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Una vez más María Mensajera acierta plenamente en sus previsiones y advertencias

por Francisco Sánchez-Ventura

Varias veces hemos repetido lo que la Virgen le comunicó a su hija Conchita: "que todos los videntes serán probados y al final, quienes superen las pruebas, se podrán contar con los dedos de una mano".

Creemos, aunque siempre con temor a equivocarnos, que en el Higuerón ocurrieron sucesos auténticos e indiscutibles. En general podemos decir que cuando un niño pequeño o una mujer analfabeta consigue arrastrar tras de sí a miles de seguidores, el prodigio no puede nunca ser humano, sino simple fruto de una actuación divina. Los prodigios que tuve oportunidad de vivir en los primeros tiempos fueron tan grandes, que hasta me permití escribir su historia en dos largos tomos, donde se recogían algunos testimonios, mensajes y fenómenos inexplicables.

Tras varias noches de acudir en sucesivos viajes al Higuerón para rezar por la noche, tuvimos al final el prodigio de vivir, entre otros fenómenos que no cuento, la manifestación de la Virgen. ¿Era realmente la Virgen?. Cierto que aquella "supuesta" aparición aparecía a cierta distancia, y con una bola de luz nos daba la bendición. Pero también es cierto que las cuatro personas que habíamos ido en aquel viaje, los cuatro vimos los movimientos de la aparición, el girar de su vestido y todas las demás características de aquella extraña manifestación... con un vestido de diferente color, lo que no permite la posibilidad de chantaje ni trampas de ninguna clase.

Por otra parte recordaré al excepcional matrimonio místico de Miguel González-Gay de Santander, en compañía de su esposa Cunini, que ambos tuvieron varias manifestaciones de la Señora a muy corta distancia. ¿Fueron montaje todas las apariciones?. Creemos sinceramente que no, aunque tampoco descartamos que algunas de ellas fueran obra del demonio, el cual, como dice la Sagrada Escritura, se reviste de Ángel de Luz.

Lo que sí es cierto es que Carmen López y su marido, al principio al menos, no engañaban. Su comportamiento era en una primera etapa correcto, sin embargo llegó un momento en el que al ser tentados cayeron en la trampa torpemente, y dieron un mensaje de características diabólicas inconfundibles. Me refiero al mensaje de agosto del año 2000, que se publicó en la Revista María Mensajera, en concreto en el número 237, correspondiente al mes de octubre del mismo año, y donde se decían cosas absurdas, entre otras "que estaba escribiendo un libro más importante que la Biblia y que la obra de María Valtorta... Ante aquellas afirmaciones y otras aún peores nos llevamos las manos a la cabeza, y nos vimos obligados en conciencia, a publicar y a avisar a los suscriptores.

En la necesidad de publicar aquel artículo se manifestó también Miguel González-Gay y su grupo, pues todos creíamos en un principio en las apariciones de Pedrera, donde sangraron algunos libros, entre ellos uno que le mandé, como recuerdo del magnífico mensaje que entre oleadas de perfume y sufrimiento de la vidente, había tenido oportunidad de escuchar unos días antes.

Comprendiendo lo que estaba ocurriendo me vi forzado a publicar el mensaje, que probaba la verdad del desvío, pero al mismo tiempo obligado en conciencia a tomar las medidas pertinentes para que aquel desvío fuera algo provisional y volvieran a su cauce. A tales efectos era fundamental para mí hablar con el director espiritual, y éste me explicó que él jamás despedido a ningún penitente como nos habían asegurado sino que le pedían que realizara cien kilómetros de ida y cien de vuelta, para hablar con ella y una vez que había llegado al Higuerón para confesarla, ponía la vidente una excusa y se negaba a recibirlo. Esta realidad, confirmada por el mismo sacerdote interesado, excepcional director espiritual, me hizo comprender que el asunto había llegado a su extremo negativo y a partir de aquel momento corté radicalmente toda noticia relacionada con el lugar.

Es verdad que desde más de un año, algunas personas de toda nuestra confianza nos habían asegurado que Carmen y Juan Antonio se disfrazaban de Virgen y del Señor, que lo del Higueron era falso...etc..., pero no teníamos certeza absoluta de la realidad de tan alarmante afirmación, y ante lo grave de tal noticia preferimos esperar a que Dios lo descubriera, porque como dice la Biblia: "No hay nada oculto, que no llegue a saberse". Y en otro lugar, se dice: "Ahora, pues, os aconsejo que no os metáis con esos hombres, porque si este designio o empresa es obra de hombres se desvanecerá" (Hech. 5, 38).

De todas maneras estamos viviendo unos tiempos en que existe por intervención diabólica deseos excepcionales en desacreditar esa gran verdad de las Apariciones del Cielo, pues como dijo el profeta Amós, "no hace nada el Señor sin advertirlo previamente a sus siervos los profetas", y los profetas de entonces son los videntes de ahora cuando ejercitan, sin interferencias ni disfraces, el don de profecía. Por este conducto se anunció en tiempos el Diluvio de Agua, y después el de Fuego de Sodoma y Gomorra, y más tarde el castigo de los israelitas y así a lo largo de los tiempos hasta llegar al momento que a nosotros nos interesa; los anuncios de lo que va a venir y lo que va a pasar, en lo que coinciden muchos videntes, tras vencer toda tentación en una línea perfecta de manifestación celestial. Así se nos anunció la Apostasía general, en la que ya hemos entrado, apostasía que se manifiesta dentro y fuera de la Iglesia; y los trastornos atmosféricos, que cada vez se dan en mayor cantidad y peligros que, quizás más extendidos hoy en los países de pobres ignorantes, lo que tiene también una explicación lógica: Dios quiere salvar al mayor número de almas; de ahí que envíe como Protectora y Mensajera de Dios, que actúa en nombre suyo, a la Virgen, pero siempre es más fácil la salvación de personas de culpabilidad muy relativa, porque dada su ignorancia, su pobreza y su mala vida, viven en un estado de purificación permanente; esto nos hace suponer que después vendrán castigos para los que están situados a otro nivel de vida muy distinto. Estamos pendiente del Aviso anunciado, que se cumplirá como todo lo que por vía extraordinaria y con pruebas fehacientes de autenticidad se profetiza, constando que hemos entrado ya en el período de los avisos previos, como son las guerras, las enfermedades, las consecuencias del poder de Satanás etc.etc. El Aviso llegará (así se expresaba, entre otras videntes, Conchita de Garabandal) y consistirá en un choque de estrellas que da lugar a que pase muy cerca de la tierra, en esta primera fase, desviada, una mole inmensa de fuego y con una cola muy fría, que producirá unas situaciones humanas de calor asfixiante y de frío helador... Está anunciado la venida del Antipapa, después del Anticristo, a continuación la visita de Elías y Enoc, los tres días de tinieblas etc.etc., hasta llegar al Castigo y desaparición de las dos terceras partes de la humanidad, arrancando el principio glorioso del prometido Reino de Dios.

Como muchas veces hemos repetido existe la época del Antiguo Testamento, propia del Padre o época de Gracia, la del Nuevo Testamento, en cuyo final estamos, que es la época del Hijo o Periodo de Redención y nos falta por vivir, la tercera etapa, la etapa del Espíritu Santo, con los nuevos Cielos y la nueva Tierra, como ya hemos explicado anteriormente.

De lo expuesto se desprende que todos los videntes son probados y que aunque al final sean pocos los que superaran las pruebas, todos ellos tienen una fase sana, buena y auténtica de comunicación directa, y esos mensajes son los que hay que estudiar, y sus recomendaciones y conclusiones cumplir.

Para percatarnos de la realidad de este proceso, no podemos olvidar dos cosas, en primer lugar la actuación del demonio, que no cesa de acudir a confundir y destrozar las Apariciones de Dios y de la Virgen; y en segundo lugar la actuación actual de la Jerarquía de la Iglesia, que está dividida y enfrentada, con una parte, que por ser más astutos los hijos de las tinieblas que los de la luz, defienden lo malo y por otra parte de santos auténticos, que rezan y ayudan y cooperan pero con la mordaza puesta, sin poder defender la verdad, porque eso llevaría consigo la pérdida de su cargo y del dinero necesario para vivir. Ante esta situación se comprenden las palabras de la Virgen, que reconociendo la libertad de que gozan los seglares y las dificultades de los religiosos, haya llegado a la conclusión de decir -lo que tenemos que comprender y aceptar todos-, que en estos momentos los únicos que pueden salvar a la Iglesia que zozobra, son precisamente los seglares, porque gozan de libertad para actuar, aunque corramos los riesgos inherentes a esta situación netamente necesaria y a la vez netamente peligrosa.

Seamos conscientes de esta realidad y obremos valientemente en conciencia.

 

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