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020915


¡Qu� inmoralidad!

Luis Figueroa
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Todo eso de que se pretenda regular la moralidad pública por medio de leyes y de reglamentos es un absurdo absurdo.  Y para ilustrar el nivel de ridículo en el que pueden caer los guardianes de la moralina, consegu� alguna información con ayuda de alibris.com/

Las aventuras de Huckleberry Finn,
de Mark Twain. En sus primeras ediciones fue una obra atacada por ser excesivamente tolerante en materia racial.   Irónicamente, en nuestros días, es criticada por racista.

El diario de Ana Frank fue objetado, en Virginia, por su lenguaje sexualmente ofensivo. En algún lugar de Alabama, en 1982,  fue objetada por ser deprimente.

Tarzán de los monos, de Edgar Rice Burroughs, fue retirado de la Biblioteca Pública de Los Angeles porque Tarzán vivía en pecado con Jane.

La Caperucita Roja fue removido de un distrito escolar en California porque como la Caperucita le llevaba vino a su abuelita, el cuento promovía el consumo de alcohol.

Los cuentos de los hermanos Grimm fueron restringidos, en una escuela de Arizona, en 1994, por su excesiva violencia, por sus referencias negativas hacia las mujeres y por su antisemitismo.

¿Quiere más?

Ulises, de James Joyce vio prohibida su importación por las aduanas de Estados Unidos durante 15 años.  ¿Por qu�? Pues por obsceno.

Candido, de Voltaire, tampoco contaba con la bendición del departamento de Aduanas, y en 1929 fue declarado obsceno.

De ratones y hombres, de Steinbeck, fue removido de las escuelas públicas de Tennessee por ser un libro sucio.

Un mundo nuevo, de Huxley ha sido acusado de inmoral y de anticristiano desde su publicación. 

I Know why the Caged Bird Sings, de Maya Angelou, ha  sido acusada de contener lenguaje profano y pornográfico.

The Color Purple, de Alice Walker, ganadora de un premio Pulitzer, también ha sido censurada por su contenido controversial acerca de la raza, la religión y la sexualidad.

De todos estos actos, el más increíble ha sido el del Papa que le mand� a poner calzones a las imágenes del Juicio Final, de Miguel Angel Buonarroti, en la Capilla Sixtina.

Con los guardianes de la moral pública hay que tener cuidado, porque empiezan con
Hustler y terminan con obras como las que hemos visto arriba.  Imagínese que hasta Where´s Waldo? fue objeto de censura, en algunas bibliotecas de Michigan, porque una de las figuritas estaba topless en la playa.

La libertad de expresión es un derecho individual; y su ejercicio no debería estar a merced de los caprichos de políticos y grupos de interés.   No vaya a ser que, como ocurre a veces, estemos dispuestos a entregar nuestra libertad y nuestros derechos sólo porque no estamos de acuerdo con algunos resultados de su ejercicio.   El efecto de esa conducta es que un día despertaremos sin libertad y sin derechos sólo porque alguien más cree que estamos mejor sin ellos.

Como escribi� el juez Potter Stewart: 尞a censura refleja la falta de confianza en s� misma, de una sociedad.  Es la marca de un régimen autoritario.�


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