LITURGIA SACRAMENTAL

1. La Penitencia. 2. Rito de la Penitencia como Sacramento. 3. Formulario que puede
observar el penitente. 4. Rito de la Extremaunción. 5. Preparativos en la habitación del
enfermo para la Extremaunción. 6. Ritos complementarios. 7. Auxilio a los enfermos. 
8. El Orden Sagrado. 9. Ceremonias. 10. Descripción de los diversos Órdenes. 
11. El Matrimonio. 12. Ceremonias del matrimonio. 13. Misa de velaciones. 

LA PENITENCIA

1. La Penitencia.   

   La Penitencia es un Sacramento instituido por Nuestro Señor Jesucristo para perdonar los pecados cometidos después del Bautismo.
    Jesucristo instituyó el Sacramento de la Penitencia a modo de un juicio; el confesor es el juez, el penitente es el reo y el testigo a la vez, y los pecados que el penitente confiesa son la materia del juicio. Cuando el sacerdote-juez ha oído los pecados al penitente, es cuando puede juzgar si está en condiciones para que se le perdonen o no los pecados. De aquí que sea necesaria la confesión, pues sólo diciendo sus pecados el penitente es como puede conocerlos el sacerdote.
   La materia remota del Sacramento de la Penitencia son los pecados que se confiesan. Materia necesaria, que hay obligación de confesar, son los pecados mortales cometidos después del bautismo y aun no confesados. Materia libre, que no es necesario confesa, pero que es suficiente para el valor del sacramento, son los pecados mortales ya confesa dos y los pecados veniales. 
   La materia próxima son los actos del penitente, es decir, la confesión, la contrición y la satisfacción de sus pecados.
   La forma es la sentencia de absolución que el sacerdote pronuncia: Yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

2. Rito de la Penitencia como Sacramento.

   El rito de la Penitencia como Sacramento comprende dos partes esenciales: la acusación que hace el penitente de todos sus pecados no perdonados y la absolución que da el sacerdote mientras impone las manos y pronuncia la forma sacramental: Yo te absuelvo de tus pecados, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Así sea.

3. Formulario que puede observar el penitente.

   El Ritual no prescribe formulario alguno. Puede el penitente observar el siguiente: Hecho el examen de conciencia y rezado el y Yo pecador se acerca al confesionario y de rodillas hace la señal de la Cruz y saluda con el Ave María Purísima. Recibida la contestación del confesor, el penitente manifiesta el tiempo transcurrido desde su última confesión; si cumplió o no la penitencia que le fue impuesta; si calló por olvido o vergüenza algún pecado en confesiones anteriores. Empieza la acusación diciendo: Me acuso, Padre mío, de...
  
(Es de aconsejar, para proceder con orden, seguir los Mandamientos aunque sin recitarlos).
   Terminada la enumeración de sus culpas, dice el penitente: Me acuso de todos mis pecados, de aquellos de o no me acuerdo, como también de todos los de mi vida pasada y, en particular, de los que he cometido contra tal mandamiento. Pido por ellos perdón a Dios, y a vos, Padre mío, penitencia y absolución. Debe escuchar con atención las amonestaciones del confesor y contestar con sinceridad a sus preguntas, y, aceptada la penitencia, reza el acto de contrición, excitándose a dolor, mientras recibe la absolución.
   Finalmente se retira a cumplir la penitencia.

EXTREMAUNCIÓN

   Es capaz de recibir este sacramento toda persona bautizada llegada al uso de razón,. que se halla en peligro de muerte, por enfermedad o vejez.
   La Extremaunción quita las reliquias del pecado, da gracia para resistir las tentaciones y sufrimientos, y alguna vez da salud al enfermo si le conviene.  

 4. Rito de la Extremaunción.

   El rito del Sacramento de la Extremaunción es el siguiente:

  • a) Revestido el sacerdote de sobrepelliz y estola morada, dice: La paz a esta casa y todos sus moradores, y da a besar al enfermo la Cruz.

  • b) Rocía al enfermo, la cama en que yace y a los circunstantes con agua bendita.

  • c) Confiesa al enfermo, si lo pide, y le instruye sobre la virtud de este Sacramento, consolándole con la esperanza del cielo.

  • d) Reza tres hermosas oraciones, pidiendo la bendición y protección del Señor sobre todos los moradores de la casa y la presencia del Ángel Custodio, y dicho el Yo pecador, da la absolución.

  • e) Recomienda a los presentes que oren por el enfermo y reciten las letanías de los Santos y otras preces. f) Impone la mano derecha sobre la cabeza del enfermo, mientras reza una oración, pidiendo cese el poder del infierno.

  • g) Unge los órganos de los cinco sentidos: ojos, orejas, nariz, boca, manos y pies, mientras pronuncia las pa labras de la forma: Por esta santa unción, y por su piadosísima misericordia, te perdone el Señor lo que pecaste por la vista... (oído, nariz). Así sea.

  • h) Termina con tres oraciones pidiendo al Señor apli que al enfermo los efectos del Sacramento.

   Materia de la Extremaunción es el Santo Óleo bendecido por el Obispo o por el sacerdote autorizado por el Papa.
   Forma, son las palabras que dice el sacerdote cuando unge los sentidos del enfermo: «Por esta santa unción y su piadosa misericordia te perdone el Señor cuanto has pecado por la vista... (por el oído, por el olfato.. por la lengua, por los pasos). Amén.

5. Preparativos en la habitación del enfermo para la Extremaunción.

   Según el Ritual, en la habitación del enfermo que ha de recibir la Extremaunción se ha de prepa rar lo siguiente: una mesa cubierta con lienzo blanco, y sobre ella el Crucifijo, una vela encendida, un platito o bandeja con seis bolitas de algodón, otro platito, con una miga de pan, una palangana con agua y su toalla.
   El agua con que se lavó el sacerdote las manos y las migas de pan se echarán al fuego.              

6. Ritos complementarios.

  •   a) La bendición apostólica "in articulo mortis", que puede darse a los enfermos graves en estado de gracia y que acepten generosamente la muerta.

  • b) La Recomendación del alma, que se hace cuando el enfermo ha entrado ya en la agonía.

7. Auxilio a los enfermos

   De que un enfermo reciba o no los últimos sacramentos puede depender su eterna salvación.
   Cuiden los que rodean al enfermo y sobre todo las personas de la familia, de que reciba los Sacramentos. Es la mayor obra de caridad que se le puede hacer.
   Acoja el enfermo con gozo la visita del Sacerdote como de un enviado del buen Dios, y si puede el mismo enfermo pida los auxilios de la religión.

   En el momento de morir se ha de procurar que no falte al enfermo la asistencia del Sacerdote para que le aplique la Bendición papal, con indulgencia plenaria, y le haga la recomendación del alma. 

8. ORDEN SAGRADO

   El Sacramento del Orden es un rito sagrado por el cual se confiere a los Ministros de la Iglesia la potestad de ejercer las sagradas funciones y se les concede la gracia para ejercerlas debidamente. El sacramento del Orden tiene siete grados, llamados Órdenes.
   No puede un mismo candidato recibir todos los Ordenes en un día. Deben guardarse, entre un Orden y otro, los espacios de tiempo que ordenan los cánones y crea conveniente, el Obispo.
   Cada Orden tiene un rito propio.
   Unas Órdenes se llaman Menores y otras Mayores. Menores son: el Acolitado, el Exorcistado, el Lectorado y el Ostiariado.
   Mayores son: el Subdiaconado, el Diaconado y el Presbiterado. El Presbiterado y el Diaconado son sacramento, pero no los otros Ordenes.
   El Episcopado no es Orden distinto del Presbiterado, sino un complemento del mismo, y la plenitud del Sacerdocio.

9. Ceremonias

   El Obispo entrega al subdiácono en la ordenación el libro de las Epístolas; sobre los diáconos hace la imposición de manos y le entrega el libro de los Evangelios; y a los presbíteros les entrega el cáliz con vino y la patena con hostia diciendo: «Recibid la potestad de ofrecer sacrificios a Dios y de celebrar Misas por los vivos y difuntos, en el nombre del Señor. Amén.»
   La consagración de un nuevo Obispo la hace un señor Obispo, ministrado por otros dos.

10. Descripción de los diversos Órdenes

   La tonsura no es Orden, sino una ceremonia por la que el seglar se hace clérigo y se prepera para las Ordenes.
   El ostiario tiene facultad de admitir en el templo al que es digno de estar allí, y de expulsar a los indignos.
   El lector puede; leer públicamente los libros sagrados y enseñar la Doctrina Cristiana a los fieles.
   El exorcista está facultado para arrojar los demonios, mediante los exorcismos.
   El acólito preparar lo necesario para la Misa y ayuda al celebrante.
   El sub diácono canta la Epístola en la Misa, solemne.
   El diácono viste al Sacerdote en la Misa solemne, y canta el Evangelio. También está facultado para predicar, bautizar y dar la Comunión.
   El Sacerdote puede perdonar los pecados, celebrar la Santa Misa y administrar los demás Sacramentos, excepto el del Orden y de la Confirmación, que están reservados a los Obispos.
   El Obispo tiene la plenitud del Sacerdocio, y puede conferir todos los Sacramentos.

11. EL MATRIMONIO

   El Matrimonio es el Sacramento que une al hombre y a la mujer, les confiere gracia para formar juntos una familia y para educar cristianamente a sus hijos.
   Dios instituyó el matrimonio en el Paraíso, cuando bendijo a Adán y Eva, diciendo: "Creced y multiplicaos y llenad la tierra". Cristo elevó el matrimonio a la dignidad de sacramento.
   Ministros del sacramento del matrimonio son los esposos que lo contraen. No puede haber matrimonio de cristianos que no sea también sacramento.

El Párroco o delegado

Sólo la Iglesia puede determinar la forma en que se ha de contraer matrimonio. La Iglesia manda que se celebre ante el Párroco o sacerdote delegado y dos testigos. De no hacerlo así, el matrimonio es nulo. Si no hay Párroco o sacerdote delegado que pueda asistir al matrimonio, se puede celebrar ante dos testigos: 

  • 1°. en el artículo de la muerte (in articulo mortis); 

  • 2°. Cuando tal estado de cosas se juzga que ha de durar por lo menos un mes. Tal caso puede ocurrir en un país en que sean perseguidos a muerte los sacerdotes. (Can. 1098.)

   Todos pueden contraer matrimonio, excepto aquellos que tengan impedimento canónico, o sea que la Iglesia se lo ha prohibido porque así lo exige el bien de la sociedad.
   El matrimonio es sacramento de vivos, por lo que los que se casan han de estar en gracia de Dios. Es práctica que los novios confiesen y comulguen antes de casarse.

12. Ceremonias del matrimonio.    

   Comienza el acto con una exhortación a los esposos, recordándoles sus obligaciones. Que críen hijos para el cielo se les dice con estas palabras: «Procuraréis dejar herederos, no tanto de vuestros bienes, cuanto de vuestra fe, religión y virtud». Los casados se han de conformar con los hijos que Dios les dé, sean pocos o muchos.
   Ayuda mutua. Luego les dice el sacerdote que se ayuden el uno al otro «a sobrellevar las incomodidades de la vida y flaquezas de la vejez». Por último les dice que se amen y "sean fieles y que se amen entre sí.
   Se bendicen los anillos y el sacerdote lo pone al marido, y éste a la mujer, significando que el matrimonio no puede romperse.

13. Misa de velaciones.

   Es la que se celebra después de la boda, pidiendo a Dios gracias para los recién casados, y estos reciben la. bendición nupcial. Suele ponérseles sobre los hombros un velo blanco, a manera de yugo, para significar que en adelante debe ser la misma suerte de los dos.

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