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        Según Rodolfo Halffter, Julián Bautista fue perfilando poco a poco su personalidad gracias a los programas musicales de las orquestas sinfónicas madrileñas, que permitieron el contacto con el público a esta generación de músicos, los cuales comenzaron a ser apreciados "en torno al año glorioso del advenimiento de la República" como diría el propio R. Halffter.

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Julián Bautista

         Nace en Madrid, el 21 de abril de 1.901, en el seno de una familia media con necesidades económicas, comenzando muy joven, a los siete años, los estudios de solfeo, que tal y como se enseñaba en los conservatorios españoles, no eran ni atractivos ni demasiado útiles, pero que él aprobó sin problemas los tres cursos reglamentarios en un sólo año. A los once años acude a clases de piano con Pilar Fernández de la Mora, profesora en el Conservatorio Nacional de Madrid, por quien él sentía gran admiración.

        Doña Pilar, como era conocida, se da cuenta de las altas dotes musicales del chico y hace una excepción, aceptándolo como alumno, ya que ella sólo admitía a discípulas, y además no le cobraba los honorarios, lo que viene muy bien a la precaria economía familiar. Serán precisamente las numerosas necesidades económicas quienes le apartarán, durante años enteros, de la composición.

        A la vez cursaba estudios de armonía, lo que constituyó un gran tormento debido al pésimo libro de texto "Tratado de Armonía" de Avín y Fontanilla, lo que hizo que el profesor Benito García de la Parra le considerara un mal estudiante.

        Tenía catorce años cuando pasó a ser alumno del catedrático de Armonía Conrado del Campo, quien imprime un aire nuevo a la enseñanza influenciado por el ambiente que se vivía en Europa; será precisamente él quien decidirá en su carrera futura, pasando a convertirse en su maestro y consejero. Junto a Julián Bautista, acuden a sus clases, en el conservatorio, Salvador Bacarisse y Fernando Remacha y los tres frecuentarán los memorables conciertos de la Orquesta Filármonica, dirigida por el maestro Pérez Casas, en el Circo Price. Estos conciertos inician el tipo de concierto popular en Madrid y fueron su escuela viva de composición, junto con los consejos de su profesor.

        Las primeras obras estaban influenciadas por estos nuevos procedimientos de escritura y esta precocidad de asimilación, como se aprecia en "Sonata para violín y piano", un "Cuarteto de Cuerda", unas "Canciones sobre poesias de Bécquer" y unas "Impresiones Sinfónicas", pero todas ellas fueron destruidas por considerarlas su autor simples trabajos de clase, cuando en realidad ya eran ensayos serios de composición.

        A los 19 años, por influencia de la obra de Debussy "Pelléas et Mélisande" basada en una obra de Maeterlinck, pone música a "Interior", basada en un libro del mismo autor. Asimila todos los procedimientos impresionistas de escritura armónica, orquestal y vocal con un resultado magnífico, concluyendo la ópera después de un año de intenso trabajo. Contenía páginas de fina musicalidad y lograda realización, ya que revelaba una personalidad incipiente, plasmada en su último tercio, cuyo dramatismo se acentuaba por la intervención de un coro mixto que se ocultaba detrás de la escena.

        A los 19 años, por influencia de la obra de Debussy "Pelléas et Mélisande" basada en una obra de Maeterlinck, pone música a "Interior", basada en un libro del mismo autor. Asimila todos los procedimientos impresionistas de escritura armónica, orquestal y vocal con un resultado magnífico, concluyendo la ópera después de un año de intenso trabajo. Contenía páginas de fina musicalidad y lograda realización, ya que revelaba una personalidad incipiente, plasmada en su último tercio, cuyo dramatismo se acentuaba por la intervención de un coro mixto que se ocultaba detrás de la escena.

        Cuando tenía veinte años compuso "La Flûte de Jade", colección de tres canciones para voz de soprano y piano, cuyo texto está basado en poemas chinos traducidos al francés por Franz Toussaint; en esta obra se advierten las características que distinguirán la peculiar manera de hacer de Bautista: exigencia consigo mismo, depuración de los medios puestos en juego y capacidad de asimilación, así como el sello fuertemente personal y espontáneo que vemos en toda su producción; en ella, de forma embrionaria, se acusa un uso reiterado de superposiciones armónicas, politonías que adquirirán posteriormente un pleno desarrollo en "Colores" que al igual que "Preludio para un tibor japonés" son productos, junto con "Interiores" y "La Flûte de Jade", del Impresionismo.

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Caricatura de Bautista

        "Colores" es una serie de seis piezas para piano y responde a un propósito exclusivamente colorista, sin programa determinado.Utiliza las superposiciones armónicas en movimiento, en "Colores Oscuros" tiene un tinte sombrío, en cambio en "Colores Claros" son de un vivo fulgor.

        En 1.921 compone dos obras diferentes, "Dos Canciones" sobre poesías de G. Martínez Sierra, para soprano y piano y "Juerga", ballet de un acto que se estrena en París, por la compañía de la "Argentina". Ambas se sitúan en la tradición española, actuando a la manera de los autores anónimos, inventando sus propios temas; de la tradición popular tomará particularidades rítmicas y sugestiones armónicas, eliminando lo pintoresco, lo fácil y lo tópico localista.

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Caricatura de Lorca, por Salazar.

        Con "Preludio y Danza", breve obra maestra para guitarra, compuesta en 1.928, da un paso adelante en el terreno de lo nacional; explora los ricos recursos del instrumento. En esta obra está el origen de "Tres Ciudades", última producción (1.937) de J. Bautista con acompañamiento de piano sobre poesías de Federico García Lorca: descubre en ella su propia ley, su propio acento nacional. Los elementos estilísticos se perfilan y simplifican, reduciéndose a sus núcleos vitales. La evocación de la música andaluza es una mera insinuación, un levísimo e inequívoco perfume popular, revelando la atrayente y recia personalidad del autor. Dice R. Halffter que por su belleza, transparencia y equilibrio formal esta obra puede parangonearse con las mejores de Falla.

        En 1.921 escribe "Suite All'Antica" que estrenará la Orquesta Filarmónica en el Teatro Español y constituiría su espaldarazo, pero su éxito no satisfizo al autor que un año después reharía la obra; en una nueva versión reduce el aparato orquestal, modelo de concisión, conservando sólo la claridad y transparencia características de la escuela española. Utiliza un lenguaje neoclásico con audacia y precisión, similar al utilizado por Falla en el "Retablo de Maese Pedro". La obra tiene un sentido muy actual y un equilibrio clásico.

        El título es interpretado por R. Halffter de una manera irónica, ya que da a entender lo contrario por ser una producción de gran modernidad. Lo "antiguo" es precisamente lo que tiene de "actual": claridad, objetividad y disciplina, también imperantes en lo clásico.

        En 1.933 la Orquesta Sinfónica Nacional de Música, de Madrid, estrena "Obertura para una ópera grotesca" que obtuvo el primer premio en un concurso internacional convocado por Unión Radio; en ella la gran orquesta está tratada con soltura y pericia.

        Fue catedrático de armonía en el Conservatorio Nacional de Música de Madrid, y al igual que los otros miembros del grupo, con la sublevación militar, se pone al servicio de la República, exilándose al terminar la guerra.

        Según Oscar Esplá es "el más músico" de todo el grupo.

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(Última Actualización 5-VI-00)

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