EL OBTURADOR

OBTURADORES

 

La exposición es una de las fases fundamentales del proceso fotográfico, y está determinada por la intensidad luminosa, que controla el diafragma y el tiempo de exposición, regulado por el obturador.

    La evolución de los obturadores ha ido pareja a la de las emulsiones sensibles. Las primeras emulsiones eran tan lentas, que el tiempo de exposición podía controlarse cortando la luz con una simple gorra o con la tapa del objetivo.

Conforme aumentó la rapidez de las películas, los cortos tiempos de exposición obligaron a construir obturadores cada vez más rápidos formados por resortes y laminillas con mecanismos complejos, similares a los de relojería. Los obturadores de las cámaras más modernas están controlados por osciladores electrónicos de cuarzo o de niobato de litio.

En las cámaras actuales prácticamente sólo sobreviven dos tipos: el obturador central y el planofocal.

El OBTURADOR CENTRAL lo encontramos en las cámaras de formato 110 y 120 mm. de doble objetivo: las clásicas Rollei, Hasselblad, etc.. Consta de una serie de laminillas en el interior del objetivo, que a la vez hacen la función de diafragma y se abren desde el centro hacia los bordes, durante el tiempo fijado y a la abertura elegida. Tienen la ventaja de poder sincronizar con el flash a todas las velocidades, aunque no suelen sobrepasar el 1/500 de segundo, y encarecen y complican los objetivos, al tener que llevar cada uno su propio mecanismo de obturación.

 

 

El OBTURADOR PLANOFOCAL: Es el más avanzado entre las cám

aras comerciales, lo llevan casi todas las cámaras réflex de un sólo objetivo (SLR). Se denomina así por que prácticamente se halla situado en el plano focal de la imagen, directamente sobre la película.

Los obturadores permiten decidir cuándo y durante cuánto tiempo estará la película expuesta a la luz. El tipo llamado central o de laminillas está formado por una serie de plaquitas de metal. El de plano focal montado en casi todas las réflex (de 35mm y formato mediano) y en algunas cámaras de gran formato, consiste en un par de cortinillas de metal o de tela que pasan ante la película; la exposición depende de su velocidad y del tamaño de la rendija que las separa. Las metálicas se desplazan verticalmente y las de tela se desplazan horizontalmente.

 

El modelo mas común, el de cortinillas, está formado por dos láminas paralelas que corren por el plano focal a gran velocidad. A bajas velocidades, se abre primero la lámina más cercana al objetivo, y la otra corre después como un telón tapando el espacio abierto por la primera. Según se eligen velocidades superiores, los dos telones se van aproximando en sus movimientos de cierre y apertura hasta avanzar casi juntos dejando una pequeña abertura entre ellos que actúa como una pequeña linea de luz que barre el fotograma.

Este obturador sincroniza con el flash, en las cámaras más avanzadas, a sólo 1/250, aunque con luz continua puede llegar a alcanzar 1/8000. Evidentemente, estas cámaras no utilizan ya resortes, sino laminillas de aleación movidas por complejos osciladores de cuarzo. Tienen también la ventaja de estar situadas en el cuerpo de la cámara, abaratando los costes y además se puede cambiar de objetivo sin que se vele la película ya que en reposo está cubierta por las dos láminas del obturador.

Sincronización con el flash: a velocidades de 1/125s (cortinilla vertical) o de 1/60s (cortinilla horizontal) o menores, una cortinilla acaba su recorrido antes de que la otra empiece el suyo, de forma que toda la película quede expuesta al flash.

A velocidades más altas las cortinillas se desplazan a la par y tapan parte de la película.

 

VELOCIDAD DE OBTURACION 

Para facilitar la labor del fotógrafo, las cámaras están provistas de un mando o control que altera la velocidad a la cual trabaja el obturador.

Las velocidades de obturación son fracciones de segundo que al ser seleccionadas cada una de ellas proporcionan un tiempo de exposición que dobla el de la velocidad que antecede y es la mitad de la velocidad siguiente.

La gama de velocidades de obturación en las cámaras se expresa en fracciones de segundo o tiempos superiores accesibles: 1 segundo, ½, ¼, 1/8, 1/15, 1/30, 1/60, 1/125, 1/250, 1/500, 1/1000, 1/2000. En las cámaras aparecerán con una simple numeración y no en forma de fracción, 1, 2, 4, 8, 15, 30 etc. Aparecerá también una letra “B”, señalando la posición del obturador en bulbo, es la función de dejar permanentemente abierto el obturador.

La velocidad de obturación o tiempo de exposición sirve para graduar el movimiento por fotografiar y, de esta manera, obtener nitidez por congelamiento de la imagen.

 Las velocidades bajas nos permiten registrar el movimiento por tanto los movimientos aparecerán borrosos dejando una estela de movimiento. Las velocidades altas congelan la imagen por lo tanto las imágenes aparecerán mas nítidas y servirán para hacer fotografías de personas u objetos en movimiento.

REGISTRAR MOVIMIENTO

 

CONGELAR UNA IMAGEN 

 

Por contra, los objetos que se mueven a gran velocidad pueden aparecer deformados, es muy conocido el fenómeno de las ruedas achatadas, que ocurre al fotografiar, por ejemplo un ciclista, con obturadores de recorrido vertical, en este caso las ruedas se deforman ligeramente en el sentido del movimiento, al igual que las de los coches de dibujos animados.

El problema de SINCRONIZACIÓN CON EL FLASH , ocurre por que a partir de ciertas velocidades, las dos cortinillas del diafragma, corren tan juntas que es una barra de luz la que recorre el fotograma, entonces el rapidísimo destello de un flash electrónico con una velocidad entre 1/1000 y 1/60.000 de segundo se encuentra con que sólo puede iluminar una pequeña franja de la escena. Esto le ocurre a mucha gente que usa el flash sin preocuparse de ajustar en la cámara la velocidad máxima de sincronización. El resultado final es una foto negra con una única banda correctamente expuesta.

Existen cámara (algunas Minoltas) cuyos flashes se presentan como capaces de sincronizar a cualquier velocidad (1/500, 1/2000 y speriores), pero no son flashes propiamente dichos, ya que su destello no es instantáneo sino contínuo (actuan como antorchas de vídeo) y debido a que reparten su potencia en el tiempo, su alcance es menor.
 

En la ESCALA DE OBTURACIÓN UNIVERSAL suelen aparecer al principio dos letras, B, inicial de Bulb (bulbo), para usar con disparador de cable; en esta posición el obturador permanece abierto tanto tiempo como apretemos el botón. En las escalas en que figura la letra T, el obturador se abre a la primera pulsación y se cierra a la segunda; resulta muy útil para las largas exposiciones nocturnas sin gastar pilas, aunque puede igualmente usarse la posición B con un cable provisto de tornillo de retención y los resultados son los mismos. En muchas de las nuevas cámaras este último sistema puede agotar las pilas.

Una de las velocidades de obturación ( entre 1/60 y 1/250 ) suele figurar acompañada de la letra X, esto indica que esa velocidad es la máxima velocidad de sincronización con el flash, a partir de ahí si lo utilizamos, sólo aparecerá en la foto una banda de la escena.

El resto de la escala de velocidades está formado por una serie de tiempos que se suceden duplicándose, con algunas aproximaciones, y es la siguiente:

.... 1", 1/2, 1/4, 1/8, 1/15, 1/30, 1/60, 1/125, 1/250, 1/500, 1/1000, ...

Si comparamos esta escala con la de diafragmas veremos que cada paso en ambas, equivale al doble del valor anterior y a la mitad del siguiente.

VELOCIDAD:  1"   1/2   1/4   1/8   1/15  1/30   1/60   1/125   1/250   1/500 

DIAFRAGMA:  32   22    16     11    8    5.6     4      2.8     1.4       1

Para un cierto valor de iluminación, todos los pares de combinaciones que aquí figuran, tienen un valor equivalente; y para cada nivel de luz, existen tanto pares de combinaciones diafragma-velocidad como admita nuestro equipo. La elección d euno u otro dependerá del tipo de escena a tratar.

Parece obvio decir que la elección de la velocidad adecuada ha de hacerse en función de la velocidad del objeto a fotografiar si lo que queremos es congelar el movimiento. En el caso de escenas estáticas, la elección ha de hacerse teniendo en cuenta las condiciones de iluminación, y por tanto del diafragma utilizado, de la estabilidad del pulso del fotógrafo, y de la longitud focal del objetivo.

En el primer caso, la velocidad ha de ser inversamente proporcional al valor de la apertura de diafragma utilizado. Con lo que a mayor velocidad, mayor abertura y por tanto menor profundidad de campo. La elección de la combinación velocidad-diafragma tendrá que hacerla el fotógrafo en función la iluminación, del tema y del movimiento que quiera expresar en la foto.

Las vibraciones y el pulso del fotógrafo en el instante de disparar resultan factores decisivos en la calidad de la fotografía al usar bajas velocidades. Para ello resulta fundamental saber sujetar la cámara desde el principio y aprovechar el apoyo de cualquier objeto: columnas, arboles, o incluso tumbarse en el suelo. Un método muy bueno para aprender a sujetar la cámara consiste en sujetar un trocito de espejo sobre el frontal del pentaprisma, ponerse cerca de una bombilla encendida y mirar como vibra la mancha de luz reflejada en una pared en penumbra según pulsamos el disparador en diversas posturas. Esto vale para descubrir, por ejemplo, que al disparar con la cámara en formato vertical, hay un mayor riesgo de fotos movidas. El valor de obturación más lento aconsejado, está en función del objetivo que usemos. Vamos a ver esto más despacio.

La distancia focal del objetivo condiciona la velocidad por dos motivos: por el mayor peso y vibraciones de los teleobjetivos de larga distancia focal, y por el menor ángulo de cobertura de los mismos. Pensemos, por ejemplo, que si la cámara nos vibra un milímetro hacia bajo al disparar con un gran angular, la escena que contemplamos por el visor se moverá sólo unos centímetros, mientras que con un superteleobjetivo enfocado a 100 metros, la vibración puede desplazar la imagen una decena de metros. Quiém haya sujetado a mano unos potentes prísmáticos comprenderá sin duda este efecto.

Una buena regla para saber la velocidad mínima a usar con cada objetivo es ajustar un valor aproximadamente igual a su distancia focal. De esta manera, con un teleobjetivo de 500 mm. no se aconseja disparar a menos de 1/500 de segundo, y con uno normal de 50 mm. a no menos de 1/60.

En ocasiones las condiciones de luz o la apertura máxima de un teleobjetivo, impiden usar velocidades rápidas, en este caso lo mejor es usar un buen trípode y, si no queda más remedio, recurrir a películas más rápidas y sensibles con la consiguiente pérdida de nitidez. En caso de apuro es posible sustituir el trípode por una chaqueta doblada o un saquito de garbanzos, y acomodar la cámara sobre ello.

El pulso del fotógrafo puede educarse hasta ciertos límites. Con la experiencia puede llegarase a disparar hasta cerca de 1/4 de segundo con objetivos menores de 50mm. Una forma fácil de ejercitarse, es colocando un cachito de espejo sobre el pentaprisma y colocándose ante una bombilla en una habitación oscura. Si se adoptan ciertas poses (como enrrollarse la correa en el antebrazo, etc.) puede verse como vibra el punto de luz, reflejado por el espejito en la pared opuesta de la habitación al apretar el obturador y así, sin gastar película pueden irse corrigiendo las vibraciones.

6.- EL VALOR DE EXPOSICIÓN

Conviene recordar que una la calidad técnica de una foto está en función de la elección del valor de exposición correcto, y que este valor es producto de la velocidad de obturación y del diafragma elegido.

El valor de exposición no es una combinación concreta de diafragma y velocidad, sino una serie de combinaciones, la elección de una u otra combinación es la principal tarea del fotógrafo al efectuar la toma.

Las velocidades elevadas implican diafragmas muy abiertos y por tanto una escasa profundidad de campo; las velocidades lentas traen consigo gran profundidad de campo y peligro de vibraciones; todo esto está también condicionado por la luminosidad de la escena y la rapidez de la película que utilicemos.

Como medida de luminosidad se utiliza cada vez más (os encontraréis este dato por ejemplo al leer las especificaciones de una cámara) la escala EV (Exposure Value) cuyos valores indican una serie de combinaciones de velocidad-diafragma cuya luminosidad es equivalente.

Un EV = 0 equivale a una exposición de 1" a f/1.0, este nivel luminoso se consigue logicamente también con 2" a f/1.4, con 4" a f/2 y con todas las demás combinaciones equivalentes.

De igual forma, un EV=1 equivale a 1" a f/1.4, 1/2" a f/1.0, y todas las exposiciones similares. También existen valores EV negativos (EV=-2, equivaldría a 8" a f/1.5).

Cada cifra que aumentamos en la escala EV, conlleva una mayor luminosidad y por tanto habrá que cerrar un punto el diafragma o disminuir un paso en la escala de velocidad.

 

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