¿Una mentira cien
veces repetida hace una verdad?
Origen tortuoso
del día de la mujer trabajadora. Nos han predicado "ex cátedra"
que el origen del día de la mujer trabajadora está en las obreras
de Boston, víctimas de sus malvados patronos. Pues esto es una
gran mentira. Nunca tuvo lugar ese suceso según han demostrado los
historiadores, y así lo señala la periodista Julia Escobar en un
artículo en la prensa.
Ese suceso es
un invento de los partidos comunistas estalinistas para
desacreditar a los Estados Unidos. Esta mentira y otras se
abrieron camino entre 1945 y 1955, debido al auge de los partidos
comunistas al término de la segunda guerra mundial. También es
falso que la conmemoración del 8 de marzo tiene su origen es una
huelga de mujeres en Chicago salvajemente reprimida por la
policía.
Lo curioso es
que estas falacias se situaban intencionadamente en los Estados
Unidos, lugar de sueños para unos, el infierno capitalista para
otros…
No obstante ahí
está el día de la mujer trabajadora, que es un buen momento para
volver a poner sobre la mesa los problemas de las mujeres
trabajadoras, los que tienen si además quieren atender a su
familia, las que son esclavizadas sexualmente, las que ven
vulnerados sus derechos más elementales.
Lo grave de
todo esto es que con la celebración del día de la mujer
trabajadora los partidos de izquierdas pretendían enmascarar sus
antifeminismo.
Precisamente,
son esos problemas y los enfrentamientos entre mujeres dentro de
ellos los que establecieron esa fecha del 8 de marzo para celebrar
el día de la mujer trabajadora. Las feministas de principios de
siglo acusaban a los socialistas, organizados ya en un poderoso
entramado obrero internacional, de repetir los esquemas
tradicionales frente a la mujer y de no interesarse por sus
derechos ni, por supuesto, por los de la mujer trabajadora.
Por su parte,
los socialistas acusaban a las feministas de "burguesas" y
desconfiaban de las sufragistas.
No sólo fue en
España donde Victoria Kent y sus muchachos consideraron que si las
mujeres votaban lo harían a la derecha, también lo pensaban sus
colegas franceses, alemanes e italianos. La extensión del
sufragismo internacional también es un hecho y de ellas surge la
idea de celebrar un día anual en el campo para celebrar la causa.
La II
Internacional socialista sigue en sus trece: no admitirán a las
sufragistas ni a las "feministas burguesas". Pero las mujeres
socialistas también quieren luchar por el voto. Se produce, pues
la escisión, y las americanas fundan la Women National Socialista
Union.
Aquí volvemos a
Chicago, donde un grupo de sufragistas independientes organizan un
mitin el 3 de marzo de 1909, mientras que las socialistas de Nueva
York lo hacen el 8 de marzo. Empieza entonces una lucha de fechas:
las socialistas proponen el último domingo de febrero, las
alemanas el 19 de marzo y en Suiza el 1 de mayo.
El 8 de marzo
se fijará después de la revolución soviética. La III Internacional
comunista crea un secretariado internacional dirigido por
Alexandra Kollontaï (feroz antagonista de las feministas al
principio) y Clara Ztekin. Lo que se conmemora es la manifestación
de las mujeres de Petrogrado reclamando pan y la vuelta de los
soldados, que se produjo el 23 de febrero de 1917 según el
calendario juliano y el 8 de marzo para los occidentales.
Pero esta fecha
no cuajó tan deprisa, aún hubo sus peleas entre
socialistas (partidarias del último domingo del mes de febrero) y
comunistas, partidarias del 8 de marzo. La cuestión quedó zanjada
con la eclosión de los partidos comunistas a raíz de la Segunda
Guerra Mundial. Por eso ahora, muy lejos ya de todas esas
batallas, celebramos el 8 de marzo el día internacional de la
mujer, que es una fecha más en el calendario de nuestras
festividades sociales y culturales.
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¿ Sorprendente
verdad ?
Tendremos que
recordar este mensaje a nuestros medios de comunicación a
principios de cada mes de marzo.