En el N� 92, "Una Mujer Sola en la Vieja Casona", aparece la �nica referencia
a la vida pasada y a las razones que llevaron a sufrir su eterno castigo a...

                                                                                              

 

 

Son esos hechos los que sirvieron de base para una de las adaptaciones cinematogr�ficas que en 1984
dirigi� en M�xico Julio Aldama (1931 - 1989), protagonizada por
Julio Augurio, Luz Mar�a Rico, Queta Lavat, Paco Pharrez y Juan Valenti.
Argumento y adaptaci�n: Rafael Portillo y Roberto G. Rivera.

Recuerda seres que se amaron tiernamente, amores puros, llenos de luz...

y amores nefastos, celos, traiciones guiadas por la codicia....

Y con este pensamiento en la mente, escucha la campana que marca la hora de su cita...

�Nadie sabe!... �Nadie supo!...

La verdad en el espantoso caso de...

���El Monje Loco!!!

Los horrores que narra comienzan con su propia desgracia, acaecida durante la Colonia, en el siglo XVI, cuando se enamor� de una muchacha que asist�a con sus padres a misa todos los domingos.

Encendido de una insana pasi�n, toca nerviosamente el �rgano...

... haciendo honores a la virgencita de Guadalupe.

En una arrebato de pasi�n estrecha sus manos contra las de ella, sobre el amarillento teclado.

M�s tarde, en soledad, reza pidiendo perd�n por su sacrilegio...

pero en todas las im�genes sagradas cree ver el rostro de su amada.

Horrorizado, tapa su rostro con sus manos.

Pero a la semana siguiente vuelve a verla y la pasi�n se vuelve a encender.

En esa situaci�n comprometida debe dar explicaciones a su superior.

En esta ocasi�n la hermosa joven ven�a a invitarlos a su casa a tomar el t�.

Los dos van a visitarlos y la madre los agasaja...

sirvi�ndoles las exquisiteces mexicanas.

Nuestro personaje toca la guitarra y canta para su enamorada...

ante la mirada inquisidora de su superior.

De vuelta en el convento, la calma parece retornar a su apesadumbrado esp�ritu...

y vuelca su pasi�n en las notas del �rgano, que resuenan en el interior de la capilla.

Pero cuando la muchacha vuelve a sus oraciones...

la loca pasi�n carcome el coraz�n del sacr�lego enamorado.

D�ndose cuenta de la terrible injuria que est� profiriendo contra el h�bito que abraz�, su superior decide enfrentar la horripilante situaci�n...

Le increpa la insan�a de su comportamiento, y el monje jura por lo m�s sagrado que resistir� los embates de la demon�aca pasi�n que lo tiene aferrado a esa muchacha.

En se�al de comprensi�n, el superior le obsequia un crucifijo sagrado, que le contendr� la libido cada vez que piense en ella...

Ante el mism�simo Cristo clavado en la cruz jura que no ceder� a Satan�s y se negar� todo contacto carnal.

La paz espiritual parece retornar al convento, pero nuevos designos perversos acechan al desdichado monje.

Una tarde, ambos prelados deciden salir a recoger limosnas en la vecindad...

Quiere el destino que se encuentren con la joven de sus pesadillas, acompa�ada de un galante caballero que les presenta como su enamorado.

Nuestro personaje no puede contener su ira, ante la mirada entre extra�ada y lacerante de su superior.

Es as� que se entrega a la lectura sagrada, tratando de apaciguar su rebelde esp�ritu y su encendido cuerpo.

No pasa mucho tiempo para que la joven vuelva a visitarlo, esta vez para narrarle la espeluznante situaci�n por la que est� atravesando. Su familia se niega a consentir la relaci�n que mantiene con ese hombre.

Esta vez su car�cter irascible parece dominado, pero oscuros presentimientos lo rodean.

La joven acude a una cita con su hombre en la que deciden fugarse, pero agazapado se encuentra nuestro personaje que tratar� de impedir lo irremediable.

Esa noche trata de conciliar el sue�o, entre susurros y bramidos de animales que le parece o�r al otro lado del muro, pero en sus sue�os se aparece ella, la mujer fatal que le est� arrebatando el coraz�n y lo est� alejando de la religi�n que abraz�.

De pronto se despierta y cree verla parada frente a �l, desnuda, pero en lugar de cabeza tiene una horrible calavera que lo atemoriza.

Acude nuevamente a su superior, para pedirle que le d� fuerzas para enfrentar al mal que lo est� acosando.

El padre le dice que no olvide el Cristo que tiene consigo, que lo ayudar� en sus desventuras.

Pero nuevos designos sacr�legos vuelven a cernirse sobre �l cuando la muchacha acude a confesarse.

Esta vez, con m�s ira que pasi�n, decide dar su merecido a esta mala mujer que ha estado jugando con sus sentimientos m�s puros.

Ella corr�a por los pasillos del convento, tratando de evitar un destino que ya parece inexorable. Estaba a punto de desfallecer

Una ira espantosa lo consum�a.Se sent�a como un drogadicto a quien han suspendido su droga. Ahora le quedaba una sola persona para aplacar su sed de venganza.

�Se hab�a convertido en un monstruo!

Cuando se acerc�, ella not� que su cara estaba desencajada y sinti� temor. Un escalofr�o recorri� su cuerpo y qued� petrificada de espanto.

No logr� evitar el ataque definitivo. La bestia, enloquecida, hab�a rasgado sus blancas carnes.

Cay� al vac�o profiriendo un grito tan espantoso que quienes la escucharon jam�s lo podr�n olvidar.

All� estaba, en el piso, y un hilo de sangre le corr�a por la comisura de los labios.

Desesperado, trat� de reanimarla, pero ya era tarde...

Al anochecer trat� de enterrarla en el cementerio del convento.

Sin embargo, de sus ojos sal�an extra�as luces y de sus p�lidos labios un horrible silbido.

En vano intent� refugirse en la capilla, porque por todos lados ve�a esa figura horrenda y desfigurada, que parecida salida del Averno.

Entonces, oy� la voz de Cristo, que emanaba de aquel crucifijo que le hab�a regalado su superior.

"Te maldigo y te condeno a la misma suerte de Ca�n: vivir�s por siempre y ser�s testigo del pecado y del dolor humano eternamente, per s�cula seculorum".

Hab�a perdido completamente la raz�n. Estaba totalmente �LOCO!

�Verdad que fue una historia tranquilizadora y espeluznante?
�JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA!

 

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