Resulta de interés extremo el destacar que, en los pueblos de la América Septentrional, como en el resto de las civilizaciones, se comenzo con el desarrollo de las actividades físicas y deportivas con la práctica de aquellas, que les proporcionaban alimento y defensa contra sus enemigos. En la medida de su progreso cultural, fueron desarrollando diversas actividades como lo fueron deportes, juegos de azar, danzas, etc.

Sin embargo, no debemos, ni podemos, considerar a todas estas actividades como fenómenos aislados, pues todos ellos estaban estrechamente vinculados, con tradiciones seculares, ritos religiosos y preceptos morales.

Así mismo, su desarrollo cultural no fue apareciendo espontáneamente, sino que se realizó, de manera vinculada y paulatina, mientras unas culturas llegaban a su esplendor otras iniciaban su camino, pero siempre unidas, por los efectos de su fe y ritos populares entre ellos “El Deporte”.