NI ESCEPTICOS RADICALES NI CONSPIRANOICOS
Por John Harney

Hoy damos por hecho que la ufología es el estudio de informes sobre OVNIs y de cualquier cosa, que de una u otra forma, o por cualquier esfuerzo de imaginación, aparezca asociada con ellos. Todos aquellos que se interesan por el asunto rara vez se detienen a considerar que no existe algo llamado OVNI, excepto en el sentido técnico de ser algo visto en el cielo y que no ha sido fácil o inmediatamente identificado como un objeto o fenómeno familiar.

Desde la más remota antigüedad, se han visto y documentado extraños fenómenos aéreos, pero nadie había pensado en agrupar todo este tipo de observaciones juntas bajo un único nombre hasta que Kenneth Arnold realizó su famosa observación el 24 de junio de 1947. Arnold contó a los periodistas que los objetos "volaban como un platillo rebotando en el agua" (1). Inevitablemente, esta declaración se distorsionó, y pronto muchas personas informaban sobre objetos en forma de platillo, o platillos volantes. Arnold afirmó que los objetos que él habia visto tenían forma de media luna.

Es importante señalar que la mayoría de los ingredientes de la asombrosamente persistente y crecientemente elaborada mitología OVNI, fueron establecidos, en los Estados Unidos, durante los pocos años posteriores a 1947. Entre ellos, las historias de avistamientos confirmados por radar, los encubrimientos gubernamentales, la hipótesis extraterrestres (HET), los misteriosos (e incluso paranormales) sucesos que acosarían a testigos e investigadores, los alienígenas capturados, e, incluso, las visitas guiadas al interior de los platillos y los viajes a otros mundos para unos pocos elegidos.

El único tema principal que tardó mucho más tiempo en desarrollarse fue el de las abducciones, que empezó a crecer a partir del caso de Barney y Betty Hill en 1961. Su historía fue convertida en noticia tanto por la prensa como por los investigadores, a pesar de las advertencias del doctor Benjamin Simon, el psiquiatra de Boston que trató a los Hill, sobre las limitaciones de la hipnósis y la tendencia de las personas, bajo tales circunstancias, a contar "la verdad tal como la siente y entiende el propio paciente". (2)

En los primeros años, la HET alcanzó una cierta respetabilidad espúrea a partir de los escritos de Donald Keyhoe. Este militar comenzaba su primer libro con una versión dramatizada de sus intentos de llegar a la verdad sobre varios informes oficiales sobre OVNIs, mezclada con diálogos en los que distintas personas y él mismo reflexionaban sobre las diferentes explicaciones, hasta llegar finalmente a la HET: "La Tierra se encuentra bajo observaciones periódicas procedentes de otro planeta o planetas, desde hace por lo menos dos siglos". (3)

En su deseo de alcanzar ese aire de respetabilidad, Keyhoe y sus seguidores se mostraron muy cuidadosos, distanciándose claramente de aquellos que aseguraban estar en contacto con los extraterrestres, aunque el propio Keyhoe a veces hizo comentarios de que podría existir algo de verdad en los rumores sobre platillos estrellados. Esto ayudaba a ahondar ese aura de misterio y suspense que tanto ayuda a vender libros sobre OVNIs.

Ahora bien, si Keyhoe hubiera tenido razón, a estas alturas todo el mundo aceptaría como un hecho indiscutible la presencia de naves extraterrestres en nuestros cielos, lo que obviamente no ha sucedido. La razón de esta lamentable situación no puede ser otra que el encubrimiento gubernamental. Existen muchos gobiernos soberanos y los Estados Unidos se han visto enfrentados a una tarea muy dura, durante más de cincuenta años, para convencer a todos ellos que le entregasen sus platillos estrellados y demás evidencias físicas, ayudándolos además a rebatir cualquier informe OVNI de difícil explicación.

¿Existe alguna forma de salir de tan inverosímil postura?. Sí, desde luego. Los propios alienígenas colaboran con los gobiernos. Pero entonces aparece una nueva dificultad ante la gran cantidad de gente "metida en el ajo" lo que haría inevitable que la historia acabase saliendo a la luz, junto con las suficientes evidencias como para ser tomada en serio. Asi que todas esas personas en altos puestos de responsabilidad deben ser en realidad, alienígenas infiltrados. Y esto es posible porque muchos de los extraterrestres son iguales a nosotros (sólo los más experimentados ufólogos son capaces de descubrir las diferencias). Si continuamos por este camino y acabamos concluyendo que quizá todos somos extraterrestres, habríamos llegado casi a una completa solución de todas las dificultades. Pero también estaríamos cerca de tener la experiencia de ser gentilmente conducidos hacia el manicomio por unos hombres vestidos de blanco (lo que, al menos, supone un cambio respecto a los siniestros hombres de negro).

Para evitar esta situación, ha habido muchos intentos por parte de los escépticos de encontrar explicaciones que no ofendan nuestro sentido común ni contradigan teorías científicas bien establecidas. Pero estas personas no han tenido demasiado éxito, quizá porque la mayoria de ellos tienen sus propias y extrañas obsesiones e ideas fijas. ¿Una de las más comunes? Pensar que si investigas un informe OVNI, tienes que acabar encontrando una explicación, la cuál se constituye en la explicación, y que cualquiera que esté en desacuerdo no es más que otro chalado. Un enfoque todavía más absurdo es pretender que casi todos los informes OVNI tienen la misma explicación. Así tenemos: todos son estrellas o planetas; todos son globos o aviones; todos son rayos en bola; todos son espejismos, etc.etc. Los libros sobre OVNIs escritos por escépticos son, a menudo, entretenidos por ese curioso matiz casi histérico en su contenido. Uno llega a sentir el amenazante miedo que embarga al autor de que quizá alguna vez tenga que enfrentarse a algo innegable pero inexplicable.

¿Nos queda alguna esperanza?. ¿No existe ningún ufólogo que haya visto a través de esta niebla de mito y prejuicios y haya escrito un libro equilibrado y sensible sobre los OVNIs, fácil de leer, pero sin hacer ninguna concesión a la credibilidad popular?. Aparte de algunos libros principalmente centrados en los aspectos históricos, sociales y psicológicos de asunto, el único libro que conozco que trata principalmente sobre las investigaciones y explicaciones de los informes OVNIs es el escrito por Allan Hendry: The UFO Handbook, Sphere Books, London, 1980.

Hendry examina cuidadosamente cada caso y por lo general encuentra una casi cierta, o al menos probable, explicación. Como no pertenece a esa extraña anti-religión de los escépticos practicantes, no se amilana en admitir que existen unos pocos informes que no ha logrado explicar satisfactoriamente. Además incluye útiles sugerencias para todos aquellos que deseen convertirse en ufólogos serios. Por descontado, este libro ha sido olvidado hace tiempo por la mayoría de los ufólogos, si es que alguna vez oyeron hablar de él.

La mayoría de la gente no quieren molestarse con las complejidades científicas, técnicas y psicológicas que hay que dominar para comprender, de verdad, los informes OVNI. Quieren a los alienígenas espaciales y no están dispuestos a conformarse con menos. Asi pues, aquellos de ustedes todavía jóvenes podrán disfrutar de otros cincuenta años de mentiras, fantasias y alucinaciones.

Página "editorial" publicada originalmente en la revista británica MAGONIA (Abril 1997) Nº 59, pag. 2-3. Traducida del inglés por Luis R. González Manso.

REFERENCIAS

(1) Arnold, Kenneth y Palmer, Ray. The Coming of the Saucers, publicación de los autores, 1952, p. 11.
(2) Fuller, John G. The Interrupted Journey: Two Lost Hours "Aboard a Flying Saucer", The Dial Press, New York, 1966, p. xi.
(3) Keyhoe, Donald. The Flying Saucers are Real, Hutchinson & Co., New York, 1950, p. 190.
(4) Hendry, Allan. The UFO Handbook, Sphere Books, London, 1980.

 

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