|
BIENVENIDO, BIENVENIDAVan a continuación algunos
"tips" sobre la función y los contenidos de
Mitos del Milenio, desarrollado por la Comisión de Investigaciones
Ufológicas (CIU), a instancias del Lic. Guillermo Carlos
Roncoroni, quien falleció prematuramente en 1999 sin poder
ver el sitio publicado. En la sección OVNIS se resume
su trayectoria. Psicólogo Social |
||
NUESTROS EXTRAÑOS HABITANTESLos OVNIs, los fenómenos paranormales, la nueva religiosidad y otros temas enigmáticos habitan este sitio diseñado por profesionales que desean comunicar material útil y confiable. En los umbrales del siglo XXI hay fenómenos sorprendentes que desafían a la ciencia y a las religiones tradicionales, dispersos cual guijarros que el mar depositó en la playa. La propuesta es caminar serenos por las inquietantes orillas, y encontrar enfoques luminosos a los temas actuales que desafían nuestra razón. Para los recién llegados y para quienes desde hace décadas caminan con nosotros, bienvenidos a Mitos del Milenio. |
Comisión de Investigaciones UfológicasEDITORIALES |
El visitante dio unas pitadas
a su pipa para tomar ánimo en ese entorno desolado. El
cielo nocturno estaba limpio, majestuoso. Cada tanto soplaba una
brisa fría, de las cumbres, como para recordarle que frente
a él estaba, cual ominoso muro que lentamente devoraba
a los astros, la Cordillera de los Andes. El grupo de contacto
se había dispuesto en círculo y una mujer -de blanco-
dirigía la meditación. El visitante no entendía
la cadenciosa lengua de esas gentes, y le molestaba depender de
un intérprete, pero también el no entender le daba
tiempo para pensar -por ejemplo- que esas mismas rocas afloraban
en su país, miles de kilómetros más al norte.
Y lo tranquilizó sentir que la Tierra nos une. Lanzó
el humo de su pipa con satisfacción y sus ojos inquietos
recorrieron las constelaciones del cielo austral. Ese paisaje
celeste sí que era distinto, aunque lo había estudiado
en los libros. Volvió la vista hacia el grupo, que sumisamente
repetía las consignas de su directora. La meditación
estaba en su clímax, por respeto resolvió apagar
la pipa y guardarla. De pronto, la líder, en éxtasis,
comenzó a gritar ¡ahí está la nave,
ahí está la nave! Todos la vieron y hubo expresiones
de asombro, en tanto el visitante disimulaba su sonrisa. La nave
era, en realidad, la estrella Beta Centauri, que él -como
astrónomo profesional- reconoció en el acto. El
visitante era el Dr. Joseph Allen Hynek, el denominado "padre
de la ufología", que llegaba por primera vez a la
Argentina y pese a ser un científico de intachable curriculum,
asistió a esa ceremonia invitado por místicos que
le prometieron una experiencia de contacto con naves extraterrenas
(1). Hynek ejemplifica la apertura mental que debe caracterizar
la conducta de un hombre sabio.
A más de 20 años de esa anécdota, cada vez
cuesta más encontrar émulos de Hynek, dispuestos
a verificar la verdad antes de defender su idea. La división
tajante entre creyentes y escépticos significó un
retroceso, marcado por una degradación del diálogo
entre pares, cuando el debate intelectual dejó de ser enriquecedor
para ser reemplazado por la descalificación artera.
Internet posibilitó comunicaciones rápidas pero
a la vez impersonales, descomprometidas y hasta anónimas,
territorio propicio para la ditriba, el engaño y la calumnia.
También encendieron la mecha los talk show televisivos,
cuyos proyectos comerciales se extendieron a la temática
paranormal, aplicando la vieja receta de enfrentar escépticos
contra creyentes. En realidad, unos y otros creyeron, creyeron
que estaban en un campo de batalla y que quien piensa distinto
es un enemigo, lo que justifica aniquilarlo sin importar los medios.
En otras palabras, autoritarismo puro. Manuel Carballal reflejó
con bastante objetividad este clima enrarecido por la agresión
en un recomendable artículo (2) y Jacques Vallée,
siempre brillante en sus enfoques de la realidad, afirmó
que "se ha bloqueado el tema en la clásica dialéctica:
'El fenómeno es extraterrestre o es una farsa'. ¡Como
si no existiese otra alternativa!. Es la ciencia del prestidigitador:
¿El conejo está en la galera o en la caja?.
¿Y si estaba bajo la mesa? ¿O en la manga del operador?
¿Y si no había ningún conejo?" (3).
Curiosamente, Vallée usó esa metáfora, siendo
que no pocos escépticos son, de profesión, magos
e ilusionistas.
John Harney dijo que los escépticos "no han tenido
demasiado éxito, quizá porque la mayoría
de ellos tienen sus propias y extrañas obsesiones e ideas
fijas. ¿Una de las más comunes? Pensar que si investigas
un informe OVNI, tienes que acabar encontrando una explicación,
la cuál se constituye en LA explicación, y que cualquiera
que esté en desacuerdo no es más que un loco. Un
enfoque todavía más absurdo es pretender que casi
todos los informes OVNI tienen la misma explicación. Así
tenemos: todos son estrellas o planetas; todos son globos o aviones;
todos son rayos en bola; todos son espejismos, etc.etc. Los libros
sobre OVNIs escritos por escépticos son, a menudo, entretenidos
por ese curioso matiz casi histérico en su contenido. Uno
llega a sentir el amenazante miedo que embarga al autor de que
quizá alguna vez tenga que enfrentarse a algo innegable
pero inexplicable." (4)
Ese criterio de "caso investigado, caso explicado" es
en realidad la contracara de los ufólogos que se esmeran
en potenciar ciertos detalles del relato para favorecer la hipótesis
extraterrestre, así como desdeñan informaciones
valiosas que podrían abrir otros caminos de análisis.
Los informes que arriban a un "veredicto inapelable"
(cualquiera sea), tras un resumen sumario del caso suelen ser
tendenciosos. En cambio, los mejores informes son aquellos que
abundan en detalles de toda índole, al punto de permitir
extraer conclusiones distintas a las de su propio autor, de lo
cual un buen ejemplo tal vez sea el caso Mindalore (5) que investigó
Cynthia Hind.
El investigador de campo debe constituirse, básicamente,
en un recolector de información útil, mediante técnicas
de encuesta y toma de datos que luego otros puedan evaluar con
libertad (6) y resistir a la tentación narcisista de explicar
todo según su particular modelo de pensamiento. Es parte
del legado de Joseph Allen Hynek.
1) Morales, Rubén: "El
festival del absurdo" Humo(R), marzo de 1981
2) Carballal, Manuel: "ARP: El fraude de los 'escépticos',
www.mundomisterioso.com
3) Marhic, Renaud: "Jacques Vallée habla", Ufología
Racional, N° 5, Rosario, 1998.
4) Harney, John: "Ni escépticos radicales ni conspiranoicos"
www.advance.com.ar/usuarios/moralesr/mytovn3.htm
5)Hind, Cynthia: "Míreme a los ojos" www.advance.com.ar/usuarios/moralesr/mytovn13.htm
6) Véase, por ejemplo, la Guía del Encuestador de
SOBEPS ar.geocities.com/mitosdel milenio2001/guiaenc.htm
Es tiempo
de repasar con alguna serenidad la vertiginosa sucesión
de interpretaciones acerca de los vacunos mutilados que ya superan
el centenar en ocho provincias argentinas. Todo tuvo inicio en
Salliqueló, un pueblo olvidado en el oeste de la provincia
de Buenos Aires. El sábado 24/4/02 hacía sus primeras
declaraciones el veterinario Daniel Belot en las pantallas de
Crónica TV, luego recopiladas por "La Arena"
de Santa Rosa. Resulta interesante descubrir que las ideas de
Belot en ese primer momento ya contenían muchos de los
ingredientes fantásticos que más tarde fueron reproducidos
y amplificados por los diversos actores.
El Dr. Daniel Belot, para más datos también técnico
del SENASA, acudió en respuesta a un ganadero intrigado
por «un animal muerto en el campo, le llamaba la atención
que de un lado estaba pelado hasta el hueso, lo que a mí
me pareció imposible" (Nuevo Día 15/06/02).
«Quien no lo ve no puede darse cuenta de la magnitud de
la cosa, el animal había quedado echado como si fuese una
liebre y del lado izquierdo estaba toda la cara, debajo del ojo,
totalmente descubierta hasta el hueso, se le veían totalmente
las muelas». Enseguida aparecieron otros casos en localidades
vecinas, y hasta ese entonces todo sugería que se trataba
de un fenómeno local. Belot dijo que los animales "tienen
cortes raros como si fueran producto de acción de una
intensa fuente de calor. Se observa la piel quemada en los bordes
-de los cortes- y la ausencia de sangre en venas",
dijo. "En uno se ve un corte perfectamente recto sobre un
maxilar y otro similar, además le falta la lengua y la
mayor parte del sistema de alimentación: laringe, faringe
y glándulas salivales. También le falta el pabellón
de la oreja en forma completa. Otro corte que es curioso
el que presenta en el cuerpo (zona del costillar y abdomen), es
en forma de lágrima y extrajeron los genitales externos",
explicó. "en el lugar no se observan rastros de que
el animal hubiera opuesto alguna resistencia y tampoco hay
pastos quemados. Yo no digo que sea producto de seres extraterrestres,
pero es una circunstancia rara, incluso el resto del
rodeo ni se acerca a los animales muertos. La curiosidad es
un elemento que caracteriza a los bovinos", concluyó.
(La Arena 04/02)
A mediados de junio, el Dr. Belot iba por más, arriesgando
que este suceso "sería algo así como una
investigación científica, pero no me pregunte
por qué un científico va a hacer una investigación
en medio de distintos campos y sin pedir permiso, ni se me ocurre
porque puede hacerse así». Además los autores
materiales responsables «tienen que haber venido por
aire, porque la distancia que había desde la calle
hasta donde estaba el animal hace que sea casi imposible transportar
a pie los aparatos que yo supongo se necesitan para hacer algo
así». Añadió enfáticamente que
«a los animales los mataron en otro lado y los pusieron
ahí, y esa pauta me la da la forma en que han quedado
posicionados los cadáveres». (Nuevo Día 18/06/02)
Contrariando una vieja tradición conservadora, las autoridades
también arremetieron desde el comienzo embanderadas en
las hipótesis más audaces. El principal investigador
policial del caso, comisario mayor González de Trenque
Lauquen, espetó "a estas vacas no las mataron con
técnicas humanas". Rodolfo Farina, perito de la
policía pampeana, advertía que en los Estados Unidos
se han analizado animales mutilados en forma similar y que se
había determinado la presencia de material radiactivo
en los cuerpos, declaraciones claramente influenciadas por
la literatura ufológica, tal vez aportada por Andrea Pérez
Simondini, quien rápidamente se había trasladado
a Salliqueló para estudiar los casos in situ. Las definiciones
que dio la ufóloga de Victoria fueron muy concretas: "Los
cortes son quirúrgicos. No hay la más mínima
duda de que fueron hechos con un elemento cortante, ya
que los animales depredadores o carroñeros, cuando atacan
un cuerpo, desgarran brutalmente cuero, músculos y órganos.
Además, fuimos a observar cada caso con varias hipótesis
de trabajo, entre las que se cuenta hallar una sustancia específica
en los cuerpos, de color azul verdoso, gelatinosa." Y,
como siempre el que busca encuentra, hallaron esa suerte de cryptonita
verde "en el paladar o en la zona de la boca de algunos animales.
Presumimos que puede ser oxindol, un alcaloide que tiene
efectos narcóticos". "La hipótesis
que manejamos es que el fenómeno está ligado
con extraterrestres. Lo que ocurre es que no nos parecía
lógico pronunciarnos antes que la ciencia terminara su
labor". ("La Nueva Provincia", Bahia Blanca, 23/06/02).
En una escalada que iba in crescendo, las líneas de interpretación
que barajaban las propias autoridades no eran menos insólitas:
- Una secta relacionada con algo fálico: "No
puede ser casualidad que corten testículos, penes, ubres,
anos, pezones, úteros".
- Una organización esotérica que de esta
manera lleva agua para su molino demostrándoles a sus adeptos
la existencia de fenómenos supranaturales.
- Una organización que trata de aterrorizar a los
dueños de campos para comprarles las propiedades más
barato.
- Un grupo contratado por productores de un país
extranjero que quieren poner obstáculos a las exportaciones
argentinas, sembrando el temor entre los compradores de carnes
en otros países, al estilo de lo que ocurrió con
la aftosa. (Página 12, 20/6/02)
Desafiando el sabio refrán popular que sentencia "no
hay que mezclar las haciendas", cuanto más aumentaba
la cantidad de vacas muertas, el desmadre de explicaciones posibles
crecía en proporción. Pronto sumarían sus
aportes diversos colaboradores espontáneos, difundidos
por Internet, como aquel productor de Cuchillo Có que sugirió
"podría tratarse de un aguará guazú,
que es como un perro medio peludo, de hocico largo, que no muerde
y sí despedaza a los animales (Salliquelo On Line), mientras
el investigador de cultos Alfredo Silletta descartaba la intervención
de sectas del tipo umbanda y la web mexicana Altillo acusaba
a los mismos ganaderos de hacer estas mutilaciones para cobrar
el seguro sobre un animal muerto por causas vulgares, de ordinario
no cubiertas por la póliza. Mitos del Milenio consultó
a una aseguradora rural y la respuesta fue que, por el contrario,
las recientes mutilaciones no están tipificadas, es decir
que carecen de toda cobertura.
Pero desde un principio, la interpretación más popular
que flotaba en el ambiente veía los alargados cuatro dedos
de una mano extraterrestre manejando con destreza el bisturí
láser, pues ya en el primer caso de Salliqueló
se habrían visto luces enigmáticas sobrevolando
los campos. Y los ufólogos salieron a cazar testimonios
confirmadores: un vecino de Chacabuco, entrevistado por Silvia
Pérez Simondini, contaba que vio "un cuadrado negro
con una antenita, como un televisor" desplazándose
a toda velocidad sobre el agua de una laguna. El grupo contactista
ELRON dijo sin vueltas "simplemente son extraterrestres
que hacen sus experimentos. Se podría cuestionar que
luego tiren sus restos en cualquier sitio en lugar de llevárselos,
pero no hay que olvidarse que también, como todas las criaturas
de Dios, tienen su humor y saben que con los seres humanos tienen
asegurada la fiesta. De todos los planetas habitados, la raza
humana es probablemente la más estúpida." Con
mayor dramatismo, el Proyecto CATENT echó leña al
fuego haciendo circular un e-mail que relacionaba estos sucesos
con el cadáver de un hombre que apareció horriblemente
mutilado junto a las márgenes de la Represa Guarapiranga,
cerca de San Pablo, Brasil, en 1988, y algunos estudiosos de los
OVNIs, por lo bajo, confesaban que todo esto era parte del
pacto secreto CIA-Grises, debido a que en el remoto planeta
de los ETs. se están degenerando las razas bovinas por
enfermedades parecidas a "la vaca loca" y ahora se
llevan partes de nuestros animales para realizar implantes genéticos
en los suyos.
El propio gobernador de la Pcia. de Buenos Aires, Felipe Solá,
confesó su perplejidad admitiendo que todo esto era "muy
raro" y se trasladó a la ciudad de Pergamino para
tomar contacto directo con los hechos que se producían.
Comenzó la investigación oficial con la coordinación
del SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria)
y la colaboración del INTA (Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria), la Universidad del Centro (Tandil) y diversos profesionales
que fueron convocados al efecto. Como clara demostración
de que las hipótesis sobrenaturales habían ganado
el corazón de los científicos, una de las primeras
cosas que hicieron fue mandar especialistas de la Facultad de
Ciencias Exactas con equipos para detectar radiactividad
en los cadáveres, pruebas que -por suerte- resultaron negativas.
Era hora de que aparecieran las primeras pirotecnias de lucidez
intelectual tratando de explicar el fenómeno, aunque sin
cuestionar demasiado los datos de base, como el veterinario Alejandro
Martínez, quien -tras declararse experto en inmovilizar
los bravos toros españoles- sugirió que "hay
una organización detrás de los hechos"
que usaría un instrumento muy común en veterinaria,
el termocauterio, con el cual se pueden cortar órganos
como anos, mandíbulas y pezones a las vacas en el campo
y cauterizar de inmediato esos cortes. "Con eso, se logra
exactamente el efecto con el que aparecen estos animales",
sintetizaba el veterinario, agregando que primero se los inmovilizaría
mediante un dardo disparado por una pistola de aire comprimido.
(Página 12, 20/6/02).
Otra idea ingeniosa que recorrió el ciberespacio con tanta
convicción como ausencia de fundamento la firmaba un tal
Tito Rodríguez, según el cual las mutilaciones de
ganado serían causadas por colonias de avispas "chaqueta
amarilla" (véspula germánica). Estas avispas
son muy parecidas a las abejas comunes, excepto que tienen hábitos
depredadores, al punto que se las conoce como "abejas carnívoras"
por su predilección por los asados al aire libre, tan habituales
en el campo argentino, y en algunos lugares se aconseja tener
cuidado con lo que se lleva a la boca.
Para no ser menos, el 23/06/02 en Radio Ciudad de Buenos Aires,
Rubén Morales planteó "una hipótesis
absolutamente loca como todas las que están circulando...
No se si, por ejemplo, puede haber algún tipo de relación
con la aftosa. Que yo sepa, la aftosa se produce en la boca
de las vacas, me gustaría saber si se ha investigado algo
en ese sentido."
Los hechos se precipitaban y la ciencia comenzaba a redactar su
veredicto oficial, el 28 de junio se anticipó un informe
preliminar elaborado por el equipo de la Facultad de Veterinaria
de Tandil, dirigido por su decano Dr. Alejandro Soraci, según
el cual las vacas analizadas murieron por enfermedades metabólicas
(por ejemplo falta de magnesio), parásitos o escasez
de alimentación.
En cuanto a las presuntas "prácticas quirúrgicas",
los cueros estudiados tenían cortes con bordes dentados,
lo que se atribuye a mordeduras de roedores. "Con
el paso del tiempo esa marca se "enmascara" y simula
una línea recta o cauterizada hecha con filo y por
obra del calor que puede llevar a confusiones", se explicó
en los laboratorios de Tandil. (Clarín 28/06/02)
Pero apenas dos días antes de ese primer informe que achacaba
toda la culpa a los vulgares roedores, el Dr. Alejandro Soraci,
responsable máximo de la investigación, advertía
muy tranquilo que el misterio es internacional y nadie pudo
resolverlo todavía, en la entrevista realizada por
Raúl Kollmann para el periódico Página 12.
Entre algunos de sus conceptos textuales, recortamos los que siguen:
"estudiamos siete vacas en cuatro establecimientos y no
encontramos evidencia científica de la razón de
las muertes, ni cómo se hicieron los cortes que tienen
los animales. Ahora esperamos los resultados toxicológicos
y de histopatología para ver si aparecen elementos que
expliquen lo que por ahora no podemos explicar. "
"Le aclaro lo siguiente: ni esos cortes ni mucho menos
la muerte de las vacas ni las lesiones que observamos son producto
de animales de rapiña." "el animal fue
sacrificado o narcotizado seguramente con un elemento químico."
"Le insisto, para nosotros los casos tienen máxima
importancia: percibimos que está creciendo el miedo
en los campos y que empieza a haber una psicosis de envergadura.
Estamos preocupados."
¿Cómo se explica que dos días después,
el mismo funcionario aparezca rubricando la hipótesis contraria,
diciendo que las vacas murieron por enfermedades comunes y fueron
comidas por ratones? Eso si que es un verdadero enigma...
Hubo que esperar hasta el 1 de julio para que el SENASA difundiera
su informe definitivo, con pretensiones de "punto final",
donde se insiste en culpar a los animales predadores, entre los
que adjudican máxima responsabilidad al ratón
"hocicudo rojizo" del género Oxymycterus.
Los estudios técnicos también descartaron la presencia
de radioactividad y la acción de narcóticos sobre
los animales. Además se demostró mediante estudios
histológicos la ausencia de participación en los
cortes de elementos especiales (calor-cauterización).
El titular del SENASA, Bernardo Cané, ya distendido, expresó
en tono de broma "Descartamos a los marcianos, al pombero
y otras tradiciones rurales argentinas". El funcionario admitió
que los análisis de laboratorio dieron vuelta la postura
oficial del SENASA que, en un comienzo, creía que los carroñeros
no podían ser los causantes de las mutilaciones y que éstas
eran "intencionales". (Página 12, 02/07/02).
En otras palabras, "el que tiene vaca, se equivaca".
¿Ya terminó todo? ¿podemos irnos a dormir
tranquilos y archivar el tema confiando en que la culpa de todo
es del hocicudo rojizo?. La respuesta obligada es NO, queda sin
explicar por qué se acudió a una hipótesis
tan racional, tan sencilla, tan rastrera, recién a último
momento después de acrobáticos devaneos -en absoluto
innecesarios- por el terreno de lo sobrenatural. Entretanto varias
universidades ya están discutiendo la validez de las conclusiones
oficiales y quedan miles de personas con la sensación de
que la "verdadera verdad" ha sido, una vez más,
escamoteada y encubierta detrás de una explicación
simplista, en medio de una gran maniobra para distraer a la opinión
pública. Y, si el SENASA realmente tiene razón,
es hora de preguntar ¿quien habrá sido el asesor
que lo convenció a Felipe Solá de ir a ver unas
vacas comidas por los ratones?.
En las pampas argentinas, el estudio oficial ha concluido, y con
él un nuevo gran mito acaba de nacer.
A diferencia
de muchos grandes enigmas, el de los platos voladores tiene una
fecha fundacional concreta: 24 de junio de 1947. Ese martes, cerca
de las dos de la tarde, un piloto civil estadounidense sobrevolaba
con su avioneta el Monte Rainier, Estado de Washington, cuando
su atención fue atraída por el paso de nueve objetos
volando en escuadrilla sobre las cumbres nevadas, con un rápido
movimiento de zig-zag.
Temiendo que tal vez fueran armas secretas rusas, Arnold aterrizó
impaciente por informar a los militares. No tuvo suerte, porque
las oficinas en Pendleton ya estaban cerradas, de modo que resolvió
contar su historia al periodismo. Los fotógrafos retrataron
a Arnold, de pie junto a su avión, con la vista clavada
en el cielo, aunque él curiosamente- fue de los pocos
que vio OVNIs mirando hacia abajo.
Sus nueve objetos tampoco eran discoidales, sino alargados a modo
de boomerang, pero se desplazaban como "platos lanzados contra
la superficie del agua" que picaban y rebotaban hacia arriba.
El redactor Bill Bequette hizo un abuso literario de esa descripción
y tituló su artículo con la frase platillos volantes.
El mayor mito tecnológico del siglo XX había recibido
su bautismo. Desde entonces, todo mundo comenzó a ver objetos
aéreos con forma de platillos.
Y se desató la fiebre, llovían las denuncias espontáneas
a los periódicos, las autoridades no sabían qué
responder, los científicos tampoco. El 6 de julio de 1947
hizo sus primeras declaraciones a The Columbus Citizen
el astrónomo Dr. Joseph Allen Hynek, quien luego sería
el principal asesor científico de la U.S. Air Force en
materia de OVNIs y más tarde colaborador de Spielberg en
el film "Encuentros Cercanos del Tercer Tipo" cuando
ya era la máxima autoridad mundial en el tema.
Hynek habló con la cautela y amplitud de pensamiento que
jamás abandonaría en su extendida carrera: "Los
misteriosos discos volantes que se asegura han sido vistos por
todos los Estados Unidos probablemente no sean objetos procedentes
del espacio exterior". "No he visto ninguno. Sin embargo,
-añadió- estoy muy interesado por tales informes".
Preguntado acerca de cómo convenía observar a los
discos volantes, Hynek dio detalles: "El testigo debería
observar cuidadosamente la trayectoria seguida por el objeto,
anotar las posiciones sobre el horizonte, desde dónde observó
el objeto por vez primera hasta donde lo perdió de vista.
Debería también intentar establecer su altitud y
velocidad", consejos que siguen vigentes y rara vez
son tenidos en cuenta-.
Según el periodista Alejandro Agostinelli, Argentina fue
de los primeros países en hacerse eco de los informes sobre
platillos volantes o "platos voladores", como se los
llamó aquí desde el comienzo. El 13/7/47 debutaban
en la ciudad de La Plata, ocasión en que "vecinos
de las calles 56 y 25 aseguraron haber visto una esfera rojiza
atravesando vertiginosamente el espacio" (Noticias Gráficas),
en tanto el redactor sumaba expectativas agregando que "esta
mañana, nomás, una voz masculina nos aseguró,
por teléfono, que acababa de pasar a la altura de Villa
Crespo otro plato volador".
El 23 de julio de 1947 se informaba que un zigzagueante disco
de luz viva atravesó la noche rosarina en menos de un minuto.
Cinco días antes, el diario El Liberal, de Balcarce, publicaba
el primer reporte detallado: Ramón Llobet, funcionario
del Ferrocarril Sud y siete agentes de policía, habían
visto un objeto rojizo que volaba a regular velocidad de oeste
a este, a las 6.08 de ese día, al que se agregó
más tarde una escuadrilla de 50 o 60 discos con una brillante
luminosidad roja que, esta vez, iban de Norte a Sur. El enigma
ya estaba entre nosotros, pronto la ola de los OVNIs salpicó
a Jujuy, Mendoza, Salta y diversas localidades bonaerenses.
Mientras en Estados Unidos estas noticias se transmitían
con expectante dramatismo, en los medios argentinos el tema era
abordado con mayor liviandad, claro testimonio de dos realidades
diferentes: Sobre los norteamericanos flotaba el fantasma de la
reciente guerra y el hongo de Hiroshima parecía proyectar
una sombra de culpa sobre sus cabezas. Argentina, en cambio, vivía
el período más pródigo del peronismo, aquel
de las grandes obras públicas y del viaje a Europa de Eva
Perón. Las noticias sobre platos voladores engrosaban la
sección "curiosidades" y se prestaban a la ironía.
El diario "Crítica" no dejaba pasar el tema para
hacer veladas alusiones a la figura presidencial. El 25 de julio
de 1947 publicó que un plato volador fue visto por un tal
"Juan Domingo Calabresi, hombre profundamente supersticioso
que trabaja como quintero en las proximidades del cementerio."
El mismo artículo menciona a un "Juan Arigues",
sin duda apócope de "Juan narigón".
"Además de algunos toques de picardía subraya
Agostinelli- los cronistas contagiaban un clima de suspenso, como
si esperaran una pronta develación del misterio. Esos redactores
jamás hubieran imaginado que el tema se extendería
hasta el presente".
El 8 de julio del '47, la epidemia mundial de discos furtivos
fue quebrada por un hecho increíble: Un platillo habría
caído en una granja cercana a Roswell, Nuevo México.
La Fuerza Aérea se apuró a desmentirlo al día
siguiente, explicando que solo eran restos de un globo meteorológico,
pero el teniente Warren Haught, de la base aérea de Roswell,
había afirmado que "la oficina de inteligencia del
Grupo Bombardero 509 de la Octava Fuerza Aérea, en Roswell
Army Air Field, tuvo la suficiente fortuna de obtener la posesión
de un disco volador gracias a la cooperación de los rancheros
locales".
Tampoco nadie imaginaba entonces que las furibundas polémicas
sobre ese caso iban a prolongarse hasta nuestros días,
hablándose desde extraterrestres cabezones que murieron
en el impacto hasta probables cohetes secretos con monos o maniquíes.
Echando más leña al fuego, una información
más recientemente desclasificada indica que en ese lugar
se habría ensayado un platillo volante americano con propulsión
nuclear, diseñado para salir de la atmósfera y luego
precipitarse sobre Rusia con cuatro misiles atómicos a
bordo.
Los OVNIs interesaban a los científicos y preocupaban a
los militares, algunos místicos proponían un contacto
telepático, el enigma de Roswell ya estaba instalado, el
clamor popular había jugado sus cartas a la idea -más
cercana al deseo que a los datos tangibles- de que estábamos
siendo visitados por seres extraterrestres preocupados por nuestros
ensayos nucleares y todo esto apenas 20 días después
de la primigenia observación de Arnold.
Aunque los informes se multiplicaron geométricamente, nadie
volvió a ver esos objetos de Arnold, en cambio se multiplicaron
las denuncias sobre discos en el cielo. Sumándose al excelente
trabajo de investigación histórica del Sign Historical
Group <www.project1947.com/shg/>, James Easton ha
propuesto, con argumentos valederos, la hipótesis de que
Arnold pudo haber visto, en realidad, una bandada de pelícanos
planeando suavemente sobre las cimas. <http://web.ukonline.co.uk/voyager/>
Entrentanto, ajeno a estos devaneos intelectuales, el misterio
contemporáneo de los platillos volantes continúa
desplegando su formidable saga que enciende acalorados debates
a 55 años de aquellos lejanos acontecimientos.
Mitos del Milenio es un sitio
editado en la ciudad de Buenos Aires. Como se sabe, Argentina
es un país que en los últimos meses fue escenario
de violentos desbordes sociales, recambió cinco presidentes,
devaluó bruscamente su moneda, impidió a los ahorristas
retirar sus depósitos bancarios, un país donde cada
día hay más pobres y desempleados, en el marco de
un generalizado descreimiento popular acerca de los dirigentes
políticos
En ese contexto, es perfectamente lícito preguntarse si
quienes hacemos sitios como éste, que hablan de apariciones
sobrenaturales, creencias y mitos, somos ajenos a esa tragedia
cotidiana. ¿Vivimos en una burbuja de cristal donde nada
nos salpica? ¿escapamos de la realidad? La respuesta necesaria
es NO, los integrantes de este equipo también padecemos
la misma situación injusta e inmerecida de nuestros compatriotas
y luchamos para sobrellevarla de la mejor manera posible.
Y una de las mejores maneras de hacerlo es proseguir las metas
trazadas con el mismo compromiso de siempre, sin dejar que la
vorágine que arrasó nuestras economías nos
despoje también de nuestros sueños. Las 40.000 visitas
que ha superado nuestro sitio indican que la realidad no se agota
en los titulares tremebundos de la prensa, tenemos el derecho
a pensar y a creer en cuestiones que avancen más allá
de lo que se nos quiere imponer en aras de un pragmatismo mal
entendido. Pongamos un ejemplo extremo: la creencia en un animal
mitológico moderno, como el chupacabras, acaso puede ser
mucho más duradera que la creencia en un "perfecto"
plan económico elucubrado en Harvard o Chicago.
Como cantaba Joaquín Sabina "Hoy el diario no hablaba
de ti ni de mi". El pensamiento popular es necesariamente
refractario al discurso oficial de turno y siempre encuentra resquicios
por donde filtrarse. En los momentos de crisis social, como éste,
es previsible que afloren con inusitada energía las creencias
más relegadas, las más combatidas por la ciencia
y la religión, al activarse la tendencia psicológica
de regresión a lo arcaico como mecanismo defensivo ante
una agresión externa que aparece como masiva e incontrolable.
Y, por fin, nuestro sitio habla de mitos, en el sentido más
optimista del término, habla de mitos actuales y vivientes,
defendidos por millones de personas en el mundo, mitos que sufren
mutaciones cada día impregnando las nuevas creencias de
nuestra cultura. Los mitos son el aliento de las civilizaciones,
el sustrato imaginario que empuja la productividad de los pueblos,
por eso las pirámides egipcias o mayas testimonian las
creencias espirituales de esas culturas antes que su actividad
mundana o comercial. Sabemos poco de sus habitantes, de su vida
diaria, de sus odios y sus amores, en tanto tenemos monumentales
referencias sobre sus extraños dioses, que nos parecen
tan ajenos a nuestro modo de pensar actual. Es que las obras perdurables
de la humanidad fueron inspiradas por grandes mitos. Japón
construyó su mito de nueva nación-potencia luego
de haber sido materialmente destruido durante la Segunda Guerra,
hasta con dos bombas atómicas. Y hoy se ven los resultados
de ese pueblo laborioso encauzado tras un mito rector.
Lo único que necesitan los grupos humanos para alcanzar
su plenitud es un mito compartido que sustente sus actos, un imaginario
colectivo modelador de conductas, cosa que no tiene un valor financiero,
no la enseñan los economistas, no cotiza en Bolsa. Toda
idea de futuro es, per se, pura fantasía, sin pruebas materiales
ni referencia escrita alguna. Sin embargo, los pueblos que avanzan
se aferran a un imaginario de futuro hasta hacerlo realidad. Con
esa premisa, sigamos construyendo los Mitos del Milenio.
La aparición de Internet, y su geométrico crecimiento,
constituye uno de los más poderosos avances humanos en
los últimos años. Si nos referimos a los particulares
temas de estudio que aborda Mitos del Milenio, Internet facilitó
muchísimo el acceso a la información y aceleró
el intercambio de mensajes entre investigadores geográficamente
alejados. Antes, cuando nadie imaginaba la existencia de buscadores
robot surfeando entre millones de documentos virtuales, el tortuoso
camino era visitar personalmente bibliotecas, librerías
o archivos hasta conseguir la información requerida y luego
compartirla con los colegas por el correo postal, que con
suerte- solía demorar unos 15 días en la entrega
de una carta.
Todo eso parece pertenecer a un tiempo remoto pero no ha pasado
una década desde que Internet se instaló de modo
efectivo entre nosotros, y esa intrusión vertiginosa trajo
consigo previsibles desajustes e insospechables efectos secundarios.
La mayoría de los estudiosos aprovechamos muy parcialmente
las potencialidades de Internet, ahora la comunicación
entre países es casi instantánea, pero no estamos
preparados para sacarle el máximo provecho a esos intercambios;
falta aún desarrollar softwares especiales para analizar
y clasificar información científica (en tanto hay
un feroz desarrollo informático en los rubros comerciales
y de juegos, por ejemplo); además la cotidianeidad del
imeil junto a su lenguaje coloquial, lo privan de esa cuidada
elaboración formal que tenía la correspondencia
ordinaria y que dio lugar a la conservación de "cartas
célebres" de todas las épocas, con memorables
pensamientos. ¿Cómo serán los imeils que
perduren para la posteridad? ¿cuantos lúcidos pensamientos
serán sepultados en el olvido tras ser devorados por un
virus villano?.
A diferencia de los libros, -de los cuales siempre se puede localizar
una copia, por raros que fueran- los sitios web son volátiles,
mutantes, inestables, y aquella dirección tan interesante
que fue visitada el mes pasado, mañana puede mostrar en
la pantalla la cruda leyenda "not found" sin la menor
pista acerca de que cosa pasó con ese sitio. Por ejemplo,
en varias bibliotecas privadas argentinas puede encontrarse el
libro "El misterio de los platos voladores" (Cristian
Voght, Ed. La Mandrágora, 1956). En cambio, si buscamos
al primer sitio web argentino sobre el mismo tema ("Ufozone
BBS" del ufólogo bonaerense Luis E. Pacheco) será
difícil reconocer los contenidos originales que atesorarían
ese poco o mucho valor histórico- tras las sucesivas actualizaciones
de su editor, quien además ha comunicado su decisión
de desactivarlo para siempre. ¡Y está en su natural
derecho!. El fenómeno de la inestabilidad del material
en la red preocupa tanto que ya hay varias empresas internacionales
desarrollando bancos de datos que resguardarán los principales
archivos que han sido suprimidos para luego abrir un portal que
permitiría "navegar en la web de 1998", por ejemplo,
donde se podrá encontrar exactamente los mismos materiales
que estaban publicados por entonces.
Internet es una herramienta maravillosa, nos seduce con su ilimitada
gama de posibilidades creativas, de comunicación y de conocimiento,
pero también nos atiborra con información sucia,
con imeils jamás solicitados, con virus peligrosos, lo
que se traduce en tiempo de vida perdido en ocupaciones indeseables.
Aquellos que investigamos con honestidad intelectual los OVNIs
y lo paranormal deberemos, más temprano que tarde, converger
en actividades compartidas horizontalmente entre sitios afines,
incluso formar agrupaciones de webs para el logro de metas comunes.
Las posibilidades son inmensas: crear listas de correo, teleconferencias
y foros sobre temas cada vez más específicos que
apunten al trabajo compartido, diseñar nuevas formas de
almacenar y compartir archivos, consensuar criterios para filtrar
la información contaminada, promover la publicidad y la
prensa internacional de sitios o de determinados eventos que merezcan
destacarse, y un largo etcétera. La tecnología está
disponible para hacerlo ya mismo, solo falta la voluntad humana
de promover proyectos en esa dirección, cualesquiera que
fueren, que no dependan del monopolio de un portal sino de la
relación amigable entre pares que participan de una misma
búsqueda.
Mitos del Milenio aborda con
afán investigativo el extenso temario que genéricamente
abarca "lo paranormal", las nuevas creencias, además
de todos aquellos fenómenos que parecen desafiar a la ciencia
y la fe ortodoxa.
Por razones de orden, sus contenidos están dispuestos en
cuatro secciones principales: Parapsicología, Mística,
Hechos Increíbles y OVNIs, además de la muy visitada
sección Noticias que se actualiza periódicamente.
La filosofía del sitio es difundir información veraz,
confiable, de fuente conocida, con datos que puedan ser útiles
a los investigadores, a los universitarios y a todos los interesados
en estas temáticas, para lo cual se brinda un nutrido repertorio
de enlaces, una suerte de faro para la navegación hacia
los posibles destinos que busca el visitante, a diferencia de
muchas webs que solo incluyen algunos mezquinos links a los sitios
de sus amigos íntimos.
Mitos del Milenio tampoco deslumbra con efectos especiales, anuncios
sensacionalistas, publicación de imeils-cadena conspiranoides
o sospechosos videos de autor desconocido. Dicen los expertos
en informática que Internet cumple con la Ley de Sturgeon,
según la cual "el 99% de cualquier cosa es basura"
y ese porcentaje amenaza con ser aún mayor en los terrenos
que transitamos. Los navegantes advertidos ya se cansaron de ver
tanta pirotecnia electrónica revoloteando en la pantalla,
porque en definitiva buscan caminos que lleven al conocimiento,
buscan datos concretos, buscan respuestas interiores, buscan eludir
las garras de charlatanes advenedizos que acechan detrás
de vistosos portales repletos de seudociencia mercantil.
Y, aunque este escenario pareciera umbrío, lo más
maravilloso, palpable cada día, es que a la gente no hay
que explicarle absolutamente nada, cada quien sabe desde donde
viene e intuye bien hacia donde va. Nos ha sorprendido comprobar
que quienes se contactan por primera vez con Mitos del Milenio
suelen iniciar el diálogo con consultas muy personales,
directas, como si tuvieran la certeza de que van a ser escuchados,
de que merecerán una respuesta apropiada, y luego de ese
primer encuentro suelen permanecer como amigos reunidos por un
tema en común, aunque habiten en lugares muy distantes
y sin haber tenido la posibilidad de verse cara a cara.
Esa hermosa realidad resume los objetivos del sitio: Construir
un nexo, un puente, un vínculo, entre personas que desean
tener acceso a un saber que no está de oferta en los mercados,
que es cuestionado por las religiones tradicionales y que las
universidades no enseñan.
Sigamos caminando juntos.
En octubre de 1976, el Lic. Guillermo
C. Roncoroni fundó en Buenos Aires la Comisión de
Investigaciones Ufológicas (C.I.U.), entidad que prosigue
actualmente el rumbo trazado por su creador, abocándose
al estudio científico de los variados aspectos que abarca
la temática OVNI.
La C.I.U. editó durante más de una década
la revista UFO PRESS, cuya calidad de contenidos fue ampliamente
valorada por ufólogos de Latinoamérica y España.
En 1978 elaboró el ARGENCAT, primer análisis estadístico
por computación sobre OVNIs realizado en la Argentina.
Declarada representante de CUFOS (EE. UU.), la C.I.U. tuvo el
privilegio de contar como huésped al Dr. Joseph Allen Hynek
considerado el padre de la ufología científica-
durante las visitas que el meritorio astrónomo realizó
a Buenos Aires en 1980 y 1982. En 1988 la Comisión redactó
una Guía de Procedimientos para la Recopilación
de Datos de Experiencias OVNI y en 1999 lanzó el sitio
de Internet Mitos del Milenio, su actual medio de expresión
de contenidos e ideas.
Desde 1976 hasta la fecha, el equipo de la C.I.U. continúa
su tarea de investigación con ritmo sostenido, en un trabajo
profesional, interdisciplinario, necesariamente silencioso, porque
toda investigación seria más aún en
un tema donde predomina tanta irracionalidad- requiere abordar
con cautela múltiples aspectos que involucran interconsultas
con especialistas, búsquedas bibliográficas, estudios
de campo, etc. antes de arribar a conclusiones que puedan ser
útiles para el avance del conocimiento. Como muy bien escribió
el Dr. Oscar A. Galíndez hace más de un cuarto de
siglo "no estamos embarcados en una carrera alocada cuya
meta inmediata sea contabilizar primicias y, la mediata, la de
impactar al lector con un manejo indiscriminado de información
muy reciente."
Una red internacional de colegas investigadores, a través
de Internet y otros medios, como el "colegio invisible"
que describió Hynek- comparten permanentemente calificadas
aportaciones que contribuyen al esclarecimiento de los temas en
estudio y continúan engrosando los archivos de la C.I.U.
con información actualizada y veraz.
Muchas personas, conocedoras de esta actividad, se contactan con
Mitos del Milenio con el deseo de comunicar sus observaciones
o experiencias "no convencionales" que los tuvieron
como protagonistas, y suelen ser los primeros en requerir, por
motivos obvios, el secreto de su identidad. Los criterios de honestidad
profesional que sostiene esta Comisión protegen la solicitud
de privacidad a quienes brindan su desinteresado testimonio para
contribuir a resolver este fascinante enigma moderno, así
como se les trata de brindar un acompañamiento que les
ayude a elaborar el proceso de comprensión de su intensa
experiencia, de modo que puedan asimilar sus enseñanzas
e integrarlas positivamente a la vida cotidiana.
A todos, simplemente gracias.