Un comentario más

ADRIÁN GONZÁLES POLAR

Ya hemos comentado con nuestros congéneres promociónales (los que estamos desde la  “69 hasta los 73 años) ; sobre los abriles que llevamos a cuestas, que nos corroen el audio i la mente, dejándonos sordos i medio boludones.-  Recomendamos también, mucho cariño con nuestras  choclonas compañeras de la vida helada – por falta de calorías -;  buscando el equilibrio espiritual i especialmente el emocional, porque algunas de nuestras  “pica piedras”, con sus almanaques femeninos, nos hicieron “consentir” que no nacieron el 35  sino el  53; cuando así no es,  tampoco tampoco.  Pero que vamos a hacer.  Aun así,  hemos resistido el peso del “artefacto” durante largos,  desesperantes i purgantes años,  con los que nos hemos purificado un tanto de los inevitables pecadillos cometidos. (Por su culpa)

Hoy comentamos, sin mala intención,  sobre el cuidado que debemos tener con las expresiones de nuestras “incomparables,  cuando cuentan las aventuras de sus “machuca papas”.  O seamos: Nosotros.-   Así me sucedió con mi querida  “madreselva”, cuando con un tímido beso, me “ordenó” recogerla de un “ya te avisaré de donde”.-  Bueno,  el beso me recordó el primer “besubio” que le accioné a Elena, mi vecina con melena,  hija de su madre Celestina Alcanfor de Beteta,  también inquilina, pero de los otros departamentos del edificio.

·                                 El lugar del recojo era un SPA – como ahora llaman donde están las peluqueras – lugar en el que conversaba  con “tres tristes teclas”;  viéndome obligado sentado en la salita contigua,  los ácidos, salados i amargos comentarios de las  “referentes”,  sobre el infiel comportamiento de sus “machucapapas”;  comentario en el que “abrumadoramente  favorecido”  (¿Puede ser?) ; fuì yo.

·                                 Es que mi  “quitapasiones” muy entusiàsticamente – no sè si por aliviarles la pena o por no ser menos que ellas – exponía superlativamente mis  “descomunales atrevimientos de infidelidad”, ante mal disimulada presencia de unas pocas ·”cuaternarias”, que bajo las secadoras de pelo,  sonreìan arcaicamente.  La menos fósil,  se atrevió a regalarme con un guiño.

-Bien,  De las originalmente citadas,  la de la  “papa fría” decía: Sospecho que mi marido se entiende con su secretaria porque los he visto

Haciéndose quecos i cruzándose  comprometedoras miradas.-  A esto, mi “cogelasatiempo” contó: “Eso no es nada.  A mi marido cuando trabajaba en Tarapoto,  le dieron tres secretarias i lo sorprendí con las tres  sentadas en sus rodillas.  Así que imagínense con que mano acomodaba a la tercera, cuando el malditazo sòlo tiene dos rodillas.

1.                              -La otra, la “papa triste” decía:   Anoche mi marido llegó con un ligero tufo, pero oliendo a perfume barato.  Seguramente ha estado con una de “esas”. A lo que mi: “muévete hijito” dijo: “Eso no es nada.  Mi marido llega todas noches,  no solo borracho, sino manchado de rouge hasta las rodillas. (Lèase rush).  Además  debe tener una confidente,  porque van dos noches que llega  con rush en las orejas.  Con su cara de “yonofui” es un matalascasllando/                       

La otra, la “papa –ya-lista” decía: Mis informantes me han contado que mi marido acostumbra llevar a la heladería todos los jueves,  a una chica.  A  lo que mi “hasta ahí nomás”,  comentó: “Eso no es nada.  Mi marido se lleva a comer pizza todas las noches,  a mujerzuelas diferentes y cada una de ellas tiene a cual mejor “punta de pita”.  Por no decir  “pinta de p…..”

Cito solamente el primer caso de cada una,  los que poco a poco fueron agravándose y ya imaginaran las respuestas consoladoras de mi  “luz i sombra” exponiendo mis  “capacidades de infiel poseedor de las mas descarnadas  artimañas  lujuriosas”, para mancillar la inquebrantable fidelidad de muestras  “no reciclables”

Comprenderán como me sentí al final de la hora i media que duro la “agresión”. No sabia yo que era capaz de hacer tantas maravillas.  Algo conmocionado dude de mis cualidades de marido amorosamente fiel;  de discretísimo amante;  de mi tenaz resistencia a las malas cochinadas;  de rechazar los pecaminosos pensamientos; de mi masajista….entre otros.  Yo que me creía  el hombre de los sueños de mi “incuestionable”;  el marido deseado del edificio  es decir,  en modelazo de virtudes.  Pero con las potencialidades amatorias con las que me condecoro mi  “ya estuvo suave”;  he renovado mis bríos para el “infaytin” sobre el somier.  Aunque en un mes mas se me van mis excitantes  “69”;  estoy animoso i optimista  de entrar a los setentra….digo…. a los setenta.

Moraleja.  Nuestras engreídas favoritas,  exageran cuando cuentan nuestras  “debilidades”.  Nos hacen sentir un  tronco seco o nos hacen pasar por supermanes mañosotes,  capaces de inventar un nuevo Kamasutra.  Esto despierta la inevitable curiosidad comprobatoria de las meninas,  que si se diera el caso;  sonamos, porque a estas  alturas de la “regata”,  ya estamos con la velamen recogida en un 69 %.  Unos  mas,  los otros también. 

Adrián.

Mayo 2008

CMFB 256