Una amiga, me escribe para contarme que
viaja este mes, febrero, a mis islas - Kuna Yala-. Es
su primer viaje y me pide algunos consejos, ¿qué
hacer? ¿dónde ir? ¿qué comer?
Me cuenta que tiene en su mochila alguna información
tomada de la net, que a conversado – vía email
- con algunos anais, con algunos guías y con uno
que otro “etnoturista”; a leído nuestro (Xerardo
y mio) texto sobre Turismo en Kuna Yala, y va consultando
el omnipresente Lonely Planet. Sospecho que ya tiene una
ruta marcada, un calendario construido, sin embargo le
escribo que soy incapaz de dar recetas, instrucciones
ni consejos, pero que puedo sí, contarle las cosas
que yo gustaría vivir y revivir. Algunas tentaciones
y algunas, otras, formas de navegar. Y me atrevo a compartirlas
también contigo anai, en este mes inicial, este
febrero tan mío, tan tuyo. No son consejos, son,
sueños, en esta estación del alma.
- Cayuquear;
navega en un cayuquito entre las islas, o alrededor
de una isla. Sé cómplice del viento, del
canalete y de la vela y consigue un buen capitán,
que cuente cuentos marinos
- Navega,
si es posible entre Ucub Seni ( Playon Chico) y Usdup,
en estos días de febrero. Sigue una ruta invisible,
de olores y sonidos y prepara el cuerpo para el vuelo,
unas tinajas a fermentarse te indicaran la ruta, sus
estaciones y sus recodos.
- Entra
en una Inna Nega (casa de la chicha le dicen los no
iniciados, los aprendices del vuelo). Deja que te invada
su atmosfera. Danza, no importa que no sepas danzar.
Danza, muévete, déjate llevar por su aire
de fiesta.
- ¿Que
comer? Que te preparen la mejor sopa del mundo: MOE
Sopa, -moe (zapallo), coco rallado, yuca, plátano
o guineo verde, ñame, pescado-; pide también
un ORWAIB con nila (plátano maduro asado) y limón.
Que el pez esté ahumado, y de postre, que te
den cañitas de azúcar en pedacitos, o
un mango o una guaba y deja que el olor del pez te acompañe
todo el día.
- 5.
Una noche, cualquiera, acuéstate en un cayuco
a la orilla del mar y observa el cielo, observa las
estrellas, mejor si es en una isla sin “planta eléctrica”,
sin celulares, sin otra luz que la de tus ojos y la
del cielo y pide un deseo! Regálate una estrella,
dale un nombre, y tendrás una cómplice
sideral, el universo es tuyo.
- 6.
Despierta un día de madrugada y huele la madrugada;
es la hora del “Madun” la bebida mágica hecha
de cacao, banano y mucho amor. Era el despertador de
mi infancia. El día entraba por la nariz. Saluda
la salida del sol con una taza de madun
- Hamaquea,
hamaquea tantas veces como puedas. Ama en una hamaca,
sueña en una hamaca, canta en una hamaca y llévate
una hamaca, con tu olor y otros aromas. Será
tu mejor regalo.
- Ve
al rio, toma un baño largo, total, desnuda y
juega con el agua que corre, en las arcillas verdes,
en los ocres lodos del río. Es una sensación
fabulosa. Amar en el río, juguetear con el río,
dentro del río. Vive la fiesta del río.
- Hay
poemas que andan por las islas, son las mujeres y sus
ropas: Molas o Morras. Observa con atención los
diseños, los colores. Antiguamente ellas contaban
sus días, sus historias, sus sueños, sus
fantasmas en estas telas. Zambúllete en estos
colores, se quedaran en tu memoria.
- Una
noche entra en el Onmaket Nega, la Casa Grande, no importa
que este casi vacía –síntomas de los tiempos-
y siéntate en el medio, cierra los ojos y déjate
llevar por el sonido, por las palabras cantadas del
Poeta Mayor, el Saila. No importa que no lo entiendas;
son como un Mantra, me confesó una vez un amigo
no dule. Liricoterapias!
- Ojala
escuches carcajadas en alguna isla; son las mujeres
kunas y su sinfonía de carcajadas, ellas hablan,
dicen cosas, comentan, juran, juegan, seducen. eeelakua...maagebaa...beobangubiimoga…
sonidos hilarantes, risas, y son gratis.
- Danza
con los niños en los días de lluvia; hay
días de febrero en que el cielo ofrece sus caricias
en forma de lluvia. Tira los miedos, tira los fantasmas,
tira la ropa, que el cielo te acaricie con sus gotas
y su música. El agua en este mes está
bendita, exorciza males y demonios en el mar, en el
río, desde el cielo. Serán días
imborrables.
Y
agradece al mar, al bosque, al rio, a generaciones de
kunas que fueron construyendo este lugar, a los generosos
jóvenes del 25, a la vida, por este viaje por los
meandros del azul, y de la risa.
Y
recuerda que una aldea es tan importante como un país,
el tamaño, la escala no importa, importan los asombros,
las sorpresas, los descubrimientos y las conquistas.
Buen
viaje Anai
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