EL ARTE DEL LEVANTE
Dar el primer paso en el camino hacia unas relaciones sexuales puede ser tarea ardua. El arte de ligar consiste en hallar la forma adecuada, el momento oportuno y el lugar conveniente para lograr establecer intimidad con otra persona. Las palabras "hacer el amor  tienen una connotaci�n algo anticuada. Evocan la imagen de una habitaci�n tenuemente iluminada, una dulce melod�a de fondo....�Qu� ha sido en nuestros d�as de ese romanticismo? No ha desaparecido, sino que sencillamente ha cobrado una apariencia distinta:  enrollarse  es ahora un t�rmino m�s amplio, cuya finalidad estriba en  lograr que alguien se predisponga en favor de unas relaciones sexuales
El objetivo inmediato del ?ligoteo? puede ser la mera satisfacci�n sexual, pero, como parte de las primeras fases de atracci�n entre dos mujeres, puede ser un preludio para la amistad o la consolidaci�n de una pareja. Tampoco est� el arte de la seducci�n reservado exclusivamente a las parejas que hacen el amor por vez primera. En unas relaciones regulares, las dos mujeres pueden disfrutar ya desde el mismo momento en que se sienten predispuestas para hacer el amor. Desde luego no existen f�rmulas m�gicas para que un ligue tenga �xito, pero, para empezar, ha de existir cierto grado de atracci�n f�sica entre las dos. Las t�cnicas de la seducci�n pueden contribuir a destacar tu inter�s sexual o a superar tu timidez, pero si la persona deseada no est� verdaderamente interesada, m�s vale que renuncies antes de empezar.
Lenguaje del cuerpo
La manera en que empleas tu cuerpo puede transmitir potent�simos mensajes a la otra mujer, sin tener que decir nada abiertamente sexual. Estas se�ales son instintivas, pero si se las conoce, pueden ayudar mucho a la comunicaci�n sexual. Permanecer en pie junto a alguien, inclin�ndose hacia delante y mirar a los ojos de tu pareja son formas de revelar que t� te sientes atra�da por ella. Tambi�n pueden resultar las largas y constantes miradas incluso antes de haber empezado una conversaci�n. Si adviertes que te las devuelven en la misma forma, esto puede hacerte sentir una seguridad que te permita seguir adelante.
Cabe la posibilidad de que te resulte muy dif�cil mirar directamente a alguien que te atraiga. La timidez o el nerviosismo pueden impulsarte a rehuir su mirada y, sin querer, desanimar a la otra mujer. Vale la pena superar estos obst�culos porque la manera de mirar es probablemente el medio m�s eficaz de comunicar inter�s en un primer encuentro. Cuando una persona experimenta atracci�n sexual hacia otra, las pupilas de sus ojos, autom�ticamente, se dilatan. Las pruebas realizadas en investigaciones recientes han demostrado que la mayor�a de las mujeres se muestran instintivamente m�s receptivas hacia unos ojos con las pupilas dilatadas. El intercambio de miradas es, pues, parte b�sica en la manifestaci�n de la atracci�n sexual.
Fases iniciales, un momento delicado
Aunque tu cuerpo no pare de enviar se�ales a otra persona, llega un momento en que tienes que hablar. Las palabras iniciales deben resultar un tanto sorprendentes y, en lo posible, han de ser espont�neas. Recurrir a los viejos trucos como "�Vienes por aqu� a menudo?" o "�Qu� hace una chica tan guapa como t� en un sitio como �ste?" probablemente s�lo tendr�n como resultado un bostezo o una mirada de aburrimiento. La r�pida formaci�n de una opini�n sobre alguien constituye la esencia de una charla de este g�nero; as� se descubre en qu� est�n interesadas las dos, qu� les hace re�r y qu� les desagrada. Cada mujer es diferente y no existen otras f�rmulas m�gicas que no sean el estar verdaderamente interesada por la otra, mostrarse tal como se es en realidad y no actuar de forma forzada.
Puede resultar excitante tocar ligeramente el brazo de tu pareja mientras le hablas o palpar el tejido de su traje, ostensiblemente para admirar su gusto. Eliminar una imaginaria pelusa de su hombro puede parecer obvio, pero al menos as� ella sabr� que t� te sientes realmente interesada. Naturalmente cabe la posibilidad de que la primera vez, por ejemplo en una fiesta o en un local de ambiente, logres interesar tanto a tu pareja con miradas, gestos, tonos de voces, risas y una conversaci�n excitante, que acab�is pasando la noche juntas. Pero en la mayor parte de los casos las cosas no van tan r�pidas, y tendr�s que cuidar de dar otro paso para disponer la segunda cita.
Muchas mujeres se muestran todav�a demasiado t�midas para ser ellas las que pidan la cita a la otra. Pero en realidad no es tan dif�cil decir: "Me gustar�a que volvi�ramos a vernos  si ambas os lo hab�is pasados bien y ella no parece inclinada a dar el primer paso para proponer que salg�is juntas en otra ocasi�n.
Tendr�s que decidir con cuidado d�nde reunirse en esa segunda oportunidad y lo que har�s. Esa es una cuesti�n muy personal. A algunas mujeres puede convenirlas la cita tradicional con flores, una cena rom�ntica en un restaurante, un paseo rom�ntico a la luz de la luna....pero para otras eso puede parecer demasiado relacionado con la anticuada distribuci�n heterosexual de los papeles sexuales. En realidad la franqueza por parte de ambas es lo mejor en estos casos.
La atm�sfera adecuada
Supongamos que ya est�s en casa con tu pareja despu�s de una velada animada y excitante. Ambas os sent�s relajadas y a gusto en compa��a de la otra. Si las dos lo dese�is, la conclusi�n l�gica y natural de la velada ser�a hacer el amor.
Pero existen ciertas cosas que pueden estropear el deseo de alguna de las dos. La atm�sfera es importante. A la mayor parte de las personas les gusta hacer el amor en lugares confortables y limpios. Por consiguiente, hay que asegurarse de que el cuarto de estar y el dormitorio resulten de lo m�s atractivo posible. Unas habitaciones mal ventiladas, una ropa de cama impresentable o unos ceniceros llenos de colillas malolientes pueden dar un tono s�rdido a las relaciones sexuales. Hay que evitar las luces fuertes y directas; una iluminaci�n tenue -quiz� simplemente la pantalla de la mesilla de noche- crea una ambientaci�n agradable e �ntima y contribuye a relajar a las amantes. Otra manera de lograr una atm�sfera apropiada consiste en poner m�sica rom�ntica de fondo. Al margen de esa atm�sfera, la conversaci�n puede ser el mejor afrodis�aco. Deciros la una a la otra por qu� os encontr�is atractivas. Alguna de las dos puede "desnudar su alma  : una conversaci�n �ntima habitualmente conduce a unas relaciones sexuales �ntimas.
Cuando llega la intimidad
Si ambas os sent�s a gusto la una con la otra y relajadas por lo que al sexo se refiere, el primer paso corresponder� muy probablemente a las dos. Os acercar�is para besaros, abrazaros y acariciaros. Pero a veces una de las dos revela mayor timidez que su pareja. Sea como fuere, nadie tiene por qu� imponerse. Recuerda que el juego es sutil, ya habr� tiempo m�s tarde para la pasi�n. Piensa siempre que est�s haciendo el amor, no conquistando o apoder�ndote de la otra. Tiene que ser una mutua b�squeda del placer.
El desnudarse una a la otra suele resultar muy excitante, pero algunas mujeres pueden sentirse tensas al hacerlo ante una nueva pareja. Por eso, al menor signo de tensi�n o de rechazo, hay que detenerse. Si una de las dos mujeres posee la confianza suficiente, puede resultar muy provocativo que haga un lento  strip tease  delante de la otra, pero esto es algo que puede resultar m�s f�cil para una pareja ya consolidada. A ciertas mujeres les resulta estimulante que su pareja vista una provocativa ropa interior, pero el engalanarse con sujetador transparente y tanga de encaje negro o rojo puede no ser una idea realmente apropiada para la primera experiencia, cuando cada mujer ignora los gustos y opiniones de la otra respecto a este tipo de indumentaria. Sin embargo, a muchas chicas les gusta vestir algo especial en honor a su amante, y una bonita lencer�a -que no tiene por qu� ser claramente provocativa- es algo que puede dar mucho juego en el tema amoroso. De todas formas, aunque s�lo seas partidaria de una austera ropa interior de algod�n blanco, aseg�rate previamente de su escrupulosa limpieza antes de tu cita.
...y despu�s
M�s tarde o m�s temprano se har� de d�a. La forma en que entonces os comport�is mutuamente decidir� si ese es el final de la historia o podr� recordarse como una experiencia sexual satisfactoria inicio de una relaci�n m�s duradera. Piensa que has hecho el amor, no que te has apuntado otra conquista, y que es importante mantener una actitud  amorosa  aunque se impongan las realidades cotidianas, como la de ir a clase o al trabajo, a la fr�a luz del amanecer.
Siempre es dif�cil saber si alguien realmente quiere volver a verte. Por tu parte, y aunque hayas decidido que no quieres volver a ver a esa persona, no le digas adi�s a toda prisa o de repente. Si has disfrutado una noche maravillosa, no la estropees con una despedida banal. Las mujeres debemos procurar no herir los sentimientos de las dem�s. En la actualidad, el ligue es esencialmente un juego de dos: una y otra mujer flirtean, empleando su cuerpo, su humor, algunas caricias, poni�ndose a tono, aumentando la excitaci�n de la otra, aprovechando la experiencia hasta que ambas est�n dispuestas a hacer el amor en el momento y el lugar oportunos. Pero cuando una de las dos carece de experiencia previa o es sexualmente muy t�mida, la otra tendr� que correr con la iniciativa. Siempre debemos ser conscientes de los sentimientos de la otra mujer. La forma en que las personas sean tratadas puede afectar a su futura vida sexual. Si su primera experiencia sexual con una mujer es mala, es posible que se mantengan alejadas de cualquier tipo de sexo, reprimiendo de forma malsana sus tendencias homosexuales o bisexuales.
El ligue es divertido: supone el desarrollo de un primer chispazo de atracci�n sexual hasta transformarlo en deseo mutuo, convirtiendo todas las posibles oportunidades sexuales en aut�nticas realizaciones y obteniendo el m�ximo provecho de la vida amorosa. Pero tambi�n exige respeto, sentido de la responsabilidad y amor por las otras mujeres.
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