INFANCIA
MOLLENDINA
Mi
regreso a Mollendo, la tierra de mis recuerdos, que me acompañan como
me acompaña Dios, fue muy lleno de vida. Cuando vi la Calle Comercio
(creo que la Cuadra 4) frente a la Iglesia de la Inmaculada Concepción,
recordé la Bodega de Vino de Don José Luis Bustamante de la Fuente,
que vendía vinos en barricas, llenando las botellas que los clientes
asiduos venían a pedir, previa succión del dependiente, con una
manguera delgada. Siempre recuerdo a Don Angelino Gilardi (fungía de
Administrador) que siempre, previo trago saboreaba quesos con gusanos
que se salían de los huecos, realmente me impresionaba como se le
resbalaba los gusanos por la comisura de los labios y se los volvía
comer con una maniobra lenguística y la verdad que me daba asco.
Pero, Don Angelino, contestaba ante su circunstancial y diario acompañante
de tragos, que le había observado esta operación, “Ma, caraco, pero
si los gusanos salen de la misma leche del queso” y seguía
saboreando. Realmente
esta estadía, también avivó mi reminiscencia de algo escondido
muy adentro de mi, pues cuando mi padre José Luis me enviaba a comprar
esa botella de vino tinto semiseco ( pues recuerdo que era algo dúlcete
) , el susodicho dependiente medio dormido (pues era domingo a la hora
del almuerzo), me decía a mi con mis once años, “llena tu la
botella, ahí esta la barrica negra del medio, y usa la manguera que
esta al lado”. Pues yo lo hice así, no me atreví a desoírlo, aun
siento ese sabor
infinito
en mis labios, no se si paso 1 o 2 minutos, antes de iniciar su llenado
en la botella. Por supuesto que sentía la pegada, regresaba a la casa
para iniciar el almuerzo con la familia y ya después de terminado el
alimento dominical, me sumía en un prolongado y rico sueño. Claro es
que al despertar tenia un fuerte dolor de cabeza. ¡¡¡
Cuántos recuerdos han surgido de cada calle que he vuelto a caminar !!!
aun cuando ya no son las mismas pues los domicilios y negocios y
personajes de antaño, en mi mente, los voy insertando en lugar de los
actuales y como que son coherentes con mis sentimientos. Esta apenas es
una modesta anécdota, pues la Historia, con el aporte de mollendinos,
que se encargan de muchas otras y vivencias que ponen “la carne de
gallina”, se puede crear una Historia, con anecdotario ameno, para
llegar a nuestro duro corazón, cuyo principal causa ha sido el
inexorable tiempo transcurrido. Ya Mollendo no es el mismo de ayer y aun cuando nosotros tampoco somos los mismos, tenemos que hacer un gran esfuerzo para ponernos metas diversas desde las mas “fáciles” a las mas “difíciles”. Se me ocurre que una es la que tiene que ver con la Cultura, por ejemplo, un Museo del Recuerdo de toda la Historia de este otrora Puerto de vieja data y con presencia en la Historia de nuestra Patria, otra es la de motivar el retorno del Teatro como actividad de las personas que tienen dones, pues también, en las décadas del año 50 , que me toco vivir conscientemente, habían buenos artistas del Colegio Nacional “Deán Valdivia”, que realmente yo los envidiaba, pues con la timidez de ese entonces, me sentía empequeñecido. Paisanos, hay mucho que hacer, como diría nuestro inmortal Poeta Cesar Vallejo. |
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