In Memoriam

Don Ramón Forcadell Prats
Álvaro Pacheco Seré
José María de Domingo-Arnau y Rovira

 

+ Don Ramón Forcadell Prats

El 18 de mayo próximo pasado entregó su alma al Señor, a los 90 años, don Ramón Forcadell Prats, siendo inhumado el día siguiente previo responso celebrado en el templo parroquial de Ulldecona, donde fue conducido su féretro bajo la bandera Carlista, dándose así cumplimiento a su última voluntad, acompañado por muy numerosa concurrencia.
De antigua cepa carlista, era descendiente directo de Domingo Forcadell, Lugarteniente del célebre General Ramón Cabrera, recordado héroe en la Primera Guerra Carlista. De larga y destacada actuación carlista, fue Concejero Nacional de la Comunión Tradicionalista. La Hermandad de Requetés del Maestrazgo lo contó entre sus más entusiastas impulsores; el boletín Boina Roja también lo contó entre sus eficaces colaboradores. Fundador en 1961 de la Hermandad Monárquica del Maestrazgo, presidió esta institución desde su inicio con total dedicación hasta el fin de sus días.
Por su gran prestigio personal ejerció el honroso cargo de Alcalde de la villa de Ulldecona durante los años de 1964 a 1971.
Leal servidor y amigo personal del Rey Don Jaime, llegado los difíciles años de la transición luchó por la consolidación

 

+ Álvaro Pacheco Seré (por Juan María Bordaberry)

El 6 de enero pasado murió cristianamente en Montevideo Álvaro Pacheco Seré. Murió serenamente, con la paz que dan la esperanza y el haber vivido una vida recta. La misma serenidad con la que había convivido con el mal que portaba, prosiguiendo su vida con normalidad mientras tuvo fuerzas para ello. Le molestaba la curiosidad de quienes sospechaban que podía estar viviendo una circunstancia así y la cortaba de cuajo. Cuando con alguien muy íntimo o cercano él mismo hablaba de su estado, llegado cierto momento, como alguien que advierte que está por perder la brújula, él mismo decía categóricamente ¨de estas cosas es mejor no hablar¨ y retornaba a la normalidad. Porque si fuera menester destacar alguna virtud, por sobre las muchas que le adornaban, sin duda habría que quedarse con su fuerte carácter, que lo llevaba a no transar ni con la debilidad no con el error. Carácter disimulado por su natural jovialidad y don de gentes, pero que en las circunstancias que lo requerían aparecía con toda su fortaleza.
Había nacido en la misma ciudad en que murió, en 1935 y su fuerte vocación por el Derecho lo llevó a obtener el título de Doctor en Derecho y Ciencias Sociales en 1961, siendo luego Profesor de Derecho Público en la Facultad de Ciencias Económicas de 1962 a 1968 y a ejercer la docencia jurídica en institutos militares uruguayos.

Fue autor de importantes publicaciones en libros y revistas especializadas. Fue Asesor Letrado en la Administración Pública desde 1963 hasta 1972, año en que fue designado Prosecretario de la Presidencia de la República, siendo luego designado Secretario de la Presidencia de la Republica en 1973, cargo que ejerció hasta 1976, tiempo en el cual, además de las funciones propias de su cargo fue valioso consejero del entonces Presidente Juan María Bordaberry. Acompañó lealmente a éste cuando debió abandonar anticipadamente el cargo al ser desplazado del mismo por el liberalismo masónico históricamente dominante en el Uruguay.
Los hechos de aquellos convulsionados días lo llevaron a profundizar luego en la antinomia cristianismo-liberalismo lo que, unido a la fuerte atracción que en él ejercía lo hispánico le condujeron al estudio histórico del carlismo y a la divulgación de su condición de auténtico depositario de los valores de la Hispanidad. En tal sentido fue Miembro Correspondiente en Uruguay de la Hermandad Tradicionalista Carlos VII, con sede en Buenos Aires y consejero de Redacción esta revista. En dicha ella además publicó valiosos artículos. En sus últimos años había tomado con pasión el tema de la contradicción entre el concepto de Nación, por su utilización revolucionaria, atea y adjetiva, confrontado al concepto de Patria, natural, sustantivo, permanente, irrevocable por voluntad del hombre extraviado, inseparable del orden Católico. Y encontraba que sólo en el cuatrilema carlista estaba la ordenada conjunción de esos principios.
Esta actividad lo llevó al encuentro con quienes, como él, anteponían la unidad hispánica a las repúblicas creadas por la masonería atea y el mercantilismo sajón para destruir al Imperio Español, lo que también le apasionaba.
Fue socio activo del Instituto de Estudios Genealógicos del Uruguay por lo que estaba familiarizado con esta actividad, que aplicó a su propio abolengo. Durante años fue reuniendo minuciosamente información de sus antepasados, especialmente durante sus viajes a España, revisando escrupulosamente partidas de bautismo, de matrimonio y de defunción, amén de toda documentación histórica. Unos meses antes de su muerte dio a la imprenta un importante trabajo titulado “Los Pacheco”, pero sólo para difusión familiar. Parte del Marqués de Villena hasta la emigración a Uruguay de la rama de la que descendía y la destacada actividad que tuvieron en Uruguay. Abarcar un tiempo tan extenso y tan amplio siguiendo el noble apellido determinó que el trabajo se transformara en un valiosísimo testimonio de la historia de España en el curso de ese tiempo. Los Pacheco de los que descendía se habían afincado en Rota, lugar que amaba y desde el cual, por su extrema ubicación suroccidental, España mira por sobre las verdes aguas del Atlántico la impronta que su Fe, su valor y su cultura dejaron en estas regiones.
Álvaro Pacheco fue un hombre excepcional, no sólo por su trayectoria sino por su formación doctrinaria y cultural, sorprendente en un país donde la enseñanza atea se nutre de la falseada historia republicana.
Pacheco supo darse cuenta que un cambio era imposible sin la ayuda de Dios y cuando Él lo dispusiera y prefirió sabiamente profundizar lo suyo y difundirlo con modestia pero con eficacia y hasta coraje allí donde sabía que la semilla iba a caer en terreno fértil.
Que el Señor le premie con la Gloria que reserva para los justos y los que dan testimonio de la Fe.

 

+ José María de Domingo-Arnau y Rovira

El pasado 23 de diciembre, luego de una larga y penosa enfermedad, falleció en Madrid el Dr. José María de Domingo-Arnau y Rovira.
Biznieto de don José Domingo-Arnau, General de Caballería de recordada actuación en la Guerra Carlista de 1833-1840, pariente a su vez de Ramón Cabrera, el famoso "Tigre del Maestrazgo". Fiel a su mandato atávico, en 1958 fundaba el "Círculo Cultural Vázquez de Mella", del que fue Secretario General y activo dirigente. Posteriormente, en 1963, con el Prof. Elías de Tejada constituían el "Centro de Estudios Históricos y Políticos General Zumalacárregui", en la que también ejerció la Secretaría General de lucida participación en la organización del I y II Congreso de Estudios Tradicionalistas, celebrados exitosamente en los años 1964 y 1968 respectivamente.
De vasta cultura y avezada pluma, fue asiduo columnista del periódico "El Pensamiento Navarro", en el que durante dos décadas publicó numerosos artículos sobre doctrina tradicionalista. Las páginas de la revista "Maestrazgo" lo contó entre sus más calificados colaboradores, siendo recordados sus versados artículos referidos a la historia del Carlismo.
Miembro fundador de la Hermandad Monárquica del Maestrazgo, tuvo destacada actuación como Presidente provincial en Madrid y posteriormente como miembro de su Comisión Nacional Permanente y por último como Vicepresidente Nacional.
Como abogado del foro madrileño, su prestigio profesional le fue reconocida por la Academia Real de Jurisprudencia y Legislación, que lo incorpora en calidad de Académico Correspondiente. La Academia Real de Bellas Artes de San Carlos (Valencia) y la Academia Tiberina, de Roma, también lo contaron entre sus prestigiosos miembros.
Su entrañable amistad con los integrantes de la Hermandad Tradicionalista Carlos VII, se manifestó desde su fundación mediante el aporte de su invalorable experiencia y colaboración, animándonos a emprender esta "cruzada" en nuestro ámbito. Sus numerosos artículos prestigiaron las páginas de nuestras publicaciones, también fue autor de importantes obras, si recordamos "Operación Maestrazgo" y "El Conde Arnau. Mito y leyenda de Catalunya", obra esta última galardonada por el Ministerio de Cultura de España.
Católico de firmes convicciones y cristiana existencia, seguramente estará gozando de la visión de Dios Nuestro Señor.

 

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