Baltasar Samper nace en Mallorca en 1888, en una familia de músicos. Su padre era cantante de ópera y su hermano Bautista, organista de la catedral.
Sus inicios musicales coinciden con el establecimiento de la renaixença mallorquina, un movimiento dirigido a tomar conciencia del propio ser cultural, paralelo a una conciencia regionalista. Por entonces, surgen en Mallorca los estudios de folklore iniciados por Antonio Noguera Balaguer. Noguera es un fiel seguidor de las teorías de Pedrell y por tanto de esa música más potente en el área catalana, que genera una mallorquización de la música. Esta movimiento supuso un incremento de la actividad musical, coros, organizaciones, en las que se verá implicado el propio compositor. |
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Así el Salón Beethoven, organismo activo del momento, centro en el que se forma Samper en sus primeros años con el maestro Noguera, la Associació Bach, o los internacionalmente conocidos Festivals Chopin.
Samper participará con varios miembros de su generación en una especie de vocación múltiple: pianista, folklorista, crítico y compositor. Su formación se completará como discípulo de Granados y de Felipe Pedrell. Samper ganará la oposición a la plaza de profesor de piano de la academia de Granados, e incluso asume las funciones de director en los abundantes viajes de Granados. Son años que estudia armonía, composición e instrumentación con Pedrell. Por estos años Samper realizará una abundante actividad concertística, sobre todo en el ámbito catalán. Será el que presente en España al compositor Ciryl Scott con quien le unirá una profunda amistad.
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En 1923 y hasta 1929, iniciará sus búsquedas en el campo folklórico mallorquín contratado por los realizadores de "Conçoner popular de Catalunya", obra y vocación que también marcará su vida en doble sentido, porque su producción musical es hija directa de sus trabajos de campo y de sus meditaciones sobre el mundo folklórico mallorquín, y porque toda su vida, incluso la mejicana, estará unida al folklore, como director del Departamenteo de Investigaciones Etnico-Musicales. |
En cuanto a su faceta de crítico, Samper está entre aquellos cuya dedicación a la crítica no fue meramente una labor coyuntural sino continua a través del períodico "La Publicitat". Su trabajo sobre Millet, sus profundos ensayos sobre Ravel, músico al que considerará como modelo máximo, o la propia crítica, reflejan a un Samper agudo y formado; Adolfo Salazar propuso alguna crítica de Samper como medelo de penetración, basada fundamentalmente en estar atento a los nuevos acontecimientos, a los estrenos, a la nueva música.
Los elementos evolutivos en el nacionalismo de Samper proceden del acercamiento al Impresionismo y concretamente a Ravel. Pero es difícil una ubicación exacta de Samper, porque, el grupo catalán de los Cinco, dentro del que se encontraba como componente del CIC (Compositores Independientes Catalanes) no era un grupo homogéneo; la gran aportación de los componentes de esta generación que Valls denominaba "generación del 20" se basa en su sentido universalista.
Tanto Toldrà como Samper, se moverían en unos presupuestos diferentes a sus compañeros de generación, precisamente porque en ellos los valores locales son incuestionables e imprescindibles. Así Barcelona para entender a Toldrà y Baleares para entender a Samper. |
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Pero la aceptación del impresionismo, técnica musical, muy próxima al folklores mallorquín, el tratamiento orquestal riquísimo, o el cuidado de la estructura formal, tan importante para un compositor raveliano como era él, superan un nacionalismo decimonónico.
En 1966 fallecía en Méjico Samper, quien como Bacarisse, Julián Bautista, se había negado a volver a España, de donde parte en plena guerra. El exilio marcó definitivamente la vida de Samper, y no sólo por razones vitales, sino también porque de alguna manera su actividad creadora entra en declive con él. Las incursiones en el cine y alguna pequeña obra firmada en Méjico no se corresponderán con lo que había sido su etapa anterior.
Es difícil una catalogación de su obra, muy dispersa y sin editar, al menos hasta la fecha de 1986. Su producción no es extensa, debido a sus múltiples actividades. La composición es una actividad más, aunque la más importante. Su obra se divide en música para piano, canción, música coral y orquestal; las obras se encuentran sin número de opus y muchas sin datar cronológicamente.
Un programa de mano del concierto que tuvo lugar en la ciudad de Mallorca en 1928, en la que la Associaciò Bach pretendía rendir homenaje a Samper es el documento que ayuda a concretar la obra que entonces había producido:
Cançó de la Sirena
Plors
Desig
Scherzo
Cançó de los ones
Cirerer florit
Cançó de Taverna
Sonets de Shakespeare
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