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Carta a Marisol

 

Marisol: hoy es un día que me ha dolido mucho la cabeza, hizo bastante aire y algunos alumnos no asistieron a la escuela por falta de interés a las clases; para colmo de males una nube densa de tierra obstruía la luz del sol y la arena y viento flameaban mi cara, en el trayecto vi una lagartija que pretendía asolearse, un poco más adelante, en el huisache grande el mirlo, la alondra y la torcaza ya habían emprendido el vuelo en busca de refugio y a un lado en el estanque ¡cuas! El chapoteo de una rana con risa burlona se zambullía en el agua.

   Cuando te deje en casa ayer domingo estabas malita de un pie, desafortunadamente las otras enfermedades son para toda la vida. Cuando yo falte sin duda te seguirán cuidando tu hermana Icsel y tu mamá María Fé; pero te faltara ese apoyo que he sido para ti. Deseo de todo corazón cobren animo ante todas las adversidades, nos ha tocado vivir de esta manera, Dios que es justo te sabrá recompensar con creses por que lo mereces.

   Para tener tiempos mejores es necesario hacer buenos planes de vida, para que esos cuidados que tu necesitas se prolonguen para más tiempo, eres motivo de mi desvelo y preocupación; pero también eres motivo para que yo tenga vicios y me cuide. Hoy no entiendes casi nada y quisiera entrar en tu mundo para ser tu amigo y confidente, para entenderte y me entiendas, no dudes que estaremos contigo hasta que el cuerpo aguante, por esto roguemos a Dios nos sostenga para permanecer firmes.

   Este miércoles fue un día difícil en la escuela, a nuestro alrededor hay gente malvada, no existe punto cardinal por donde aparezcan como plaga, si nos descuidamos, un perro recibirá mejor trato, ellos se complacen en causarte daño, se alimentan haciéndote sentir mal; el día que no hacen tropezar a alguien, esa noche no duermen. Tu eres indefensa corres más peligro, muchos como una jauría de perros se volverán contra ti; ruego al Dios del cielo, al Dios del maíz, al que ha hecho todas las cosas buenas sea el quien sea el quien pague según la obra de estos canallas con altísimas intereses acorde a su forma de ser.

    Marisol, mi pequeña Marisol, te quiero mucho, tú bien lo sabes, ¿escuchas la lluvia?, la tormenta arrecia; pero después de ellas viene la calma y entonces tú y yo caminaremos de la mano por las verdes alamedas y te subirás a los columpios y resbaladillas y correrás contenta y te comprare una paleta de esas que tanto te gustan; mi gran deseo, mi sueño dorado es que dejemos este mundo tu y yo al mismo tiempo, no te sabes cuidar solita ¿habrá gente noble que te eche la mano? La adversidad y lo incierto de tu futuro me aterra; pero en estas circunstancias haremos de tripas corazón, la vida la luz y la claridad nos preemitirá tomar las mejores decisiones. Por lo pronto duerme tranquila, nosotros velaremos tu sueño.

 

Recibe este poema de amor, de quien te quiere  hasta que entierren nuestra sombra.

 

Gabriel (Vito) Vitela.

 

 

 

 

 

Con este amor me basta y sobra

 

Sabemos que Marisol tiene alma de niña de 20 años, sobre ella pesa una enfermedad terminal, pero el amor que profesa a chicos y a grandes no cabe en el horizonte, reparte besos y abrazos por igual, no tiene prejuicios ni distingue jerarquías sociales. Hace algunos días hospedamos a unas jovencitas que días lluviosos las vieron llegar a Manuela y a Elvira de Sinaloa, Saraí de Nuevo Ideal, Dgo. Y Maribel de CD. Juárez Chihuahua. Cuando ellas bajaban o subían la escalera de su habitación Marisol estaba atenta para recibirlas con abrazos y besos. A mí en muchas ocasiones me ha dicho “te quiero mucho”, verdaderamente resulta imposible cuantificar ese amor que regala esta persona tan especial, cuando eso me dice me siento insignificante y coloso a la vez. Es la única persona que me ha dicho “te quiero mucho” pero este amor me basca y sobra, con esto y el sol que cobija, los grillos que me arrullan la nube que es promesa, el instante que vivo con este hasta mañana Dios dirá no hace falta algo más para desafiar hasta al más pintado. Quiere que me la lleve al mar para jugar con las olas y recrearse con el vuelo de las gavietas, los dineros por más que los estiramos no alcanzaron, otra vez será y sólo que la mar se seque no me bañare en sus olas.

   Hoy me propongo disfrutar con lo que hago y escribir es una buena distracción aunque no sea elocuente con la pluma, se que tarde o temprano las ideas fluirán y puede que alguien muestre interés en lo que escribo, solo es cuestión de preservar un poco hasta despertar emociones y lectores hagan suyo lo plasmado en estos renglones. Quiero platicar de todo aquello que me mortifica y preocupa, la injusticia que cabalga en briosos caballos, la miseria, el sufrimiento de gente inocente, la despreocupación de muchos y de aquellos que tiran por la borda lo mejor de su existencia pareciera ser que muchos renegamos de la vida y que la estuviéramos segando a cada instante. Hace falta plantarnos sobre el suelo con los pies de plomo y vernos reflejados en todo nuestro andará para saber de donde venimos y a donde vamos y quienes en realidad somos, debemos agradar a nosotros primeramente, si agradamos primero a los demás puede que seamos unos farsantes y es doloroso engañarse a un mismo, podemos engañar a otros muchas veces como los buenos políticos durante muchos años y tu mentira tal vez sea coreada y aplaudida y tal vez te deje buenos dividendos, pero la frustración y los amargos recuerdos serán tus fieles compañeros. Si hoy te sinceras habrás ganado amigos que te den el corazón completo.

   Yo apisonaba algo mucha cuantía, pero lo deje ir. Se escapo de las manos como agua que se quiere recoger en canastos, eso era mi juventud, ahora me queda el recuerdo de aquellos días felices, me acompaña el camino recorrido y verdaderamente muchas cosas no valen la pena, lo verdaderamente importante es estar bien consigo mismo y con aquel que nos ha dado la vida, en este trajinar mucho es ficción que destella cosas falsas y superfluas, pocas son necesarias para ser felices.

    Cuando muera no quiero que mis restos descansen en una fosa oscura y fría, quiero donar aquello que sirva a otros: corneas, corazón, hígado, riñones; mí estomago no lo dono por que ahí el odio y coraje se hicieron grandes; el resto ya es polvo que sea regalado en los caminos como descendiente de gitanos ame la libertad, para que los niños en sus juegos infantiles me pisen, porque ellos con sus risas y llantos me arrancaron el corazón

 

Atentamente

Gabriel (Vito) Vitela.               

 

 

 

 

                                                                                                                         

Mis 2 primeros empleos

 

Con el andar de los años he trabajado con un sin fin de procuraciones, unas bien renumeradas y otras no, pero todas ellas han sido lícitas, solo que los dos trabajos de mi tierna infancia dejaron huella que el tiempo no podrá borrar.

   Aquella tarde de otoño yo había llorado por el baño de agua fría que me dio mi madre, me recreaba ver caer las hojas de los árboles, se deslizaban formando cabriolas y otras como un avión al aterrizar. Mi madre lavaba ropa y me acerque a ella a platicar, llegamos a la conclusión de que nuestra situación era más negra que era prototipo de Gabino Barrera, mamá tenía una enfermedad de larga duración y ya había puesto al mejor postor algunas propiedades y muebles habían ido a dar al remate, no podíamos echar mano de alguna cosa, la bancarrota era visible de cualquier ángulo.

   Dije: -Prepáreme un morral y así fue, además colocó sobre mi cabeza un bonete al estilo militar, dirigí los pasos hacía rumbo hacía la plaza principal y en el mercadito era el mandadero de los comerciantes del barrio; ellos, don Gonzalo Perales cubría mis honorarios con un trozo de carne de no muy buena calidad y don Alfonso Núñez con frutas y verduras que en ocasiones era necesario cortar aquello que no servía. Mamá hizo el comentario: “Mejor el más chico que los grandulones”, cosa que no me simpatizo porque mis hermanos se sintieron mal, si sentía orgullo de mi acción, porque es esos días no nos correspondía ayudar. Al poco tiempo mi progenitora ya se había ido al otro barrio y la abuela estaba pendiente de nosotros, un señor le hizo saber que necesitaba un sembrador, por consecuencia salte de gusto y todos los días como el hambre arreciaba, madrugaba y allá en su casa desayunaba; recuerdo que su esposa preparaba unas tortillas con nixtamal que molía en un metate y en un comal sobre una fogata las tortillas se cocían, que acompañados con unos frijoles sin freír y un café negro quedaba más que satisfecho. Después de comer nuestros sagrados alimentos nos dirigimos a labrar la tierra, al cabo de unas horas sus hijas y sobrinas ya casadas pero, muy jóvenes nos llevaban de come; platicaban conmigo si sabía o no sembrar, les mostraba el movimiento para depositar la semilla y por fin quedaban convencidas.

   En ese año de 1960 fue escaso de lluvias, el maíz no alcanzo a crecer y la cosecha nula; mis compañeros, que sembraban con sus padres por otra región si tuvieron producto y decían que por ser mal sembrador no había dado cosecha, me la creí por un tiempo y decía que malo he sido, por mi culpa este señor no va a tener maíz  para el año que entra, este sentimiento de culpabilidad se fue disipando conforme fui conociendo las causas del rotundo fracaso. Día con día cabalgamos sobre unos burros de la casa al lugar de labranza y por mala suerte unas burras se cruzaron por nuestro camino, salimos disparados sobre ellas y don Manuel Lerma dijo: -“agarrase y no se suelte”, la persecución se prolongo por un kilómetro y medio, desafortunadamente nadie presencio nuestra alocada carrera, salimos del panteón seguimos por la Matanza que aun quedaban ruinas, continuamos hasta el Rancho Blanco donde les dimos alcance  y para no ser indiscreto no menciono el desenlace. Por más que estirábamos el freno no se detenían, eran tan burro como unos burros que yo conozco; los aperos de labranza, semilla y mi patrón quedaron sembrados por el trayecto recorrido, él de rato llego golpeado y mallugado por las volteretas que dio al caer; se asemejaba al hombre de la triste figura.

   Otros personajes habían corrido con mejor suerte y de alguna forma fueron reconocidos y pasaron a la historia y yo también, solo que no tenía quien me instara a ser un fiero combatiente, el escenario era la vida y las circunstancias mi niñez a la que le faltaron juguetes y tiempo para la actividad pueril. Estoy agradecido con la vida porque aun hago sombra y no se por cuanto estaré dando lata, lo que si se es que estoy al pie del cañón y el fragor de la batalla no me ha doblegado.

 

   

Atentamente

 

Gabriel (Vito) Vitela

 

 

 

 

 

 

PERSONAJES DEL AYER

 

Quiero dedicar estos textos a aquellas personas que no tienen un foro o tribuna que los escuche, donde nuestra voz se rompe una y otra vez como las olas del mar, por mi mente se recrean frases y hechos de personas sencillas; pero sin la participación de estas no se concibe la historia.

Hace muchos años en la década de los 50, en la calle Independencia de mi pueblo natal, era costumbre que los domingos por la tarde se llevara a cabo una corrida de toros, en las propiedades de Don Chano Hernández había un espacio para que la fiesta brava mostrara todo su encanto; el cuarto de la tarde un toro moro jaspeado brincó las trancas y Salio a la calle haber que encontraba y como si fuera un ejemplar de Pamplona o de Huamantla embestía todo lo que se encontraba a su paso, por mala fortuna Hemigdio García (hoy ya entrado en años) se cruzo por su camino y lo persiguió por alameda y arroyo del Derramadero, le dio una zarandeada y para colmo de males hizo sobre él de sus necesidades, la policía montada comandada por Epifiano (Pifas) no lo podía someter, era  necesario un buen rejoneador: el toro encabritado se dirigió hacia unas casas humildes de carrizo y sácate y como si fueran molinos de viento que vio Don Quijote de La Mancha se lanzó con descubierto y El Realera, Don Cruz Martínez visitaba casa ajena, salio corriendo en situación comprometedora con los pantalones en la mano, el como buen fotógrafo le gustaría tener aquellas buenas tomas, desafortunadamente él uno de los protagonistas y no era conveniente posar el recuerdo en esas condiciones.

   En otra tarde de domingo como era costumbre en fechas conmemorativas se invitaba a Jesús Silva, un fino torero que en la parte baja del hotel Calderón, sus amigos, Don Julián Salas, su hija Yolanda y su esposa Doña Amelia, lo recibieron con beneplácito; ese día un toro asesino, cogió a un torero del cual nunca supe su nombre, lo sacaron hasta el hotel para darle atención medica, pero en el trayecto se desangro y perdió la vida ; muchos curiosos quisieron cerciorarse, por cientos Santos (El Perro) se perdió en los pasillos del hotel. El público no permitió que Jesús Silva toreara ese toro y al día siguiente la policía con un 3030 al hombro fueron a los corrales y como puesto el paredón, recibió su merecido.

   En mi infancia conocí a una persona que sin duda mucha gente aun la recuerda, tenía ojos azules,  de mirada  penetrante, la güera Natalia, confeccionaba muñecas de trapo, estas eran delgadas, largas, de material blanco y muy pintadas, sin temor a equivocarme se reflejaba en sus creaciones artísticas. Allá de vez en cuando a mis hermanas les compraban una muñeca, que por cierto al jugar con ellas recreaban muchas escenas y cobraban vida: pienso que muchas niñas de aquel tiempo, ahora son abuelas y bisabuelas tuvieron algunas de estas y con unos cuantos centavos obtuvieron emociones a un bajo precio; en estos tiempos el juguete aunque sea sofisticado no logra lo que los juguetes de antaño lograban. El niño y aquellos juguetes tan sencillos, pero tan efectivos formaban una dupla exacta, caballitos de caña seca de maíz, el trompo bailado en el suelo, capturado en el aire o bailando sobre la cuerda como un gran equilibrista; era tanta la pericia del niño que lo bailada en la uña, de ahí el dicho “échate ese trompo al uña”, el yoyo, el balero, las canicas, el balón de fútbol, los juegos infantiles por la noche, rondas o cantos como la pájara pinta, La Rueda de San Miguel, a la Víbora de la mar, los disfraces de apaches y  tejanos; esto y más formaban las delicias formadas por la niñez, el más hábil se divertía mejor. Hace falta que un arqueólogo descubra lo que el tiempo se llevo, para que las nuevas generaciones se diviertan a un bajo costo. Los niños de ahora se han vuelto aburridos y se enfadan por nada, no saben lo que quieren y al no haber más que hacer se dedican a chatear, jugar videojuegos, escuchar música, y tomar drogas o empezar a experimentar en ellas. Es cierto que esto no es la tónica de todos los jóvenes, ya que hay algunos que si estudian o hacen algo útil, estos sin temor a equivocarme si aprendieron a jugar en su tierna infancia.

   Estoy agradecido con la Güera Natalia porque fue el medio para que mis hermanas y otras niñas tuvieran una niñez sana y porque muñecas como las ella confeccionaba sirvieron de inspiración a nuestro querido Francisco Gabilindo Soler. Yo no se fue quien el valiente que hizo que las cosas cambiaran, lo que si se es que era una persona egoísta y ambiciosa que le importo más los sacos llenos de dinero que la inocencia de los niños, fue un mago o brujo que con una flauta se llevó lo más preciado de todas las generaciones, esto es las mentes infantiles, ahora quien será el guapo, el héroe que lo ponga tras las rejas o en una caja de Pandora para que jamás vuelva a salir.                      

  

Atentamente

Gabriel (Vito) Vítela

 

 

 

 

 

 

Personajes típicos de Miguel Auza

 

Por: Gabriel Vitela

 

Felipe Antonio Alba Padilla

(El juglar del siglo xx)

 

En la actualidad estamos bombardeados por un cúmulo de información, los medios y las fuentes se han diversificado tales como la radio, TV, teléfono, telégrafo, fax , computadora, e Internet, el material impreso en todas sus formas; sin faltar la carta desde épocas pasadas y muy en especial el dialogo que cotidianamente forma parte de la convivencia humana.

Hace ya algunos ayeres conocí a un señor, Lipe Antonio, así  le llamaba toda la gente, originario de Miguel Auza, Zac. Nació el 13 de junio de 1900, murió el 23 de noviembre de 1977 a causa de un derrame cerebral; trabajaba como locutor en el cine Edén, única sala del pueblo donde los niños nos débanos cita especialmente los domingos de matinée para ver películas de aventuras y otras de corte cómico protagonizadas por Mario Morenos Cantinflas, Tin Tán, Resortes, Clavillazo y muchos más; a otro horario los enamorados hacían fila para apreciar a sus artistas favoritos y los temas románticos y de tragicomedia como la fue “la Mujer del Puerto” y “Haya en el Rancho Grande”. Todos estábamos ávidos de emociones y sobre todo comprábamos ilusiones que crecimos y maduramos con ellas.

Felipe Antonio ayudado por una voceta (instrumento que servia para concentrar el habla y hacer más audible y entendible) anunciaba a viva voz la cartelera en los lugares públicos, en la plaza y en especialmente en especial las esquinas concurridas, como la esquina del Parían, también hacia del dominio publico otros eventos como las charreadas, colgaderas, jaripeos, encuentros deportivos de fútbol, corridas de toros; en el palenque se dejaba escuchar, al momento de amarrar las navajas de los gallos “cierren las puertas señores que van a amarrar. Las puertas y las apuestas se cerraban y los gallos eran soltados en busca de su suerte así como la de los apostadores. El señor Francisco Lerma Villaseñor copio de esta persona el estilo protocolario que conduce una pelea de gallos.

Era una persona amable de tal forma que se le podía a ser preguntas y recibir información completa sobre los eventos que se llevarían acabo esa semana; estado dedicado a su familia, se veía que con frecuencia llevaba víveres a su casa, nunca se le vio borracho y tampoco alteró el orden; era de gran escultura, piel blanca, pelo negro, ojos cafés de buena apariencia fue el padre de los que hoy forman parte del mariachi San Miguel y del mariachi los Arrieros; sabia tocar la guitarra era poeta y tenia buena voz.

Algunas frases características de esta persona eran: ¨ No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy ¨ y ¨ Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido ¨. Tenia una actitud muy positiva de la vida decía que esta era muy bonita y que había que vivirla con toda intensidad siempre feliz; levantarse temprano y hacer ejercicio era su costumbre, el día del músico (22 de noviembre) los celebraba año con año y la vida le concedió esta gracia, ya que un día antes de Santa Cecilia dejó de existir. Se interesaba en que el 29 de septiembre de cada año trajeran la banda internacional de música del estado de Zacatecas y que los domingos por la noche en el kiosco de la plaza principal hubiera serenata para todas las señoritas enamoradas y bellas, que por cierto todas tenían estas características.

   Amigo intimo de un gran músico Gonzalo Villaseñor que toco en la Comparsa de la Laguna. Autor de la famosa melodía “Trompeta Mágica”.

   En una de tantas visitas por su señora esposa y su hijo Dimas estuvieron en la casa de la familia Alba Martínez, allá por la esquina formada por las calles Hidalgo y Alameda; ellos comisionaron a Dimas para que cortaran tunas, mientras que los compadres se sentaban a la sombra a platicar y mitigar la sed con agua fresca, en ese momento llegó José Refugio, uno de los hijos de los anfitriones, y vio que Dimas era torpe para cortar tunas con el gaucho, le dijo­ –Si no sabes cortar, no las magulles- lo considero un intruso y que además hurtaba y de buenas a primeras lo retó para hacerle pagar la osadía; ante tales aprietos éste se tuvo que defender y José Refugio ignoraba que esta persona sabía artes marciales, así que solo sirvió de sparing, ya no veía lo duro sino lo tupido y no había alguien que aventara la toalla para que ese castigo ya terminara; hasta que llegaron los compadres que al unísono gritaron -¡Dimas!- este salio de la espesura de los nopales y magueyales. Quien presencio esta lucha campal fue José Hernández Martínez (El Cuate) que en su momento narró al estilo Jorge Alarcón, aquel cronista de box. Algunas personas habían sido hostigadas por José Refugio entre ellos Sergio Arredondo “La Piña” por varias ocasiones y de ahí en adelante le gritaban ¡ahí viene Dimas! Y éste hacía la rabieta del día.

   Felipe Antonio era amigo de todo el mundo: amigo del amigo y la vida fue su gran compañera, con todos se llevaba bien, persona muy habilidosa que supo explotar el Don que Dios le dio y esto permitió que todos los comerciantes granjeras sus servicios con dinero, alimentos u otras mercancías que ni tardo ni perezoso llevaba a sus hijos solteros y casados quitando el hambre hasta los nietos, por que como pocos estaba dedicado en cuerpo y alma a su familia.

        Antes de partir al lugar sin retorno dejamos un legado a las nuevas generaciones, estas tienen el libre albedrío para tomar o dejar esas enseñanzas típicas que caracterizan a una persona en especial, los cuales nos enseñan modelos a seguir y este es uno de tantos; la familia es virtual en cualquier sociedad de ahí la importancia de velar por ella atenderla y corregirla cuando sea necesario, porque familiares endebles constituyen sociedades caricaturescas.  

 

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