Por: Rubén Morales
Guillermo Carlos Roncoroni fue un propulsor de la ufología cientificista argentina en la década de 1970. Desde su juventud fue un muy buen fotógrafo y se especializó en el análisis técnico de las fotografías de OVNIS, escribiendo el libro Los OVNI y la evidencia fotográfica junto a Gustavo Alvarez.
Nació el 23 de junio de 1951 en
Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires, Argentina.
Era Licenciado en Administración de Empresas (Univ. Católica
Argentina), trabajó casi veinte años en la gerencia
de ventas de IBM y fue un pionero en la realización de
estadísticas de casos OVNI por ordenador, creando el catálogo
ARGENCAT hacia 1978, mediante esos aparatosos computadores de
entonces que guardaban la información en grandes carretes
de cinta magnética.
Detrás de su aspecto algo serio, formal, "Guille"
escondía un alma plena de sensibilidad. Era uno de esos
seres que les cuesta expresar el afecto hasta que, al conocerlos
verdaderamente, se transforman en amigos incondicionales.
Fiel a la línea investigativa del Dr. Joseph Allen Hynek,
a quien admiraba como investigador paradigmático, Guillermo
Roncoroni fundó la Comisión de Investigaciones Ufológicas
(CIU) y creó la revista UFO PRESS en 1976. Quería
que su publicación llenara el vacío editorial que
había en la difusión seria del tema OVNI en la Argentina.
A partir de entonces, conspicuos ufólogos nacionales y
extranjeros encontraron en UFO PRESS un ámbito adecuado
donde publicar sus trabajos.
Guillermo Roncoroni logró que la CIU fuera una entidad
respetada en todo el mundo, que marcó un estilo por su
actitud prudente, sensata, en la investigación y la difusión
de un tema que se presta a tantos desvaríos como es el
fenómeno OVNI. Los asociados a la CIU constituyeron un
grupo homogéneo de amigos identificados con los objetivos
del fundador, entre ellos mencionemos a Alan March, Daniel Folcini,
Juan Faillá, Alejandro Chionetti, Heriberto Janosch, Emilio
Caldevilla, Alejandro Agostinelli y Rubén Morales.
Gracias a Guillermo ese grupo pudo compartir la emoción
de platicar cara a cara con J.A.Hynek cuando el veterano astrónomo
visitó Buenos Aires en dos ocasiones, en 1980 y 1982. En
ambas oportunidades, Guillermo lo hospedó en su departamento
del barrio de Flores, y allí tuvieron lugar esos inolvidables,
enriquecedores, "encuentros cercanos" con un científico
como el Dr. Hynek, que combinaba erudición con humildad
y ambas en grado extremo.
De modo paulatino, Guillermo fue dejando la actividad ufológica
para concentrarse en otra de sus pasiones: la computación.
Formó una empresa en sociedad llamada NAT, sigla de New
Age Technology, proveedora de servicios de Internet. Pero jamás
perdió el contacto con sus amigos de la ufología,
delegó la realización de UFO PRESS -que él
realizaba desde el tipeado hasta la impresión personalmente-
en Alejandro Agostinelli, quien continuó la revista hasta
que dejó de editarse de manera definitiva en 1986.
Diez años depués, el 8 de diciembre de 1996, Guillermo
participó en la Jornada de Ufología Racional organizada
por el grupo CIFO de Rosario y realizada en la casa de Rubén
Morales. En noviembre de 1998 regresó a la misma casa,
esta vez con su mujer Mirta y su hijo de seis años, para
festejar el cumpleaños número 40 de Rubén
Morales, donde también estuvieron Juan Faillá y
Alejandro Agostinelli. La reunión marcó el reencuentro
de los cuatro amigos ex-CIU, y Guillermo la aprovechó para
hacer a los otros tres una propuesta concreta: Volver a reunirse,
pero no para reeditar UFO PRESS sino para construir un sitio ufológico
en Internet. Aceptaron y se pusieron a trabajar, si hasta parecía
que la CIU retomaba el ritmo de sus viejos buenos tiempos...
En enero de 1999, los cuatro compartieron un almuerzo de trabajo
para evaluar los avances del proyecto. Todos ignoraban que esa
sería una reunión de despedida.
Luego, vía e-mail continuaron construyendo el sitio y cuando
faltaba poco para tenerlo listo, Guillermo dejó de responder
los e-mails que se le enviaban. Alejandro fue el primero en averiguar
la triste, repentina e inesperada noticia.
El día 18 de marzo de 1999 Guillermo
había fallecido en forma inesperada, de un ataque cardíaco.
La pequeña historia de la ufología argentina ha
perdido en Guillermo a una de sus figuras más valiosas
y nosotros un gran amigo, ya que si algo podemos rescatar de la
ufología no es otra cosa que la amistad.
Nos consuela pensar que ahora Guillermo esté charlando
con su admirado Dr. J.A. Hynek y estén descubriendo respuestas
mucho más definitivas que las nuestras acerca de los grandes
enigmas que conmocionan al espíritu humano.
ENTREVISTA DE: Alejandro Agostinelli (1990)
Fundador en 1976 de la comisión
de Investigaciones Ufológicas (CIU) y de la revista Ufo
Press, Guillermo Carlos Roncoroni (licenciado en administración
de empresas, analista de sistemas, ejecutivo de la empresa I.B.M.
Argentina) fue uno de los principales referentes de la ufología
científica argentina desde principios de la década
de los '70 hasta mediados de los '80. Escribió en colaboración
con Gustavo Alvarez el libro "Los Ovni y la evidencia fotográfica
(1978) y compiló el primer "Catálogo Argentino
de Manifestaciones del Tipo 1" (1979,1984), decididamente
pionero en la introducción de procedimientos informáticos
para el análisis de los casos OVNI registrados en la Argentina.
Roncoroni también condujo numerosas investigaciones de
campo y escribió decenas de ensayos, reproducidos tanto
por revistas extranjeras como por la misma Ufo Press, donde varias
veces editorializó sobre la cuestión de los ufólogos.
Para esclarecer el nivel de apasionamiento que hoy le despiertan
los asuntos platillistas (1990), hay que decir que cuando fue
realizado este (sin embargo brevísimo) reportaje, Roncoroni
cambió el agua de la pecera dos veces, se paseó
del living al baño o de la cocina al comedor otras cuatro
y bostezó en no menos de doce ocasiones, hasta que el cronista
tuvo la sensatez de terminar con las preguntas y pasar a otro
tema. Con todo, la charla ofrece un lúcido testimonio que
le revelar· la opinión actual de un escéptico
que bajó la guardia sin levantar polvareda y, sobre todo,
le servir· para entender por qué -pese a seguir
colaborando desde su Presidencia honoraria con la CIU-, Roncoroni
se alejó del tema OVNI para transformarse en un out-sider,
en un crítico "prescindente' de la ufología
y de sus artífices.
-¿Quienes somos los ufólogos, Guillermo?
Para que alguien llegue a ser considerado un ufólogo, antes
debe atravesar una serie de etapas. Definirlas no es algo para
hacer a la ligera, pero voy a intentar una sÌntesis. Primero,
colecciona recortes de noticias sobre presuntas apariciones de
OVNI. Segundo, elabora catálogos con las noticias que consiguió
reunir. Tercero, empieza a escribir artículos teóricos,
que, habitualmente, están refrendados por los estudios
estadísticos y por las noticias que llegó a reunir.
Desde luego, extraerá de sus catálogos los datos
que se adapten mejor a su teoría preferida. Es decir, al
generar esas teorías, dejará de lado aquellos casos
que van a contrapelo de sus ideas. Por ejemplo: los menos convenientes
serán falsos o estarán mal investigados. Estos tres
estadios, y el grado de desarrollo de los vicios que cometa en
el último, indican la evolución del pensamiento
ufológico.
después de varios años de dedicarme al tema, he
llegado a la conclusión de que tanto la ufología
como los OVNI existen porque existen tipos que se interesan en
el tema. La gente cada vez le da menos bola y para la prensa el
tema murió. Yo estoy convencido de que si no fuera por
los ufólogos, el problema hubiera desaparecido.
- Por cierto, para vos el problema del OVNI desapareció. Ya no sos ufólogo...
Sí... pero esta situación también se dio por una decisión personal. Me di cuenta de que jamas iba a llegar a saber qué carajo son los OVNI. Alguna vez tuve la certidumbre de lo contrario, quise dar con las respuestas y -vos sos testigo- puse todo mi esfuerzo para alcanzar ese objetivo. Pero cuando lo perdí de vista, las pilas se me acabaron y entonces no me quedó otra que bajar los brazos. Además, llega un momento en la vida en que uno tiene que pensar en asuntos más productivos; dedicarse un poco más al trabajo, a la familia. Y en hacer guita. Con los Ovnis, sólo se puede hacer dinero siendo un fenicio, como Fabio Zerpa. A nosotros eso nunca nos interesó, siempre fuimos amateurs. Hicimos bien: la plata hay que ganársela haciendo otras cosas.
-A ver si nos entendemos. Por un lado, pensás que el problema de los OVNI existe porque sigue habiendo ufólogos, y que ya no te interesa hacerle el caldo gordo a la ufología. Pero, a la vez, aceptás seguir siendo Presidente de la CIU. De hecho, seguís colaborando con nosotros.
Posiblemente esta contradicción
sea sólo aparente, ya que mi distanciamiento de la ufología
nace de una combinación de factores afectivos e intelectuales.
Con la muerte de Hynek, en 1986, llegué a la conclusión
definitiva de que tenía que dejar el tema. Tal vez, este
hecho influyó en mi porque el viejo se fue de este mundo
sin saber qué catzo son los OVNI. Y me di cuenta de que
no es algo que solamente vaya a sucederle a Hynek. Todos van a
llevarse al cementerio las mismas preguntas... A la ufología
ahora la veo como un gran mito. Es puro verso no? Creo que los
OVNIs son las hadas de la era tecnológica. En Gran Bretaña
hay gente que sigue creyendo en los elfos, en los gnomos, en las
hadas. De la misma manera, me parece que dentro de 50 años
o más habrá gente que seguirá creyendo en
los OVNIs.
Si yo sigo apoyando a la CIU es porque -en la medida que Esto
no me insuma demasiado tiempo- pienso que tanto por sus implicancias
sociológicas como psicológicas, el fenómeno
tiene importancia y merece ser estudiado como lo siguen haciendo
ustedes, con rigor científico. Realmente vale la pena determinar
como se originó, cómo fue evolucionando, qué
es lo que est· ocurriendo con toda esa gente que sigue
denunciando observaciones... cómo y por qué el fenómeno
va transformándose, siguiendo ciertas etapas. Igualmente,
yo pienso que para establecer esas incógnitas, hay muchos
ufólogos que están sobrando. El de los OVNI no es
un trabajo para ufólogos, sino para los científicos
sociales. Yo no soy ni psicólogo ni sociólogo. Entonces...