el futuro de las
islas.
Desarrollo
de los Acontecimientos
Durante la dictadura militar argentina que había comenzado en el año
1976, se decidió iniciar la guerra de las Malvinas, donde se entremezclaron
legítimos derechos de reivindicación, con aspiraciones políticas de un
gobierno, cuyo prestigio estaba notoriamente deteriorado, y necesitaba de
alguna manera, contar con el apoyo popular.
Las tensiones en las relaciones argentino-británicas habían crecido
debido a ciertos incidentes, como el de una operación naval secreta llevada a
cabo por la Argentina, en una isla de las Sanwich del Sur, llamada Thule, con
fines científicos, en 1976, que según los ingleses encubría otro propósito.
El Presidente Leopoldo Fortunato Galtieri y los marinos Jorge Isaac
Anaya y Emilio Massera, comenzaron a plantear una estrategia bélica,
considerando que Estados Unidos permanecería neutral.
Previamente, Galtieri intentó negociar con los
ingleses pero estos desestimaron el pedido.
El 28 de marzo de 1982, partió la flota hacia
Malvinas, integrada por el buque Cabo San Antonio, el portaaviones 25 de Mayo,
los destructores Santísima Trinidad y Hércules, las corbetas Grandville y
Drumond, el submarino Santa fe y el rompehielos Irízar, recuperando las islas
el 2 de abril de 1982, tras la rendición sin ninguna resistencia, de su
gobernador Rex Hunt, creándose una gobernación militar argentina.
Puerto Stanley, su capital, fue denominada Puerto
Argentino. El canciller argentino Nicanor Costa Méndez inició las negociaciones
por vía diplomática.
El Consejo de Seguridad de las naciones Unidas,
dictó la resolución 502, el 3 de abril, donde de 15 votos se contaron 10 a
favor de su aprobación (Estados Unidos, Francia, Guayana, Irlanda, Japón,
Jordania, Togo, Uganda, Zaire y Gran Bretaña) 4 abstenciones (Unión Soviética,
China, Polonia y España) votando sólo Panamá en contra de su aplicación, que
favorecía al gobierno inglés. Por dicha resolución se ordenaba el retiro de las
fuerzas argentinas, y buscar para el conflicto, una solución diplomática.
El enviado norteamericano Haig, intentó una
mediación, proponiendo una administración tripartita integrada por los dos
países en conflicto y Estados Unidos que actuaría como garante, iniciándose una
negociación directa, con consulta a los isleños. Esta propuesta fracasó, lo
mismo que la del presidente del Perú, Belaúnde Ferry, que mostró una posición
de apoyo a la causa argentina.
El día 10 de abril, la Plaza de Mayo, en Buenos
Aires, reunía a una multitud enfervorizada que clamaba por la recuperación de
las islas.
El día 15 de abril, se creó el Fondo Patriótico
Malvinas Argentinas, donde se alentó mediante campañas publicitarias el aporte
en dinero y especies para la causa patriótica, que reunió muchísimos fondos, de
los que no se supo su destino final.
El día 19 de abril, el Canciller Costa Méndez,
solicitó la aplicación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca por
el cual habían comprometido su solidaridad los países americanos ante la
amenaza a un estado miembro, por parte de otro perteneciente a otro continente.
Desde Gran Bretaña, bajo la férrea y conservadora
administración de la Ministro Margaret Thatcher, zarpó una flota que logró la
rendición inmediata de las tropas a cargo del teniente Alfredo Astiz,
recuperando las Georgias, luego de atacar Puerto Leith y Grytviken.
El 1 de mayo los británicos atacaron por primera
vez desde el aire, cuatro veces en Puerto Argentino, y con helicópteros en
Puerto Darwin. Las tropas argentinas impidieron el desembarco.
El hundimiento del buque General Belgrano, el 2 de
mayo, fuera de la zona de exclusión declarada por el Reino Unido, fue el
comienzo del desastre argentino. Trescientos veinte tres personas se contaron
entre muertos y desaparecidos.
Los argentinos no contaban con fuerzas organizadas.
Los soldados, mal alimentados y peor armados, con ropas inadecuadas para el
crudo frío del sur y con sólo 18 años de edad en su mayoría, ya que se había
reducido a esa edad el cumplimiento del servicio militar. Se acumularon tropas
en el archipiélago sin ninguna estrategia. Los británicos eran superiores en
armamentos, entrenamiento y recursos militares de todo tipo.
El 4 de mayo de 1982, nuevamente se sufrieron
ataques aéreos ingleses en los puertos Argentino y Darwin. El destructor inglés
Sheffield, fue hundido por la Aviación Naval argentina, equipada con misiles
Exocet.
El 9 de mayo fue hundido el pesquero argentino
Narwal y el 12 del mismo mes, desde Southampton partió el trasatlántico Queen
Elizabeth con 3.800 soldados.
Mientras las propuestas de paz fracasaban,
Argentina lograba algunos triunfos, como el hundimiento de la fragata Ardent y
la destrucción de tres aviones Harrier y dos helicópteros.
El 8 de junio un intento de desembarco en Fitz Roy
y Bahía Agradable fue impedido por la Fuerza Aérea argentina. La fragata
Plymouth y los transportes de tropas Sir Galahad y Sir Tristan fueron hundidos.
El 12 de junio, un día después de que el Papa
arribara a la Argentina bregando por la paz, luego de haber estado en Londres,
hubo en las islas intensos combates que permitieron a los ingleses, al mando de
Jeremy Moore, avanzar sobre Puerto Argentino.
A las nueve de la mañana, del 14 de junio de 1982,
los ingleses solicitaron la rendición argentina. El Presidente Galtieri se
negaba a aceptar la derrota pero el general Menéndez aceptó la rendición.
La guerra dejó como saldo 649 soldados argentinos
muertos, 255 ingleses y 3 isleños. La argentina perdió la posesión de las
islas, y la Junta Militar, vio aniquilado el poco poder que le quedaba,
sellando el camino de la restauración democrática que se concretó en 1983.
El conflicto de Malvinas incluye la primera verdadera confrontación
naval desde la campaña del Pacífico en la Segunda Guerra Mundial. El precio
cobrado por la Fuerza Aérea Argentina y la Aviación Naval durante la guerra en
el mar, incluye los destructores británicos HMS Sheffield y Coventry; las
fragatas HMS Ardent y Antelope; el buque de desembarco HMS Sir Galahad y el
buque mercante Atlantic Conveyor. A estos hay que agregar 2 destructores
británicos, catorce fragatas y dos buques de desembarco dañados durante el
conflicto, todos ellos por ataques aéreos argentinos con bombas, misiles
cohetes y cañones, excepto el destroyer Glamorgan que fue dañado por un misil
Exocet lanzado desde tierra. 37 aviones británicos fueron perdidos por causas
diversas. Las catorce bombas sin explotar en los cascos de buques británicos
pudieron fácilmente hacer que las pérdidas de buques fueran el doble si las
espoletas hubieran sido correctamente graduadas.
Los británicos emplearon virtualmente toda arma submarina existente en
la Fuerza de Tareas en falsos contactos submarinos. A la Fuerza de Tareas
británica le faltó defensa en profundidad. Ellos no tuvieron la clase de apoyo
que la cubierta de un portaaviones grande puede proveer con sus aviones
embarcados de reconocimiento táctico y de alerta temprana. Se vieron forzados a
confiar por otra parte en pequeños, y baratos buques de combate cuyo inferior
armamento los hacía más vulnerables que grandes, bien acorazados buques cuya
única contra es su elevado precio.
Tendemos a pensar sobre la campaña naval de Malvinas sólo en términos de
pérdidas de unidades y del impacto que esas pérdidas produjeron en el resultado
final. Para una nación que observe los hechos atentamente, existe también una
discusión adicional. La guerra naval en Malvinas incluye también:
El primer empleo de misiles crucero modernos contra buques de una marina
de primera categoría. La primera oportunidad desde la Segunda Guerra Mundial,
en que sostenidos ataques aéreos fueron hechos contra una fuerza naval. El
primer uso en combate de submarinos de propulsión nuclear. El primer uso de que
se tenga noticias de aviones de decolaje y aterrizaje vertical/corto en
combate. Una pequeña fuerza de submarinos de propulsión diesel-eléctrica
argentina, produjo una enorme preocupación a las autoridades navales británicas
y determinó por lo menos en la misma medida que la amenaza aérea, la conducción
de las operaciones navales británicas, causando el gasto de una gran cantidad
de armas antisubmarinas.
Una igualmente pequeña fuerza de submarinos nucleares de ataque
británico determinó las decisiones de los jefes navales argentinos y mantuvo
las unidades de superficie argentinas en aguas protegidas contra esta amenaza.
Asimismo determinó algunas de las primeras decisiones políticas hechas al
comienzo de las hostilidades.
Consecuencias de la Guerra de las
Malvinas.
1. Como resultado de la guerra, las relaciones diplomáticas
entre Argentina y los EE.UU. se vieron deterioradas enormemente, pues EE.UU.
había brindado todo tipo de apoyo a Gran Bretaña para la conservación de las
islas como su patrimonio, lo cual Argentina tomó como una terrible ofensa hacia
sí, ya que ese apoyo fue decisivo para el resultado de la guerra.
2. La política interna de Argentina hizo crisis, lo cual
provocó la caída del gobierno del General Galtieri, quien renunció al poco
tiempo, y marcó el fin de los regímenes militares que gobernaron Argentina
desde 1976.
3. Margaret Thatcher aseguró su reelección como Primer Ministro
después de la guerra debido a la alta popularidad alcanzada y a la imagen de
solvencia, eficiencia y superioridad que proyectaba Gran Bretaña con ella al
mando.
4. Durante la guerra, que tuvo una duración de 72 días, hubo
cerca de 1000 bajas (236 británicas y 655 argentinas), muchas de ellas
conscriptos inocentes, sin ninguna o con una mínima preparación bélica, debido
al "apuro" en el que se encontraron las FF.AA argentinas.
5. La guerra tuvo un costo de 2 billones de dólares.
6. Muchas lecciones fueron aprendidas del conflicto, sobre todo
por parte de las fuerzas armadas. La guerra también hizo que el gobierno
británico desistiera de vender el HMS Invincible, el cual siguió en servicio y
fue de gran ayuda en la guerra de Bosnia. Se compraron nuevos armamentos y la
industria armamentista inglesa tuvo grandes avances.
7. Otra consecuencia fue que las islas siguieron en poder de
los británicos, tal como los isleños querían, pero aún existen resabios de la
guerra, ya que hay guardias militares y un patrullero de guerra (un barco) en
servicio.
8. Hay otra consecuencia, que quizás a ojos de la gente común y
corriente no entendida en las lides militares, es la más importante y a la vez
dolorosa, la de la gente que perdió familiares y seres queridos en la guerra,
cuyas vidas han sido cambiadas abruptamente y para siempre y también para
quienes vivieron directamente la guerra y vieron lo que allí se vio, valga la
redundancia.
9. Toda guerra además supone consecuencias físicas y
psicológicas para sus combatientes, sobre todo para quienes la pierden. En
Argentina los trastornos psicológicos aumentaron cerca de un 450%, las
depresiones se hicieron comunes y las tasas de suicidios subían continuamente
de una forma alarmante. Sin embargo estas tasas podrían haber sido peores de no
ser por la dimisión de la Junta Militar. Esta debacle psíquica hizo que la
economía argentina se fuera a pique, ya que, independiente de los costos de la
guerra, no habían ganas de producir, nadie iba a trabajar y toda Argentina
miraba con nostalgia hacia el sur, hacia las Malvinas, islas de su propiedad,
pero no soberanía.
10.
Como consecuencias
físicas de la guerra tenemos los múltiples congelamientos que sufrieron los
soldados, los cuales en su gran mayoría derivaron en amputaciones de las
extremidades, esto era causado por el clima y el vestuario de las FFAA
argentinas, que parecían más adecuados para una guerra en Mar del Plata que
para un enfrentamiento en las Malvinas. El llamado "Pie de trinchera"
hizo su aparición. Este consiste en una gangrena, que se extiende desde el pie
hacia arriba y puede causar la muerte si no se controla a tiempo. Generalmente
provocaba la amputación del miembro. Era provocada por heridas mal
desinfectadas en las piernas, que se infectaban por la insalubridad de las
trincheras y del suelo, lleno de pólvora, gérmenes, muertos, etc. en general
productos en descomposición. Así en número de discapacitados en Argentina
aumentó al doble y en Gran Bretaña en un 25%.