Una narración de obsesión y muerte. Cintia Caravell, mujer delicada y hermosa, ha llegado a vivir hace unas pocas semanas a la ciudad. Lo ha hecho en compañía de su esposo Owen, gerente comercial de una importante empresa. Se aman profundamente, con la pasión delirante de la temprana juventud y piensan establecerse definitivamente en la zona. Una tarde la joven paseaba despreocupadamente por el centro junto a una amiga y un acontecimiento que alteraría su destino comenzó a tomar forma. Lord Henry Melton impensadamente fue a cruzarse en el camino de ambas, e impresionado por la natural belleza de Cintia decide seguirlas. Hombre tozudo e inescrupuloso, Melton se las ingenió para averiguar su lugar de residencia y desde ese momento se transforma en un constante perseguidor de la joven, esperando el momento de poder abordarla y contactarse verbalmente con ella. Una mañana la oportunidad se presentó y con mucho tacto la Sra. Caravell hizo presente al Lord su estado civil y la inconveniencia de que éste continuara con sus insinuaciones. Paralelo a esto, Víctor Grandville, médico y compañero de universidad de Henry, le ha hecho presente que ha creado una máquina que tiene la facultad de separar los “yo” de las personas, de cambiar sus personalidades. Esto, que una vez fue considerado como "una chifladura" por Melton, se transforma en instrumento de un plan siniestro. La idea es cambiar su personalidad por la de Owen Caravell y así poseer todos los bienes del joven empresario, incluida su esposa. Para llevar a cabo este propósito se pone en contacto con el industrial y, bajo la excusa de asociarse con él a través de la compra del 40% de las acciones especiales del negocio, comienza a ganarse su confianza. Fingiendo una enfermedad temporal, cita al joven a su mansión para finiquitar el contrato y da inicio a su infame idea de apoderarse de alma de Owen a costa de perder la suya.