|
|
|
|
Aún no estoy preparado para perderte
Aún no
estoy preparado para perderte... o no
poder hablarte, TE
QUIERO Te
quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce del día. Te
quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de
lluvia. Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me pongo a
pensar en nosotros dos, y tu piensas en la comida o en el trabajo
diario, o en las diversiones que no tienes, me pongo a odiarte
sordamente, con la mitad del odio que guardo para mi. Luego
vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y siento que estas hecha para mí,
que de algún modo me lo dicen tu rodilla y tu vientre, que mis manos me
convencen de ello, y que no hay otro lugar en donde yo me venga, a donde
yo vaya, mejor que tu cuerpo. Tu vienes toda entera a mi encuentro, y
los dos desaparecemos un instante, nos metemos en la boca de dios, hasta
que yo te digo que tengo hambre o sueño. Todos
los días te quiero y te odio irremediablemente. Y hay días también,
hay horas, en que no te conozco, en que me eres ajena como la mujer de
otro. Me preocupan los hombres, me preocupo yo, me distraen mis penas.
Es probable que no piense en ti durante mucho tiempo, o que piense en ti
siempre. Ya ves, ¿quién podría quererte menos que yo, amor mío? ... JAIME
SABINES Tu
cuerpo esta a mi lado. Fácil,
dulce, callado. Tu
cabeza en mi pecho se arrepiente Con los
ojos cerrados Y yo te
miro y fumo Y
acaricio tu pelo enamorado. Esta
mortal ternura con que callo Te esta
abrazando a ti mientras yo tengo Inmóviles
mis brazos Miro mi
cuerpo, el muslo En que
descansa tu cansancio, Tu
blando seno oculto y apretado Y el
bajo y suave respirar de tu vientre Sin mis
labios. Te digo
a media voz Cosas
que invento a cada rato Y me
pongo de veras triste y solo Y te
beso como si fueras tu retrato. Tu, sin
hablar, me miras Y te
aprietas en mi y haces tu llanto Sin
lagrimas, sin ojos, sin espanto. Y yo
vuelvo a fumar, mientras las cosas Se ponen
a escuchar lo que no hablamos JAIME
SABINES
No
es que muera de amor, muero de ti. Jaime Sabines |
|
|
|
.
.
.
.