Los estudiantes de
la Universidad de Oslo iniciaron una protesta a principios de 2000
por la discriminación que sufren los hombres que realizan cursos
de doctorado en la universidad de dicha ciudad al prohibírseles
desde 1998, el acceso a las plazas en 20 especialidades, aquéllas
en que hay mayor número de hombres que de mujeres. Así, a los
hombres que quieren doctorarse en estas especialidades no les
queda más salida que el exilio hacia universidades extranjeras si
quieren acceder a dichos estudios.
La protesta
también es secundada por las alumnas, que aunque ahora tienen muy
fácil acceder a dichas plazas gracias ha que se le ha bloqueado el
acceso ala mayoría de los competidores, no se puede distinguir si
consiguen esas plazas por su preparación o por ser mujeres, y su
valía queda irremediablemente bajo sospecha, de modo que no pueden
probar que han conseguido la plaza por sus propios méritos y en
igualdad de condiciones.
Kristin Mile,
de la Oficina del Defensor de la Igualdad de Oportunidades (bonito
y eufemístico nombre), reconoce que es discriminatorio, pero apoya
la medida porque consigue equilibrar el número de hombres y
mujeres en esas especialidades. Pero haciendo gala de la habitual
doble moral que identifica a la doctrina feminista occidental,
conocida ya en muchos sectores como feminazismo, no dice apoyar
una medida similar que impidiese el acceso a las mujeres en
aquellas especialidades donde es mayor el número de mujeres que el
de hombres, medida que de igual modo sería tendente a conseguir el
equilibrio.
Por otra parte,
en enero de este año, cuando salió a la luz el llamado síndrome de
los Balcanes, que agrupa a las enfermedades que padecen los
soldados que estuvieron destinados en la antigua Yugoslavia,
Noruega retiró de sus puestos a las mujeres que estaban destinadas
en una ciudad de Kósovo en la que la elevada concentración de
plomo en el aire ponía en peligro su salud.
Eran mujeres
soldado profesionales, oficiales del ejército, puesto que allí la
tropa profesional no existe y el servicio militar es obligatorio.
Obligatorio sólo para los hombres. La salud de estas mujeres,
personas adultas y profesionales, que habían ingresado en el
ejército por voluntad propia, no podía ser puesta en peligro, pero
sí lo podía ser la salud de los chicos de 18 años que se
encontraban allí en contra de su voluntad, y que allí quedaron
realizando el servicio militar obligatorio, aún a pesar del
peligro que representaba el elevado índice de plomo en el aire.
Ésta es la
discriminación más grave de todas las que puede haber, la que
afecta al valor de la vida y a la integridad física de las
personas, y ésta es la diferencia que existe entre el valor de la
vida de un hombre y el de la de una mujer en Noruega.
El motivo que
expone el gobierno noruego para que el servicio militar sea
obligatorio sólo para los hombres es el mismo que empleó el
gobierno socialista en España en 1991 y que ha regido el modelo
vigente en los últimos 10 años, que con los hombres basta para
cubrir las necesidades de la defensa.
Lo mismo que
ocurre con esas 20 especialidades de la Universidad de Oslo, que
con los hombres bastaría para cubrir los puestos, pero en este
caso quieren equilibrar el número de hombres y mujeres a golpe de
discriminación, y en el caso del servicio militar obligatorio,
todo lo contrario, que la desproporción entre el número de hombres
y mujeres sea total, y también a golpe de discriminación.
Estas
discriminaciones contra los hombres en Noruega recuerdan mucho a
lasque sufren las mujeres en Afganistán, y de las que tanto se
habla, en concreto las que afectan a la educación y a la salud,
los mismos ámbitos a los que pertenecen las que acabo de mostrar
en el caso de los hombres noruegos y que son una prueba de que los
países nórdicos figuran, junto a Afganistán, entre los países
donde existe una mayor desigualdad entre hombres y mujeres, una
realidad radicalmente opuesta a la imagen falsa que transmiten al
exterior y que es la que en España se tiene de estos países.
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Parece
increíble que un estado europeo donde ya se ha establecio un
sustrato legal de igual puedan florecer aberraciones como las
presentadas.
Espero que este
escrito sirva para conocer un poco mejor el origen de la reina que
dentro de unos años nos será impuesta.