Sadelas

La devaluación del bolívar empobrece al trabajador

 Manuel C. Martínez M.

28 oct. 04

Es muy lamentable que la indiscutible generosidad del Presidente Chávez, con miras al empoderamiento de los excluidos, tenga como contrapartida el empobrecimiento sostenido de nuestra moneda, y con esto, el del trabajador en general, a tal punto que hoy un bolívar apenas representa 0,0005/US$(1), si hasta 1996 tenía un valor =  0,013/US$, o sea que el feblaje, la devaluación, la depreciación, la despotenciación de nuestra moneda, ha sido de 96%, aprox. en menos de la última  década . En palabras de pobres  esto significa que con cada bolívar de ahora el trabajador puede adquirir apenas un 4% de la cesta que compraba en   1996. Son cifras feas y tenebrosas, pero ahí están.(Cfere. BCV)

 

Efectivamente, el Presidente Ch. con su política redistributiva de la riqueza, mediante un  reparto del Presupuesto Nacional a manos llenas, ha creído firmemente estar empoderando a los excluidos y menos beneficiados con el petróleo, pero la política financiera de su gabinete económico ha venido contrarrestando  con sus manos lo que aquel hace con las suyas.

 

 Esto nos preocupa, y profesional y participativamente debemos denunciar que son revisables los argumentos presentados por ese gabinete, avalados por la directiva de Banco Central de Venezuela, en cuanto a que la inminente   devaluación contemplada para el próximo año no es una amenaza  proinflacionaria ni supondría un incremento de la liquidez.

 

En primer lugar, se trata de devaluaciones que no se corresponden a los ingentes flujos de la divisa petrolera, independientemente de supuestos arreglos contables que sólo  microeconómicamente buscan resolver problemas macroeconómicos, es decir, tomando sólo en cuenta la visión parcializada  del mercado. Esta visión monetarista es la que explica cómo puede devaluarse una moneda que a todas luces gana terreno y competitividad sobre la devaluada divisa del Norte.

 

 Por el contrario, hoy más que ayer nuestras mejores reservas de divisas e ingresos petroleros estables con  precios in crescendo garantizan un fortalecimiento y potencial revalorización del bolívar.

 

En segundo lugar, ese empobrecimiento  del bolívar (96%, respecto a 1996) se traduce en la creación de dinero inorgánico porque  los excedentes cambiarios  que reciben el Estado y los que acumula para sí el BCV necesariamente tienen que concretarse físicamente con nuevas ediciones dinerarias capaces de financiar la automática suba de precios que representa semejante devaluación.

 

Cierto que Pdvsa y el Estado comprarían dólares con bolívares que ya están circulando, y pareciera que el volumen del circulante permanecería constante, y que no supondría  inducciones inflacionarias,  pero esta es sólo una visión estrecha y microeconómica puesto que el consumidor general (el trabajador) tendrá que echan mano de sus ahorros, o sea, liquidar sus propias reservas procedentes y creadas en periodos económicos anteriores , y esto es un irrefutable indicador de que sus salarios actuales, a los nuevos precios inflados por causa de la devaluación, le resultan   insuficiente.

 

 Por supuesto, para cubrir y balancear esa liquidación de ahorros   el BCV tendrá que hacer nuevas y urgentes emisiones. Por esto  concluimos en decir que el dinero que le están suministrando al Presidente Chávez es un dinero fofo, feble, y que podría compararse con el queso rayado y la carne molida a los que recurre el padre de familia para dar cuenta alimentaria de su numerosa prole, en lugar  de brindarles queso frito o bistés, respectivamente.

 

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