La lucha por los pastos

Por José Luis San Martín

Catedrático de Historia Medieval. Universidad Complutense de Madrid

 

Introducción Los concejos La trashumancia Salamanca y Cuenca Caballeros y ganadería

 

 

 

La trashumancia

 

Las expediciones no fueron pacíficas desde los años finales del siglo XII, cuando quedaron al alcance de los rebaños las tierras de Extremadura  de La Mancha, amplia zona de nadie entre Castilla-León y Portugal, y los reinos musulmanes.

Sólo ahora podrá hablarse de una trashumancia organizada a partir de las mestas o agrupaciones de ganaderos locales, cuyas normas de funcionamiento recogen los fueros municipales.

En la búsqueda de pastos, las fronteras políticas no fueron obstáculo insuperable: el monasterio de Sacramenia obtuvo protección para sus ganados indistintamente de Fernando II de León y de Alfonso VIII de Castilla, y tanto para dirigirse a tierras de Fuentidueña, Sepúlveda y Cuéllar como para que pastasen en Salamanca, Alba, Ledesma y Ciudad Rodrigo o Coria.

Estos datos confirman la existencia de una trashumancia no organizada, con rutas que dependen de las posibilidades de cada momento, de la situación político-militar y, lógicamente, de las posibilidades de encontrar pastos.

Las grandes rutas norte-sur, sólo se regularizarán en el siglo XIII después de numerosos enfrentamientos entre ganaderos y entre ganaderos y agricultores por los derechos de paso y de pasto.

Su reflejo puede verse en las quejas de los vecinos de Ciudad Rodrigo contra los pastores de las Órdenes Militares y de otros concejos que acampan en término municipal en su marcha hacia el Sur y arrasan los árboles para hacer fuego.

O en los acuerdos firmados por Segovia, Ávila y Escalona concediéndose derechos mutuos de pasto. O en las normas recogidas en los fueros de Extremadura reservándose la quinta parte del ganado que paste en tierras concejiles de Plasencia sin autorización, o dos vacas, cinco carneros o cinco cerdos cada ocho días por cada rebaño, en Coria.

Estas situaciones hicieron ver la necesidad y el interés de lograr acuerdos de carácter general para todo el reino. Se consiguieron con la creación del Honrado Concejo de la Mesta, aunque, ya antes, las Cortes se ocuparon del tema en 1258, Alfonso X puso coto a los abusos de quienes no querían pagar y de los que cobraban abusivamente, al ordenar que en cada villa o tierra de las Órdenes Militares se fijara un lugar y sólo uno para recaudar el montazgo en la siguiente proporción: dos vacas o su valor, ocho maravedís, por cada mil; dos carneros o un maravedí por cada mil ovejas, y dos cerdos o veinte sueldos por cada millar de puercos, dejando a elección del dueño el pago en animales o en dinero.

 

Salamanca y Cuenca

 

Sobre la forma de realizar la trashumancia hay dos fueros básicos: Salamanca y Cuenca. Los amplios términos y la variedad climática de este último lugar permitirán efectuar la trashumancia en los límites concejiles hasta el siglo XIII, en que se buscan pastos de invierno en zonas tan alejadas como Murcia y Andalucía. Pero en verano, la serranía conquense ofrece las mejores condiciones.

 

 

 

La lucha por los pastos

José Luis San Martín

El honrado Consejo

Julio Valdeón

Negocio lanero y vida pastoril

Ángel García Sanz

 

 

A todo historia   Al índice de informes

 

Hosted by www.Geocities.ws

1