En el arrullo que ejecutan las mujeres
kunas se narran historias de vida del entorno familiar.
Se hace un recuento de acontecimientos memorables como
los nacimientos, las muertes, los viajes, las llegadas,
en fin, las alegrías y tristezas del pasado reciente.
Sin embargo, también se presentan conjeturas, hechos
hipotéticos que se adelantan al futuro.
Cuando la cantora narra el futuro, el
arrullo entra en el territorio de la imaginación.
Los acontecimientos por ocurrir son contados como si efectivamente
hubieran tenido lugar.
Dado que en el arrullo se canta a los infantes, gran parte
de la narración es dedicada a la vida futura de
la criatura:
En el siguiente extracto del arrullo[3],
la cantora imagina a Vielka (una recién nacida)
caminando con sus propios pies:
Be ani dungue bie soguele /Cuando crezcas
un poco más
Be ani nagabipi nikusasogule /y puedas caminar con tus
pies
Baba bese golediguoe / papa te llamará
Nana bese goloe: Vielkabibiye /mama te llamará:
mi Vielkita
Baba abin dake naeye /vaya a recibir a papá
Baba daniki nagus itolegueye / papá ya llegó
Más que el pasado, la cantora apuesta
por el futuro de la niña, imagina cómo será
la vida de Vielka cuando empiece a caminar y sueña
que la está llamando con su propio nombre.
En otro fragmento de la misma narración,
la cantora describe la vida adulta de Vielka y se imagina
a sí misma como abuela y presagia sus días
finales, su muerte, su ausencia definitiva de la vida
familiar:
Andi negauluba beidu naeguoye / Yo me
iré de esta tierra
Mudi be idu negausailagua iegoeye / Tu abuela se adelantará
Na be obeguemaloeye negaol-logineye / Los dejaré
en este hogar
Nega uluba nagusasoguele / cuando descanse bajo tierra
Nega ol-logua mimmigan boedi / Entonces llorarás
con tus
Be ani gudoeguaye / hijos en esta casa
Ayamaladi uagala yokudoe / Mi rostro será olvidada
Nugagua alidoeye negauluba / Mi nombre quedará
olvidado
Be an nuga saedi gumaloeye / Pero yo les pido que
Ayamaladi an nuga saedi gumaloeye / siempre me recuerden.
En la narración, la cantora imagina
su muerte, siente la tristeza por el vacío que
va a dejar, y se dirige a sus amigas y vecinas; desea
que no la olviden, que su nombre no sea borrado al partir
de este mundo.
En el arrullo se narran historias posibles.
Es en cierto sentido, la narración de la vida contemporánea
kuna con sus nostalgias del tío que vive en la
gran ciudad, de la alegría por la hermana que acaba
de llegar de alguna parte o del dolor por la muerte reciente
de un pariente.
El arrullo es también un ejercicio
de la imaginación en el cual se emplea un lenguaje
común.
[1] Extracto de una investigación
de Harmodio Auibe Vivar.
[2] www.elpaís.com. Edición del 25 de octubre
de 2008.
[3] Narración de Edelmira Gonzalez, Nia Dup, Kuna
Yala. Panamá, 2003