“DAR SIN RECIBIR, NI ESPERAR”
La vida es hermosa, por el simple e importantísimo contexto de su propósito:”PREPARARNOS PARA LA PRÓXIMA VIDA” y esto se inicia con la muerte; por tanto lo opuesto a la vida no es la muerte. Nuestras alma, solo abandonarán el cuerpo. Vivirán eternamente. Este es el valor de nuestra vida, que será para gozarla muy cerca de Dios; o para sufrirla muy lejos de El. Depende de nosotros, porque tanto el cielo como el infierno nos lo empezamos a ganar ya mismo aquí en la tierra, día a día. Podemos alcanzar la felicidad eterna junto a Dios cumpliendo su voluntad. (Los mandamientos) Es fácil decirlo, pero nos es difícil cumplirlos porque somos pecadores. Sin embargo, Jesús nos dio en la cruz, con su vida; el ejemplo de “amor” y aun agonizante, del “perdón” que pidió a su padre para sus agresores. Para “amar” al prójimo, nuestra alma debe estar liberada de la maldad, engaño, mentira, envidia, rencor, lujuria, vanidad, indiferencia; lo que nos induce a ser generosos, dando sin esperar retribución; a ser pacientes, comprensivos, tolerantes y también aprender a sufrir y perdonar. Recordemos siempre que lo que poseemos sea poco o mucho; es porque Dios nos lo dio; porque El quiso. Y cuando se nos “haga tarde” y tengamos que “rendir cuentas”; “Dios no nos va a preguntar si fuimos malos, buenos, ni otras cosas; solamente nos preguntará “¿Qué hiciste por mi?” (Refiriéndose al prójimo). Pensemos entonces como compartimos la modestia o la pobreza que nos dio. Si en medio de esta, dimos ayuda a algún pobre, al vecino, al anciano, a un niño, si llevamos a alguien a misa. ¿Enseñamos a rezar? ¿visitamos algún asilo o cárcel? ¿Defendimos nuestra fe? También los que recibieron poder y fortuna responderán como “compartieron” los millones que Dios “quiso” darles. Y si creen que tuvieron todo gracias a su capacidad, astucia, sagacidad, aptitudes o inteligencia; se equivocaron. Fue Dios quien les dio estas virtudes. Todo gracias a El, absolutamente todo. Recordemos que “no se nos cae ni un pelo de la cabeza, si no es por la voluntad de Dios”. Todo esto me insinuó el hermoso articulo “AMOR Y MISERICORDIA” que nos regaló nuestro hermanó Fritz Vengoa A; que me sugiere también la expresión de este convencimiento. “El día que sientas que es mayor tu alegría cuando das, que cuando recibes; es porque te estas acercando a Dios” Así lo sentimos en casa. Intenta acercarte tu también.
Adrián OTC - 2003 |
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