Culto de latría(1) se tributa a Dios en
el misterio de la Santísima Trinidad, y a cada una de las tres divinas
personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo. También es digno de culto de latría Jesucristo, Dios y hombre verdadero, pues aun cuando tiene dos
naturalezas, divina y humana, existen en unidad de persona, y ésta es divina,
la segunda de la Santísima Trinidad.
Todo el año eclesiástico se endereza a la glorificación de a
Santísima Trinidad, poniéndonos ante los ojos el amor del Padre que por nuestra salvación
entregó a su Hijo unigénito, el amor de Hijo que en la Encarnación se hizo
nuestro hermano y derramó su sangre por salvarnos; y el amor del Es píritu
Santo que vino a nosotros y nos santifica mediante la infusión de la gracia en nuestras almas. Por eso
el primer
domingo después de Pentecostés celebramos la fiesta de la Santísima Trinidad,
que es como cifra y resumen de las que dedicamos a honrar al Padre, al Hijo y al
Espíritu Santo.
CULTO
A JESUCRISTO
El culto a N. S. Jesucristo podemos
considerarlo bajo tres aspectos
diversos:
culto a Jesús Sacramentado, culto al Corazón de Jesús y culto a la Pasión del Señor.
2. Culto al Santísimo Sacramento.
Numerosos son los actos de culto que la Iglesia dedica a Jesús Sacramentado. Citemos la. visita al Santísimo Sacramento,
ora reservado en el tabernáculo, ora solemnemente expuesto a la adoración de
los fieles; las Cuarenta Horas, que son una exposición solemnísima, de varios
días
que nos recuerda el retiro de Jesús en el desierto, y a Jesús muerto y
encerrado en el sepulcro. El culto de las Cuarenta Horas lo comenzaron los P. P.
Jesuitas en Italia para contrarrestar los escándalos de los mundanos en los días
de Carnaval.
Hasta el siglo XIII no se dio un culto especial al
Santísimo Sacramento, fuera de la Santa Misa, con la Comunión y el Monumento de
Jueves Santo. Pero, a principios de ese siglo, se instituyó La fiesta del Corpus debida a
la religiosa Sor Juliana del monasterio de Monte Cornillón, cerca de Lieja. Se
encontraba esta virgen en oración cuando fue favorecida del cielo con esta
visión: se le representó la luna como un globo que brillaba con extraordinaria
claridad, excepción hecha de un punto que se presentaba borroso.
Juliana no comprendió la visión y pedía con insistencia al Señor que le
manifestase su significado. Dos años más tarde se le reveló el alcance de la
visión. La luna representaba el ciclo anual de las festividades cristianas que
vienen a iluminar las tinieblas de nuestro destierro, y el punto borroso indicaba
la falta de una fiesta dedicada exclusivamente a honrar al Santísimo
Sacramento. El día de la institución de la Eucaristía fue el Jueves Santo
pero ese día, aun cuando se hace conmemoración en la Misa, está dedicado
a recordar los tristes misterios de la
Pasión del Señor.
El Papa Urbano IV estableció la fiesta del Corpus, y Santo Tomás de Aquino compuso el oficio, que es considerado como la perla de la
liturgia romana. Es un drama sagrado en que Santo Tomás canta el misterio de
la Eucaristía con dulzura y belleza incomparables. La procesión del Corpus, en
la que Jesús oculto en la Sagrada Hostia recorre calles y plazas entre cánticos
y flores, es un triunfo de Jesús sobre el
mundo visible que le aclama. el Obispo de Lieja (Bélgica), con
motivo de las visiones de Santa Juliana, priora del Monasterio de Monte Cornillón,
instituyó para su diócesis la festividad del Corpus, y pocos años
después el Papa Urbano IV la ordenó para toda la Iglesia.
La procesión solemne de este día
apareció un siglo después. La exposición y bendición del Santísimo, como las
Cuarenta Horas, surgieron como una protesta de la presencia real negada
por los protestantes.
Está mandado que en todas las
Parroquias esté erigida la Cofradía del Santísimo Sacramento. (Minerva).
3. Culto al Sagrado Corazón.
Es
el culto que se tributa a la persona de Jesucristo, todo amor y no amado, bajo
el tierno simbolismo Del Corazón. Por Corazón
de Jesús en sentido material entendemos el mismo corazón de carne de Jesús,
aquel corazón que, como todo el cuerpo de Cristo, fue formado por el Espíritu Santo en las purísimas entrañas de
María Santísima.
En sentido espiritual el
Corazón de Jesús significa el amor inmenso que ardía en aquel divino corazón,
amor hacia su Padre, cuya gloria buscaba en todas las cosas, y amor hacia todos
los hombres, con quienes estaba unido por los lazos de la más dulce fraternidad. Del Corazón de Jesús nos
hablaron en la Edad Media San Bernardo, San Buenaventura y otros; propagaron su devoción Santa Matilde y Santa Gertrudis; pero en el
siglo XVII se
aparece Jesucristo a Santa Margarita María de Alacoque y El mismo le indica cómo
quiere ser venerado y el día en que debe celebrarse la festividad.
León XIII, en Annum Sacrum, dice que en la devoción al
Sacratísimo Corazón de Jesús se han de cifrar todas nuestras esperanzas en
los actuales tiempos
4. Origen de la devoción al
Corazón de Jesús.
Un día en que San Juan Evangelista se apareció a
Santa Gertrudis, ésta le preguntó: «¿Por qué, habiendo apoyado su cabeza en
el pecho de Jesús en la última cena, nada había escrito para nuestra enseñanza sobre los movimientos del Sagrado Corazón?». A lo
cual respondió
San Juan: «Yo estaba encargado de escribir para la Iglesia naciente la palabra
del Verbo increado de Dios Padre, pero la suavidad de los movimientos de este Corazón
reservóse el Señor darlos a conocer en los últimos tiempos, a fin de reanimar
la
caridad en el mundo, que se hallará notablemente resfriada».
Estos tiempos de poco amor a
Dios llegaron, y El, en su misericordia, quiso mostrarnos las riquezas de su corazón, para
animarnos a amarle.
Era en el siglo XVII, cuando un día de la Octava del Corpus, estando Santa Margarita María en oración ante el
Santísimo Sacramento quedó arrobada en espíritu y se le apareció Jesucristo
visiblemente, el cual, mostrándole su Corazón rodeado de llamas, con la llaga
abierta, coronado de espinas y con la cruz saliendo de su interior, le dijo: «He
aquí este Corazón, que tanto ama a los hombres y no desea sino ser amado.
Quiero que esta imagen de mi Corazón sea expuesta a la mirada de los
hombres, para ablandar su insensibilidad. Esta devoción es el último esfuerzo
de mi amor».
La devoción al Corazón de Jesús se extendió pronto
por Francia, donde tuvo lugar la aparición, y después se extendió por el mundo
entero.
Promesas muy regaladas hizo el Corazón de Jesús a Santa Margarita
en favor de sus devotos, siendo de excepcional importancia la que
anuncia que los que comulguen nueve primeros viernes de mes en honor del Deífico
Corazón; no padecerán las penas del infierno. También prometió la paz a
las familias en que reine esta devoción, y que había de bendecir las casas
en que la imagen de su Corazón sea expuesta a la adoración.
5. La pasión y muerte de Jesucristo.
La pasión y muerte de Jesucristo debe ser objeto constante de
meditación por parte de los cristianos. La contemplación de los dolores y
tormentos de Jesús nos enseñará cuanto le hemos costado, nos moverá a
amar a tan in signe bienhechor, Y nos dará fuerzas para resistir a las tentaciones, para no pisotear con el pecado la sangre que Jesús
vertió por nuestro bien.
La escultura religiosa. se ha esmerado en presentar la imagen doliente
de Jesús
en la Cruz. Son muchos los crucifijos de gran devoción extendidos por todos
los templos del mundo.
Se recuerda la Pasión del Señor con el ejercicio del Vía Crucis (camino
de la cruz), al cual han concedido muchas indulgencias los Romanos Pontífices.
Son numerosos los cristianos que tienen la
devoción de ir a Jerusalén y recorrer piadosamente los lugares en que Jesús
padeció por nuestra salvación.
De manera parecida el Vía Crucis tiene, por
objeto avivar la memoria de los sufrimientos del Salvador, desde que fue
condenado a muerte por Pilatos hasta que su sagrado cadáver recibió sepultura.
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