y
reproducci�n
Nunca ha sido muy f�cil para una lesbiana el embarazarse pero las opciones siempre han existido a trav�s de la historia. Despu�s de todo, junto con ser lesbianas somos tambi�n mujeres, y la manera tradicional (el coito) siempre ha estado disponible para nosotras al margen de sus ventajas y desventajas. Posteriormente, con el advenimiento de nuevas tecnolog�as de inseminaci�n artificial, el proceso se volvi� m�s f�cil, aunque tal vez econ�micamente menos accesible. Y a�n persist�an los problemas de que efectivamente exist�a un padre para ese beb� (aunque no se supiera quien era) y el hecho innegable de que el proceso en s� dejaba a una de las dos involucradas un poco sin participaci�n activa, sino m�s bien de apoyo.
La fertilizaci�n in vitro trajo grandes avances en este campo, ya que si bien a�n persist�a el asunto del donante, permit�a mayor grado de participaci�n de ambas mujeres en el proceso de conseguir un v�stago. As�, surgi� la tendencia de fertilizar artificialmente el �vulo de una e implantarlo en el �tero de la otra, con lo que la idea de llevar dentro de s� el beb� de la compa�era se volv�a tangible.
Hoy, a comienzos del siglo 21, y gracias al trabajo de comisiones conjuntas de cient�ficos en distintas partes del mundo, se ha logrado demostrar que existe la posibilidad de que cualquier c�lula del cuerpo y no s�lo un espermatozoide, sea capaz de fertilizar un �vulo de otra mujer, en condiciones favorables.
El proceso se llama "haploidizaci�n" y conduce a la singamia o uni�n del n�cleo de un gameto (c�lula sexual) y el n�cleo de una c�lula som�tica (c�lula de cualquier parte del cuerpo). Este proceso fue inicialmente pensado para la reproducci�n asistida de parejas heterosexuales en que el hombre no produce espermatozoides. Para las lesbianas significa una forma de tener un beb� con material gen�tico de ambas madres.
Hasta ahora el proceso ha dado resultados satisfactorios en ratas, sin embargo est� siendo probado en humanos. Estudios recientes han mostrado resultados positivos y negativos en distintas partes del mundo con respecto a los resultados de estos procedimientos, sin embargo quedan demasiados aspectos t�cnicos, m�dicos y sobretodo �ticos por discutir antes de que este procedimiento sea considerado como una opci�n de tratamiento. Otro punto del que ni siquiera se puede comenzar a hablar a�n son los elevados costos.
Hasta ahora no hay estudios que hayan demostrado que esta t�cnica sea aplicable a gametos masculinos y aunque lograra demostrarse todav�a se requerir�a de la participaci�n de una tercera persona, en este caso una mujer, que albergara en su �tero al beb� durante el per�odo de gestaci�n. Tal parece que la naturaleza nos beneficia en este tema, y aunque no hay nada cient�ficamente demostrado y probablemente pase bastante tiempo antes de que eso ocurra, nada nos impide cerrar los ojos y comenzar a so�ar.