18 de julio
SANTA SINFOROSA,
y SUS SIETE HIJOS,
M�rtires
Santa Sinforosa fue una matrona romana, mujer, cu�ada, y madre de m�rtires. Su esposo, san Getulio, que era tribuno militar, muri� m�rtir en la �poca de Adriano. Este matrimonio ten�a siete hijos varones cuyos nombres conserva la tradici�n: Crescencio, Juliano, Nemesio, Primitivo, Justino, Estacteo y Eugenio. La familia vivi� en Roma un tiempo, yendo y viniendo a las propiedades que el padre de familia, el tribuno Getulio-llamado tambi�n Zotico-, ten�a en T�voli. Dios les ha dado siete hijos; son familia cristiana y, en una casa bien dispuesta, llenan las horas del d�a viviendo en paz y armon�a entre trabajos y aprendizajes mezclados con juegos, gritos y rezos. El supersticioso emperador Adriano se ha convertido en un perseguidor cruel de los cristianos. Entre otros muchos, aprisiona a Getulio y a Amancio, su hermano, tambi�n militar. Prisioneros primero, acaban siendo decapitados en la orilla del Tiber.
Durante todo el tiempo de la persecuci�n,
Sinforosa ha salido con los suyos de Roma hacia T�voli y all� procura preparar a
sus hijos para la amenaza presente que se promete larga y que ya ha acabado con
la vida de su padre. Les habla del amor de Dios y del premio, de fortaleza y
fidelidad, de lealtad a Dios con las obras hasta la muerte como ha sido la
actitud de su propio padre. Tuvo que pasar oculta siete meses con sus hijos,
escondi�ndose cuando arreciaba la persecuci�n, por el temor a ser descubiertos,
en una cisterna seca, que siglos despu�s se mostraba a los visitantes. Sin
fingimiento in�til, prepara a sus hijos habl�ndoles del peligro que corren, de
los bienes futuros prometidos a los que son fieles y de la confianza en
Jesucristo; tambi�n les pone al corriente de la dureza que supone el martirio y
confiesa sus miedos ante la posibilidad de que claudique alguno de ellos. Todos
se proponen estar dispuestos a la muerte antes que adorar a los �dolos.
Sus hijos Crescente, Juliano, Nemesio, Primitivo, Justino,
Estacteo y Eugenio, j�venes y algunos ni�os, se resisten firmemente a sacrificar
a los dioses y aseguran con claridad ante el juez que se ha ofrecido con
promesas a hacer de padre y madre para ellos: "No seremos menos fuertes ni menos
cristianos que nuestros padres". |
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