Comarca Kuna Yala, Gaigirgordup,
febrero, arinii-2009. Considero a los fenómenos
naturales como parte de un proceso evolutivo geológico
y biológico de la formación y transformación
de nuestra Madre Tierra, así mismo de su propia
existencia, como su envejecimiento natural que debe ocurrir
en millones de años, en este proceso evolutivo,
el ser humano, que nace, crece, se desarrolla, procrea,
envejece y muere naturalmente, es comparado con nuestra
madre tierra. No obstante la especie humana que apareció
después en esta residencia común, persiste
en sus acciones inapropiadas e irracional en estimular
al envejecimiento precoz de nuestra Madre Tierra a través
de la alimentación del calentamiento de la atmósfera
ocasionado por la emisión de partículas
contaminantes al ambiente producidos por la industrialización,
las sequías por la deforestación de los
bosques, la construcción de hidroeléctricas
que dan paso a los fenómenos hidro-metorológicos
provocados por el aumento en la temperatura del mar y
otros factores, con la pretensión desenfrenada
de dominar la naturaleza que causan desastres como un
factor más que suma a este horizonte de fenómenos
naturales.
Este tipo de acciones ponen claramente
en evidencia la importancia crucial de la intervención
del especie humano en el desarrollo de los desastres naturales,
cuando se impone la cultura de dominio del hombre sobre
la naturaleza, por considerarse el centro de la creación
del mundo, característica cultural del pensamiento
occidental, en esta dirección el ser humano se
desvincula completamente de la interrelación espiritual
existente en su entorno con sus recursos naturales, y
crea su entorno artificial de bienes materiales para su
nueva convivencia artificial, social, económica,
cultural y política, supuestamente civilizado y
desarrollado, sin tomar en cuenta la conciencia del impacto
radical que puede producir en sus propias vidas y de sus
futuras generaciones y, de igual manera repercutir en
las demás especies humanas del planeta, con menos
oportunidades de haber obtenido el “ progreso, el desarrollo”
como es el caso del Archipiélago de la Comarca
Kuna Yala residencia del Pueblo-Nación Kuna, que
se encuentra en un pequeño espacio territorial
de la residencia de nuestro planeta, conformado por 365
islas y de éstos son 42 comunidades-islas pobladas
por el Pueblo Kuna, que están ubicadas en Panamá,
en el Mar Caribe, en una zona vulnerable y riesgosa que
está expuesto a sufrir daños por los fenómenos
naturales producto del cambio climático.
Las fuerzas de
la naturaleza pareciera recobrar sus espacios reducidos
por el hombre y pareciera querer superar cualquier límite
humano en estos tiempos, en esta dirección la población
kuna es muy vulnerable a sufrir los efectos del cambio
climático y podría convertirse en desastres
naturales sorpresivas en estas décadas próximas,
a diferencia a los que el Pueblo Kuna estamos acostumbrado
atender.
El efecto del cambio climático
en la Comarca Kuna Yala es cada vez más notable
y más elocuente en esta reciente temporada de verano,
que hostiga con mayor fuerza de intensidad los ráfagas
de vientos con el aumento del nivel del mar mucho más
de lo esperado, que se extendieron inundando las calles
de las comunidades-islas y sumado a ellas la ola de calor
intenso. Por consiguiente y en esa medida es sumamente
importante realizar un estudio de vialidad con el fin
de buscar el desplazamiento ordenado, planificado al entorno
y retorno original, a un territorio menos riesgoso y menos
vulnerable, por que los grupos en mayor desventaja en
una situación de desastre natural se encuentran
los niños, las mujeres y los ancianos.
Hasta ahora, para el gobierno nacional
no pareciera ser una prioridad las costas marítimas
de la Comarca Kuna Yala y sus habitantes, prueba de esto,
no tienen acciones o programas preventivas que puedan
impedir que las consecuencias de un desastre natural alcancen
grados mayores. Sin embargo, el gobierno panameño
está más interesado en atender a la población
kuna solamente durante las campañas electorales
y ejercer el control político y social bajo intereses
políticos y capitales extranjeras.
En ese sentido, nuestras autoridades
locales y comarcales deben tomar alguna iniciativa con
suma urgencia para presentar una propuesta de acción
al gobierno nacional, con el fin de divulgar datos, campañas
informativas que permiten a los kunas tomar conciencia
a los riesgos que nos enfrentamos.
La prevención responsable colectiva
con la capacidad técnica de extenderse por toda
la comarca Kuna Yala se puede transformarse de esta forma
en la gran promesa para prevenir situación de emergencia
y reducir el impacto de los fenómenos naturales
en la vida de muchas personas.
El hostigamiento del viento, del mar
y del sol, son advertencias de nuestro semejante y no
sólo del momento en que acontece un fenómeno
natural, sino el proceso de transformar que lo antecede
y el proceso que lo sigue.