Autor: Rubén 0. Morales
Fuente: FENOMENOS AEREOS, N°3 Julio-Setiembre 1980
DESDE QUE LA FIEBRE
AMARILLA AZOTO A BUENOS AIRES EN 1871, NO SE HABIA CONOCIDO UN
FLAGELO SEMEJANTE.
SE TRATA DE LA REPENTINA APARICION DE DOS ENFERMEDADES MUY PELIGROSAS:
LA UFOFILIA Y LA UFOLOGIA, LA PRIMERA ALTAMENTE CONTAGIOSA Y LA
SEGUNDA DE CARACTER INCURABLE.
EL AUTOR -AUTODOCTORADO EN UFOLOGIA PATOLOGICA- REALIZA UN DIAGNOSTICO
PORMENORIZADO ACERCA DE ESTA PANDEMIA QUE CONMUEVE AL ORBE.
En principio consideremos la existencia de dos enfermedades denominadas ufofilia y ufología; aclaración hecha de que ufólogos y ufófilos no son quienes las estudian sino quienes las padecen.
Allá por el remoto verano de 1973 yo comenzaba a dedicarme a esta actividad singular -un ufólogo que se respete debe, ante todo, dejar sentado que tiene "antigüedad en el tema-. Por esas épocas mis ideas con respecto a los ovnis eran distintas a las que tengo hoy en día, pero aún más distinta era la opinión sobre los "ufólogos". Yo creía que había una clara división entre dos "tipologías": De una lado los científicos "serios", racionales objetivos, cualificados; y del otro lado los mitómanos, charlatanes, alucinados y locos.
Luego de conocer personalmente la trayectoria de muchos integrantes de ambos bandos supuestos, he arribado a la conclusión actual de que ni los unos son totalmente cuerdos ni los otros locos de remate.
Más bien existe una intermediaridad -como diría Fort- entre la cordura y la demencia que afecta a todos por igual. Esto, como es fácil deducir, significa una anomalía psíquica cuyas características emergen parcialmente si analizamos las conductas comunes de los distintos cuadros clínicos.
LA UFOFILIA
CARACTERISTICAS
Puede manifestarse en cualquier edad, aunque suele aparecer en la adolescencia. La ufofilia se detecta en el individuo cuando éste comienza a interesarse por el tema Ovni y los mal llamados "temas conexos". Además, el afectado lee cuanta revista, boletín o libro de Ovnis llega sus manos; se suscribe a las publicaciones periódicas sobre la cuestión, se asocia a un "grupo investigador" asiste a audiovisuales y, en el período de recrudecimiento de tan dañino mal, puede incluso dictar conferencias, escribir notas y hasta libros sobre el tema.
EVOLUCION DEL MAL
En la mayoría de los casos, luego de una poco definida etapa de gestación con una tímida aparición de los signos y síntomas en el paciente, la enfermedad alcanza rápidamente su punto crítico con el pleno desarrollo de tales síntomas.
Finalmente, pueden suceder tres cosas, dependientes de las características psíquicas del ufófilo.
1°- En la mayoría de los casos la enfermedad va desapareciendo lentamente, hasta su total extinción, mediante una disminución progresiva de sus implicancias. Una vez padecida la ufofilia, el individuo adquiere inmunidad para el resto de su vida (como sucede con el sarampión) y retorna a la normalidad mental. A menudo, este tipo de ufofilia es producido por un virus de origen extraterrestre.
Ciertas veces la ufofilia se perpetúa en su periodo crítico, cronificándose en ufofilia perenne. Durante esta penosa y larga dolencia, el individuo continúa leyendo libros, escribiendo notas y artículos sobre lo que ha leído, pierde cada vez más su capacidad de análisis, y dictar audiovisuales llega a convertirse en una adicción para él.
3°- En contadas ocasiones, la ufofilia se convierte en ufología, Introduciendo un cambio substancial en la patología del paciente. Pese a la rareza y poca difusión de este mal, igualmente lo mencionaremos luego.
TRATAMIENTO:
No hay medicación aconsejable para
la ufofilia. Si usted está afectado por la primera variante,
espere nomás que la enfermedad pasará y pronto.
Si usted padece la segunda variante, se sugiere REPOSO Y AISLAMIENTO
pues su actividad podría contagiar a muchos con mente sana.
Lamentablemente, los afectados por el segundo tipo de ufofilia
a menudo prefieren desconocer su enfermedad, confundiéndola
con una dolencia mayor: la ufología.
PROFILAXIS
Recordar que la ufofilia es muy contagiosa, sirviendo como vehículo para el virus los individuos afectados y todo lo que con ellos se relacione: libros, revistas, conferencias, etc. Consejo: Evite el contacto directo o indirecto con esos agentes contaminantes.
LA UFOLOGIA
Si la ufofilia era una dolencia pasajera, la ufología reviste la gravedad de ser incurable (por lo menos, ese es mi caso).
El afectado busca imperiosamente el contacto con otros pacientes, para lo cual entabla relaciones con ufólogos de otras latitudes y con grupos investigadores (núcleos de pacientes) locales. Sin embargo rehusa formar parte de esos grupos, o sólo se integra a condición de ejercer roles directivos.
El individuo sabe de antemano que sus escasas posibilidades jamás le permitirán hallar soluciones esclarecedoras para un tema tan complejo y difícil de encarar como los ovnis, pero se obstina en escribir notas, editar boletines, investigar casos y planear redes de investigación. Critica a los ufófilos y más a los ufófilos perennes, aunque envidia la popularidad "inmerecida" de éstos últimos. Prefiere disimular que él, en un principio, también padeció la ufofilia.
El ufólogo tiene el delirio de cumplir
una importante misión científica en el mundo. No
es consciente de esa megalomanía cultural y le fastidia
que los demás no lo valoren como él quisiera.
Por suerte, esta enfermedad no es transmisible por contagio y
cabe prever su extinción en un futuro cercano. Pero, mientras
tanto sus lamentables y duraderos efectos seguirán siendo
motivo de preocupación.
FRENTE AL ESPEJO
Un investigador de ovnis es egocéntrico,
llegando hasta la egolatría. Le agrada despotricar contra
las ideas geocéntricas de Ptolomeo señalándolas
(con o sin razón)
como una muestra del egocentrismo humano; pero una vez dicho esto,
expresará que no puede revelar el lugar exacto del caso
que está investigando (no sea que le roben la primicia),
dirá que no necesita ayuda para confeccionar el irrealizable
estudio estadístico que acometió (para no compartir
laureles) y explicará que su última nota fue una
feliz creación de su autoría,
aunque haya copiado el tema de una revista belga...
Ese notable egocentrismo que incumbe a todos los investigadores que conozco -yo incluido, claro- se manifiesta en la imposibilidad de formar centros investigadores y -mucho menos- redes de investigación o federaciones.
EL DEDO EN LA LLAGA
Además del egocentrismo, los ovniadictos tienen particulares comportamientos psíquicos que parecen responder a un patrón común a todos ellos. Perdón, a todos nosotros...
Voy a eludir la cita de casos concretos
por motivos éticos (y porque no tengo intención
de visitar los tribunales de justicia), pero es notable que todos
los ufólogos y ufófilos que conozco tienen diversos
problemas de relación con la sociedad o su núcleo
familiar. Por peregrina que parezca esta afirmación, he
llegado a convencerme de su absoluta realidad. El investigador
de ovnis a menudo tiene peleas con su familia, dificultades laborales
muy marcadas y conflictos en su relación de pareja. No
son pocos los ufo-adictos que abandonaron su hogar paterno luego
de fuertes reyertas familiares, y algunos resolvieron convivir
en concubinato en un intento de remediar su problema. Otros casos
-más lamentables y también numerosos- son los referidos
a jóvenes ufoadictos cuyo grupo familiar se ha visto alterado
durante su niñez o pubertad, sea por separación
de los padres o fallecimiento de uno de ellos.
Esta enumeración de "situaciones algo especiales"
incluye a todos los ufólogos y ufófilos que conozco
bien, sin olvidarme de mi persona.
Otro capítulo aparte lo constituyen las escasas mujeres que han transitado por la ufología. En Argentina no puede decirse que existan mujeres investigadoras, que hayan entrevistado testigos, realizado Informes o estadísticas con asiduidad. Yo por lo menos no conozco a ninguna, aunque me gustaría conocer a varias. La mayoría de los nombres femeninos que han aparecido en revistas, boletines o centros investigadores no han sido otras que las novias, amigas, o primas lejanas de los respectivos ufo-adictos, y su labor fue siempre temporaria, generalmente limitada a las actividades administrativas. Existen muy pocas mujeres que, en cambio permanecen desde hace muchos años vinculadas al tema ovni y, como corresponde, presentan todos los síntomas más arriba enunciados. Si alguna diferencia puede anotarse es que tienden a persistir en la ufología impulsadas por el apasionamiento hacia lo misterioso o por un fervor místico, pero sin lucirse en el rubro cientificista donde el componente masculino es mayoritario.
SACANDO EL DEDO:
Mi opinión al respecto es que la práctica de la ufología es la expresión visible de una patología subyacente en ciertos individuos. Cabe imaginar que además de la ufología y la ufofilia habrá otras formas de expresión de la misma dolencia fuente, que acaso algún psiquiatra podría tipificar. Pero no hay peligro, a los psiquiatras no les interesan estos asuntos...
Quizás haya encontrado la causa de que numerosos ufólogos abandonen definitivamente el tema ovni. A menudo recibo noticias de ex-colegas que antes investigaban casos, hacían conferencias y revistas y que ahora se han olvidado completamente de los Ovnis, sin tener intención de dedicarle dos minutos al tema. Este cambio de proceder, sufrido por una cantidad apreciable de colegas (son muchos más los que se fueron que los que todavía están), podría explicarse fácilmente por la extinción de la patología ufológica en ellos. Esa extinción tal vez necesitaría de un agente externo para producirse, como la influencia de amistades, nueva situación laboral, casamiento, etcétera, o sea circunstancias capaces de modificar el estado psíquico que mantenía al individuo sumido en su patología.
Ahora bien: ¿Los ovnis existen?. ¿No serán ellos también un subproducto de las patologías ufológicas?.
Mi estimado colega, puede ser que esta nota le haya parecido totalmente cómica, o bien piense Ud. que es un impublicable delirio, o piense que yo estoy completamente ... Pero le pido un favor: póngase Ud. frente al espejo, y quédese ahí un ratito..., verá cómo nos entendemos.
