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030420


Carpe Diem

Mario Sandoval
Luis Figueroa
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Mario Augusto Sandoval Alarcón fue más que el veterano líder político que, en forma mezquina, describió un comunicado del gobierno en el que se lamentaba su muerte.  Mario Sandoval fue el símbolo vivo de la resistencia contra el comunismo. Su legado para los guatemaltecos es que no hayamos tenido que pasar por las miserias que vivieron los nicaragüenses, los camboyanos, los albaneses y otros habitantes del tercer mundo que sufrieron bajo la tiranía marxista-leninista.

Lo conocí cuando yo tenía poco más o menos 20 años de edad; y en una ocasión, durante una conversación intensa, escuché de él un par de horas de las más extraordinarias anécdotas de política. 

El dirigió el movimiento anticomunista en Guatemala con valentía, convicción y entereza.  Vio caer bajo las balas a muchos de sus amigos.  Enfrentó la tortura y el encarcelamiento.  Fue un gran ciudadano y un patriota que estuvo a la altura de sus tiempos; y como sólo los grandes pueden hacerlo, supo cuando hacer mutis.

Aquellos no eran tiempos color de rosa.  Los miembros de las Fuerzas Armadas Rebeldes, la Organización del Pueblo en Armas, el Ejercito Guerrillero de los Pobres, y otras organizaciones guerrilleras eran capaces de torturar, secuestrar y matar a cualquiera, sin escrúpulo alguno.  Lo importante, como dicen por ahí, era hacer la revolución, y para ello no importaba el costo, y menos si aquel era el de vidas humanas.

Eran tiempos difíciles. Guatemala no tenía muchos amigos.  La URSS, Cuba y el bloque soviético habían hecho caer Grenada y Nicaragua, mientras que El Salvador y Guatemala estaban en la mira.  Suecia, Noruega, Alemania, Francia y otros por el estilo apoyaban el terrorismo.  Jimmy Carter nos había dado la espalda.  En aquellos años la guerra sembraba el terror en Sololá, Totonicapán, Quiché, Alta Verapaz, Huehuetenango, y la Costa Sur.  Aquí en la ciudad había una horrible tensión.

En aquel ambiente, muchos jóvenes eran engañados por los cantos de sirena revolucionarios, otros soñaban con emigrar a Miami, y otros buscaban la forma de no rendir su vida, su libertad y su propiedad.  Para este tercer grupo, Mario Sandoval fue uno de los líderes inspiradores.

Para poner las cosas en perspectiva, no creo que él haya entendido bien cómo funcionan el mercado y el estado de derecho, pero era un hombre de acción en donde lo demandaban las circunstancias.  Controversial, como pocos, Mario Sandoval deja atrás una historia de vida con sus luces y sombras; pero sería injusto no recordarlo como un patricio que amó a Guatemala y le entregó lo mejor de sí mismo.  Sería un error histórico no recordarlo como político que, a pesar de sus defectos y de sus obstinaciones, supo dejar huella. 

Más allá de su actividad partidista y de las preferencias políticas, Mario Sandoval fue un hombre que luchó por sus ideas y sus principios. Fue un ciudadano de esos que ahora nos hacen falta.


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