11 de diciembre de 1968
"Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, de las que sueña tu filosofía", escribió el poeta William Shakespeare hace ya más de trescientos años... Y dijo la verdad... porque, ¿quién es capaz de adentrarse en los terribles mundos del horror y de los sueños sin enloquecer? "Lo hermoso es feo, y lo feo es hermoso. ¡Revoloteemos entre la niebla y el aire impuro! Giremos en el relámpago y la lluvia. ¡Giremos, giremos". ¡Nadie sabe!... ¡Nadie supo! La verdad en el increíble, en el espantoso caso de "LA MUÑECA NEGRA" .

El pasado siempre vuelve, y esta siniestra narración debida a la pluma de Algernon Blackwood, magníficamente desarrollada por el Monje Loco, no es la excepción a la regla. Hiram Lake es un connotado ciudadano de una villa situada en las afueras de Londres que vive acompañado de su pequeña hija y tres personas en su servidumbre, incluida la Institutriz, brazo derecho del dueño de casa. Su presencia dura y costumbres extrañas producen en los demás habitantes una pequeña aversión ante su presencia, pero debido a su alta posición social es admitido en esas esferas como un par y su vida, en apariencia, sigue su curso normal. Pero Lake vive presa del terror. Un acontecimiento sucedido en el pasado, en África, continente que lo acogió en su juventud, le atormenta. Él espera, pues sabe que una presencia intangible le acecha, esperando el momento de abalanzarse sobre él.

Una noche, un hombre de color llega a su casa y entrega a la cocinera un paquete el cual deberá ser entregado personalmente al beneficiario, ausente en ese momento. El paquete contiene una muñeca negra que de inmediato pasa a ser el juguete preferido de la pequeña hija. Al enterarse Lake del envío pierde el control y ordena que éste sea quemado o destruido, pero la niña subyugada por lo que cree es un juguete se aferra a ésta y la hace su compañera inseparable. De ahí en adelante la vida se hace insoportablemente terrorífica para todos. Nora Crook, la Institutriz, que ama secretamente a Hiram, comienza a dudar de lo que le dice su racionamiento y comprueba en carne propia la maldición que conlleva la muñeca. La ve cobrar vida y la siente comunicarse verbalmente con la niña. Percibe su maldad y junto a la cocinera, que siempre sospechó un pasado oscuro de su patrón, concluyen que la víctima directa de este complot es Lake. En un momento de desesperación, Nora cuenta al atormentado hombre el suceso y sus temores de muerte, y ambos intentan un plan desesperado para revertir la situación. Una obra maestra de terror.

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