Sadelas
(Sociedad Amigos de la Salud)
DÉJENME MORIR VIEJO
Manuel C. Martínez M.
Atención: No estamos insinuando *morir de viejo*. De lo que se trata es de los veloces cambios tecnológicos inclusivos de reformas arquitectónicas mediante anchuras de calzadas o eliminación de viejas calles, demolición del viejo casco de la ciudad que conformó nuestro hábitat, de reemplazamientos de estatuas, de edificios públicos, cambios estos que nos van borrando la historia de nuestra vida social.
También hablamos de movimientos demográficos por cambios en el uso de los espacios e inmuebles, generalmente destinando a actividades comerciales las viviendas de nuestros viejos amigos y conocidísimos vecinos.
Estamos pidiendo que, en razón de la brevedad caracterizante de nuestras vidas, no tengamos que llegar a viejo viviendo entonces con un entorno desconocido por quienes vieron surgir toda la población vecinal, sus calles, edificios, esquinas y demás lugares, y que en la medida que los vamos conociendo van integrándose tanto a nosotros que al ser derrumbados o sustituidos se llevan consigo una significativa parte de nuestras vidas, de nuestra historia.
Es entonces cuando, además de viejos, aparecemos paradójicamente como desinformados, tanto como pudimos estarlo durante nuestra niñez y adolescencia; seríamos unos viejos jovencitos o viceversa.
Por eso sugerimos que nos dejen morir viejos en conocimientos, en relaciones públicas , en confianza en nuestros coetáneos y en nuestras cotidianas vivencias, cargados de historia, del paisaje que llenó nuestro espacio vital, vivencias en las cuales por longevos que lleguemos a ser gozaríamos del merecido ventajismo que nos brindaría el hecho de ser siempre los más informados sin que ello suponga dotaciones diabólicas.
917 año X y VIII 21-05-1998