Sadelas
Sociedad Amigos de la Salud
Los filmes de nuestra retina
Manuel C. Martínez M.
Abierta nuestra pupila, por ella entrará todo el paquete de rayos luminosos con su carga de variopinta presentación en formas, colores e intensidades, matices y disposiciones que justamente se hallen ante nosotros dentro de un radiarco que involucra prácticamente 180 grados, y que dinámicamente va moviéndose ante nosotros en la misma medida que nuestra pupila lo haga y mantengamos los ojos bien abiertos.
Fue Isaac Newton quien cayó en la cuenta de que cuando en presencia de luz natural o artificial vemos objetos de múltiples colores tal fenómeno responde sencillamente a que cada uno de los objetos evade las ondas de colores que le son ajenos y refuerza la que es muy suya y característica. Las manzanas rojas, por ejemplo, sólo fijan o aprovecha el color rojo, mientras el resto sigue de largo para ir impresionando los demás objetos que se hallen a su alrededor, los que a su vez hacen otro tanto con su respectivo color natural.
De resultas, lo que observamos de ese anchilargo paisaje multicolor es siempre un punto infinitamente pequeño de toda esa panorámica. Efectivamente, se trata de una paisaje que miramos y del cual sólo vamos advirtiendo aquel punto pictórico sobre el cual hacemos coincidir el vértice del paquete de rayos con el centro del hueco pupilar. Y cabe preguntarse. ¿como compaginamos la visión del conjunto de imágenes que estén frente a nosotros con esa microvisón excluyente para cada punto visible de cualquier imagen en particular.
Nosotros hipotetizamos que el fenómeno discurre, más o menos así:
Cada vez que alzamos la mirada o enfocamos algún objeto, solemos forzosamente observar un punto sombreado y miramos indirectamente un flujo instantáneamente indefinido de las imágenes circundantes, ¿pero, entonces, cómo es que vemos el conjunto de la manzana en toda sus dimensión frontal, de una y de las que la acompañen? Porque nuestra sistema visual nos permite ir filmando a la velocidad de la luz, o cercana a esta, todos los puntos que pasan por nuestra mirada, de tal manera que nuestra vista hace un barrido de todos los infinit6os puntos. Y lo hace a una velocidad capaz de presentarnos el paquete de imágenes como si en cada momento viéramos todas sus partes, como si por nuestra retina entrara toda la información en cada instante. Esta hipótesis es más o menos la que nos explica también porqué nos parece que se mueven las imágenes cinematográficas y televisivas. Se trata de los filmes de nuestra retina.
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