Miguel Marin

La década mágica de la Máquina Celeste sería ciencia ficción sin sus grandes atajadas. Defendiendo el pórtico del Cruz Azul, José Miguel Marín ingresó con boleto VIP en la mitología del fútbol mexicano. Su elasticidad felina, sus reflejos instantáneos, le valieron el mote del “Gato”, aunque unos años después quedara claro que no disponía de siete vidas y que como los argentinos más grandes del siglo, Eva Perón, Carlos Gardel, etc., el destino le guardaba una muerte temprana. El símil gatuno se quedó muy corto en la inventiva verbal del ocurrente y genial Ángel Fernández. El amo del sobrenombre lo nombró de una manera exagerada para el 100 por ciento de los mortales pero no para él: “Superman”.

Aunque portara suéteres en lugar del disfraz y la capa, nadie le podía negar el derecho a volar heroicamente para evitar el desaguisado. Tal vez ese desafío a la gravedad le haya cobrado factura a su gran corazón, acorazado en un pecho que fue un muro, un muro que ayudó a construir las bases de la grandeza de un club que bajo su protección se hizo fuerte y ganador.

Como una hábil y voladora estructura hecha del Cemento Cruz Azul, Marín se encargó de hacerle pequeñas las medidas a su arco. Los contrincantes sabían que para superarle requerían de sus remates más contundentes, cuidados y precisos, de lo contrario fracasarían con estrépito.

Su talento atajador sólo fue aprovechado por dos clubes en sus 16 años de brillante carrera, uno en su país y otro en México. Debutó oficialmente en Primera División argentina con el Vélez Sarsfield el 9 de agosto de 1964, en un partido ante el Huracán, que ganaron por 3-2. Tardaría un par de años en afianzarse como titular en el conjunto de Liniers, entidad en la que jugó 222 partidos y conquistó el Campeonato Nacional en 1968, además de acabar segundo en el Metropolitano de 1971.

En su país natal, además de participar como juvenil en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964, ingresó a la Selección Argentina jugando cinco veces, una de ellas, el 22 de agosto de 1967, en la que se enfrentó a México en la cancha del Estadio Azteca, escenario que años después le vería triunfar. Por cierto, en ese juego contra el Tri, con dos goles de Javier “Chalo” Fragoso, superó a la escuadra argentina pero le detuvo un penal al que después sería uno de sus compañeros en el equipo celeste: Fernando Bustos.

El “Gato” llegaría a México por iniciativa del entonces presidente de Cruz Azul, Guillermo Álvarez Macías, a finales de 1971 y fue adquirido por una suma entonces no tan despreciable como ahora: 30 mil dólares. El 25 de diciembre de 1971, sólo cuatro días de haberse presentado como nuevo jugador celeste, debutó en el máximo circuito ante las Chivas Rayadas del Guadalajara en el Estadio Jalisco, ganando el Cruz Azul por 2-0. Una semana después, el 1 de enero de 1972, ya mostraba sus tamaños en el Azteca, en donde Cruz Azul derrotó al América 2-1. El chileno Carlos Reinoso tuvo el honor de anotarle por primera vez al argentino en México.

La llegada de Marín coincidió con la racha ganadora más impactante que un equipo haya registrado en la Época Profesional del fútbol mexicano. El “Gato” salió victorioso en los nueve primeros partidos en los que defendió la puerta del Cruz Azul, que hiló 10 triunfos consecutivos entre las fechas 9 y 17 de esa Liga 1971-72. El décimo triunfo lo obtuvo uno de sus más entrañables amigos que tuvo en su época celeste: Enrique Meza, al cual, el mismo oriundo de Río Tercero le puso el mote de “Ojitos” como se le conoce actualmente.

En la liga de la 71-72, Marín y Cruz Azul se proclamaron campeones realizando una gran Liguilla, en la que eliminaron en Semifinales al Guadalajara 2-1 global y destrozaron en la Final 4-1 al América. Era el inicio de la época dorada. Marín ayudó a la Máquina a ganar cinco de sus ocho campeonatos de liga y posee el récord del promedio de menos goles en contra de todos los tiempos en el fútbol mexicano pues de los 309 partidos de liga y liguilla que disputó apenas le pudieron hacer 298 goles (0.96 goles por juego).

De los pocos goles que recibió, uno de los más memorables o quizá el más memorable, se lo anotó el solito. El domingo 23 de mayo de 1976 Marín mostró que tan grande como sus virtudes podían ser sus defectos. En aquella ocasión, cuando iba a realizar uno de sus largos saques con la mano, en un partido contra el Atlante de la fecha 30 de la liga 75-76, acabó impulsando involuntariamente la pelota sobre su propio marco, anotándose un autogol histórico que ayudó a ese empate a un gol a ingresar en los anaqueles de lo insólito.

En 1981, justo cuando estaba por cumplir 10 años en el Cruz Azul, el cuádruple desvío de las arterias coronarias le obligó a practicarse una dura operación quirúrgica en Houston, el 5 de febrero. Unos meses después, en la fría y lluviosa tarde del sábado 6 de junio de ese 1981, enfrentando precisamente al club contra el cual debutó (Guadalajara) se despedía con un emotivo y gran homenaje en el que simbólicamente, el atuendo tradicional de Marín, un suéter a horizontales rayas azules y blancas, fue entregado a su sucesor, el también argentino Ricardo “Oso” Ferrero, quien jamás pudo con el paquete.

En realidad, el último partido oficial del “Superman” en la Liga mexicana se registró el 29 de noviembre de 1980, día en el que Cruz Azul victimó al Atlante 1-0. No fue el día más triste en la carrera deportiva de Marín, que luego en su faceta de entrenador, golpeó con la cabeza al árbitro Jesús Mercado en su quinto partido al mando del Cruz Azul en la campaña 82-83, ante el Puebla en el Cuauhtémoc el 26 de diciembre de 1982. Ese hecho le significó una larga suspensión de un año sin dirigir. Posteriormente entrenaría en Primera División a los Coyotes del Deportivo Neza durante 121 partidos de Liga (35 triunfos, 39 empates y 47 derrotas), sería entrenador de arqueros de la Selección Nacional Mexicana en el proceso de Velibor “Bora” Milutinovic (1985-86), fungiría como auxiliar técnico de Raúl Cárdenas en el Toluca y como entrenador de los Gallos Blancos del Querétaro en la Segunda División junto con Enrique Meza en la campaña 1990-91.

Veinte años después de llegar a México, murió el 30 de diciembre de 1991 de un infarto a la edad de 45 años en el Hospital Santa Cruz en Querétaro, al que llegó con algunas molestias tras acudir al juego entre Celaya y Querétaro, club en el que había fungido como asesor técnico hasta una semana antes.

Desde entonces, infinidad de arqueros extranjeros han venido a México, muchos de gran calidad, como Ricardo Antonio Lavolpe, Héctor Miguel Zelada, Norberto Scoponi, Luis Alberto Islas, Ángel David Comizzo, Miguel Calero y Hernán Cristante, entre otros, pero ninguno ha marcado una huella tan onda y tan profunda en el terreno de la memoria colectiva de la familia futbolística nacional, en la que Marín sigue vivito y coleando, lanzándose de un palo al otro, defendiendo el honor de ser el más grande extranjero que ha venido a nuestro fútbol, derrochando calidad y carisma. Como Gardel, que según sus seguidores cada día canta mejor, Miguel Marín, conforme se mueven las manecillas del reloj, parece mejor arquero atajando desde el cielo azul, al igual que el equipo de sus amores, la Máquina Celeste del Cruz Azul.

Modificaciones al escrito por Alejandro García Huante (SUPER AZUL); edición hecha por Juan Nabté (NABTE).

Trayectoria como entrenador: Cruz Azul (1982-83), Deportivo Neza (1983-85) y Querétaro (1990-91). Auxiliar técnico en el Toluca (1987-88) y asesor deportivo en el Querétaro (1991).

2.- Subcampeón de la Liga en Argentina (Metropolitano de 1971) con Vélez Sarsfield.

3.- Cinco veces Campeón de Liga en México (1971-72, 1972-73, 1973-74, 1978-79 y 1979-80) con Cruz Azul.

6.- Ganador de los Citlallis al Mejor Portero en las campañas 1978-79 y 1979-80 y al mejor jugador también en la temporada 79-80.

8.- Cinco veces defendió la casaca nacional de la Selección Mayor de Argentina y jugó en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964 con la albiceleste.

José Miguel Marín disputó 10 partidos de Gran Final y sólo admitió en esos 900 minutos un total de 8 goles. Con el en el arco, la Máquina nunca perdió una Gran Final, ya que en las cinco que estuvo Cruz Azul, logró el campeonato.

Le anotaron gol: “Patrulla” Barbadillo, Alfredo “Alacrán” Jiménez y Rafael Azuara.

LIGA	TORNEO	JJ	GR	LIGUILLA	JJ	GR
	1971-72	22	22		3	2
	1972-73	18	21		5	4
	1973-74	22	21		4	4
	1974-75	27	28		2	1
	1975-76	31	30		1	3
	1976-77	32	27		6	5
	1977-78	36	42		4	5
	1978-79	38	32		8	5
	1979-80	37	33		7	6
	1980-81	6	7		0	0
TOTALES		269	263		40	35