RUSSELL EN MADRID

4/10/2006

 

RUSSELL IN MADRID (Versión en inglés)

 

¡Cómo cambian las cosas en sólo unas horas!

Habiendo empezado la mañana de ayer de tan mala leche y con fiebre que me duró casi el día entero, apenas me creía cuando se hizo de noche otra vez y todo había pasado que había podido ver a Russell después de esta visita relámpago y top secret. Eso, y mi completa locura y falta de vergüenza que he alcanzado con la devoción por este hombre.

     Pues sí, con 37.5 de fiebre cociéndome la frente, el peso en la cabeza y los ojos y pálida como la muerte, pedí permiso en el curro para irme y fue poner los pies en la calle y verme que me llevaban solos y directos a llamar a un taxi. Tampoco me podía creer que las palabras “por favor, al Ritz lo más rápido que pueda” estaban saliendo de mi boca. Pero bueno, como ya hace tiempo que acepté esta “fiebre” como es y el inútil esfuerzo para resistirla o recuperarme de ella. Ni hablar, pensé, así que media hora después llegaba al Ritz y allí estaban ya la Salambó, Máxima y Russella. Vamos, las cuatro gatas, las que nos conocemos, las que vivimos en Madrid y en cosas como esta, nos podemos juntar enseguida bajo estas circunstancias con tanta falta de información.

      De todas formas ellas ya habían visto a Russell en la sesión de fotos antes de la rueda de prensa y mi llegada. Pudieron hacer un video al menos pero no conseguimos nada más ya. Yo pude verlo a ráfagas cada vez que se abría la puerta de la sala donde se estaba haciendo la rueda de prensa y también pude verle el perfil desde fuera y por la ventana que daba a la calle, pero eso fue todo. En cualquier caso y para mí, me bastó de sobra considerando las circunstancias y cómo me encontraba.

Cuando estábamos esperando el final de la rueda de prensa, pudimos pillar por banda del director de marketing de la Fox, un pringado, al que Máxima le puso las peras al cuarto por la “estupenda” promoción. Vale, era sólo una visita preparada para la prensa pero, joder, éramos cuatro fans miserables ahí, nada más. De todas formas, no esperábamos más de lo que tuvimos así que en cualquier caso, es siempre estupendo compartir coordenadas de espacio y tiempo con EL HOMBRE.

     Cuando acabó la rueda de prensa, se llevaron a Russell a la habitación del segundo piso preparada para las entrevistas de la tarde con los periodistas, así que no teníamos muchas oportunidades para más. Decidimos quedarnos en el hotel, yo no estaba muy allá y bueno, ¿quién sabía lo que pasaría?

     Pudimos saber sobre la rueda de prensa gracias a dos periodistas muy majos, primero una mujer y luego un hombre, que nos contaron lo estupendo, tranquilo y atento que había estado Russell, hablando con todos y sobre todo: su gran momento personal con su familia y sus hijos que son su prioridad más importante, su relación con Ridley Scott, “no leo ningún guión suyo, simplemente estoy de acuerdo y digo sí”, comentó. También habló de vinos, de que no ha probado los de Ridley y de que le gusta el Rioja; sobre AG y el próximo western; sobre Almodóvar y aquella gilipollez del ínclito director hace algunos años de que veía a Russell como a un “toro salvaje”. “Bueno, pues si en su próxima película necesita un toro salvaje, espero que me llame”, fue la respuesta de Russell, quedando como el dios que es. Así que todo sonaba muy bien, son las preguntas correctas de los periodistas que, por una vez y por fin, se habían aprendido la lección. Sólo la inevitable, la de siempre del mal carácter y la reputación del chico malo (qué aburrimiento, por Diossss!), y la respuesta relajada de Russell: “Mira, tío, te cuento lo que he leído en los periódicos estos días: que estaba haciendo surf en no sé qué sitio, que había estado en un restaurante, me puse “contento” y me quemé el pelo haciendo no sé qué, y por último que estaba jugando otra vez en no sé qué sitio con mi hijo James. Bueno, ¿y cuándo he tenido yo un hijo que se llame James? Así que no, tío, ya no me preocupa en absoluto en este momento de mi vida.”

¡Así que ya era hora de que por fin se le hiciera una rueda de prensa en condiciones a Russell en este divino país!

Más tarde, nos tomábamos un café en el hall y vi a un hombre que pensé que me sonaba de la tele. Estaba con otros cuatro que parecían periodistas a punto de irse, así que fui a preguntarles a ver qué sabían. Este tío se interesó inmediatamente por nosotros como fans y le dije que me sonaba y me contestó que seguro que sí porque también es actor en El Comisario. Se trata de Bruto Pomeray, que hace del poli que se llama Sabino, y yo soy una apasionada de la serie así que flipé. Cuando no rueda, pues este chico presenta un programa de cine en Popular tv y tenía pase de prensa y una cita para una entrevista con Russell en un rato, así que se vino con nosotras y ... uaaaaa, qué oportunidad para quizás un posible acceso a Russ pero también para dar una lección en condiciones a un espécimen de la prensa, no muy dados en general a la preparación en el tema Crowe.

 

 

 

     Así que para mí quizás fue el mejor momento del día con la estupenda recompensa de que, aunque no directamente para nosotros, nos podíamos sentir satisfechas porque este chico podría tener una entrevista relajada y buena con Russell, y eso sería porque iban a ser NUESTRAS preguntas las que le hiciera. Tenía algunas ya preparadas pero por lo visto eran sólo 8 minutos así que nada de tiempo material para muchas respuestas... Nosotros le sugerimos tres cositas y le aseguramos de que obtendría la atención directa de Russell. Así que se fue y después de 45 minutos volvió. Nos contó que mientras esperaba para su turno, se asustó un poco porque por lo visto comentaban que Russell ya había mandado a tres o cuatro a tomar por culo en la primera pregunta (nos imaginamos qué clase de pregunta sería...) pero bueno, ¡nuestro colega fue valiente!

     Empezó con su pregunta sobre la preparación de Russell para el papel de Max Skinner. R contestó amablemente y todo pareció estupendo. La segunda pregunta ya era nuestra: ¿qué diferencias has encontrado en tu manera de actuar como comediante otra vez y la de las primeras de los noventa que hiciste en Australia?

Y voilà, primera mirada de Russell con interés por el tío enfrente y otra respuesta amable.

En ese momento, la jefa de prensa y la gente alrededor empezaron a ponerse de los nervios: cuanto más tiempo estuviera Russell cascando, menos les quedaba a los demás y más retraso había. Así que, una vez más, es la gente alrededor la que pone la impaciencia, el estrés y los morros. Pero nuestro chico consigue disparar la tercera pregunta: Bueno, ¿y qué me puedes decir de tu equipo de rugby, de los Rabitthos? ¿Están teniendo una temporada buena?

     Los ojos de Russell brillan al instante y entonces calma a todo el personal: eh, vale, que quiero hablar con este tío, dice. Y empieza a contarle sobre su infancia, de cómo le ponían la camiseta de los Conejitos cuando era un crío, en fin, toda la historia del club de sus amores.

     Cuando acabó, el personal estaba a punto de levantar a nuestro colega de la silla pero él se marca el tanto de la gloria en la última pregunta: y para terminar, ¿me podrías hablar de tu banda, TOFOG, y alguna posibilidad de hacer una actuación aquí en España algún día?

    Señor@s, hubiéramos dado un brazo por ver el careto de Russell, ya en este momento y hablando finamente, corriéndose de gusto... (esperamos vérselo en el programa de este colega el viernes por la noche a las 10.30 o en la copia que nos ha dicho que nos va a pasar. A tus pies forever, Bruto!). En fin, que R le contestó que no podría ser una única actuación, que tendría que ser una gira o algo así. Nuestro amigo le dice que él puede mover algún hilos con algunos contactos y que bueno, que quizás en un futuro ya veríamos... Y de repente Russell le pregunta: oye, ¿quieres ver dos de mis videos?

Imaginarse la contestación del colega! Así que R se levantó, se quitó el micrófono y lo llevó a otra habitación para enseñarle los videos de The Weight of a man y una actuación en directo cantando Testify. Cuando estaban viendo el primero, R le habló de cómo lo rodaron y el sabor español que tiene saliendo él en plan torero de la muerte mortal. Al final, le regaló un cd del disco MHMH y le despidió de buen rollito. Nuestro colega le pudo decir que estábamos abajo en el hall pero la jefa de prensa pasó olímpicamente del tema y no quiso saber nada. En fin, no nos vamos a quejar más, entendimos el retraso que llevaban ya porque R iba a marcharse a las 5 y lo hizo a las 7. De todas maneras para un minuto se podían haber tirado el pisto. En fin...

     Pues nada, la aventura se acaba con la mala suerte y la culpa nuestra por gilipollas integrales de no haber conseguido pillarlo cuando se fue por la puerta de atrás del hotel, donde sí que se hizo fotos con unos chicos. La madre que nos parió...

     Pero bueno, sinceramente, esa entrevista virtual que conseguimos a través de este nuevo colega tan enrollado y amable es mi recompensa personal por esta rápida y deslucida visita de este grandísimo cabrón de mis entretelas y mi corazón.

Mariola.

 


 

    

 

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