EL DEÁN  VALDIVIA

     
 

 

El Deán Juan Gualberto Valdivia, es considerado con absoluta razón la más grande figura del departamento de Arequipa, una rara mezcla de santo bondadoso y hombre revolucionario, de clérigo y de soldado, de maestro modelo y de alumno indisciplinado, en síntesis un patriota enérgico.

 

De acuerdo a los valiosos datos de Monseñor Toribio Málaga, nació un 11 de julio de 1796 en La Pampilla, fueron sus padres don Genaro Valdivia y doña Eulalia Cornejo y García.

 

Su infancia la pasó en la Pampilla, y sus primeros años de estudios no tuvieron la brillantez de los futuros años, pero paulatinamente en él se fue dando una transformación,  y en tal sentido su propio maestro, aconsejó a sus padres que lo enviaran a continuar estudios superiores en la ciudad de Arequipa. A los siete años es llevado a Arequipa, allí inicia sus estudios de latín, habiendo avanzado en el aprendizaje del idioma y deseando seguir mayores estudios viaja al Cusco e ingresa al Seminario de San Antonio de Abad.

 

Al cumplir los 18 años retorna a Arequipa e ingresa al Colegio San Francisco para proseguir estudios. Posteriormente entra al Convento de La Merced, realizando sus votos simples de novicio el primero de julio de 1897, para recibir la Orden de Diaconado en 1823.

 

Es en la ciudad de Arequipa, donde recibe del Obispo Monseñor José Sebastián de Goyeneche, la Orden de Presbítero. Fue fundador de la Academia Lauretana de Ciencias y Artes, siendo éste el motivo por el cual abandona el sacerdocio.

 

El 4 de marzo de 1827, funda el Colegio Nacional de la Independencia Americana, siendo su primer rector.  Al año siguiente, se graduó de abogado y Doctor en Jurisprudencia.

 

Los generales Antonio Gutiérrez de La Fuente y Agustín Gamarra, conjuntamente con el Deán Valdivia, contribuyeron decididamente a la creación de la Universidad del Gran Padre San Agustín de Arequipa, que se inauguró el 11 de noviembre de 1828, siendo nombrado el Dr. Valdivia primeramente Secretario y posteriormente Rector, a los 74 años de edad.

 

El Deán estudió filosofía, teología, matemáticas, ciencias naturales y medicina, siendo además: sacerdote, periodista, abogado, matemático, historiador, parlamentario, catedrático y escritor, es decir un eminente sabio. Como patriota asistió como Auditor de Guerra a las campañas militares de Castilla, Orbegozo, Vivanco y Gamarra. Fue amigo del general Domingo Nieto, a quien acompañó en sus campañas; además desempeño el puesto de Secretario del General Santa Cruz, en la Confederación Perú-Boliviana.

 

Después de haber dejado muchos años el sacerdocio, vuelve a vestir el hábito de clérigo secular en 1834. Cuando cumple 57 años, pasa  a formar parte del Cabildo de la Catedral de Arequipa, y en 1855 es elegido diputado incorporándose por primera vez al Parlamento Nacional, su elocuencia y dotes de orador causaron siempre enorme expectativa, cada  vez que él intervenía

Años después es nombrado Obispo del Cusco, pero este cargo no llegó a desempeñar, por oposición de ciertos círculos de Arequipa, que llegaron a enviar inclusive un memorial al Papa, por el hecho de que el Deán, había participado en campañas militares y haber pertenecido a la Academia Lauretana y observado ideas demasiado liberales, como su oposición al celibato eclesiástico. Fue absuelto de cualquier censura por la Santa Sede, pero dada la gran sencillez y humildad del Deán, no comunicó a nadie los cargos conferidos por el Sumo Pontífice, siendo solo conocidos después de su muerte.

 

En 1858, el Deán, relevó a Monseñor Bartolomé Herrera en el cargo de Rector del Convictorio de San Carlos en Lima, donde estaban los más grandes hombres del país, tanto en ciencias como en letras. En esa época enseñó una cátedra en la Universidad Mayor de San Marcos, y como diputado a la Convención Nacional, fue elegido vice-presidente. En 1870 fue elegido por segunda vez Diputado por Arequipa

A comienzos de 1884, se le presenta una enfermedad, que a su edad ya no le permite resistirla y que lo obliga a abandonar sus deberes y obligaciones eclesiásticas. Sus últimos meses los pasó completamente enfermo, demasiado triste y pobre, así llegó el 12 de diciembre de 1884, cuando la muerte tocó tranquilamente la puerta de su corazón, a la edad de 88 años.

 

Las campanas de todos los templos de la Ciudad Blanca, dando toques sepulcrales, anunciaron que el Monseñor Doctor Juan Gualberto Valdivia, Deán del Cabildo  Diocesano de Arequipa, Decano del Sacerdocio peruano, célebre hijo de la Pampilla, de la provincia de Islay, un arequipeño, un gran peruano, había dejado de existir, pasando a formar parte de la Historia Grande de la Patria.

Colaboración de Alberto Montoya