La carátula es gentileza de nuestro amigo chileno Raúl Tapia.

3 de julio de 1968

El hombre, ávido de conocer el misterio, busca en la magia de los brujos, hechiceros y sacerdotes paganos, la respueta a su inquietud. Consulta las cartas y los oráculos, y teme a los elementos que son de mal agüero, defendiéndose de ellos por medio de amuletos, a los que atribuye poderes sobrenaturales, como en la historia que al sonar la medianoche oiremos al Monje Loco.

¡Nadie sabe!... ¡Nadie supo!... La verdad en el espantoso caso de... "La Pata de Mono". Yo les aseguro que al oírla les dará tranquilidad y un sueño reparador...

La Pata de Mono de W.W. Jacobs, que podrás leer aquí, ha sido adaptada al cine y al comic en innumerables oportunidades con mayor o menor fortuna. Esta versión, la del Monje Loco, ha sido una de las más fidedignas y mejor logradas, debido al enfoque que se le da a la misma.
El Capitán Norton, un hombre aventurero y valiente, deja en manos de su amigo Herbert y familia un talismán consistente en una pata momificada de mono, la que ha llegado a su poder en uno de sus tantos viajes por la India. Dicho amuleto, explica, posee poderes sobrenaturales y otorga a su dueño tres deseos, lo que él ya ha comprobado.
Una vez se marcha el Oficial, y en tono de broma, Herbert pide a la pata un deseo, situación que desencadenará una tragedia tras otra. Llama la atención el tratamiento que nuestro Monje da a cada uno de los personajes, dotándolos de una humanidad inusual en un comic de terror.

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