A propósito del Muelle.

 

La fotografía es de 1934 (aproximadamente), adjunto dos, no se cual está mejor que la otra. 

Los buzos son don Domingo Núñez Pacheco (padre) y su hijo mayor Domingo Núñez Carrión, el niño es Alfonso Núñez Valega (futuro buzo); y el "telegrafista" Guillermo Aizcorbe. Obviamente ser buzo en ésa época era un trabajo especializado, que implicaba alto riesgo. 

La Peruvian Corporation, ejecutaba periódicamente diversas obras de mantenimiento al muelle de Mollendo, en las que necesariamente tenía que emplear buzos, principalmente en la colocación de bloques de concreto prefabricados, donde la erosión marina lo exigía, retiro de piedras de tamaño significativo de la poza, etc. En una oportunidad se cayó un donque a la poza misma, y tuvieron que bajar buzos para estrobar los cables y poder izarlo con otro donque naturalmente. Resulta que en el desembarque desde un lanchón se cayó un chasis de carro, y cuando el donque # 7 el que tenía la pluma más larga fue a levantar el chasis, se fue a pique, por que no estuvo bien "encantrado", ésta operación se hacía cuando los donques iban a levantar mucho peso, había que asegurarlos engrampándolos al propio riel, una especie de apuntalamiento con cables y maderas para evitar el volteo. 

Los buzos estaban provistos de una escafandra totalmente de bronce, las traían de Inglaterra, tenían tubos para renovar el aire con tres émbolos, por los tubos le suministraban oxigeno, que lo bombeaban auxiliares desde el muelle; el traje era de un material compuesto de lona y jebe (tipo sándwich) y las botas de cuero con una suela de plomo. 

A los buzos los bajaban utilizando el donque, iban montados en un dispositivo especial, metálico con agujeros, que llamaban "tina", una vez en contacto con el agua se lanzaban al mar ayudados por el peso del plomo, permanecían hasta unas 4 horas continuas sumergidos. Para subir a la superficie debían accionar una válvula especial (espiche) en la escafandra y salían a flote lentamente, al abrir la válvula el traje entero se llenaba de oxigeno y eso permitía que emergieran. 

Obviamente en esa época no había como comunicarse con el buzo, por medio radial o telefónicamente, por lo que utilizaban una soguilla en cuyos extremos estaba el buzo por un lado y el "telegrafista" en superficie, combinaban un alfabeto único y especial: un tirón, dos tirones, etc., y la otra variante: tirones suaves, medianos y fuertes. Según don Guillermo Aizcorbe y Alfonso Núñez Valega que aún viven en Mollendo, se compenetraron tanto que podían mantener una conversación fluida, en una oportunidad Alfonso le dijo: "recuerda que estoy aquí abajo trabajando, los chistes déjalos para la hora del bitute". 

La experiencia, valentía y eficiencia de los buzos Núñez de Mollendo, fue muy apreciada, En Paita hubo que hacer mantenimiento al muelle, consistía en cambiar tirantes metálicos sumergidos, hasta allí fueron don Domingo Núñez y su hijo Alfonso de ayudante. 

En 1950 hubo una sequía histórica en el Lago Titicaca (3806 m.s.n.m.), las aguas del lago bajaron a un nivel nunca visto, para los trabajos en el astillero de Huaje, frente a la Isla Estevez, que quedó "colgado", llevaron a los buzos Núñez de Mollendo, nadie entraba en aguas tan frías, eran tan frías que en una oportunidad  don Domingo casi con las manos congeladas no pudo accionar la llave de la válvula espiche, los dedos no obedecían, y por lo tanto no podía subir a superficie, solo lo salvo la intuición de su hijo Alfonso cuando notó que su padre demoraba más de la cuenta, es decir con mucho más de cuatro horas sumergido.  

Posteriormente los bolivianos pidieron apoyo para los trabajos en el muelle de Huaqui, donde hubo que hacer trabajos complicados y de alto riesgo;  como los trabajos salieron bien, algunos años después a finales de la década del 50, la empresa de Electricidad  de Bolivia,  la Bolivian Power, necesitó con carácter de "urgente" reparar una compuerta de una presa a más de 5000 m.s.n.m, había una fuga grande, pidieron auxilio internacional, para el trabajo la Peruvian envió solo a Alfonso, ahora tenía mucha experiencia y don Domingo muchos años encima. 

Finalmente cuando se fué la Peruvian, se llevaron la escafandra, los trajes y el mantenimiento del muelle de Mollendo, solo queda ésta foto y la clave que inventaron para comunicarse los buzos de esa época, y que hoy solo la saben Aizcorbe y el “buzo” Alfonso. 

Beto.